Una colección de canciones comerciales que en vez de introducirnos en la trama, ambientar un paisaje, situación o enfoque, alejan al espectador de la trama. Suena como si el director nos quisiese revelar lo que escucha en su ipod personal. Un saludo
ps. Me olvidaba: alguien sabe cuánto pagó Pepsi y sus amiguitos de las chocolatinas por la sutil y refrescante publicidad?

Quería dar toda mi artillería verbal para destrozar esta película pero veo que hay críticas razonables (sobre todo las últimas, muchísimas gracias, compañeros) así que sólo me queda una duda: Cómo es que el machito este indigente tiene un pedazo moto BMW? Jajajaja que me lo expliquen...

Tengo la sensación de que Won Kar Wai se recrea cada vez más en su propio neorromanticismo. Largometrajes como Happy together o la dulce-salada-amarga Chunking Express fueron mucho más espontáneos técnicamente pero más aclamados. ¿Preferimos quizás menos azúcar? (ojo, no confundir los planos de cámara en movimiento con espontaneidad). Un saludo.