Lo más valioso de la serie es que describe la vida de gente corriente, con problemas cotidianos que ocurren en todas las familias. Los actores están bien elegidos y trabajan bien. Un valor añadido es que muestra las reacciones de gente sueca. Y dichas reacciones son totalmente distintas de las que tenemos los españoles. Y vale la pena considerarlas

La había visto hace mucho años, siendo una jovencita. Ahora, ya una persona mayor, he disfrutado cada minuto. Es un estudio completo de cómo vemos las cosas los humanos. Bajo nuestro punto de vista, con nuestra concepciones preconcebidas, sin atender a detalles ni usar el análisis de lo que vemos. Optar por lo más fácil y sacudirse complicaciones. Aunque de ello dependa la vida de un ser humano. Excepcionalmente realizada. Todo lo anterior en apena dos horas. Y un punto adicional, no es casualidad que en el jurado todos sean hombres. Y eso hace solo 60 años. Para pensar lo que significa.

Las tres palabras del título son el resumen de los valores insuperables de esta película. El manejo de las sombras, los contrastes, los sonidos sugieren más que muchas imágenes juntas. Robert Mitchum pone todos sus encantos naturales al servicio del mal. Y todo eso da una obra maestra gracias a una mente que dirige el cotarro, Charles Laughton, que nunca confió en la exquisitez de su única obra como director. Hay que verla.

Vi esta película hace 50 años. Me encanto y la consideré excelente. Hoy la he vuelto a ver. Después he leído las críticas de otros lectores. Y he entendido algunas calificaciones poco bondadosas de otros aficionados que he entendido perfectamente…..como las de personas mucho más jóvenes que yo. Yo creo que es una película magnífica que solo los que vivimos cerca de el año en que se rodó (1945) podemos apreciar como tal. Las reglas sociales han cambiado tanto que para la época actual la historia, tal cual se narra, resulta poco verosímil. Pero si se consideran los cambios que se han dado en los sucesivos remake, entre ellos mi favorito, interpretado por Robert de Niro y Meryl Streep, y que actualizan la historia, se puede ganar perspectiva y entenderla en su contexto. Y tiene el sabor especial del blanco y negro bien usados.

Si el objetivo de la película era poner de relieve la ambivalencia de Unamuno, el actor que interpreta el personaje lo ha conseguido. El ambiente que se ha construido para contarlo es “de sainete”, ni chispa del dramatismo real de la situación en que se ancla la historia.