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7,2
50.921
9
7 de febrero de 2011
7 de febrero de 2011
36 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película que ocupa estas líneas es sin duda una de las grandes de la década de los 80.
Una arriesgada apuesta de Bernardo Bertolucci, en la cual se propone al espectador sumergirse en la vida del último emperador de China, Pu Yi, o lo que es lo mismo, el ocaso de una de las sagas dinásticas imperiales más importantes y antiguas de la historia de la Humanidad.
Una vida que sirve como hilo conductor para un propósito más vasto, que no es otro que ilustrar los dramáticos cambios que se gestaron durante el siglo XX y que cambiaron por completo el orden mundial y los usos sociales preexistentes.
La caída de una tradición milenaria como metáfora del nuevo signo de los tiempos.
Entrando en materia, lo que más resalta de esta película es su factura técnica, que es impecable, especialmente en su primera mitad.
Los majestuosos planos de la coronación de Pu Yi en la Ciudad Prohibida ya están grabados para siempre en mi retina.
Pero hay mucho más que una maravillosa fotografía de la Ciudad Prohibida, retratada como nunca antes lo había sido en celuloide.
Las interpretaciones de Joan Chen (emperatriz consorte) y John Lone (emperador) están a la altura de tan soberbia producción. Muy reseñable también la aportación de Peter O’ Toole, en un papel hecho a su medida.
No quiero finalizar esta crítica sin mencionar la excepcional música compuesta para esta película, la cual considero digna de estar en la colección privada de cualquier amante de las buenas bandas sonoras que se precie. En mi opinión, uno de los trabajos más inspirados para el cine que ha realizado Ryuichi Sakamoto, que para quien aún no lo conozca, es uno de los mejores compositores de la actualidad.
En resumen, una película majestuosa y profunda, sobre un hombre que nació emperador y murió como un anónimo jardinero. La biografía de alguien que sólo conoció la soledad y vivió para ser el títere de otros.
Aún me emociona profundamente ver como aquel que nació emperador retorna de nuevo a la jaula de oro de su niñez convertido en un sencillo jardinero confundido con la multitud.
Qué gran imagen de la sabiduría.
Una arriesgada apuesta de Bernardo Bertolucci, en la cual se propone al espectador sumergirse en la vida del último emperador de China, Pu Yi, o lo que es lo mismo, el ocaso de una de las sagas dinásticas imperiales más importantes y antiguas de la historia de la Humanidad.
Una vida que sirve como hilo conductor para un propósito más vasto, que no es otro que ilustrar los dramáticos cambios que se gestaron durante el siglo XX y que cambiaron por completo el orden mundial y los usos sociales preexistentes.
La caída de una tradición milenaria como metáfora del nuevo signo de los tiempos.
Entrando en materia, lo que más resalta de esta película es su factura técnica, que es impecable, especialmente en su primera mitad.
Los majestuosos planos de la coronación de Pu Yi en la Ciudad Prohibida ya están grabados para siempre en mi retina.
Pero hay mucho más que una maravillosa fotografía de la Ciudad Prohibida, retratada como nunca antes lo había sido en celuloide.
Las interpretaciones de Joan Chen (emperatriz consorte) y John Lone (emperador) están a la altura de tan soberbia producción. Muy reseñable también la aportación de Peter O’ Toole, en un papel hecho a su medida.
No quiero finalizar esta crítica sin mencionar la excepcional música compuesta para esta película, la cual considero digna de estar en la colección privada de cualquier amante de las buenas bandas sonoras que se precie. En mi opinión, uno de los trabajos más inspirados para el cine que ha realizado Ryuichi Sakamoto, que para quien aún no lo conozca, es uno de los mejores compositores de la actualidad.
En resumen, una película majestuosa y profunda, sobre un hombre que nació emperador y murió como un anónimo jardinero. La biografía de alguien que sólo conoció la soledad y vivió para ser el títere de otros.
Aún me emociona profundamente ver como aquel que nació emperador retorna de nuevo a la jaula de oro de su niñez convertido en un sencillo jardinero confundido con la multitud.
Qué gran imagen de la sabiduría.
10
6 de mayo de 2010
6 de mayo de 2010
26 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quiero avisar al lector antes de que comience la lectura de estas lineas que no está delante de una crítica, sino de un homenaje.
No voy a intentar ser objetivo, ni lo voy a pretender. Tan sólo me limitaré a transmitir mi pasión por este título, por esta obra de arte animada, que tan profundamente ha calado en mi corazón cinéfilo.
Que nadie se engañe por la apariencia de su protagonista, ni por los vistosos colores, ni por su
aparente alegría.
Porque debajo de este hermoso envoltorio subyace gran cine y mucha nostalgia.
Probablemente se trate de la obra más madura y lírica de Miyazaki, a la altura de las mejores
producciones del cine clásico, en las cuales claramente se inspira.
Los personajes que componen la historia poseen un carisma extraordinario y encariñarse con ellos es prácticamente inevitable.
Destacaría especialmente al magnífico protagonista de la historia, Porco. Un experimentado piloto de guerra metido a cazarrecompensas, con un trágico pasado que le ha hecho perder la fe en la Humanidad y lo ha convertido en un cerdo.
Sólo la intervención de la joven y cálida Fio, la inteligente y dinámica ingeniera que repara su
hidroavión de combate tras un malogrado duelo con el cazafortunas americano Curtis, podrá renovar su confianza en el género humano y quién sabe, recuperar el amor de su vida, Gina, una mujer excepcional con la cual compartió momentos de felicidad y amargura en el pasado.
Hay momentos en este film que emocionan profundamente, con flashbacks y escenas muy emotivas,pero de entre las cuales resaltaría aquella en la que Porco desvela su desventurado pasado a Fio.
Esta película es un canto al amor, el honor y la amistad. Una película que exuda antibelicismo por todos sus poros, y que transmite ansias de libertad y una grandeza humana inconmensurable.
Los villanos de esta película no son los piratas del aire como cabría esperar.En realidad no
tienen rostro. De forma muy inteligente Miyazaki ha sabido plasmar en sutiles pinceladas a lo largo del metraje la inquietante atmósfera pre-bélica de la Segunda Guerra Mundial y el auge del fascismo.
Porco es un héroe sencillamente, porque a pesar del ambiente hostil que le rodea, mantiene intactos sus valores y es capaz de sacrificarlo todo por matenerse fiel a ellos y a a los seres que le son queridos.
Para ir finalizando esta crítica querría añadir que la película técnicamente es un primor, pura
artesania visual, y que la banda sonora compuesta por Jose Hisaishi, uno de los mejores compositores de las últimas décadas del cine, es bellísima y se integra perfectamente en el
espíritu del film.
Por todo ello, ya tan sólo me queda decir: ¡Bravo Porco!
No voy a intentar ser objetivo, ni lo voy a pretender. Tan sólo me limitaré a transmitir mi pasión por este título, por esta obra de arte animada, que tan profundamente ha calado en mi corazón cinéfilo.
Que nadie se engañe por la apariencia de su protagonista, ni por los vistosos colores, ni por su
aparente alegría.
Porque debajo de este hermoso envoltorio subyace gran cine y mucha nostalgia.
Probablemente se trate de la obra más madura y lírica de Miyazaki, a la altura de las mejores
producciones del cine clásico, en las cuales claramente se inspira.
Los personajes que componen la historia poseen un carisma extraordinario y encariñarse con ellos es prácticamente inevitable.
Destacaría especialmente al magnífico protagonista de la historia, Porco. Un experimentado piloto de guerra metido a cazarrecompensas, con un trágico pasado que le ha hecho perder la fe en la Humanidad y lo ha convertido en un cerdo.
Sólo la intervención de la joven y cálida Fio, la inteligente y dinámica ingeniera que repara su
hidroavión de combate tras un malogrado duelo con el cazafortunas americano Curtis, podrá renovar su confianza en el género humano y quién sabe, recuperar el amor de su vida, Gina, una mujer excepcional con la cual compartió momentos de felicidad y amargura en el pasado.
Hay momentos en este film que emocionan profundamente, con flashbacks y escenas muy emotivas,pero de entre las cuales resaltaría aquella en la que Porco desvela su desventurado pasado a Fio.
Esta película es un canto al amor, el honor y la amistad. Una película que exuda antibelicismo por todos sus poros, y que transmite ansias de libertad y una grandeza humana inconmensurable.
Los villanos de esta película no son los piratas del aire como cabría esperar.En realidad no
tienen rostro. De forma muy inteligente Miyazaki ha sabido plasmar en sutiles pinceladas a lo largo del metraje la inquietante atmósfera pre-bélica de la Segunda Guerra Mundial y el auge del fascismo.
Porco es un héroe sencillamente, porque a pesar del ambiente hostil que le rodea, mantiene intactos sus valores y es capaz de sacrificarlo todo por matenerse fiel a ellos y a a los seres que le son queridos.
Para ir finalizando esta crítica querría añadir que la película técnicamente es un primor, pura
artesania visual, y que la banda sonora compuesta por Jose Hisaishi, uno de los mejores compositores de las últimas décadas del cine, es bellísima y se integra perfectamente en el
espíritu del film.
Por todo ello, ya tan sólo me queda decir: ¡Bravo Porco!
2 de abril de 2017
2 de abril de 2017
35 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo te lo diré. La profundidad, el simbolismo y la espiritualidad de la película original.
La has convertido en un blockbuster sin alma, que se dedica a copiar la estética (lo mejor de la película, sin duda), a calcar escenas olvidando el sentido de las mismas.
Takeshi Kitano “molando” de jefe, un malo de opereta de una malvada corporación, experimentos fallidos,redención,venganza, justicia…bla, bla, bla. (*spoiler)
Todo trillado, intrascendente, hueco, mil veces visto y oído. Scarlett Johanson andando rígida como si tuviera un palo en el culo. En definitiva, una mayúscula decepción. Pero señores, esto es Hollywood.
Escuchar el tema principal de Kenji Kawai en los títulos de crédito es una broma pesada, una afrenta.
Si no están por la labor, si no quieren arriesgar, por favor, por lo que más quieran, dejen de hacer estas adaptaciones bochornosas. Respeten el Arte.
La has convertido en un blockbuster sin alma, que se dedica a copiar la estética (lo mejor de la película, sin duda), a calcar escenas olvidando el sentido de las mismas.
Takeshi Kitano “molando” de jefe, un malo de opereta de una malvada corporación, experimentos fallidos,redención,venganza, justicia…bla, bla, bla. (*spoiler)
Todo trillado, intrascendente, hueco, mil veces visto y oído. Scarlett Johanson andando rígida como si tuviera un palo en el culo. En definitiva, una mayúscula decepción. Pero señores, esto es Hollywood.
Escuchar el tema principal de Kenji Kawai en los títulos de crédito es una broma pesada, una afrenta.
Si no están por la labor, si no quieren arriesgar, por favor, por lo que más quieran, dejen de hacer estas adaptaciones bochornosas. Respeten el Arte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*En serio, ¿tanto costaba respetar el concepto original del Maestro de Marionetas? ¿Tan difícil era haber explotado convincentemente el trauma que supone ser una mente humana atrapada en un cuerpo robótico? ¿Tan complicado era explorar la interacción entre la mente y la inteligencia artificial dentro del mar de la información?

7,3
6.901
4
3 de junio de 2013
3 de junio de 2013
32 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
De mi paciencia.
Mi tercera incursión en el cine de Bergman, y posiblemente la última en un periodo de tiempo… indeterminado.
Me voy de vacío y totalmente indiferente ante lo que pretende contarme este film.
Muy onírico todo, muy simbólico, muy tétrico, muchas caras atormentadas, muy buena fotografía. Pero me da igual. A mí no me ha transmitido nada, ni siquiera inquietud, sólo hartazgo de su plomiza atmósfera.
Por ahí he leído que si fantasmas personales del artista, que si amores no enterrados del pasado, que si homosexualidad reprimida, que si referencias satánicas, que si esto o lo otro.
De acuerdo, me lo creo. No va a ser este ignorante quien lo desmienta.
Pero si necesito leerme un manual para extraerle un mínimo sentido a una película, mal vamos. Eso es abusar del espectador. Sobre todo de uno que ha peleado heroicamente contra el sopor de la sobremesa. Si te gusta exprimirte el coco e interpretar cada fotograma para hallar sus trascendentales mensajes, por mi perfecto.
Tú mismo, masoquista intelectual.
Mi tercera incursión en el cine de Bergman, y posiblemente la última en un periodo de tiempo… indeterminado.
Me voy de vacío y totalmente indiferente ante lo que pretende contarme este film.
Muy onírico todo, muy simbólico, muy tétrico, muchas caras atormentadas, muy buena fotografía. Pero me da igual. A mí no me ha transmitido nada, ni siquiera inquietud, sólo hartazgo de su plomiza atmósfera.
Por ahí he leído que si fantasmas personales del artista, que si amores no enterrados del pasado, que si homosexualidad reprimida, que si referencias satánicas, que si esto o lo otro.
De acuerdo, me lo creo. No va a ser este ignorante quien lo desmienta.
Pero si necesito leerme un manual para extraerle un mínimo sentido a una película, mal vamos. Eso es abusar del espectador. Sobre todo de uno que ha peleado heroicamente contra el sopor de la sobremesa. Si te gusta exprimirte el coco e interpretar cada fotograma para hallar sus trascendentales mensajes, por mi perfecto.
Tú mismo, masoquista intelectual.
SerieAnimación

7,1
235
Animación
10
20 de enero de 2010
20 de enero de 2010
26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inconcebiblemente esta entrañable serie aún no tiene crítica alguna.
Así pues no me queda otra que hacerle justicia a una de las mejores series de Anime que he visto y leido, y vaya por delante que la dedico a todos los otakus de la vieja escuela que la pudieron y supieron disfrutar.
Rumiko Takahasi es famosa en el mundo entero y pasará a la historia por su emblemática serie Ranma 1/2, que tanto ha dado que hablar.
No obstante para mi lo hará por este trabajo.
Porque, que me enganche una comedia-romántica(-fantástica) sin que me suba el azúcar hasta el extremo de darme nauseas y mareos (como suele ocurrir cuando he visto algún otro producto de la misma temática) tiene mucho mérito.
Y cómo es posible, pues por lo bien llevada que está la trama y por el gran carisma de los personajes que forman parte de ella.
Como cabría esperar la excusa para desarrollar esta historia es la relación romántica de los dos personajes protagonistas.
Él (Godai) es un mediocre estudiante repetidor intentando acceder a una universidad privada para estudiar pedagogía.
Ella (Kyoko) es una joven viuda que regenta una pensión heredada de la familia de su difunto esposo, en la cual se hospeda el susodicho estudiante.
Godai se enamora perdidamente de Kyoko (su kanririn-san) en cuanto la ve por primera vez. Ella no. Entre otras cosas por la enorme cicatriz sentimental que le ha supuesto su reciente viudedad, ya que amaba profundamente a su difunto marido.
En cualquier caso Kyoko, en un principio, siente cierta simpatía por el joven, al cual intenta ayudar a que se concentre en sus estudios.
¿Y cómo le ayuda? Pues intentando mantener alejados de él a la alocada tropa de inquilinos de la pensión Ikkoku, la cual tiene como pasatiempo hacerle la vida imposible con sus bromas y chanzas constantes.
La serie esta repleta de alivios cómicos que dan pie a todo tipo de situaciones simpáticas, divertidas y a veces un tanto delirantes, gracias en buena parte a esos grandiosos secundarios que pueblan esta historia. Impagables Yostsuya, Akemi, Ichinose e hijo, Mitaka,los padres de Kyoko,la abuela de Godai, etc...
Y entre embrollo y embrollo se va fraguando lentamente esa historia de amor entre los protagonistas llena de altibajos.
Para mi fue imposible no empatizar con el tontorrón de Godai, y aún así sentir verdadera simpatía por su "a priori" perfecta nemésis y rival en el amor Mitaka, el cual encarna una serie de virtudes tales como ser rico, guapo, manitas en la cocina y todo un galan. Porque conforme avanza la historia (y en esto Rumiko es portentosa) va quedando claro que nadie es tan perfecto ni tan negado como pueda aparentar en primera instancia, y al final todos tenemos un
corazoncito que nos hace vulnerables.(Continuación en el spoiler)
Así pues no me queda otra que hacerle justicia a una de las mejores series de Anime que he visto y leido, y vaya por delante que la dedico a todos los otakus de la vieja escuela que la pudieron y supieron disfrutar.
Rumiko Takahasi es famosa en el mundo entero y pasará a la historia por su emblemática serie Ranma 1/2, que tanto ha dado que hablar.
No obstante para mi lo hará por este trabajo.
Porque, que me enganche una comedia-romántica(-fantástica) sin que me suba el azúcar hasta el extremo de darme nauseas y mareos (como suele ocurrir cuando he visto algún otro producto de la misma temática) tiene mucho mérito.
Y cómo es posible, pues por lo bien llevada que está la trama y por el gran carisma de los personajes que forman parte de ella.
Como cabría esperar la excusa para desarrollar esta historia es la relación romántica de los dos personajes protagonistas.
Él (Godai) es un mediocre estudiante repetidor intentando acceder a una universidad privada para estudiar pedagogía.
Ella (Kyoko) es una joven viuda que regenta una pensión heredada de la familia de su difunto esposo, en la cual se hospeda el susodicho estudiante.
Godai se enamora perdidamente de Kyoko (su kanririn-san) en cuanto la ve por primera vez. Ella no. Entre otras cosas por la enorme cicatriz sentimental que le ha supuesto su reciente viudedad, ya que amaba profundamente a su difunto marido.
En cualquier caso Kyoko, en un principio, siente cierta simpatía por el joven, al cual intenta ayudar a que se concentre en sus estudios.
¿Y cómo le ayuda? Pues intentando mantener alejados de él a la alocada tropa de inquilinos de la pensión Ikkoku, la cual tiene como pasatiempo hacerle la vida imposible con sus bromas y chanzas constantes.
La serie esta repleta de alivios cómicos que dan pie a todo tipo de situaciones simpáticas, divertidas y a veces un tanto delirantes, gracias en buena parte a esos grandiosos secundarios que pueblan esta historia. Impagables Yostsuya, Akemi, Ichinose e hijo, Mitaka,los padres de Kyoko,la abuela de Godai, etc...
Y entre embrollo y embrollo se va fraguando lentamente esa historia de amor entre los protagonistas llena de altibajos.
Para mi fue imposible no empatizar con el tontorrón de Godai, y aún así sentir verdadera simpatía por su "a priori" perfecta nemésis y rival en el amor Mitaka, el cual encarna una serie de virtudes tales como ser rico, guapo, manitas en la cocina y todo un galan. Porque conforme avanza la historia (y en esto Rumiko es portentosa) va quedando claro que nadie es tan perfecto ni tan negado como pueda aparentar en primera instancia, y al final todos tenemos un
corazoncito que nos hace vulnerables.(Continuación en el spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El trasfondo histórico y social en el que se desarrolla la historia es el Japon de los 80, y las aspiraciones de los personajes protagonistas no pueden ser más mundanas, es decir, encontrar trabajo, encontrar pareja y formar una familia. Si lo piensas bien toda una aventura.
Por el camino se van dejando caer pequeños detalles que nos hacen percibir que debajo de tan alegres vivencias hay realidades muy duras (para los entendidos el marido de Ichinose) en una sociedad ultracompetitiva como la japonesa y cuál es el precio del fracaso.
A pesar de todas las virtudes ensalzadas, la serie tiene tiene un defecto visible a simple vista, y es su duración. En mi opinión enrevesan demasiado la trama, haciendo que los desencuentros del último tercio de la historia resulten demasiado forzados, y uno acabe por desesperarse con la pareja ante tanto juego del gato y el ratón absurdo, cuando es evidente
que ambos se corresponden.
Para acabar esta crítica-homenaje, aclarar por qué he incluido el calificativo fantástica al referirme al género de la serie.
Simplemente porque aunque su trasfondo realista (sin mundos fantásticos, robots, ninjas, etc...) pueda tentarnos a creer en su verosimilud en algunos puntos, en realidad, si uno se para bien a pensar, la realidad nunca pintó tan bonita como en esta serie. Y es que la vida no es tan divertida, ni es tan amable, ni está poblada por personajes tan carismáticos.
En definitiva, una bonita fantasía mundana.
Por el camino se van dejando caer pequeños detalles que nos hacen percibir que debajo de tan alegres vivencias hay realidades muy duras (para los entendidos el marido de Ichinose) en una sociedad ultracompetitiva como la japonesa y cuál es el precio del fracaso.
A pesar de todas las virtudes ensalzadas, la serie tiene tiene un defecto visible a simple vista, y es su duración. En mi opinión enrevesan demasiado la trama, haciendo que los desencuentros del último tercio de la historia resulten demasiado forzados, y uno acabe por desesperarse con la pareja ante tanto juego del gato y el ratón absurdo, cuando es evidente
que ambos se corresponden.
Para acabar esta crítica-homenaje, aclarar por qué he incluido el calificativo fantástica al referirme al género de la serie.
Simplemente porque aunque su trasfondo realista (sin mundos fantásticos, robots, ninjas, etc...) pueda tentarnos a creer en su verosimilud en algunos puntos, en realidad, si uno se para bien a pensar, la realidad nunca pintó tan bonita como en esta serie. Y es que la vida no es tan divertida, ni es tan amable, ni está poblada por personajes tan carismáticos.
En definitiva, una bonita fantasía mundana.
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