¿Cómo te sentirías si un día recibieses un correo electrónico con dibujos que mostrasen lo que estás haciendo, lo que vas a hacer y cómo vas a morir?
Killer toon es una original propuesta coreana que mezcla thriller policíaco con una peculiar historia de fantasmas. El principio está genial, incluso las tres primeras partes funcionan muy bien. Se nota que el director hace un esfuerzo por no caer en lo estándar y crear un producto decente, lo cual es de agradecer. Personalmente creo que lo consigue. Hacia el final, asistimos a un par de vueltas de tuerca que nos hacen perder un poco la sintonía. Aún así, se deja ver. Toda una sorpresa este Kim Yong-gyun.

Pues eso, los zombies invaden el planeta y un grupo de soldados intenta sobrevivir asaltando a los supervivientes. Curiosamente, aunque el mundo se ha ido al traste, las cadenas de TV todavía funcionan, incluso emiten comedias sobre zombies. Es entonces cuando uno de los soldados suelta ¡¡la frase de la película!!: "Tenemos que desertar". Desertar de qué jilipollas, si el mundo se ha ido a hacer puñetas.
Mientras, en un pueblico, un grupo de personas mantiene "con vida" a sus seres queridos zombies, con la esperanza de que algún día se descubra la solución que les devuelva a su estado normal, y claro, tienen que mantenerlos con vida ¿cómo? Adivína...
En fin, una de tantas. Reventadas de cabeza, explotadas de ojo y demás gorerías, sangraza abundante y poco más. Hay algunas escenas graciosas, como aquella del tipo que pesca un zombie podrido con una caña para lubinas... La pongo un tres porque porque tiene varios puntitos cómicos y algunas salchichadas sanguinolentas divertidas, pero no creo que vuelva a verla...

Dos soldados alemanes y un prisionero noruego que andan más perdidos que un pulpo en un garaje, llegan a una casona aislada en medio de un bosque nevado (bueno, lo de alemanes da igual, podrían ser leñadores de Kansas o barrenderos de Coslada, aunque por el traje de saldo que llevan parece que pertenezcan a una chirigota gaditana).
Total que nada más llegar oyen ruidos en el piso de arriba, sombras que vienen y van, un ovillo de lana que se mueve por ahí solito, una mano furtiva detrás de la cortina, luces que se apagan de golpe, la radio que va a su bola. Así ¡media hora! (qué coño, ¡más!).
Poco a poco van asimilando que el que entra en esa casa lo tiene jodido. Es que al parecer hubo un exorcismo tiempo atrás y un espíritu viejuno se quedó por ahí a ver. En fin, que aún cuando el argumento se aparta de los estándares, el desarrollo se reinventa de forma lenta, inconexa, rara y con actuaciones poco convincentes (joe, que os están vacilando del más allá ¡¡y no os cambia la puta la cara coño, sobre todo al soldado mayor!!). De repente sale una tía por ahí, y luego otra diferente... "Eso ya lo he vivido Hans", "Bueno, ahora sabemos lo que hay que hacer". ¿En serio? ¡Venga yaaa!.
Aunque algunos momentos destilan algo de tensión, en líneas generales resulta ¡un coñazo! No sé, debe ser el estilo noruego, o que durante el rodaje se inflaron a salmón y les entró una cagalera del carajo y ¡venga!, ¡a terminar como sea que no me aguanto más!
El final es de traca.

Dos chispas que se dedican a eliminar cucarachas (un tio mofletudo y un escuchimizado que sólo suelta paridas), se proponen destruir una araña extraterrestre del tamaño de un camión cisterna que ha escapado de un laboratorio. Afortunadamente no están sólos, cuentan con la ayuda de una teniente macizorra, un supercoronel con cara de estreñido y un asesor con sombrero cubano y gafas de sol que se la pela todo.
Es una pena porque algunas escenas están muy bien y sin embargo, han abusado de las malas, las que nos recuerdan a un videojuego o las grabadas en interiores (el súper puesto de mando), con un equipamiento a base de nintendos y consolas compradas en ebay. Entre parida y parida (hay alguna graciosa), la peli nos va recordando cada vez más a una extraña mezcla de "King kong" y "Sólo ante el peligro" (bueno, a "Pin y Pon" y a "Solas con su ombligo"), así que os podéis imaginar el resto. Todo es obvio, todo es predecible, justamente lo que se espera de ella, ni más, ni menos. En fin, no creo que hagan una segunda parte.

Un grupo de soldados colombianos llega a un puesto de comunicaciones supuestamente atacado por la guerrilla. Cuando llegan, no hay nadie, sólo cadáveres, sangre por todas partes, símbolos de magia negra y una mujer más fea que pegar a un padre, emparedada.
La ambientación y la banda sonora están bien, incluso hay momentos de cierta tensión al principio. Pero a medida que avanza la película, pierde gas y comienzan a resultar pesados los primeros planos de los cogotes de los soldados, sus "hijueputa" y demás vocablos incomprensibles (no está doblada) que no paran de gritarse unos a otros, y sobre todo, la falta de incidentes que den sentido a lo que realmente ocurre o parece que ocurre o crees que ocurre (yo no me he enterado). Todo parece girar alrededor de la mujer, a la que curiosamente, apenas se ve. En definitiva, apunta maneras, buen comienzo pero luego, aburre y sólo quieres que termine porque no le encuentras ningún sentido.