Una buena película que analiza el proceso de creación desde la relación que establece el autor de la misma con su objeto de creación.

La necesidad de crear parte desde las entrañas y responde a un conjunto de necesidades y situaciones de la vida (crisis personal, refugio, amor a la palabra, envidias) y entre todas la necesidad imperiosa como un pensamiento obsesivo y envolvente por llevarla a cabo, cueste lo que cueste. Y desde este aspecto el director (basado en la en la estupenda novela del Móvil de Javier Cercas) centra al protagonista: Varón casado, de mediana edad, que trabaja en una notaría, con una vida monótona done la literatura ocupa un lugar importante de su ocio (acude desde hace años a un taller de escritura). Y a partir de una crisis personal de pareja es cuando pone toda la carne en el asador en la necesidad de sacar sus fantasmas y plasmarlos primero en una voz personal y después en una trama.

Y las tramas necesitan personajes, motivos, vidas, cosas que ocurren a su alrededor y se convierte no solo en un voyeur de la realidad que le rodea y donde se siente obligado a modificar esa realidad en aras a sacar adelante la novela. Esta exageración es la que presenta de forma original y persistente la película: si quieres conseguir algo, si estás escribiendo una novela, quiere a la novela por enciam de todo, porque lo demás está en un segundo plano. De este modo manipula la realidad como manipula a sus personajes. La realidad entra dentro de la novela, y la novela (sus motivos, los personajes) modifican la realidad. Y esto es así cuando uno se coloca en la escritura como en el borde de un pricipicio y es capaz de escribir de verdad, aunque como metafóricamente nos plasme en la novela termine con la "libertad" (real) del propio creador.

Una buena película, con excelentes intérpretes (Mejor actor y actriz de reparto en los Goya del 2018) y un ritmo que acompasa al propio ritmo del escritor a la hora de ir desentrañando y llevando la novela hacia su final

Película sobre la vida de una familia que vive del ganado con sus siete vacas y unas cabra en las afueras de la ciudad maliniense de Tumbuctú . Un padre una madre y su hija de 12 años.

Todas las costumbres tradicionales, como la música, la práctica del fútbol, quedan anuladas con la llegada del “orden” que imponen los yihadistas mediante la aplicación de la ley coránica de obligado cumplimiento a todos sus habitantes y que contrasta con unas costumbres más tolerantes y ancestrales de los habitantes de Tombuctú hasta la llegada de estos inquisidores del orden.

La historia de esta familia queda marcada desgraciadamente al matar el lpadre accidentalmente a un pescador que previamente había lanceado a su cava preferida “Gps” por pisar sus redes de pesca. Un drama que se podría haber resuelto de otra manera pero que los yihadistas juzgan de la única forma que tiene aplicando la sharia y la muerte.

Excelente película que acerca a comprender como las Guerras religiosas rompen la cotidianidad y la vida de los habitantes de los pueblos y ciudades, los grandes perdedores de la sinrazón humana y de la violencia religiosa.

Centrada en una familia de tres miembros, el padre y su hijo adolescente y la pareja del padre. Narra las consecuencias de la corrupción político-económica y social sobre esta familia. Cómo se destroza por los interese del alcalde corrupto y sirve para explicar la influencia de la religión y las formas complejas del alma rusa a la hora de solucionar un problema. Sostenidos y destruidos por el alcohol, el personaje principal se ve envuelto y atacado por todos los flancos de su vida, hasta llegar a su propia destrucción y encarcelamiento por un crimen (el de su pareja) que él no ha cometido. Dos refranes castellanos resumen esta película “Entre todas la mataron y ella sola se murió” y del “árbol caído todo se hace leña”, pero en este caso las causas se explican: la influencia de la iglesia ortodoxa, la costumbre de beber ex exceso de una gran parte de la población rusa y la especulación y corrupción de la misma.

Con un ritmo lento que sabe acelerar en los momentos de mayor dramatismo la película es el reflejo de una angustia profunda y la presunción de que algo va a ocurrir. Pero ese algo ya está ocurriendo desde el principio de la película sin un respiro hasta llegar al final.

Con un ritmo sosegado y muy intenso en cada de una de las secuencias, narra el "Via crucis" del Padre James tras recibir una amenaza de muerte en el confesionario por parte de un feligrés que quiere vengar los abusos sufridos por un cura de forma repetida en la infancia entre los 7-12 años. Le emplaza a una muerte en la playa en una semana, sabiendo que va a morir un "justo por un pecador": el padre James nada tiene que ver con ese abuso y su verdugo sabe que es un buen padre, pero de forma perversa de ese modo la venganza será más dura.

Como en Crónica de una muerte anunciada, nada puede hacer contra el destino, y la gran habilidad del director es precisamente contar en esa semana las dudas, los conflictos, la relación de James con su hija (que tuvo con su madre. Al enviudar se ordena sacerdote) que acude a verlo tras un intento de suicdio tras un nuevo fracaso amoroso. Incluso la duda por evitar su muerte emplazada como un acto de defensa propia está en entredicho.

La descripción de los personajes y feligreses de la parroquia, es una muestra de los conflictos actuales de una Irlanda católica y principalmente el ajuste de cuentas de los abusos por parte de seglares. También describe tensiones de pareja, maltrato, violencia, perversión, y los problemas que ha traído la crisis económica. Quizás demasiadas cosas para una película.

Lo mejor el examen de conciencia y el ajuste que el padre James hace con su vida en esta particular crónica de una muerte anunciada.

Buena película, contada con un ritmo teatral de gran intensidad.

Película reciente pero que retrata la dificultad de integrar a los inmigrantes que acuden desde cualquier lugar del mundo a Europa u otros lugares en los que poder desarrollar una vida deseada y superar las otras vidas con penurias económicas y culturalmente tan distintas a nuestro modo de vida de los países llamados ricos.

El director nos cuenta de forma humana y cercana que la solidaridad no tiene fronteras y que la vida en los países "ricos" de Europa no siempre es la misma para todos los individuos. También hay pobres, personas muy pobres pero con gran dignidad, con pasado culto al que a veces renuncian. El azar hace que un hecho se convierta en un acontecimiento solidario (dar cobijo a un niño-joven inmigrante) para un barrio de personas pobres en la ciudad portuaria francesa de El Havre.

También los que persiguen a los inmigrantes ilegales son humanos. El final me recuerda mucho a la película de Casablanca donde el policía y el representante de la sociedad civil, el protagonista limpiabotas, se alían para no perseguir lo que no se puede perseguir: la libertad de movimientos de las personas en el mundo.

Un final feliz en el que hasta la pareja del protagonista se cura de un cáncer milagrosamente. Pero estas cosas también pasan...