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Críticas 2.192
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
7 de junio de 2008
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
El encabezamiento es una referencia al título de uno de los capítulos de la novela de Stephen King y en que esa suerte de nosferatu apodado Barlow (en la película el vampiro es Strakker) que encima habla y campa a sus anchas se presenta en cuerpo (que no alma) por desgracia de los habitantes del pueblecito encantador pero ensombrecido durante años por el Mal y donde los hombres diabólicos pueden criar su nido de pestilencia y podredumbre.

Hooper fue muy agudo eliminando algunas referencias del libro ya citadas arriba. Quería crear puro miedo y lo consiguió, aún tratándose de una de las mejores obras de King. Este encargo televisivo de casi tres horas de duración fue todo un fenómeno que atravesó el Atlántico y lo apreciamos en cines en una versión "recortada" de apenas algo más de hora y media. La gente ya le bastaba presenciar desde la oscuridad del patio de butacas a niños peterpanianos visitando a sus amigos a través de las ventanas. De hecho, la miniserie (o sea, la película íntegra) no la disfrutamos hasta su estreno a principios de septiembre de 1985. Recuerdo esas fechas. Lo que da el miedo.

¿Y por qué lo de Phantasma II? Por aquel entonces (setentas y ochentas) los distribuidores eran los que se permitían la libertad nada creativa pero si meramente comercial de poner títulos de secuela a películas que no enlazaban con las predecesoras. En el mismo año 1979 Don Coscarelli dirigía "Phantasma", en el que un adolescente se enfrentaba a un sobrenatural saqueador de tumbas que convertía los cadáveres en esclavos no-muertos a su merced. La cinta tuvo tanto éxito que los distribuidores idearon ponerle una segunda parte en una historia que no tenía nada que ver. Antaño ignoraban que Coscarelli rodaría por allá 1988 un "Phantasma II". Hay los casos altisonantes de secuelas inadecuadas; la saga "Tiburón" (hay dos "Tiburón III", una es de manufactura italiana); o la continuación de "La Noche de los Muertos Vivientes";"Zombie" de George A. Romero (se sobreestrenó la inoportuna "Zombie 2"
de Lucio Fulci, ahora toda una pieza de culto). Era el método apropiado para captar la atención en el título y así ganar dinero.

A pesar de su título primerizo "El Misterio de Salem´s Lot" es el film de vampiros por excelencia.
14 de agosto de 2011
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine durante la Transición, experimentó un giro radical tanto en contenido y temas que puso los pelos de punta incluso a las más rancias y decadentes autoridades censoras que podían llevar a lo sumarísimo juicio militar a obras de teatro tan provocadoras en su momento (ej: tenemos “La Torna” de los Joglars en el teatro y en el celuloide “El Crimen de Cuenca” de Pilar Miró si exceptuamos las oleada de películas “S” que pasaban por alto) mientras en masiva afluencia los cinéfilos, espectadores y ciudadanos de a pie mayores de 18 años iban a votar las primeras elecciones en cuarenta años de vacío oscuro y gris.

Francesc Bellmunt, nacido en Sabadell, aprovechó en sus primeras películas mofarse de ese presunto mensaje de libertad redactada en la Constitución pero que intentaba ser repudiada por los últimos dictámenes franquistas en comedias tan ácidamente realistas como “La Quinta del Porro” (una crónica sobre las primeras “milis” de la Democracia) o “Un parell d´Ous” (rodada en 1985 y que estereotipaba a lo grande la Barcelona repija con un tardío aire de “movida” que en la Ciudad Condal jamás se había presentado como tal).

Con Juanjo Puigcorbé (como principal protagonista) escribió “L´Orgia”, un desenfadado análisis sobre un grupo de jóvenes burgueses descontentos, amantes del teatro y de la farra, que sin necesidad urgente de emanciparse de sus padres, prefieren tener el plato caliente a la mesa aunque tengan que recibir las broncas de sus progenitores echándoles en cara su falta de ambición y pocas ganas de trabajar. Pero Juan (Juanjo Puigcorbé) lo tiene muy claro; con sus amigos del grupo teatral se encerrarán un fin de semana en un piso para organizar una fiesta liberal; una bacanal que más que descubrir sus deseos más ocultos (erotómanos abstenéos, hay más rollo que carne) les hará plantear su situación en una sociedad, la mayoría trabajadora, que vota a UCD y que por fin ya sabe lo que es la televisión en color.

Una propuesta arriesgada la de Bellmunt, oxidada en el tiempo y a años luz de intenciones más o menos provocativas de la altura del Von Trier de “Idioterne” que por lo menos sabían meter el dedo en la llaga y no, como el caso de “L´Orgia”, que pretendía metaforizar sobre una pretenciosa generación post-hippie “a la catalana” (entre las chicas apreciamos a Asumpta Serna, Carme Elías y a Sílvia Munt) con más ganas de pasar bien un fin de semana, reírse de lo que hacen y contentarnos con el derecho a la Libertad de Expresión, algo que desgraciadamente los progres del ayer, conservadores hoy, se lo toman como una moneda de cambio para defender sus intereses.
13 de abril de 2009
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ocho aviones. Ocho planos fijos en total con sus aviones aterrizando en las áridas tierras cercanas a las eternas llanuras y dunas del desierto del Sáhara. Cuna vírgen y fértil para concebir lo que el experimental cineasta alemán quiere sugerirnos sobre el Paraíso en la Tierra. Pero sin concesiones bíblicas al margen sinó a través de la idea de lo que fue la Creación según la Civilización Maya que, de hecho, siempre ha tenido atrapado a su autor en s pasión por las culturas pre-colombinas.

La voz en off de sus narradores nos sugieren la conversación de los dioses Tepeu y Gucumatz, antes de diseminar la vida hasta crear al Hombre. Y el director de "Aguirre la Cólera de Dios" nos traslada al Norte de África, en tierra de nadie pero del que va a surgir vida según la poesía y música que acompañan este experimento fílmico, híbrido esquema de documental y testimonio antropológico; de los vastos desiertos a las montañas, etc... Aún sin olvidar advertirnos de las regiones donde filma. Porque no son imágenes de postal, y lo contradictorio de algunas escenas (los coches destartalados, los poblados, los depósitos industriales, los restos de aviones, los animales muertos pasto de las moscas, etc...) representan precisamente lo opuesto a lo que la música de Mozart, The Third Ear Band y Leonard Cohen amenizan fotograma a fotograma. Es evidente que su mensaje humano y ecológico es subliminal pero a la vez irónicamente contundente.

Fragmentada en tres partes; Creación, Paraíso y Edad de Oro, Werner Herzog nos lleva a este primerizo mundo, calurosa tierra virgen donde bien tendrían cabida los futuros anti-héroes de su impacable filmografía. Tales como Lope de Aguirre, Bruno Stroszek, Brian Fitzgerald, el Francisco Manoel Da Silva alias "Cobra Verde" o los ansiosos escaladores de "Grito de Piedra". Aún así estamos en uno de sus films más experimentales en la línea de "Lessons of Darkness" (1992) solo que allí daba una visión apocalíptica de la Guerra del Golfo en un Kuwait arrasado por la avarícia del petróleo.

Film recomedado solamente para muy cinéfilos, especialmente incondicionales de Werner Herzog en su lado más radical y reflexivo.
18 de abril de 2011
25 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antioquia, alrededor del año 60 después de de Cristo; Basil (Paul Newman) es un esclavo griego que acaba siendo liberado por su propio amo Ignatius (E. G. Marshall) que le tiene como a un hijo aunque acaba siendo nuevamente degradado a su antigua condición por las rencillas con sus familiares de sangre. Convertido en un sencillo artesano, Basil recibirá un encargo de José de Arimatea (Walter Hampden) para que cubra de plata la misma vasija que utilizó Jesucristo en su última cena. La reliquia deberá ser llevada a Roma y entregada al apóstol Pedro (Lorne Greene). Y aunque Basilo acaba casándose con Deborah (Pier Angeli) aún siente afecto por una antigua esclava, Helena (Virginia Mayo) que acompaña al ambicioso Simón el Mago (Jack Palance) en sus extravagantes giras que le llevarán incluso al palacio del Emperador Nerón (Jacques Aubuchon) y satisfacer sus deseos de enfrentarse a Pedro.

Victor Saville (Kim de la India) rodó este film religioso que Paul Newman, en un papel decisivo pero eclipsado debido a la popularidad de las actrices del momento como Virginia Mayo y Pier Angeli, acabaría renegando hasta el punto de que se llegó a decir que abortaba sus entrevistas si los periodistas le mencionaban “El Cáliz de Plata”.

Razón tenía. Como objeto sacro la película de Saville está muy lejos de lo que “Quo Vadis” (1951) de Mervyn LeRoy aportó al cine religioso. Se caracteriza solamente por su marciana contribución a presentarnos unos decorados geométricos rodados en un gran plató, sin uso de exteriores, hasta tal punto que la Ciudad de Jerusalén se asimila a la colonia lunar de cualquier cinta de Ciencia-Ficción de série B. Practicamente no se perciben localizaciones en exteriores y el pesebre de Victor Saville se rodó en un gran plató gentileza de los estudios. Una adolescente Natalie Wood, con llamativo pelo rubio, interpreta a la joven esclava Helena.
18 de marzo de 2009
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un Scorsese en pleno empuje de su carrera se atrevió a satirizar el melodrama clásico. Fantástico comienzo, el de la infancia de la protagonista, un reverso enrojecido y entremezclado de "El Mago de Oz" y "Lo Que El Viento Se Llevó" pero que la llevará al presente, después del sueño, como madre y ama de casa realizada. Con treinta y cinco años a sus espaldas, un marido camionero ordinario (Billy Green Bush) y un niño insoportable (Alfred Lutter).

Los sueños de Alice (Ellen Burstyn) por ser cantante se habrían desvanecido por completo si su esposo no hubiera muerto por accidente. Después del entierro, subasta la casa y emprende con su hijo Tommy un viaje en coche hacia Arizona donde encontrará empleo como pianista para pasar luego a camarera. Se entrecruzarán dos hombres en su vida, el misógino Ben (Harvey Keitel) y el solitario granjero David (Kris Kristofferson). El consentido Tommy se hará amigo de Audrey (sorprendente Jodie Foster), una niña marimacho que lo llevará por el mal camino, cuando el chico cree que su madre ya no está por él.

Realizada un año antes de su obra maestra "Taxi Driver", ésta reivindicable pero algo azucarada pìeza de Scorsese ambientada en la América Profunda y rodada como una "road movie" en clave de comedia dramática reúne a otros actores de la talla de Diane Ladd (ex-mujer de Bruce Dern y madre de Laura Dern) que interpreta a la honesta camarera Flo y rival de Alice o Harvey Keitel como tiparrajo con apariencia engañosa. A destacar los temas musicales que acompañan el metraje que van desde Elton John, a T-Rex. Aunque Kris Kristofferson se deja tararear, guitarra en mano, sus conocimientos de "country".
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