Amable drama romántico, una historia dulce y muy atractiva sobre un par de personas que son capaces de encontrar consuelo en sus respectivos sentimientos a través de la creciente atracción que siente el uno por el otro. La dinámica y la química entre los dos protagonistas es muy convincente y su relación evoluciona de una manera que se siente totalmente natural y creible. Algo a destacar es que la iluminación en esta película es casi perfecta, el color y la textura de la luz va a generar diferentes estados de ánimo y sensaciones en cada escena. En definitiva se trata de una película muy divertida que seducirá al público con su mezcla de personajes atractivos, lugares gloriosos y una historia inteligente acerca de la pérdida y el amor.

Se trata de una película optimista y positiva sin ser edulcorada, porque no trata un tema facil, el de la reinserción de una persona que ha estado en la carcel y el de las segundas oportunidades. Verla te reconcilia con el ser humano, te trae a la cabeza que aún se puede dar una oportunidad a otra persona, aunque tengas el miedo lógico y natural de que te la puedan jugar, a veces si que merece la pena, ayudando también te ayudas tú. Los dos actores protagonistas hacen muy buenos papeles, estan muy creibles.

Si tengo que describir esta película con una palabra diría: Forzada

Forzada la historia, las situaciones, el optimismo de la prota, el lado lírico del médico, el blancor aséptico de la fotografía, forzada la relación inverosimil con el doctor, forzados los momentos filosóficos, las desgracias de Tosar, forzado el personaje de la niña Natasha (hasta el nombre me parece forzado) todo, absolutamente todo me resulta forzado y no me he creído nada, por eso no me ha emocionado esta historia que se supone que debe emocionar por el tema que trata.

Le falta alma...

Todavía estoy digiriendo lo que he visto, porque la verdad es que aún no entiendo muy bien el cambio de registro que de pronto tiene la peli, donde todo iba dentro de la normalidad (con las rarezas de su protagonista) y las largas pausas, las escenas lentas, los aviones que se van, las vistas desde el hotel, las ansiedades del americano, el hacer camas de la joven y de pronto, en una de esas, la camarera de habitaciones se convierte en gorrión...pues vale...me quedaré aquí digiriendo un rato más la trama...

La cinta turca Zerre, dirigida por Erdem Tepegöz, se alzó con el galardón a la Mejor Película, el San Jorge de Oro, en el Festival Internacional de Cine de Moscú.El filme resultó ser el más premiado en la 35 edición del certamen moscovita tras llevarse también el San Jorge de Plata a la Mejor Actriz, que fue a parar a las manos de la turca Jale Arikan.

A mí francamente me parece incomprensible tanto premio ya que la peli resulta bastante inconclusa en muchos aspecto, dejando una agridulce sensación en el espectador...

Lo acertado: las actuaciones creíbles y veraces de la gran mayoría del reparto, destacando la protagonista. También la ambientación asfixiante, sucia, fea y desoladora es un punto a favor...y nada más. El guión es un desastre, faltan explicaciones es muchos aspectos, la peli acaba abruptamente y quedan mil preguntas en el aire y se te queda una cara de lelin que para que te cuento. Decepcionante, en una palabra.