Película que trata de un tema ya bastante trillado (las drogas), aunque con un punto de vista bastante novedoso y original, que toma la forma de una pastillita transparente que te hace aprovechar todo el potencial de tu cerebro.
Tomando este argumento como base, el director va desarrollando las distintas fases por las que va pasando un drogadicto: el subidón inicial y la sensación de superioridad, los problemas que van apareciendo cuando empiezas a depender cada vez más de ella, una posterior fase de estabilización y, finalmente, el desenganche.
Sin embargo, al sr. Burguer se le debió pasar por alto la oportunidad que se le presentaba, ya que de un "podría haber sido" no queda más que un trasfondo casi invisible, al centrarse más en transmitir los subidones del prota, enseñar su cara bonita y los trajes que se gastan los brokers; embrollando además la historia con la aparición de personajes que realmente no vienen a cuento y un desenlace, cuanto menos, poco creíble, con unos cuantos agujeros en el desarrollo de la historia.
En resumen, a pesar de que es una peli hasta cierto punto interesante y que logra mantener tu atención, en mi opinión Neil Burguer falló totalmente en el desarrollo de la argumentación de la película; aunque claro, con un guaperas como Bradley Cooper, del que no recuerdo ninguna película notable, uno ya sabe a lo que se expone...

Visto que la crítica se divide entre fans incondicionales y enemigos acérrimos, diré que no me incluyo en ninguno de los dos grupos. La película, como todas, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. De entre las cosas buenas, destacar la fotografía y la banda sonora (quién no conoce ahora "Así habló Zaratustra"?), además de tratar el tema de las inteligencias extraterrestres de un modo totalmente novedoso. Como punto negativo principal, la película va demasiado lenta y se hace bastante pesada en algunos tramos. Además, una de las últimas escenas no es más que una combinación de colorines, que no tiene mucho que ver con la descripción del libro, el cual SÍ RECOMIENDO leer.

Una película regulera donde las haya, en la cual su mayor reclamo son los efectos especiales y las caras guapas de los actores. Indudablemente, las escenas de acción están medianamente logradas, pero el encanto de la película no va más allá: no existen diálogos trabajados, ni un desarrollo convincente. Lo que más me sorprendió, y reconozco que es original, son las abudcciones en masa, tragándose toneladas de polvo de paso, como si las naves espaciales fueran aspiradoras tamaño industrial reconvertidas. Una película que pasaría sin pena ni gloria en una tarde de domingo, si no fuera por el patinazo que dan los directores con el final, que probablemente se les fue de las manos y no les quedó más remedio que hacer una chapuza. Por eso, y por el dinero que cuesta hoy ir al cine...

Ridley Scott consiguió marcar unos estándares para el cine de terror con la insuperable película "Alien", pero...¿qué pasaría luego? Era evidente que después de ese peliculón, la gente querría una secuela, que vendría de la mano de James Cameron en el 86.
Si alguien dijo que segundas partes nunca fueron buenas, deberá retractarse en cuanto vea esta película. El bueno de Cameron, procuró no caer en la repetición intentando emular a Scott, ya que el halo de misterio de la criatura "Alien" ya estaba disipado. Utilizando todo lo que podía sacarse en claro de la primer parte, creó una película de acción, aunque con unos toques de terror que también la hacen destacable, combinando un ritmo mucho más rápido de las escenas con más caña con la lentitud y la tensión de las escenas de "y qué pasará ahora?" que por lo menos a mí me recuerdan vagamente a la atmósfera de la primera película.