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6
10 de diciembre de 2019
10 de diciembre de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amo muy fuertemente el cine de Varda, pero para ésto de criticar películas estoy aprendiendo a ser imparcial. La verdad, es que este documental es el más flojito que vi de ella, y eso que me los vi casi todos.
Podría considerarse que el documental está dividido en dos grandes secuencias. La primera parte donde nos cuenta intimidades de sus primeras películas, vemos algunos detrás de escena y entrevistas actuales con algunos protagonistas; por otro lado en la segunda gran secuencia, hay un tratamiento similar a la anterior pero más enfocado en sus instalaciones artísticas. He aquí el primer traspié: si no viste nada de ella, será poco el jugo que se le puede sacar de manera objetiva al film.
Leí por aquí en otras críticas, que Agnes da una excelente master class sobre cómo filmar. Pero entonces ¿En dónde radica la riqueza del film? ¿Qué rasgo identitario volverá esta película distinta a un vídeo de YouTube que graba una master class de un anfiteatro? Hay algunos momentos en donde el lenguaje propio del cine Vardareño se hace presente. Por ejemplo en cierta escena sobre los personajes parisinos, justo antes de hablar de Daguerrotipes que justamente es su documental más valioso (para mí, por supuesto). Cierta cadencia del montaje, una locución veloz, saltos espacio-temporales; y demases cosas que se sienten y no se explican, acercan su estilo al de Chris Marker, a quién recordé durante el film y lamenté no verlo reconocido en ningún momento, incluso siendo un amigo cercano de Agnes.
Pero estos destellos de identidad fílmica se repiten incongruentemente, para luego desaparecer tan rápido como vinieron. Más allá de todo esto (y se lo atribuyo a mi fanatismo), debo decir que me conmoví, sobre todo al principio; viendo como se reencontraba con emblemáticos colaboradores de su cine, descubriendo sus más profundos deseos cinematográficos y por otro lado, saciando cierta "necesitad" amarillista que todos poseemos para con nuestros ídolos. Wow, ¿Que Agnes trataba mal a Sandrine Bonnaire en Sin Techo ni Ley? oh, cuéntame más. xd
Un amante del cine de esta directora, cómo me considero ser, apreciará mucho este documental. Aprendemos cosas no sólo de las películas filmadas, sino también del pasado militante de la realizadora, muy interesante también. Otra cosa que se aprende: Robert de Niro trabaja tan bien que cuando filmó con Varda practicó mucho el francés y corrió sus horas de sueño por tres días para adaptarse a las filmaciones en otro país, sin perder su frescura durante el rodaje. Quién diría. Bueno, si no conocés a Agnes Varda, y ya leíste todo esto, ni veas esta peli. Mejor mirá Las Playas de Agnes o Los Espigadores y la Espigadora. Esas si son películas de presentación excepcionales.
Y dicho eso, justamente, ésta no es una película de presentación sino una de despedida. Para los viejos amantes de esta monstrua del cine, para que terminemos de englobar todos sus logros, y sea total y absolutamente contundente su paso en la historia del cine. Lamento que no haya sido más apabullante este documental en particular, no logré dotarlo de identidad propia, son tantas las referencias y los extractos de sus otras obras que no pude encontrar una obra completa. Suena como si fuera una de esas películas post mortem, que quizás ideó un director fallecido y alguien más termina de filmarla.
Aún así amo el cine de Agnes Varda y nada va a cambiar el profundo respeto y cariño que tengo por sus películas.
Podría considerarse que el documental está dividido en dos grandes secuencias. La primera parte donde nos cuenta intimidades de sus primeras películas, vemos algunos detrás de escena y entrevistas actuales con algunos protagonistas; por otro lado en la segunda gran secuencia, hay un tratamiento similar a la anterior pero más enfocado en sus instalaciones artísticas. He aquí el primer traspié: si no viste nada de ella, será poco el jugo que se le puede sacar de manera objetiva al film.
Leí por aquí en otras críticas, que Agnes da una excelente master class sobre cómo filmar. Pero entonces ¿En dónde radica la riqueza del film? ¿Qué rasgo identitario volverá esta película distinta a un vídeo de YouTube que graba una master class de un anfiteatro? Hay algunos momentos en donde el lenguaje propio del cine Vardareño se hace presente. Por ejemplo en cierta escena sobre los personajes parisinos, justo antes de hablar de Daguerrotipes que justamente es su documental más valioso (para mí, por supuesto). Cierta cadencia del montaje, una locución veloz, saltos espacio-temporales; y demases cosas que se sienten y no se explican, acercan su estilo al de Chris Marker, a quién recordé durante el film y lamenté no verlo reconocido en ningún momento, incluso siendo un amigo cercano de Agnes.
Pero estos destellos de identidad fílmica se repiten incongruentemente, para luego desaparecer tan rápido como vinieron. Más allá de todo esto (y se lo atribuyo a mi fanatismo), debo decir que me conmoví, sobre todo al principio; viendo como se reencontraba con emblemáticos colaboradores de su cine, descubriendo sus más profundos deseos cinematográficos y por otro lado, saciando cierta "necesitad" amarillista que todos poseemos para con nuestros ídolos. Wow, ¿Que Agnes trataba mal a Sandrine Bonnaire en Sin Techo ni Ley? oh, cuéntame más. xd
Un amante del cine de esta directora, cómo me considero ser, apreciará mucho este documental. Aprendemos cosas no sólo de las películas filmadas, sino también del pasado militante de la realizadora, muy interesante también. Otra cosa que se aprende: Robert de Niro trabaja tan bien que cuando filmó con Varda practicó mucho el francés y corrió sus horas de sueño por tres días para adaptarse a las filmaciones en otro país, sin perder su frescura durante el rodaje. Quién diría. Bueno, si no conocés a Agnes Varda, y ya leíste todo esto, ni veas esta peli. Mejor mirá Las Playas de Agnes o Los Espigadores y la Espigadora. Esas si son películas de presentación excepcionales.
Y dicho eso, justamente, ésta no es una película de presentación sino una de despedida. Para los viejos amantes de esta monstrua del cine, para que terminemos de englobar todos sus logros, y sea total y absolutamente contundente su paso en la historia del cine. Lamento que no haya sido más apabullante este documental en particular, no logré dotarlo de identidad propia, son tantas las referencias y los extractos de sus otras obras que no pude encontrar una obra completa. Suena como si fuera una de esas películas post mortem, que quizás ideó un director fallecido y alguien más termina de filmarla.
Aún así amo el cine de Agnes Varda y nada va a cambiar el profundo respeto y cariño que tengo por sus películas.

6,7
8.073
9
12 de noviembre de 2019
12 de noviembre de 2019
Sé el primero en valorar esta crítica
Me vuelvo loco. Qué es esta mezcla Sean Baker-Gaspar Noé-Martin Scorsese. Aquí tenemos una película de acción, aunque nunca se disparen tiros ni mueran tantas personas. Por momentos me hace acordar un poco a Children of Men, pero ya basta de compararla con otras cosas, Good Time posee identidad propia y merece ser celebrado.
Dos hermanos que se aman, uno de los cuales parece tener un retraso madurativo. Su voz suena distante, aunque su cuerpo reciba todos los golpes que puedan darle. Lo interpreta de manera magistral Ben Safdie, quién también es director, editor, sonidista y demáses en esta cinta (he aquí una garantía del especial compromiso de un realizador para con su obra en estos tiempos de decadencia). El otro hermano (Robert Pattinson AKA Connie Nikas) es más racional, aunque justamente ese punto es algo discutible a lo largo de la película; pues dudo que un personaje racional actúe como Connie Nikas. En este punto, y hablando particularmente sobre lo que se habla de ésta película, debo coincidir en que Pattinson estuvo increíble. Hay una parte, más tirando al final, en la que está discutiendo con un hombre todo golpeado en la casa de un guardia de seguridad. Es de mañana y ya están los dos muy cansados (el golpeado, ebrio), la luz matinal que entra por la ventana, iluminando el demacrado rostro de Connie, y su gesto de desprecio altanero por sobre el otro personaje es magistral. También que el único momento de sensualidad protagonizado por este actor, tan buscado por esos efectos, sea mientras se tiñe el pelo y fuma un cigarrillo iluminado por una televisión sin señal.
Bueno, me fui por cualquier lado. La historia se basa en que estos dos hermanos roban un banco y cosas pasan. Capturan a Nick Nikas (Benny Safdie) y su hermano hace lo imposible para rescatarlo. Porque lo quiere mucho, y además siente tener que hacerse cargo de su hermano mentalmente discapacitado; y no me parece un tema menor en absoluto ¿Hasta dónde debemos estar para el otro? Me gusta porque si bien hay una gran intención de mostrar unos vínculos fuertes entre los personajes principales, el mensaje final podría ser que mejor no, que mejor no se ayuden...
Mención aparte merecen las actuaciones secundarias. Cada participación, desde la genial Jennifer Jason Leigh, hasta el personaje de la señora que habla mal inglés y tiene unas uñas gigantes y fuma y sale como dos minutos enriquece mucho la película. Lo roto, lo sucio, lo ruin como estética. Amo. Y hablando de estéticas, un aplauso a la banda sonora.
Si tengo que elegir algo que no me gustó, o que me pareció raro (por supuesto en el mal sentido) fue el armado de las secuencias, más particularmente la del personaje golpeado, que cuenta cómo lo metieron preso en el auto. No la encontré del todo orgánica con el resto del film, quizás por su poca correlación con el presente inmediato. Sí era necesario saber de la botella y de la plata escondida, pero un único flashback en una historia tan vertiginosa y en tiempo real, corta el tratamiento temporal tan bruscamente que terminó siendo el único momento "lento" del film (a nivel perceptivo).
En conclusión "los hermanos sean unidos" nunca tuvo una connotación tan trágica como en este film. Además es gracioso por el parentesco entre los directores xd.
Dos hermanos que se aman, uno de los cuales parece tener un retraso madurativo. Su voz suena distante, aunque su cuerpo reciba todos los golpes que puedan darle. Lo interpreta de manera magistral Ben Safdie, quién también es director, editor, sonidista y demáses en esta cinta (he aquí una garantía del especial compromiso de un realizador para con su obra en estos tiempos de decadencia). El otro hermano (Robert Pattinson AKA Connie Nikas) es más racional, aunque justamente ese punto es algo discutible a lo largo de la película; pues dudo que un personaje racional actúe como Connie Nikas. En este punto, y hablando particularmente sobre lo que se habla de ésta película, debo coincidir en que Pattinson estuvo increíble. Hay una parte, más tirando al final, en la que está discutiendo con un hombre todo golpeado en la casa de un guardia de seguridad. Es de mañana y ya están los dos muy cansados (el golpeado, ebrio), la luz matinal que entra por la ventana, iluminando el demacrado rostro de Connie, y su gesto de desprecio altanero por sobre el otro personaje es magistral. También que el único momento de sensualidad protagonizado por este actor, tan buscado por esos efectos, sea mientras se tiñe el pelo y fuma un cigarrillo iluminado por una televisión sin señal.
Bueno, me fui por cualquier lado. La historia se basa en que estos dos hermanos roban un banco y cosas pasan. Capturan a Nick Nikas (Benny Safdie) y su hermano hace lo imposible para rescatarlo. Porque lo quiere mucho, y además siente tener que hacerse cargo de su hermano mentalmente discapacitado; y no me parece un tema menor en absoluto ¿Hasta dónde debemos estar para el otro? Me gusta porque si bien hay una gran intención de mostrar unos vínculos fuertes entre los personajes principales, el mensaje final podría ser que mejor no, que mejor no se ayuden...
Mención aparte merecen las actuaciones secundarias. Cada participación, desde la genial Jennifer Jason Leigh, hasta el personaje de la señora que habla mal inglés y tiene unas uñas gigantes y fuma y sale como dos minutos enriquece mucho la película. Lo roto, lo sucio, lo ruin como estética. Amo. Y hablando de estéticas, un aplauso a la banda sonora.
Si tengo que elegir algo que no me gustó, o que me pareció raro (por supuesto en el mal sentido) fue el armado de las secuencias, más particularmente la del personaje golpeado, que cuenta cómo lo metieron preso en el auto. No la encontré del todo orgánica con el resto del film, quizás por su poca correlación con el presente inmediato. Sí era necesario saber de la botella y de la plata escondida, pero un único flashback en una historia tan vertiginosa y en tiempo real, corta el tratamiento temporal tan bruscamente que terminó siendo el único momento "lento" del film (a nivel perceptivo).
En conclusión "los hermanos sean unidos" nunca tuvo una connotación tan trágica como en este film. Además es gracioso por el parentesco entre los directores xd.
7
14 de mayo de 2023
14 de mayo de 2023
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Las películas de Armando Bo fueron muy solicitadas en Europa y Norteamérica. Al tratarse de cine independiente, cambiaban cintas de Bo por otras películas "menores" de aquellos lugares, que luego podían proyectarse en la Argentina. Gracias a la red de distribución de la productora culpable de películas como Carne, en nuestro país estrenaron, por ejemplo, las primeras películas de Roman Polanski. Me parece importante aclarar que la poca monta que le atribuyen muchas personas a esta película y otras de la dupla Sarli-Bo, es injusta en cuanto a lo que pudieron significar estos films a nivel cultural en la región, de forma directa o indirecta.
Dicho lo anterior, Carne me parece un peliculón. La Coca, acariciando con sus manos suaves y calientes, el surco de su pecho en un gesto desesperado de amor. La vela que se apaga inmediatamente después de que Delicia (Sarli) lanza una plegaria, garantizando la desvalía de nuestra heroína. El protagonismo erótico de Víctor Bo al comienzo del film. Poesía pura.
En cuanto a lo conceptual, hay muchas cosas que están mal, sobre todo en la época actual, en donde no se deben pasar por alto algunas ideas. Como el hecho de erotizar una situación aberrante. Pero hay incluso en esto, algunos aspectos interesantes a abordar.
Dicho lo anterior, Carne me parece un peliculón. La Coca, acariciando con sus manos suaves y calientes, el surco de su pecho en un gesto desesperado de amor. La vela que se apaga inmediatamente después de que Delicia (Sarli) lanza una plegaria, garantizando la desvalía de nuestra heroína. El protagonismo erótico de Víctor Bo al comienzo del film. Poesía pura.
En cuanto a lo conceptual, hay muchas cosas que están mal, sobre todo en la época actual, en donde no se deben pasar por alto algunas ideas. Como el hecho de erotizar una situación aberrante. Pero hay incluso en esto, algunos aspectos interesantes a abordar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Delicia es llevada a un camión, en donde una serie de personajes se acerca a violarla. O eso aparentan hacer. Tenemos a tres personajes que consuman la violación, y dos que no lo hacen. Ante el devenir de la acción, a pesar de que el film busca el morbo del espectador durante las violaciones, podemos ponernos de acuerdo en que las personas que no violan a Delicia son más simpáticos que quienes sí lo hacen. Esto, a pesar de que un gran sector del público, varón y heterosexual, hubiera actuado de la manera más reprochable. Pero vamos, los canallas (gran insulto influenciado por la Coca) nunca se identifican como tal. Aquí aparece el personaje de Minguito, como uno de los que no la violan, encarnando al típico y verdadero macho argentino. Un boludo incapaz de hacer nada, simpatizante con todos, sin coraje para tomar un bando, pero haciendo lo mínimo indispensable para quedar como uno de los buenos.
Luego tenemos el momento más gay y por lo tanto el peor actuado en la película. La segunda persona que decide no violar a Delicia es un homosexual (así figura en los créditos) tapado. Este señor, envidia su corpiño de encaje y el hecho de que haya sido violada. Él está enamorado de Armando (Víctor Bo) pero le viene bien si todos sus amigos lo violaran en grupo. Deleznable.
Así y todo, estos personajes cretinos y traicioneros, son traídos como aliados de Delicia, lo que genera una paradoja para el lugar que siempre ocuparon, sobre todo los homosexuales, en el cine de la época.
Otro rasgo no menor, es el paisaje obrero que está presente todo el tiempo. Todos son trabajadores, gente de clase baja con sus problemas y realidades. Es quizás uno de los films de la dupla, que más se acerca al Neorrealismo italiano, que junto a la baja calidad del material fílmico, genera una cohesión mucho mayor que otros, por supuesto, sin perder nunca (ya quisieran) el componente trash/camp que personas como yo amamos ver.
Pienso en lo genial que hubiera sido un punto de vista más extremo en lo feminista. La frase famosa, tan ultrajada por las otras críticas aquí presentes, "Carne sobre carne" es quizás el momento más feminista del cine argentino de la época (antes los hubo, y más grandes, gracias a la excepcional Vlasta Lah pero corresponde hablar de ello en otro lugar) y solo se quedó allí. La Coca, recién violada, pasando jabón por sus tetas y mirando a cámara provocativamente termina echando por tierra cualquier gravedad que se le haya querido dar al asunto central del film: Los hombres en su mayoría son peligrosos.
Ante el pedido de auxilio a una amiga, también se responde con tibieza, y de vuelta se pierde un hilo narrativo que aunque en la época quizás no hubiera ayudado a generar ganancias, hubiera perdurado en el tiempo y en la actualidad como una joya fuera de época y un alivio para tantas.
Luego tenemos el momento más gay y por lo tanto el peor actuado en la película. La segunda persona que decide no violar a Delicia es un homosexual (así figura en los créditos) tapado. Este señor, envidia su corpiño de encaje y el hecho de que haya sido violada. Él está enamorado de Armando (Víctor Bo) pero le viene bien si todos sus amigos lo violaran en grupo. Deleznable.
Así y todo, estos personajes cretinos y traicioneros, son traídos como aliados de Delicia, lo que genera una paradoja para el lugar que siempre ocuparon, sobre todo los homosexuales, en el cine de la época.
Otro rasgo no menor, es el paisaje obrero que está presente todo el tiempo. Todos son trabajadores, gente de clase baja con sus problemas y realidades. Es quizás uno de los films de la dupla, que más se acerca al Neorrealismo italiano, que junto a la baja calidad del material fílmico, genera una cohesión mucho mayor que otros, por supuesto, sin perder nunca (ya quisieran) el componente trash/camp que personas como yo amamos ver.
Pienso en lo genial que hubiera sido un punto de vista más extremo en lo feminista. La frase famosa, tan ultrajada por las otras críticas aquí presentes, "Carne sobre carne" es quizás el momento más feminista del cine argentino de la época (antes los hubo, y más grandes, gracias a la excepcional Vlasta Lah pero corresponde hablar de ello en otro lugar) y solo se quedó allí. La Coca, recién violada, pasando jabón por sus tetas y mirando a cámara provocativamente termina echando por tierra cualquier gravedad que se le haya querido dar al asunto central del film: Los hombres en su mayoría son peligrosos.
Ante el pedido de auxilio a una amiga, también se responde con tibieza, y de vuelta se pierde un hilo narrativo que aunque en la época quizás no hubiera ayudado a generar ganancias, hubiera perdurado en el tiempo y en la actualidad como una joya fuera de época y un alivio para tantas.

6,7
8.694
9
27 de noviembre de 2020
27 de noviembre de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Vi ininterrumpidamente los primeros 15 minutos del film, con un disfrute tremendo. Este robo a Kaurismaki, es algo que ciertamente se puede ver. Una estética hermosa, con planos sumamente cuidados, un guión cuyo humor replica los mejores pasajes del cineasta finés, y actores acordes a sus exigencias hicieron una película bella.
Pasados esos primeros 15 minutos, y al tratarse de ésta, la película elegida para una cita romántica en mi casa, tuve que disminuir mi atención hacia la pantalla. Por momentos, y me refiero a durante el sexo, miraba uno que otro plano maravillado. También escuchaba esos modos uruguayos; y aunque me deleitaba, tenía cosas más importantes hacia donde dirigir mi atención.
De todas maneras, las primeras escenas me hicieron imaginar una cadencia, que sin saber si se trata de lo que verdaderamente sucede en el film o no, me dispongo a narrar y analizar a continuación:
Pasados esos primeros 15 minutos, y al tratarse de ésta, la película elegida para una cita romántica en mi casa, tuve que disminuir mi atención hacia la pantalla. Por momentos, y me refiero a durante el sexo, miraba uno que otro plano maravillado. También escuchaba esos modos uruguayos; y aunque me deleitaba, tenía cosas más importantes hacia donde dirigir mi atención.
De todas maneras, las primeras escenas me hicieron imaginar una cadencia, que sin saber si se trata de lo que verdaderamente sucede en el film o no, me dispongo a narrar y analizar a continuación:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quiero creer, que durante su viaje a una playa lejana a Montevideo, Marta desarrolla un romance con Hernán. Todo a espaldas de su supuesto marido. La situación no da para más, y muy afligida, Marta decide contarle toda la verdad (sobre el engaño, sobre que no es la esposa de su hermano) a su nuevo amor. La farsa se cae, y es la misma Marta, quién opera como mediadora entre los hermanos. Pues resulta ser esta mujer, sumamente importante para los dos, uno por un amor nuevo e irremediable, el otro por el pilar de su día a día.
Jacobo se resiste a la idea, alega traición, aunque en realidad teme que Marta se aleje de él para siempre. Hernán no se queda atrás, acusando de mentiroso a su hermano. Ambos tienen razón. Pero quién toma las riendas del juego es Marta, y ella toma el camino del amor.
Decide irse para siempre con Hernán, trabajar con él y vivir en concubinato (ya están viejos para casarse, aparte para qué). Por otro lado, Jacobo termina sólo en Montevideo, con la misma rutina de siempre. La diferencia es que ahora se abraza a su soledad, a sus quehaceres y a su modo de vida sedentaria y aburrida. Ya no aparentará más para nadie. Canción suave, cámara que se aleja de Jacobo tomando café y leyendo el diario. Fin.
*fin de acontecimientos que podrían haber sucedido*
Bueno, debo decir que me queda una sensación agridulce. Si bien el final no es del todo original, me gusta el rol de Marta, reflejando los cambios de una forma externa, mientras Jacobo lo vive desde su interior. La llegada de Hernán a la vida de Marta, cual Terence Stamp en Teorema, abre sus perspectivas, cegadas por la desequilibrada presencia de Jacobo en su día a día.
Esta película habla de rutinas, de cambios y de normalidades. Cualquier intento por resquebrajar estos conceptos en la audiencia, serán aplaudidos por mi parte, sobretodo si están tan bellamente filmados.
Jacobo se resiste a la idea, alega traición, aunque en realidad teme que Marta se aleje de él para siempre. Hernán no se queda atrás, acusando de mentiroso a su hermano. Ambos tienen razón. Pero quién toma las riendas del juego es Marta, y ella toma el camino del amor.
Decide irse para siempre con Hernán, trabajar con él y vivir en concubinato (ya están viejos para casarse, aparte para qué). Por otro lado, Jacobo termina sólo en Montevideo, con la misma rutina de siempre. La diferencia es que ahora se abraza a su soledad, a sus quehaceres y a su modo de vida sedentaria y aburrida. Ya no aparentará más para nadie. Canción suave, cámara que se aleja de Jacobo tomando café y leyendo el diario. Fin.
*fin de acontecimientos que podrían haber sucedido*
Bueno, debo decir que me queda una sensación agridulce. Si bien el final no es del todo original, me gusta el rol de Marta, reflejando los cambios de una forma externa, mientras Jacobo lo vive desde su interior. La llegada de Hernán a la vida de Marta, cual Terence Stamp en Teorema, abre sus perspectivas, cegadas por la desequilibrada presencia de Jacobo en su día a día.
Esta película habla de rutinas, de cambios y de normalidades. Cualquier intento por resquebrajar estos conceptos en la audiencia, serán aplaudidos por mi parte, sobretodo si están tan bellamente filmados.

6,4
5.067
7
20 de junio de 2020
20 de junio de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
La que sufriría una mujer que se atreva a ir por todo, en la época de juventud del personaje que interpreta Glenn Close. Quienes acusan este film de ir por el "camino seguro feminista" seguro son hombres, blancos y heteros de clase media, sino que me parta un rayo al medio (o bueno, también aceptaré que me parta otro hombre, pero ni blanco ni hetero).
Cuestión. La pobre Glenn Close hizo lo que pudo, lo que sentía que debía, lo que su contexto clamaba. Acompañar a un hombre, y sanar sus errores, cuyo más importante error, resultó ser escritor sin capacidad para la escritura. Y ahí estuvo ella.
De todas maneras, para entender la complejidad del descontento del personaje, en el trancusrso del film, hay que profundizar en la marcada división de roles (que sin importar nuestra ideología, lo impregna todo en el sistema que vivimos). Supongamos que soy ama de casa, que el mundo profesional se me niega por el hecho de ser mujer y madre. Siempre contaré con el amor incondicional de mis hijos, con el control de ciertas áreas familiares, y con una disposición de tiempo y quehacer manipulable por mis habilidades prolongadas en el tiempo. El otro pilar de la familia, el que sí tiene herramientas y porvenir en el ámbito profesional, gozará no tanto del cariño de sus seres queridos, tampoco de tiempo para desarrollar una rutina hogareña, pero sí el absoluto reconocimiento popular por sus logros. Pues es innegable el mayor crédito humano que socialmente se atribuye al talento profesional antes que a cualquier otro.
Aquí está el punto fundamental narrativo del film a mi criterio, el reclamo no es por la falta de reconocimiento, sino en perderlo todo, en no gozar plenamente de lo uno ni de lo otro, a que Jonathan Price lo inunda todo. Y ni siquiera tiene la sensibilidad de reconocerlo, o de NO HACERLO cuando se le pide amablemente que no lo haga.
Ese sentimiento de repeler los halagos o el lugar de víctima, habla mucho de la protagonista, quién evita por todos los medios, llegar al inevitable lugar al que llega en el climax de la película.
Hablar de climax, me hace pensar en dos tipos de guiones de cine. Unos escritos por cineastas y otros por escritores. A pesar de ser ésta una película sobre los segundos, no existió el menor reparo en adaptar un guión de estas características a un lenguaje más cinematográfico, que a pesar de las actuaciones, resalta sólo en un nivel rítmico, acompañado por la misma escritura de los diálogos.
Ya denle un maldito Oscar a Glenn Close por dios.
Cuestión. La pobre Glenn Close hizo lo que pudo, lo que sentía que debía, lo que su contexto clamaba. Acompañar a un hombre, y sanar sus errores, cuyo más importante error, resultó ser escritor sin capacidad para la escritura. Y ahí estuvo ella.
De todas maneras, para entender la complejidad del descontento del personaje, en el trancusrso del film, hay que profundizar en la marcada división de roles (que sin importar nuestra ideología, lo impregna todo en el sistema que vivimos). Supongamos que soy ama de casa, que el mundo profesional se me niega por el hecho de ser mujer y madre. Siempre contaré con el amor incondicional de mis hijos, con el control de ciertas áreas familiares, y con una disposición de tiempo y quehacer manipulable por mis habilidades prolongadas en el tiempo. El otro pilar de la familia, el que sí tiene herramientas y porvenir en el ámbito profesional, gozará no tanto del cariño de sus seres queridos, tampoco de tiempo para desarrollar una rutina hogareña, pero sí el absoluto reconocimiento popular por sus logros. Pues es innegable el mayor crédito humano que socialmente se atribuye al talento profesional antes que a cualquier otro.
Aquí está el punto fundamental narrativo del film a mi criterio, el reclamo no es por la falta de reconocimiento, sino en perderlo todo, en no gozar plenamente de lo uno ni de lo otro, a que Jonathan Price lo inunda todo. Y ni siquiera tiene la sensibilidad de reconocerlo, o de NO HACERLO cuando se le pide amablemente que no lo haga.
Ese sentimiento de repeler los halagos o el lugar de víctima, habla mucho de la protagonista, quién evita por todos los medios, llegar al inevitable lugar al que llega en el climax de la película.
Hablar de climax, me hace pensar en dos tipos de guiones de cine. Unos escritos por cineastas y otros por escritores. A pesar de ser ésta una película sobre los segundos, no existió el menor reparo en adaptar un guión de estas características a un lenguaje más cinematográfico, que a pesar de las actuaciones, resalta sólo en un nivel rítmico, acompañado por la misma escritura de los diálogos.
Ya denle un maldito Oscar a Glenn Close por dios.
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