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7,4
1.376
9
5 de febrero de 2020
5 de febrero de 2020
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me la suda que sea una película bastante viejuna, relativamente desconocida y descatalogada (de 1982).
Me la suda que la animación sea, –por momentos–, monótona, justita y repetitiva en los escenarios y ambientación.
Me la suda que en ocasiones el ritmo resulte lento, contemplativo, o los personajes vaguen sin un objetivo muy claro en algunos tramos.
¿Y sabéis por qué? Porque ésta es una película necesaria. Triste, pero necesaria. Necesaria para entender que los perros también son seres vivos y sienten y padecen, y son injustamente maltratados todos los días y utilizados como cobayas por intereses corporativistas, mercantilistas, capitalistas, muy subjetivos, tratados como mercancías sin el menor respeto por su vida, sus sentimientos o por toda la bondad, el afecto y la grandeza que encarnan.
Porque salvo que seas un puto androide sin alma, se te parte el corazón viéndola. Y, aun así, es necesaria por lo crudo, lo atroz de ver retratados a los seres humanos tratando al resto de especies como objetos, sacando provecho siempre de todo lo que les rodea, buscando siempre un interés práctico (o desechándolos en caso de no hallárselo pronto). Lo triste de constatar que, pese a todo, los animales nunca odian. Sólo sienten y viven el momento lo mejor que pueden, tratando de seguir adelante, pese a todo.
Y aunque no es una película de animación para niños, deberían verla todos los niños. Para hacerse mayores y aprender un montón de valores de un plumazo. Aquí los perros no están humanizados, ni cantan ni bailan; no le ríen las gracias a los humanos. Es una película realista, los perros están jodidos y arrastran secuelas de los maltratos recibidos, huyen de lo que les causa daño. Ésta película nos pone en su pellejo, nos enseña algunos de los valores más importantes: la empatía, la compasión, la piedad. Eso sí, después de verla, te quedas bien jodido, con la sensación de que nada cambia nunca (más si cabe después de asistir al poético y trágico fundido a blanco final). Que es tanta la imposibilidad, que es tan oscuro el trasfondo del ser humano, que sólo hay cabida para el más negro de los nihilismos en nuestra conciencia y que cualquier otra opción filosófica más esperanzadora o alegre, es poco más que cogérsela con papel de fumar.
Yo no suelo subir lo que pienso de las películas, y soy cinéfilo de cojones (las veo a montones). Tampoco subo críticas de los libros que me encantan o de los discos que me fascinan. ¿Y sabéis por qué? Porque soy un vago irredento; un procrastinador, como dicen ahora los modernos.
Pero esta película me ha hecho levantar el culo del sofá y querer aconsejárosla. Vedla. De verdad. Y luego sacad a vuestro perro, o pedidle al vecino que os deje acariciar al suyo, o quedad con ese amigo que tiene uno tan bonito. O acercaos a los que se os crucen por la calle. Pero tened relación con ellos. Que os contagien su optimismo natural.
Porque quizá entonces, –y sólo quizá–, el mundo os parezca un poco más bello, un poco menos injusto.
Me la suda que la animación sea, –por momentos–, monótona, justita y repetitiva en los escenarios y ambientación.
Me la suda que en ocasiones el ritmo resulte lento, contemplativo, o los personajes vaguen sin un objetivo muy claro en algunos tramos.
¿Y sabéis por qué? Porque ésta es una película necesaria. Triste, pero necesaria. Necesaria para entender que los perros también son seres vivos y sienten y padecen, y son injustamente maltratados todos los días y utilizados como cobayas por intereses corporativistas, mercantilistas, capitalistas, muy subjetivos, tratados como mercancías sin el menor respeto por su vida, sus sentimientos o por toda la bondad, el afecto y la grandeza que encarnan.
Porque salvo que seas un puto androide sin alma, se te parte el corazón viéndola. Y, aun así, es necesaria por lo crudo, lo atroz de ver retratados a los seres humanos tratando al resto de especies como objetos, sacando provecho siempre de todo lo que les rodea, buscando siempre un interés práctico (o desechándolos en caso de no hallárselo pronto). Lo triste de constatar que, pese a todo, los animales nunca odian. Sólo sienten y viven el momento lo mejor que pueden, tratando de seguir adelante, pese a todo.
Y aunque no es una película de animación para niños, deberían verla todos los niños. Para hacerse mayores y aprender un montón de valores de un plumazo. Aquí los perros no están humanizados, ni cantan ni bailan; no le ríen las gracias a los humanos. Es una película realista, los perros están jodidos y arrastran secuelas de los maltratos recibidos, huyen de lo que les causa daño. Ésta película nos pone en su pellejo, nos enseña algunos de los valores más importantes: la empatía, la compasión, la piedad. Eso sí, después de verla, te quedas bien jodido, con la sensación de que nada cambia nunca (más si cabe después de asistir al poético y trágico fundido a blanco final). Que es tanta la imposibilidad, que es tan oscuro el trasfondo del ser humano, que sólo hay cabida para el más negro de los nihilismos en nuestra conciencia y que cualquier otra opción filosófica más esperanzadora o alegre, es poco más que cogérsela con papel de fumar.
Yo no suelo subir lo que pienso de las películas, y soy cinéfilo de cojones (las veo a montones). Tampoco subo críticas de los libros que me encantan o de los discos que me fascinan. ¿Y sabéis por qué? Porque soy un vago irredento; un procrastinador, como dicen ahora los modernos.
Pero esta película me ha hecho levantar el culo del sofá y querer aconsejárosla. Vedla. De verdad. Y luego sacad a vuestro perro, o pedidle al vecino que os deje acariciar al suyo, o quedad con ese amigo que tiene uno tan bonito. O acercaos a los que se os crucen por la calle. Pero tened relación con ellos. Que os contagien su optimismo natural.
Porque quizá entonces, –y sólo quizá–, el mundo os parezca un poco más bello, un poco menos injusto.
Mediometraje

6,0
86
6
26 de noviembre de 2021
26 de noviembre de 2021
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que me ha sorprendido gratamente el apartado técnico. Fotografía muy cuidada, efectos especiales remarcables teniendo en cuenta que se trata de un corto, iluminación, vestuario, imaginería, sonido, banda sonora, decoración y objetos, todo cuidadísimo al detalle.
Ahora nos centramos en la historia. Hablamos de una especie de cuento onírico / realismo fantástico en el que nos presentan, en base a flashbacks e incursiones más o menos abstractas (según el momento), la evolución de una historia de amor, de su principio a su desenlace. De inicio, la pareja se conoce en la calle y sin más, acaban en la casa de él juntos, algo que me parece una pequeña trampa de guión para dar continuidad a la historia. Yo soy de los que piensan que la historia debe ser creíble, y no me la debo creer yo por mi voluntad de conferirle verosimilitud a lo narrado. Salvado este escollo inicial, vemos a una pareja que pasa por varias etapas hasta acabar como acaba la mayoría, hastiados de conocerse y no tener nada nuevo que ofrecerse.
La conclusión es que el amor es difícil y que esta mierda, la hemos pasado muchos infinidad de veces y con distintas parejas, lo cual lo hace más jodido todo (porque ves que no hay nada nuevo bajo el sol y en esencia, la pareja como tal es más una unión de intereses que esa maravilla sentimental que nos han vendido siempre en la cultura y las películas). Esto también pasará, por suerte o por desgracia (según de qué se trate). Nada es inmanente en nuestra temporal presencia en este mundo.
Para mi gusto, gran factura técnica para un corto cuya historia se me queda un poco corta. Está bien llevada en ocasiones con esas pinceladas de fantasía, pero me falta un no sé qué para que el conjunto gane fuerza. Un mejor guión ayudaría a dotarla de mayor profundidad y matices de la historia, que por lo demás, no está nada mal llevada.
Ahora nos centramos en la historia. Hablamos de una especie de cuento onírico / realismo fantástico en el que nos presentan, en base a flashbacks e incursiones más o menos abstractas (según el momento), la evolución de una historia de amor, de su principio a su desenlace. De inicio, la pareja se conoce en la calle y sin más, acaban en la casa de él juntos, algo que me parece una pequeña trampa de guión para dar continuidad a la historia. Yo soy de los que piensan que la historia debe ser creíble, y no me la debo creer yo por mi voluntad de conferirle verosimilitud a lo narrado. Salvado este escollo inicial, vemos a una pareja que pasa por varias etapas hasta acabar como acaba la mayoría, hastiados de conocerse y no tener nada nuevo que ofrecerse.
La conclusión es que el amor es difícil y que esta mierda, la hemos pasado muchos infinidad de veces y con distintas parejas, lo cual lo hace más jodido todo (porque ves que no hay nada nuevo bajo el sol y en esencia, la pareja como tal es más una unión de intereses que esa maravilla sentimental que nos han vendido siempre en la cultura y las películas). Esto también pasará, por suerte o por desgracia (según de qué se trate). Nada es inmanente en nuestra temporal presencia en este mundo.
Para mi gusto, gran factura técnica para un corto cuya historia se me queda un poco corta. Está bien llevada en ocasiones con esas pinceladas de fantasía, pero me falta un no sé qué para que el conjunto gane fuerza. Un mejor guión ayudaría a dotarla de mayor profundidad y matices de la historia, que por lo demás, no está nada mal llevada.

5,2
9.603
3
15 de octubre de 2021
15 de octubre de 2021
30 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a entrar en si se puede hacer cine con la misma calidad teniendo 91 años que antes de llegar a tan provecta edad. Desde luego sí que es difícil interpretarlo, ya que es un trabajo físico que implica movimiento, expresión, y muchas horas de actividad física. Así que podríamos analizar esta última interpretación del gran Clint bajo el prisma de lo excepcional o bajo la premisa del disparate.
La película es floja hasta decir basta. El argumento una road movie simplona de un tipo al que encargan buscar al hijo de su socio cruzando la frontera con México. No pasa nada muy reseñable durante todo el metraje, los personajes secundarios van desde lo inverosímil (mención especial al patetismo de la escena en de la madre del chico insinuándose a un carcamal huesudo de 91 años que anda encorvado como un buitre), a lo naive (el matón de la madre es enternecedor, de puro blando y poco creíble), y en general aportan poco o nada a la historia. Quizá la señora del restaurante es lo más salvable, aunque también un poco predecible y forzado ese vínculo humano.
Lo único que me gusta es que Clint, aunque vuelve a soltar algún puñetazo y a creerse el más viril del corral cuando ya es imposible serlo, ni mucho menos resultar deseado para nadie siendo un esqueleto humano crepuscular, al menos hace un poco de autocrítica. Como también pasó en Mula, se dedica un poco a reconocer que nunca hizo mucho por la familia y así ha acabado solo. También que el tiempo pasa y las actitudes de ser duro y malo son pueriles e innecesarias. Esa parte de asumir cosas está bien, pero no justifica el resto del metraje, muy aburrido, plano y prescindible.
Hay que saber retirarse a tiempo, y yo creo que al menos en la interpretación, ya debería ceder el paso a otros como ha hecho en bastantes películas más o menos exitosas de los últimos años. En la dirección, espero que siga todo el tiempo que le sea posible, porque es un clásico de pleno derecho.
Seguiré viendo sus pelis, aunque ya roce la caricatura de sí mismo. Se lo ha ganado el maestro. Un grande, para siempre.
La película es floja hasta decir basta. El argumento una road movie simplona de un tipo al que encargan buscar al hijo de su socio cruzando la frontera con México. No pasa nada muy reseñable durante todo el metraje, los personajes secundarios van desde lo inverosímil (mención especial al patetismo de la escena en de la madre del chico insinuándose a un carcamal huesudo de 91 años que anda encorvado como un buitre), a lo naive (el matón de la madre es enternecedor, de puro blando y poco creíble), y en general aportan poco o nada a la historia. Quizá la señora del restaurante es lo más salvable, aunque también un poco predecible y forzado ese vínculo humano.
Lo único que me gusta es que Clint, aunque vuelve a soltar algún puñetazo y a creerse el más viril del corral cuando ya es imposible serlo, ni mucho menos resultar deseado para nadie siendo un esqueleto humano crepuscular, al menos hace un poco de autocrítica. Como también pasó en Mula, se dedica un poco a reconocer que nunca hizo mucho por la familia y así ha acabado solo. También que el tiempo pasa y las actitudes de ser duro y malo son pueriles e innecesarias. Esa parte de asumir cosas está bien, pero no justifica el resto del metraje, muy aburrido, plano y prescindible.
Hay que saber retirarse a tiempo, y yo creo que al menos en la interpretación, ya debería ceder el paso a otros como ha hecho en bastantes películas más o menos exitosas de los últimos años. En la dirección, espero que siga todo el tiempo que le sea posible, porque es un clásico de pleno derecho.
Seguiré viendo sus pelis, aunque ya roce la caricatura de sí mismo. Se lo ha ganado el maestro. Un grande, para siempre.

6,4
24.744
3
22 de abril de 2022
22 de abril de 2022
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí amigos, esta película no deja indiferente.
Encuentro algunas críticas que le calzan a esta peli un 10, que si representación fidedigna de la época, que si representación de la masculinidad tóxica en todo su esplendor, que si factura técnica impecable, blablabla.
Vayamos al turrón. Para mí esta peli no cuenta NADA, o prácticamente nada. Y aquí vuelvo a mis quejas de siempre, ¿es necesaria la narrativa clásica? ¿Tiene sentido o es necesario el planteamiento clásico (léase: presentación / nudo / desenlace) o existen narrativas que apenas esbozan, pero no contando nada pueden resultar igual de válidas?
A mí me gusta que me cuenten algo, más o menos detallado, pero quiero una historia, por sencilla que sea. Por supuesto que el cine tiene ese encanto del séptimo arte, una suerte de alquimia donde la fotografía, la música, escenografía y vestuario, el tratamiento de la luz y el sentido del ritmo, se conjugan para dar lugar a esa magia tan propia de una forma de arte que parece abarcarlo todo. Hay muchos ejemplos de pelis que cuentan, en esencia, poquísimo y funcionan como un reloj suizo. Se me ocurre Lost in Traslation, construida más a partir de sensaciones que de una historia estructurada, Drive, que es pura emoción sin palabras, y otras tantas.
Por tanto, yo no invalido el contar sin contar. Pero para eso sirven todas las artes del cine: para que lo poco que cuentas, cuente. Es decir, si todo lo que rodea a lo poco que cuentas está hecho con pulso de gran cineasta, la historia funcionará. Bien, pues aquí, casi nada funciona.
Tenemos a la pareja Dunst-Plemons, que transmiten menos vida que una alcaparra. Sosos hasta decir basta e inexpresivos como el sobaco de un león marino. Luego al prota Cumberbatch, que al menos tiene mala leche, no se sabe muy bien por qué o contra quién. Supongo que asqueado de la mísera vida de la época, cortando cojones a reses y dejando la vida pasar a ritmo de ukelele, del cual es un virtuoso y que usa para putear a su cuñada (único momento medio simpático en una peli, por lo demás, tediosísima).
Y he aquí lo curioso, aunque para mí Jane Campion ha patinado notablemente en esta historia que no narra una mierda en más de dos horas de metraje, lo más curioso es que todo el apartado técnico es exquisito. La música buena y apropiada en sus apariciones, la fotografía cautivadora, los escenarios naturales subyugantes, el vestuario, maquillaje, blablaba, todo de 10. Es más, diría que hasta casi no me aburrí más porque lo que envolvía a la narración era impecable.
Y he aquí el porqué de mi melancolía: me imagino al bueno de Cumberbatch recibiendo el guión y sopesando si interpretar la peli o no. Me pongo en su pellejo y si únicamente leyera el guión, pensaría, ¿de qué cojones va esta peli? ¿A dónde nos quiere llevar? ¿Por qué hay tan poco texto, cómo van a llenar las dos horas y pico que tiene pensadas la Campion? ¿A qué huelen las nubes? (cuestión importante, dado que las van a enfocar chopecientas veces en plano cenital cuando quieran que nos deleitemos ante el bucólico paisaje que nos van a meter cada vez que quieran disipar el tedio).
En fin, para mí los medios no justifican el fin. Sí que está muy bien hecha, pero más texto y menos efectos técnicos. No sé, pienso en el cine argentino hecho con cuatro perras pero con auténticos prodigios de guión. Pienso en Testigo de Cargo con un guión tan magistral que casi todo pasa en un estrado y uno no necesita más para sentirse impresionado ante una mente privilegiada para la narración. Pues esas cosas quiero, (y que sea guapo y con dinero) y aquí no las tengo.
Encuentro algunas críticas que le calzan a esta peli un 10, que si representación fidedigna de la época, que si representación de la masculinidad tóxica en todo su esplendor, que si factura técnica impecable, blablabla.
Vayamos al turrón. Para mí esta peli no cuenta NADA, o prácticamente nada. Y aquí vuelvo a mis quejas de siempre, ¿es necesaria la narrativa clásica? ¿Tiene sentido o es necesario el planteamiento clásico (léase: presentación / nudo / desenlace) o existen narrativas que apenas esbozan, pero no contando nada pueden resultar igual de válidas?
A mí me gusta que me cuenten algo, más o menos detallado, pero quiero una historia, por sencilla que sea. Por supuesto que el cine tiene ese encanto del séptimo arte, una suerte de alquimia donde la fotografía, la música, escenografía y vestuario, el tratamiento de la luz y el sentido del ritmo, se conjugan para dar lugar a esa magia tan propia de una forma de arte que parece abarcarlo todo. Hay muchos ejemplos de pelis que cuentan, en esencia, poquísimo y funcionan como un reloj suizo. Se me ocurre Lost in Traslation, construida más a partir de sensaciones que de una historia estructurada, Drive, que es pura emoción sin palabras, y otras tantas.
Por tanto, yo no invalido el contar sin contar. Pero para eso sirven todas las artes del cine: para que lo poco que cuentas, cuente. Es decir, si todo lo que rodea a lo poco que cuentas está hecho con pulso de gran cineasta, la historia funcionará. Bien, pues aquí, casi nada funciona.
Tenemos a la pareja Dunst-Plemons, que transmiten menos vida que una alcaparra. Sosos hasta decir basta e inexpresivos como el sobaco de un león marino. Luego al prota Cumberbatch, que al menos tiene mala leche, no se sabe muy bien por qué o contra quién. Supongo que asqueado de la mísera vida de la época, cortando cojones a reses y dejando la vida pasar a ritmo de ukelele, del cual es un virtuoso y que usa para putear a su cuñada (único momento medio simpático en una peli, por lo demás, tediosísima).
Y he aquí lo curioso, aunque para mí Jane Campion ha patinado notablemente en esta historia que no narra una mierda en más de dos horas de metraje, lo más curioso es que todo el apartado técnico es exquisito. La música buena y apropiada en sus apariciones, la fotografía cautivadora, los escenarios naturales subyugantes, el vestuario, maquillaje, blablaba, todo de 10. Es más, diría que hasta casi no me aburrí más porque lo que envolvía a la narración era impecable.
Y he aquí el porqué de mi melancolía: me imagino al bueno de Cumberbatch recibiendo el guión y sopesando si interpretar la peli o no. Me pongo en su pellejo y si únicamente leyera el guión, pensaría, ¿de qué cojones va esta peli? ¿A dónde nos quiere llevar? ¿Por qué hay tan poco texto, cómo van a llenar las dos horas y pico que tiene pensadas la Campion? ¿A qué huelen las nubes? (cuestión importante, dado que las van a enfocar chopecientas veces en plano cenital cuando quieran que nos deleitemos ante el bucólico paisaje que nos van a meter cada vez que quieran disipar el tedio).
En fin, para mí los medios no justifican el fin. Sí que está muy bien hecha, pero más texto y menos efectos técnicos. No sé, pienso en el cine argentino hecho con cuatro perras pero con auténticos prodigios de guión. Pienso en Testigo de Cargo con un guión tan magistral que casi todo pasa en un estrado y uno no necesita más para sentirse impresionado ante una mente privilegiada para la narración. Pues esas cosas quiero, (y que sea guapo y con dinero) y aquí no las tengo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cosa curiosa que no quiero dejarme es, que de lo poco que cuentan, ni lo dicen.
Es decir, ¿el prota muere porque el chavalín le mete el carbunco del perro para cargárselo, ya que estudia para cirujano y sabrá quizá un poco de estas malas artes del envenenamiento?
Es que son ganas de esbozar y no soltar prenda, leñe.
En fin, elegí un mal día para dejar de esnifar pegamento.
Es decir, ¿el prota muere porque el chavalín le mete el carbunco del perro para cargárselo, ya que estudia para cirujano y sabrá quizá un poco de estas malas artes del envenenamiento?
Es que son ganas de esbozar y no soltar prenda, leñe.
En fin, elegí un mal día para dejar de esnifar pegamento.

6,4
6.749
5
26 de marzo de 2025
26 de marzo de 2025
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A vueltas con las expectativas creadas, como siempre.
¿Es mala la peli? No. ¿Es buena? Tampoco. Serie media, como cuando jugaba Pavón de central en el Real Madrid. La peli no acaba de arrancar, para mí. Va discurriendo, te presentan a los primos, van haciendo cosas, pero todo muy relax, muy zen. Hay retazos de conversaciones donde sacan que el primo carismático está un poco de lo suyo, pero nada muy discordante, nada muy excelso. Al final el guión tiene ciertos momentos de gracia, pero se me queda en un ejercicio un poco autocontemplativo de nada infinita.
Se deja ver, pero no veo por ningún lado el oscar por la actuación de Culkin y desde luego, esta peli se nos va a olvidar a todos en seguida. Poco que contar y poco que reseñar.
Si lo sé, me la salto para ver otra con más miga.
Llamadme rebelde. A real siesta estuve a punto de echarme varias veces, mientras la veía.
¿Es mala la peli? No. ¿Es buena? Tampoco. Serie media, como cuando jugaba Pavón de central en el Real Madrid. La peli no acaba de arrancar, para mí. Va discurriendo, te presentan a los primos, van haciendo cosas, pero todo muy relax, muy zen. Hay retazos de conversaciones donde sacan que el primo carismático está un poco de lo suyo, pero nada muy discordante, nada muy excelso. Al final el guión tiene ciertos momentos de gracia, pero se me queda en un ejercicio un poco autocontemplativo de nada infinita.
Se deja ver, pero no veo por ningún lado el oscar por la actuación de Culkin y desde luego, esta peli se nos va a olvidar a todos en seguida. Poco que contar y poco que reseñar.
Si lo sé, me la salto para ver otra con más miga.
Llamadme rebelde. A real siesta estuve a punto de echarme varias veces, mientras la veía.
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