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8
9 de febrero de 2013
9 de febrero de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bien, afrontar un comentario sobre este film, tras únicamente unas pocas horas de visionarla, es bastante arriesgado por no saber si el contagio del amor por esa generación que retrata es la que vicia la nota global que uno le da. Cifra consecuente de ese regustor a "heroes" ("héroes") que te deja y a endorfinas juveniles que rebosan ahora mismo en mis venas, en una edad, la mía, que se aleja de esa etapa teen y que todavía se acerca a la siguiente, posiblemente (o eso dicen), etapa adulta.
No tengo otro remedio que, a día de hoy, decir que esta película revosa energía, devoción por la adolescencia como proceso de metamorfosis, no por su finalidad si no por sus caminos internos y sus microetapas. Que entiendo que ha sido creada (desde escrita o dirigida hasta interpretada o producida) por gente que ama ese olor a bolas de naftalina en los trajes con hombreras, de los consejos del hermano mayor antes de ir a tu primera fiesta, de los gusanillos comiéndote el estómago mientras miras como baila la chica/o que te hace más que tilín y que te hace escuchar y reescuchar canciones himno-amorosas-pasteleras como si no hubiera un mañana, como si en realiad ese mañana se acabara si dejaras de escuchar esas canciones o de mirar como baila esa personilla en la fiesta del sábado tarde-noche en el garaje de un amigo.
Pero, además, esta película tiene el ojo puesto en una generación algo más freak y nos cuenta todos esos sentimientos en aquellos adolescentes que fueron pioneramente inadaptados, orgullosamente raros, felizmente distintos y que marcaron ciertas señales para que otros siguieran ese camino y ofrecer una alternativa a los adolescentes de los noventa (y más allá) que innatamente lo necesitaban.
Estupendísimas interpretaciones con la obvia reseña al trío protagonista que se desenvuelven con rigurosa naturalidad en sus personajes. Ojo con Ezra Miller que es un auténtico showman, ojo con Emma Watson que está demostrando que tiene vida profesional tras Harry Potter (que lo tenía difícil), y ojo con Logan Lerman que con esas actitudes, contención y esa grave voz podría, si selecciona bien su carrera, ser alguien a tener en cuenta como promesa, pues ha sabido construir solventemente el dificilísimo perfil psicológico (hasta aquí puedo leer) de su personaje .
Aconsejable, bastante. Vayan, canturren el "heroes" de David Bowie (insicnia de la película) y con el resto de sus canciones. Revivan, vivan o vean vivir cuando todavía se es un orgulloso y alternativo teen.
Lo mejor: Consigue una solidez inusual como film dentro del género (o algo así) de "adolescentes americanos", todo gracias a la naturalidad.
Lo peor: Creer, si lees el argumento resumido de una línea, que no tiene nada que contar.
No tengo otro remedio que, a día de hoy, decir que esta película revosa energía, devoción por la adolescencia como proceso de metamorfosis, no por su finalidad si no por sus caminos internos y sus microetapas. Que entiendo que ha sido creada (desde escrita o dirigida hasta interpretada o producida) por gente que ama ese olor a bolas de naftalina en los trajes con hombreras, de los consejos del hermano mayor antes de ir a tu primera fiesta, de los gusanillos comiéndote el estómago mientras miras como baila la chica/o que te hace más que tilín y que te hace escuchar y reescuchar canciones himno-amorosas-pasteleras como si no hubiera un mañana, como si en realiad ese mañana se acabara si dejaras de escuchar esas canciones o de mirar como baila esa personilla en la fiesta del sábado tarde-noche en el garaje de un amigo.
Pero, además, esta película tiene el ojo puesto en una generación algo más freak y nos cuenta todos esos sentimientos en aquellos adolescentes que fueron pioneramente inadaptados, orgullosamente raros, felizmente distintos y que marcaron ciertas señales para que otros siguieran ese camino y ofrecer una alternativa a los adolescentes de los noventa (y más allá) que innatamente lo necesitaban.
Estupendísimas interpretaciones con la obvia reseña al trío protagonista que se desenvuelven con rigurosa naturalidad en sus personajes. Ojo con Ezra Miller que es un auténtico showman, ojo con Emma Watson que está demostrando que tiene vida profesional tras Harry Potter (que lo tenía difícil), y ojo con Logan Lerman que con esas actitudes, contención y esa grave voz podría, si selecciona bien su carrera, ser alguien a tener en cuenta como promesa, pues ha sabido construir solventemente el dificilísimo perfil psicológico (hasta aquí puedo leer) de su personaje .
Aconsejable, bastante. Vayan, canturren el "heroes" de David Bowie (insicnia de la película) y con el resto de sus canciones. Revivan, vivan o vean vivir cuando todavía se es un orgulloso y alternativo teen.
Lo mejor: Consigue una solidez inusual como film dentro del género (o algo así) de "adolescentes americanos", todo gracias a la naturalidad.
Lo peor: Creer, si lees el argumento resumido de una línea, que no tiene nada que contar.

6,3
268
4
22 de marzo de 2012
22 de marzo de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine con temática lésbica, gay, transexual y bisexual (LGTB) se da la mano cada vez más con producciones enfocadas a un público general, no exclusivo LGTB, intentando ser más amable con aquellos no iniciados o no degustadores de estéticas y elementos que vienen grabados a fuego por la costumbre y uso de este cine LGTB para contar historias más universales y poder llegar a cines más convencionales y también a un publico menos localizado.
Pero opino que hay que encontrar el punto medio entre estos dos mundos cinematográficos expuestos, pues este film con buenas intenciones, puede que pensando en el producto comercial, está construido por tópicos de varios géneros, por lo que cae del lado del melodrama, del telefilm amable a veces, del cine social mexicano de mafias menos amable, del film por y para ser cine con mensaje moral, del cine LGTB... Pero nunca se va a mojar, no en la postura, si no en darle personalidad a la historia y como se cuenta.
De aquí surge el principal problema; la poca empatía del guión por las situaciones y la construcción de personajes. Se me hace casi imposible creerme que el puño del guionista y director, Gustavo Loza, sepa realmente de que habla, de las dimensiones reales que tiene el tema, del reto mental y moral que supone esto para gente de la vida diaria de un lado y del otro del tema, tampoco veo que se ponga "en el lugar del otro" y sepa que es estar realmente dentro de esas cabezas, de esos momentos, de esas decisiones tan complejas que se proponen. Es decir, la empatía se basa en presentarnos clichés, y eso no es empatía.
Una técnica cinematográfica poco pulida, aunque con buena ambientación, tampoco acaba por ayudar al conjunto del producto. Unos actores donde hay de todo (bien por la natural Ana Serradilla, mal por la elección del casting, si la hubo, del poco natural niño e hijo del director Bruno Loza) tampoco impresionan. Estructuralmente irregular y posiblemente mal copiada por la influencia del maestro Iñarritu (sobretodo Amores Perros) acaban por restar demasiado a las buenas intenciones.
Por último, un reclamo a ver la película puede ser la curiosidad de ver como se afronta el tema de la adopción de un niño por parte de una pareja homosexual, ver como plantean la relación con el niño y ver sus consecuencias en cuanto a pros y contras. Pero tampoco se encontrarán grandes ejemplos ni lecciones porque el resto de temas le quitan tiempo a este, por lo que uno acaba preguntándose si el resultado final ha sido una cierta desmesura inconclusa.
Por lo menos no se le puede echar en cara de que sea un mal producto y se nos presenta decente y con la cabeza alta de lo que es, pero se hubiera agradecido algo más de trascendencia en el trasfondo para cinéfilos más inquietos.
Lo mejor: La honestidad en los valores que pretende inculcar sobre el espectador amateur en temas LGTB.
Lo peor: Que se sustenta de clichés mal encubiertos en cualquier tema o formalidades de la película.
Pero opino que hay que encontrar el punto medio entre estos dos mundos cinematográficos expuestos, pues este film con buenas intenciones, puede que pensando en el producto comercial, está construido por tópicos de varios géneros, por lo que cae del lado del melodrama, del telefilm amable a veces, del cine social mexicano de mafias menos amable, del film por y para ser cine con mensaje moral, del cine LGTB... Pero nunca se va a mojar, no en la postura, si no en darle personalidad a la historia y como se cuenta.
De aquí surge el principal problema; la poca empatía del guión por las situaciones y la construcción de personajes. Se me hace casi imposible creerme que el puño del guionista y director, Gustavo Loza, sepa realmente de que habla, de las dimensiones reales que tiene el tema, del reto mental y moral que supone esto para gente de la vida diaria de un lado y del otro del tema, tampoco veo que se ponga "en el lugar del otro" y sepa que es estar realmente dentro de esas cabezas, de esos momentos, de esas decisiones tan complejas que se proponen. Es decir, la empatía se basa en presentarnos clichés, y eso no es empatía.
Una técnica cinematográfica poco pulida, aunque con buena ambientación, tampoco acaba por ayudar al conjunto del producto. Unos actores donde hay de todo (bien por la natural Ana Serradilla, mal por la elección del casting, si la hubo, del poco natural niño e hijo del director Bruno Loza) tampoco impresionan. Estructuralmente irregular y posiblemente mal copiada por la influencia del maestro Iñarritu (sobretodo Amores Perros) acaban por restar demasiado a las buenas intenciones.
Por último, un reclamo a ver la película puede ser la curiosidad de ver como se afronta el tema de la adopción de un niño por parte de una pareja homosexual, ver como plantean la relación con el niño y ver sus consecuencias en cuanto a pros y contras. Pero tampoco se encontrarán grandes ejemplos ni lecciones porque el resto de temas le quitan tiempo a este, por lo que uno acaba preguntándose si el resultado final ha sido una cierta desmesura inconclusa.
Por lo menos no se le puede echar en cara de que sea un mal producto y se nos presenta decente y con la cabeza alta de lo que es, pero se hubiera agradecido algo más de trascendencia en el trasfondo para cinéfilos más inquietos.
Lo mejor: La honestidad en los valores que pretende inculcar sobre el espectador amateur en temas LGTB.
Lo peor: Que se sustenta de clichés mal encubiertos en cualquier tema o formalidades de la película.

6,5
2.300
6
24 de febrero de 2012
24 de febrero de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Difícil película que se maneja entre el cine más puramente sociocultural francés del presente más presente de la sociedad en la que vivimos. La primera parte excepcional, pero luego vemos la posible trampa o lo que por debajo mueve a la directora, y es que mezclar a capricho las tramas sentimentales de los policías (de algunos). Se pierde la atención, la película sufre un gran parón en esa escena de la fiesta celebración en el bar a mitad de película. Y sí, claro, son policías y humanos y se tiene que reflejar que son personas. Pero lo que era una película centrada empieza justo aquí a irse por las ramas, querer abarcar demasiado y dejar el tema principal de lado. Entonces fue cuando me dejé de creer a algunos personajes y situaciones. Y al final, me levanté de la butaca dividido, pues estas idas y venidas en la trama, me tenían desconcertado. Así, frentes que abre (y deja muy bien abiertos al pensamiento lanzando preguntas por boca de los personajes/testimonios, como ese niño cuestionando que por que su pedófilo profesor si está enfermo no lo llevan a un hospital en vez de a la cárcel, o una adolescente asegurando que la juventud ya no es la misma y que con catorce años ya se folla) se queda a un lado y se turba con las historias y amoriles de los policias.
Lo mejor: Los primeros cincuenta minutos, es como tirarse de un tobogán en plancha.
Mención especial a un excelente y entregado reparto.
Lo peor: El guión se va por las ramas. Si se hubiera centrado en seguir la línea de la primera hora, tendríamos una película de 10 y que durase 90 minutos (no más de dos horas). Aunque bueno, una película de 10, francesa y sobre la juventud actual ya la tenemos hecha, se llama "La Clase" y es una obra maestra.
Mención especial al soso e intencionado carácter de la fotógrafa (Mäiwenn).
Lo mejor: Los primeros cincuenta minutos, es como tirarse de un tobogán en plancha.
Mención especial a un excelente y entregado reparto.
Lo peor: El guión se va por las ramas. Si se hubiera centrado en seguir la línea de la primera hora, tendríamos una película de 10 y que durase 90 minutos (no más de dos horas). Aunque bueno, una película de 10, francesa y sobre la juventud actual ya la tenemos hecha, se llama "La Clase" y es una obra maestra.
Mención especial al soso e intencionado carácter de la fotógrafa (Mäiwenn).

6,7
894
7
18 de abril de 2011
18 de abril de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mesa donde se come en una casa es la que mejor nos puede contar el estado de la familia que se sienta a su alrededor, nos desvelará su salud, su enfermedad, su evolución, su muerte y renacimiento.
Es desde aquí, la mesa de la cocina, desde donde vamos a ver como "Ander" se desarrolla, observando sobretodo un reflejo de la doble moral, de hacer lo que se debe y callar lo que se anhela. Si somos inquietos y estamos atentos a los detalles, dibujaremos un retrato familiar simplemente a la hora de ver servir en la mesa (quién lo hace, a quién, y en qué orden), como se hablan, como callan. Asistiremos también a la entrada (la de un empleado) y la salida (la de una hija casi expulsada) de los personajes de esta mesa, de este hogar rodeado de un ambiente tan rural y profundo.
En medio de un caos de sentimientos inexpresados, se nos presenta una trama central dolorosamente reprimida, tan difícil de afrontar para el personaje de Ander, que cada día le parece una batalla que va perdiendo mientras el mundo se ha parado (más si se podía en su rutinaria vida) por culpa de una tibia rota y una escayola.
Estamos ante un guión en el que se hayan en su principal característica, su capacidad para detallar, su mejor y su peor virtud. La mitad de la historia nos la cuenta con su poderosa capacidad para darle importancia narrativa a los detalles en los movimientos, gestos, palabras, todos estos cotidianos. Pero también cae a veces en detallarnos tanto las cosas que peca de enseñar demasiado.
Es una película realista, honesta, con alma, que le resta ese guión imperfecto y también una dirección de actores (que no los actores, pues Joxean Bengotxea está soberbio) mejorable, pero que tiene cuerpo propio. Pero lo que le va a restar sobretodo es un último giro de la historia en la secuencia final, ya que no se corresponde a la evolución natural del personaje principal, no es concordante el tiempo que emplea para tomar la última decisión que afecta al personaje de José con el tempo de la trama.
La sensación que nos da la película es la impresión que nos dejaría una maratón si acabara como los cien metros lisos.
Es desde aquí, la mesa de la cocina, desde donde vamos a ver como "Ander" se desarrolla, observando sobretodo un reflejo de la doble moral, de hacer lo que se debe y callar lo que se anhela. Si somos inquietos y estamos atentos a los detalles, dibujaremos un retrato familiar simplemente a la hora de ver servir en la mesa (quién lo hace, a quién, y en qué orden), como se hablan, como callan. Asistiremos también a la entrada (la de un empleado) y la salida (la de una hija casi expulsada) de los personajes de esta mesa, de este hogar rodeado de un ambiente tan rural y profundo.
En medio de un caos de sentimientos inexpresados, se nos presenta una trama central dolorosamente reprimida, tan difícil de afrontar para el personaje de Ander, que cada día le parece una batalla que va perdiendo mientras el mundo se ha parado (más si se podía en su rutinaria vida) por culpa de una tibia rota y una escayola.
Estamos ante un guión en el que se hayan en su principal característica, su capacidad para detallar, su mejor y su peor virtud. La mitad de la historia nos la cuenta con su poderosa capacidad para darle importancia narrativa a los detalles en los movimientos, gestos, palabras, todos estos cotidianos. Pero también cae a veces en detallarnos tanto las cosas que peca de enseñar demasiado.
Es una película realista, honesta, con alma, que le resta ese guión imperfecto y también una dirección de actores (que no los actores, pues Joxean Bengotxea está soberbio) mejorable, pero que tiene cuerpo propio. Pero lo que le va a restar sobretodo es un último giro de la historia en la secuencia final, ya que no se corresponde a la evolución natural del personaje principal, no es concordante el tiempo que emplea para tomar la última decisión que afecta al personaje de José con el tempo de la trama.
La sensación que nos da la película es la impresión que nos dejaría una maratón si acabara como los cien metros lisos.

6,0
1.843
7
18 de abril de 2011
18 de abril de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el arranque del film se nos plantea, de golpe, el gran e inevitable dilema de la película, su parecido con Amores Perros. A partir de aquí tenemos dos opciones, o verla con todos los prejuicios del mundo (pues la película tendrá más semejanzas en su evolución) o dejarse introducir en el mundo de cada personaje y ver que (aunque se siga pareciendo a la obra maestra de Iñarritu) es una película distinta gracias a la construcción sólida de los personajes y la voluntad de querer hacer un cine propio por parte de la directora Juana Macías.
Planteado esto, la película (en principio) nos lo pone fácil a aquellos que nos guste ver cine procedente de autores que pretenden tener ese nombre propio en el futuro (pretensión necesaria en este oficio). No es malo asemejarte a otros cineastas, nadie nace sabiendo, hasta hay que copiar para aprender y luego forjarse un estilo propio. Esta directora, si la industria le da la oportunidad, está en camino de ofrecerle al público su cine, aún por construir, que apunta maneras al ver su gran dirección de actores, la dirección en sí y por querer llevar a cabo un guión sólido y propio.
Si dilucidamos el gran dilema planteado al principio a favor del film, podremos disfrutar de interpretaciones que llegan (las cuatro protagonistas están fabulosas) y de una dirección novel más que respetable.
No apto para gente que no tenga ganas de ver realidad en la ficción.
Planteado esto, la película (en principio) nos lo pone fácil a aquellos que nos guste ver cine procedente de autores que pretenden tener ese nombre propio en el futuro (pretensión necesaria en este oficio). No es malo asemejarte a otros cineastas, nadie nace sabiendo, hasta hay que copiar para aprender y luego forjarse un estilo propio. Esta directora, si la industria le da la oportunidad, está en camino de ofrecerle al público su cine, aún por construir, que apunta maneras al ver su gran dirección de actores, la dirección en sí y por querer llevar a cabo un guión sólido y propio.
Si dilucidamos el gran dilema planteado al principio a favor del film, podremos disfrutar de interpretaciones que llegan (las cuatro protagonistas están fabulosas) y de una dirección novel más que respetable.
No apto para gente que no tenga ganas de ver realidad en la ficción.
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