You must be a loged user to know your affinity with Maija Meier
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

5,1
857
9
31 de enero de 2021
31 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gothic, largometraje inglés del año 1986 dirigido por Ken Russell. Versa, en el género biográfico, las aventuras nocturnas de Byron, los Shelley y Polidori en la mansión del lord en la estrepitosa nocturnidad lluviosa, la cual le valió, entre los estruendos luminosos, impulsar una creación artística en el género del horror.
Los diálogos son exquisitos y no adolecen de ingenio y gracia. Julian Sands realiza un formidable Percy B. Shelley y una preciosa Natasha Richardson logra con suma belleza a Mary Shelley. Sorprende que el brujo de la trilogía Warlock no interprete al poeta inmoral, cargo que ocupa un prolijo Gabriel Byrne.
Obra sumamente recomendada a los amantes de la literatura, pero en especial a los lectores de nuestros escritores en escena.
Los diálogos son exquisitos y no adolecen de ingenio y gracia. Julian Sands realiza un formidable Percy B. Shelley y una preciosa Natasha Richardson logra con suma belleza a Mary Shelley. Sorprende que el brujo de la trilogía Warlock no interprete al poeta inmoral, cargo que ocupa un prolijo Gabriel Byrne.
Obra sumamente recomendada a los amantes de la literatura, pero en especial a los lectores de nuestros escritores en escena.

5,6
6.222
10
4 de julio de 2022
4 de julio de 2022
13 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién hubiera pensado que en el año 2022 presenciaríamos un evento histórico para la industria del cine? Crimes of the future, estrenada hace a penas un mes, marca un antes y un después en la historia cinematográfica. Haber observado esto es el equivalente al instante en que los oyentes vieneses presenciaron por primera vez la Novena Sinfonía en aquel lejano 1824, o cuando los espectadores norteamericanos presenciaron por primera vez Odisea en el espacio, de Kubrick. Sinceramente, creo no exagerar si afirmo que este largometraje debería pasar al Registro de la Memoria del Mundo, de la Unesco, como herencia espiritual de la humanidad.
David Cronenberg, su director, el maestro, nos presenta una película magna, a puro terror ontológico. Enmarcada dentro del género del horror-sci-fi, explora con suma elegancia los laberintos siniestros de la psicología humana, pintando un cuadro teórico de las posibilidades de la mente del futuro.
Las sutilezas de los personajes están talladas con magnificencia, a tal punto que logra recrear un nuevo sentido común oscuro. Gestos, miradas, distancia, toda una «egrégora» maldita que constituye una normalidad aterradora. En nosotros, espectadores del presente, obtiene su cometido. Nos sumerge en el asombro, en la sorpresa del extrañamiento producida por un desfase temporal inmenso. Equivalente a que agarremos a una persona del s.XV y la traigamos a nuestro tiempo. El misterio de los acontecimientos que presenciamos en el hilo argumental supone esa «ostranenie» fílmica: el sentido artístico. No obstante, una luz frágil resuelve tenuemente nuestros misterios ficcionales a medida que transcurre el guión.
La música, por otro lado, es perfecta. Howard Shore logra el climax en cada escena. Sonidos sombríos que nos rememoran un futuro incierto, en el sentido que recordamos la angustia de la incertidumbre. Los matices de música electrónica en «Body is reality» y «Klinek» reproducen musicalmente la ciencia ficción dura.
La dirección de fotografía es arte puro. Los colores, los contrastes, todo rima en esta obra poética con la temática nocturna. Una melancolía desolada invade cada escenario, y cada toma es una pieza artística en sí misma. El descuido de los establecimientos parece enunciar la metáfora de la ruina de una humanidad que adolece su propio rumbo. De esta forma se expresan temas de la estética cyberpunk, pero en su fase avanzada. Es decir, en su etapa final de decadencia. Ya no hay luces que nos deslumbran, más bien una tristeza muda. Sombras y luces cálidas que contrastan con la frialdad acelerada del mundo.
Dicho esto, encontramos rasgos de Haneke en la forma del aproximamiento de los personajes, en la silenciosa intimidad. También hay características de David Lynch a la hora de deformar el significado, y el epílogo, esa iluminación arrogante y temible, evoca en primera instancia la locura humana, cual un homenaje a Eraserhead. Es que, todo esto y más es, justamente, David Cronenberg. Sin embargo, yace un ambiente particularmente kafkiano en esta horrenda trama, bellamente horrenda, donde lo más cercano al ojo de nosotros, espectadores privilegiados de semejante maravilla, es la cercanía de las relaciones sociales ante nos. Quiero decir, no hay autos, no hay armas de fuego, no vemos, mejor dicho, ni edificios o producciones de paisajes metropolitanos que buscan un impacto superficial en el televidente, sino más bien cercanía neta entre seres humanos distantes, frágiles, reprimidos, y sobre todo, vacíos. Lo lejano es invisible; es el poder, cuya mínima representación lo encarna la oficina del Registro Nacional de Órganos. Esta lejanía atroz nos convierte en insectos que, a pesar de todo, viven. Hay una suerte de temor sagrado. Lo temerario es esta supervivencia a pesar de la vacuidad del espíritu humano. La inevitabilidad del porvenir es temeraria.
Saul Tencer, en su vestimenta, nos permite especular literariamente sobre su caracterización: una metáfora terrible de la evolución. El signo vivo del fin de la humanidad..., para dar paso a algo nuevo. Un nuevo principio para nuestra especie.
La belleza es suprema. Una película nocturna que merece una calificación de diez estrellas sin pensarlo siquiera. Preparen e lambiente y la noche y vean, o vuelvan a ver, esta magistral obra de arte. Lúcidos, fumando maría, cenando, bebiendo vino, pero como sea, en un ambiente nocturno y silencioso.
David Cronenberg, su director, el maestro, nos presenta una película magna, a puro terror ontológico. Enmarcada dentro del género del horror-sci-fi, explora con suma elegancia los laberintos siniestros de la psicología humana, pintando un cuadro teórico de las posibilidades de la mente del futuro.
Las sutilezas de los personajes están talladas con magnificencia, a tal punto que logra recrear un nuevo sentido común oscuro. Gestos, miradas, distancia, toda una «egrégora» maldita que constituye una normalidad aterradora. En nosotros, espectadores del presente, obtiene su cometido. Nos sumerge en el asombro, en la sorpresa del extrañamiento producida por un desfase temporal inmenso. Equivalente a que agarremos a una persona del s.XV y la traigamos a nuestro tiempo. El misterio de los acontecimientos que presenciamos en el hilo argumental supone esa «ostranenie» fílmica: el sentido artístico. No obstante, una luz frágil resuelve tenuemente nuestros misterios ficcionales a medida que transcurre el guión.
La música, por otro lado, es perfecta. Howard Shore logra el climax en cada escena. Sonidos sombríos que nos rememoran un futuro incierto, en el sentido que recordamos la angustia de la incertidumbre. Los matices de música electrónica en «Body is reality» y «Klinek» reproducen musicalmente la ciencia ficción dura.
La dirección de fotografía es arte puro. Los colores, los contrastes, todo rima en esta obra poética con la temática nocturna. Una melancolía desolada invade cada escenario, y cada toma es una pieza artística en sí misma. El descuido de los establecimientos parece enunciar la metáfora de la ruina de una humanidad que adolece su propio rumbo. De esta forma se expresan temas de la estética cyberpunk, pero en su fase avanzada. Es decir, en su etapa final de decadencia. Ya no hay luces que nos deslumbran, más bien una tristeza muda. Sombras y luces cálidas que contrastan con la frialdad acelerada del mundo.
Dicho esto, encontramos rasgos de Haneke en la forma del aproximamiento de los personajes, en la silenciosa intimidad. También hay características de David Lynch a la hora de deformar el significado, y el epílogo, esa iluminación arrogante y temible, evoca en primera instancia la locura humana, cual un homenaje a Eraserhead. Es que, todo esto y más es, justamente, David Cronenberg. Sin embargo, yace un ambiente particularmente kafkiano en esta horrenda trama, bellamente horrenda, donde lo más cercano al ojo de nosotros, espectadores privilegiados de semejante maravilla, es la cercanía de las relaciones sociales ante nos. Quiero decir, no hay autos, no hay armas de fuego, no vemos, mejor dicho, ni edificios o producciones de paisajes metropolitanos que buscan un impacto superficial en el televidente, sino más bien cercanía neta entre seres humanos distantes, frágiles, reprimidos, y sobre todo, vacíos. Lo lejano es invisible; es el poder, cuya mínima representación lo encarna la oficina del Registro Nacional de Órganos. Esta lejanía atroz nos convierte en insectos que, a pesar de todo, viven. Hay una suerte de temor sagrado. Lo temerario es esta supervivencia a pesar de la vacuidad del espíritu humano. La inevitabilidad del porvenir es temeraria.
Saul Tencer, en su vestimenta, nos permite especular literariamente sobre su caracterización: una metáfora terrible de la evolución. El signo vivo del fin de la humanidad..., para dar paso a algo nuevo. Un nuevo principio para nuestra especie.
La belleza es suprema. Una película nocturna que merece una calificación de diez estrellas sin pensarlo siquiera. Preparen e lambiente y la noche y vean, o vuelvan a ver, esta magistral obra de arte. Lúcidos, fumando maría, cenando, bebiendo vino, pero como sea, en un ambiente nocturno y silencioso.
TV

5,4
202
8
19 de julio de 2021
19 de julio de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stalin, es un largometraje húngaro-estadounidense del año 1992, de género biográfico sobre el contrarrevolucionario Iósif Stalin. Un telefilme producido por HBO y protagonizado por Robert Duvall, dirigido por Ivan Passer y guionado por Paul Monash.
Este extenso largometraje, a pesar de su duración, omite algunos hechos históricos que para nada favorecen al traidor de Stalin, pero aún así logra captar su condición pérfida. Los hechos históricos son tal cual y parten de documentación histórica legítima. Inclusive me sorprendí que retrataran la condición abusiva de Stalin con la secretaria de Lenin, al principio del film. Algo que se evidencia en las misivas de Lenin reprochando el maltrato de Stalin hacia su secretaria, algo que Lenin condenaba.
Se muestra también con sumo cuidado la intrínseca relación de camaradería entre Lenin y Trotsky, los auténticos organizadores de la revolución soviética que más tarde el stalinismo traicionaría. Pues cabe ubicarnos históricamente. La revolución rusa, propiamente dicha sucede en octubre de 1917. Luego, hasta 1922/23, se transita la guerra civil revolucionaria. Para adentrarse en este período, recomiendo la serie Peregrinación por los caminos del dolor, basada en la novela del mismo nombre, una trilogía escrita entre 1922-1941 por Alekséi Nikoláyevich Tolstói. Luego cabe señalar que la Declaración de los 46 (una carta secreta enviada por un grupo de 46 líderes soviéticos destacados al Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética el 15 de octubre de 1923), cuyos líderes comunistas más tarde serían asesinados por el anticomunista de Stalin. Un año después, en 1924, muere Lenin, no sin antes dejar lo que se conoce políticamente como el Testamento de Lenin, una carta al Congreso escrita entre el 22 dic. 1922 y el 4 enero 1923, donde expresa lo que el film retoma: que Stalin era un brusco y un desleal, y que por esa razón debía de ser removido de su cargo de Secretario General. Mientras se suceden progresivamente las purgas stalinistas antimarxistas, León Trotsky es expulsado del Partido en 1927, y obligado al exilio en 1929. En este punto, la contrarrevolución stalinista está en pleno desarrollo. Mientras Stalin, el traidor al comunismo, mata a todos los revolucionarios, va dejando vivos únicamente a los lacayos lamebotas, los sumisos y tibios que más tarde llevarían a la URSS al derrumbe y a caer al capitalismo. Trotsky, que ya estaba en México luego de que ningún país lo quería por su condición de revolucionario, es mandado a matar por Stalin en 1940 por la espalda de la mano de un cobarde llamado Ramón Mercader. En 1953 moriría Stalin, el contrarrevolucionario, y su cargo lo herederían quienes quedaron vivos: los lamebotas incompetentes.
En fin, la película atraviesa el período del imperialismo nazi y cómo el stalinismo veía con buenos ojos a su par bonapartista tiránico. Una pieza que es digna de apreciar si, con más razón, se posee conocimiento de los hechos históricos; y si no, se deja apreciar, pudiendo resultar de este modo en un incentivo para los estudios históricos del socialismo.
Este extenso largometraje, a pesar de su duración, omite algunos hechos históricos que para nada favorecen al traidor de Stalin, pero aún así logra captar su condición pérfida. Los hechos históricos son tal cual y parten de documentación histórica legítima. Inclusive me sorprendí que retrataran la condición abusiva de Stalin con la secretaria de Lenin, al principio del film. Algo que se evidencia en las misivas de Lenin reprochando el maltrato de Stalin hacia su secretaria, algo que Lenin condenaba.
Se muestra también con sumo cuidado la intrínseca relación de camaradería entre Lenin y Trotsky, los auténticos organizadores de la revolución soviética que más tarde el stalinismo traicionaría. Pues cabe ubicarnos históricamente. La revolución rusa, propiamente dicha sucede en octubre de 1917. Luego, hasta 1922/23, se transita la guerra civil revolucionaria. Para adentrarse en este período, recomiendo la serie Peregrinación por los caminos del dolor, basada en la novela del mismo nombre, una trilogía escrita entre 1922-1941 por Alekséi Nikoláyevich Tolstói. Luego cabe señalar que la Declaración de los 46 (una carta secreta enviada por un grupo de 46 líderes soviéticos destacados al Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética el 15 de octubre de 1923), cuyos líderes comunistas más tarde serían asesinados por el anticomunista de Stalin. Un año después, en 1924, muere Lenin, no sin antes dejar lo que se conoce políticamente como el Testamento de Lenin, una carta al Congreso escrita entre el 22 dic. 1922 y el 4 enero 1923, donde expresa lo que el film retoma: que Stalin era un brusco y un desleal, y que por esa razón debía de ser removido de su cargo de Secretario General. Mientras se suceden progresivamente las purgas stalinistas antimarxistas, León Trotsky es expulsado del Partido en 1927, y obligado al exilio en 1929. En este punto, la contrarrevolución stalinista está en pleno desarrollo. Mientras Stalin, el traidor al comunismo, mata a todos los revolucionarios, va dejando vivos únicamente a los lacayos lamebotas, los sumisos y tibios que más tarde llevarían a la URSS al derrumbe y a caer al capitalismo. Trotsky, que ya estaba en México luego de que ningún país lo quería por su condición de revolucionario, es mandado a matar por Stalin en 1940 por la espalda de la mano de un cobarde llamado Ramón Mercader. En 1953 moriría Stalin, el contrarrevolucionario, y su cargo lo herederían quienes quedaron vivos: los lamebotas incompetentes.
En fin, la película atraviesa el período del imperialismo nazi y cómo el stalinismo veía con buenos ojos a su par bonapartista tiránico. Una pieza que es digna de apreciar si, con más razón, se posee conocimiento de los hechos históricos; y si no, se deja apreciar, pudiendo resultar de este modo en un incentivo para los estudios históricos del socialismo.

5,2
4.505
8
8 de febrero de 2021
8 de febrero de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Code 8, largometraje canadiense del año 2019 dirigida por Jeff Chan que explora el género de ciencia ficción de suspenso, y en segundo género un policial secundario. Esto se debe a que el protagonismo es criminal, mientras que el rol de la policía en esta trama es secundario.
Es una crítica formal al sistema capitalista en tanto constante posibilidad opresora y de exclusión social hacia los diferentes; de constante opresión contra la clase obrera. Pues, en efecto, el carácter proletario del protagonista y su órbita fraterna de labor, le inspira un rasgo de clase a la obra futurista.
De fondo, una historia trágica que funciona como el combustible del guión. Puede ser un recurso simplista, sin embargo, está excusado por el modo en desarrollar la historia, haciendo cumplir su fin, a pesar de las expectativas.
Es una crítica formal al sistema capitalista en tanto constante posibilidad opresora y de exclusión social hacia los diferentes; de constante opresión contra la clase obrera. Pues, en efecto, el carácter proletario del protagonista y su órbita fraterna de labor, le inspira un rasgo de clase a la obra futurista.
De fondo, una historia trágica que funciona como el combustible del guión. Puede ser un recurso simplista, sin embargo, está excusado por el modo en desarrollar la historia, haciendo cumplir su fin, a pesar de las expectativas.

6,8
4.506
10
4 de enero de 2021
4 de enero de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Testről és lélekről, On body and soul, o En cuerpo y alma, es un hermosísimo y muy bello largometraje húngaro del año 2017 escrito y dirigido por Ildikó Enyedi a sus 62 años, primera obra destacada a nivel internacional de esta ahora grandiosa directora. ¿Será que a partir de los sesenta años la sabiduría se afina?, no sólo por el hecho de la irrupción de esta gran obra en el mundo a esa edad, sino por el nivel de madurez que desplega. Es una película sabia y extremadamente sensible.
Lo mejor es afrontar la obra sin referencia alguna. Sin tráiler ni sinópsis. Esto que dije es suficiente, lo justo como recomendación. De este modo entré a la obra, sin referencia alguna más que la sugerencia como obra bella, no más. Luego resta dejarse llevar, habitar el asombro sensible.
Lo mejor es afrontar la obra sin referencia alguna. Sin tráiler ni sinópsis. Esto que dije es suficiente, lo justo como recomendación. De este modo entré a la obra, sin referencia alguna más que la sugerencia como obra bella, no más. Luego resta dejarse llevar, habitar el asombro sensible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A modo no tanto de spoiler sino de adelanto temático, ubico aquí este segmento por lo antedicho en cuanto a referencia alguna sobre la obra. Me resulta destacable señalar la diversidad arrojada al mundo. La diversidad que no se presenta como tal, sino que se arroja. Habita entre la normalidad como una normalidad más, empero diversa. Rescato esta visión porque mi modelo de mundo, entre otras cosas, ve lo diverso normalmente. Es decir, donde la diversidad es normal, no en un sentido normalizante, sino en el sentido de igualdad: donde es normal que haya diversidad. Este es, a mi juicio, un mundo habitable. Donde no te tratan de transformar, sino donde te aceptan. Donde te aceptan en tanto no quieras cambiar a una normalidad ajena, siendo que sin ser nocivo para otredad alguna, no sea necesario cambio alguno, en tanto y cuanto así estés cómodo o cómoda, no por confort sino por elección conciente del ser y de ser. El ser que es, podemos decir, implica la reconciliación con la voluntad.
Más sobre Maija Meier
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here