Es una serie para entretener un rato sin mayores pretensiones. Rodada con un buen ritmo, muy al estilo de Elite, con quien comparte también sus tramas reivindicativas, sus escenas de sexo tipo videoclip, y su manera de contar las diferentes tramas.

El punto de arranque es la huelga que se convoca en un hospital público valenciano, y el dilema que supone para el personal médico de secundarla o no. Luego hay diversas subtramas, algunas relacionadas con esa huelga y otras no.

Las interpretaciones están por lo general bien, Blanca y Aitana correctas. Destaca Najwa Nimri que está perfecta en su papel de Presidenta de la Comunidad Valenciana. El único personaje que desentona es el de Manu Rios, ya que te lleva sin querer al eterno adolescente de Elite y no terminas de ubicarlo como médico residente.

Luego están las típicas incongruencias de guión de estas series, pero que suelen ser habituales también en el resto de producciones.

En resumen, una serie fast food como puede ser Elite, pero orientada a un público de mayor edad.

La serie tiene buena calidad técnica, se nota que hay un esfuerzo económico importante detrás, pero adolece de ser demasiado queer. Es con diferencia el trabajo más queer de Los Javis, mucho más que La Veneno, que ya es decir, y eso la condiciona a mi parecer negativamente ya que la limita a un público muy concreto.

Las interpretaciones son regulares dado que algunos de los protagonistas no son actores, y es algo que se nota, tan solo destacan algunos secundarios como Pepón Nieto o Mario Peña. Los números musicales tampoco son tan espectaculares como hemos visto en otras producciones recientes, por lo que quedan un poco descafeinados.

En resumen, una delicia para el público queer, pero un producto insufrible para el resto del público. Una pena, la verdad.