Haz click aquí para copiar la URL
Polonia Polonia · Terrassa
You must be a loged user to know your affinity with Taylor
Críticas 702
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
14 de febrero de 2008
169 de 196 usuarios han encontrado esta crítica útil
Honestamente hablando, “L.A. Confidencial” se encuentra algo por debajo de grandes obras maestras del cine negro contemporáneo como la trilogía de “El Padrino”, “Muerte entre las flores” o “Uno de los nuestros”. Sin embargo, la peli posee algunos ingredientes básicos que Curtis Hanson maneja a la perfección y que la dotan de una fuerza espectacular. Yo destacaría concretamente tres de esos componentes: una historia muy bien trenzada, unos personajes muy bien dibujados y un despliegue de la violencia muy bien ejecutado.

Hanson no es Ford Coppola. Ni Coen ni Scorsese. Eso está claro. Tampoco creo que en ningún momento pretenda imitarlos. Su peli prescinde de filigranas y apuesta por una narración ágil, vibrante, musculada. Cine negro en estado puro. Crímenes, corrupción, turbios negocios... y, sobre todo, violencia, mucha violencia. Sin concesiones. El lirismo y el esteticismo no tienen cabida en Los Angeles. El gancho narrativo es lo que le confiere mordiente al film. Eso y el reclamo inequívoco de los Russell Crowe, Kevin Spacey, Guy Pierce, Danny De Vito y una voluptuosa Kim Basinger. Personajes que responden a estereotipos convencionales pero sumamente poderosos: el policia duro, el ambicioso, el corrupto, el flemático; la puta de buen corazón; el periodista sin escrúpulos; el fiscal ladino; el empresario amoral...

Una peli modélica, trepidante y contundente. Aunque esto no es confidencial. Es público y notorio.
18 de octubre de 2008
195 de 250 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pertenecer al Opus Dei implica, entre otras muchas cosas, renunciar a ser completamente libre para seguir a rajatabla las indicaciones de un camino predeterminado con premeditación y alevosía. Un camino a recorrer con piloto automático: el de Monseñor Escrivá de Balaguer.

Ese camino es el que reproduce con irreprochable objetividad y sin excesiva acritud Javier Fesser. Un camino anacrónico, retrógrado y fundamentalista, pero real al fin y al cabo. Multitud de personas vinculadas al entramado de la Obra en algún momento de sus vidas podrían corroborar taxativamente mi aserto. Personas que reniegan y abominan de ese traumático pasado. Entre ellas, mi esposa.

No considero, pues, que Fesser se haya cebado desproporcionadamente con el Opus ni que en ningún momento su peli manifieste indicios panfletarios o apologéticos. Insisto en reiterar que su imparcialidad me parece encomiable y que lo que el espectador contempla no es más que un modélico extracto de los principios y el ‘modus vivendi’ de cualquier familia inscrita en dicha secta. Ni más, ni menos. Y si alquien se pica será porque ajos come. Digo yo.

Respecto a aspectos puramente cinematográficos destacaría la exquisita sensibilidad con la que se nos esboza esa historia de amor adolescente, las brillantes interpretaciones del trío protagonista (especialmente esa encantadora niña, Nerea Camacho) y el espléndido planteamiento visual de su joven director. También me ha sorprendido gratamente la presencia de ciertos elementos absolutamente extemporáneos (indumentaria, cámara de Super8, papel moneda en pesetas...) que no hacen más que subrayar con sutileza y acierto el carácter decrépito y caduco de la mentalidad opusiana. Lamentablemente, el dramón hospitalario incluye algunos momentos ñoños que me impiden otorgarle un notable alto. Aún así, recomiendo “Camino” a todo aquel que quiera conocer algo más de cerca las poderosísimas garras del Opus y sus mecanismos de persuasión y financiación.
30 de marzo de 2011
149 de 159 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me entra en la cabeza, francamente, por qué un peliculón de este calibre nunca ha logrado alcanzar el lustre y el renombre del que sí se han beneficiado otros. Tiene huevos la cosa. Como si en este puñetero país andáramos precisamente sobrados de obras maestras. Sobre todo de la primera mitad del s. XX, cuando el cine que se hacía por estos lares todavía andaba en paños menores.

Por lo que parece la ‘culpa’ de tan injusto menoscabo la tiene la presunta filiación franquista de su autor, Nieves Conde. Una filiación que —exceptuando un par de enunciados en los títulos de crédito— ni soy capaz de percibir en “Surcos” ni en nada debería afectar al indudable talento de este cineasta. Máxime cuando estamos hablando de una peli que, por si fuera poco, nos muestra la cara más sombría y atroz de una dictadura en la que los efectos colaterales de la posguerra y el estraperlo convirtieron a su población civil en auténticas aves de rapiña dispuestas a todo con tal de abrirse paso en la jungla de asfalto de cualquier gran ciudad. En este caso, de Madrid.

Que nadie se deje engañar, pues, por su rústico título. “Surcos” sólo tiene de bucólico y pastoril el nombre. El resto, en cambio, es uno de los mejores dramas patrios que, con toda franqueza, me he echado a la cara. Duro, seco, violento y extraordinariamente descarnado. Sin sentimentalismos que valgan y con mucha mala leche. Pero que mucha. Ah, y con algo de moralina, por supuesto. Pero más que católica, ilustrada. Lo digo por Rousseau y su teoría del buen salvaje. Un archiconocido postulado que flota en el ambiente durante toda la peli y que, sin lugar a dudas, influye decisivamente en su candente fatalismo y en la liberadora decisión final de los Pérez.

Nueve incuestionables estrellitas, pues, para un dramático retrato de innegable raigambre neorrealista y toque ‘noir’ que desde este preciso instante entra derecho, derechito, a mi Top-10 particular de cine patrio. Con la gorra, vamos.
27 de septiembre de 2008
146 de 160 usuarios han encontrado esta crítica útil
De puta madre, sí. Así mismo te quedas después de ver peliculones como “El tesoro de sierra madre”. Pelis que te obligan a mascar el polvo y a sentir como un pegajoso sudor corre por tu espalda bajo un sol abrasador. Pelis que te ayudan a comprender que la vida no es el jardín del Edén. Pelis que te hacen retroceder hasta aquellos años en los que la puesta en escena, la fotografía o los contraplanos nos la sudaban porque no existían en nuestro criterio cinéfilo y lo único que le exigíamos al puto celuloide era agilidad, emoción, héroes y canallas.

Disfrutar por primera vez del clásico de Huston a mi edad produce una extraña sensación. Por un lado te asaltan determinados ‘dejà vu’ que te impulsan a creer que esa peli ya la has visto. Pero cuando la memoria te certifica implacablemente su desconocimiento, lo único a lo que puedes agarrarte es a esa poderosísima ilusión que de pequeño te empujaba a creer a pies juntillas en los personajes desempeñados por monstruos como John Wayne, Gary Cooper, Kirk Douglas y, como no, Bogart. Humphrey Bogart. Tipos duros, íntegros, audaces y victoriosos.

“El tesoro de sierra madre”, sin embargo, es un clásico atípico. Un clásico inclasificable, manufacturado como a Huston le gustaba hacerlo: sin cánones, ataduras o libretos preestablecidos. A su puta bola, como siempre. Un bisoño John rompió la baraja e hizo la peli que le salió de los cojones. Sin héroes, momentos trepidantes, trasfondo épico ni pollas en vinagre. Un verdadero decálogo de fracasados, de desheredados, de seres desprovistos de cualquier código ético que luchan como gatos panza arriba para esquivar su mal fario y alcanzar lo que nunca tendrán: una vida cómoda y apacible. En este sentido, Fred Dobbs (Bogart) sintetiza a la perfección ese prototipo. Despojado de cualquier atisbo de firmeza, integridad o empatía, Dobbs tritura nuestra ingenua y romántica percepción del aventurero por excelencia y se nos revela como un tipo mezquino, cobarde e indeseable. Aún así, el retoño de Walter no quiso ser excesivamente implacable con su público y le reservó a su progenitor un papel algo más agradecido y carismático. Nadie mejor que su propio padre podría haber personificado esa socarronería y picaresca tan genuinamente hustoniana.

De puta madre.
14 de junio de 2010
136 de 141 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Más entretenida que magistral” sostiene Ocaña. Y lleva razón. “Los siete magníficos” no es una obra maestra. Y no lo es porque ni Sturges es un genio ni su peli soportaría ningún hipotético careo con westerns que sí lo son como “El hombre que mató a Liberty Valance”, “Hasta que llegó su hora” o “Grupo salvaje”. Por citar algunos.

Aún así, “Los siete magníficos” es -a mi juicio- una buena peli. No esperéis, por consiguiente, que sea precisamente yo quien me preste a sacarle los colores. Como podéis comprobar, ya ha habido otros que lo han hecho con el suficiente celo. Mi propósito, en cambio, es argumentar -o apuntar, al menos- las razones que me han llevado a otorgarle siete merecidas estrellas a esta peli. Como no podía ser de otra manera, son siete:

1.- El reparto: Constituye, sin lugar a dudas, un auténtico lujazo ver reunidos en una peli a un repóker de ases como el que configuran Brynner, McQueen, Bronson, Coburn y Wallach. Sobre todo, Brynner. Un actor capaz de merendarse la pantalla con una sola mirada.

2.- La banda sonora de Bernstein. Una verdadera pasada. Junto a la música que compuso Morricone para los eurowesterns de Leone, la crème de la crème del género.

3.- Los diálogos: Pocas veces escucharemos en un western semejante recital de frases lapidarias. Mi preferida, sin duda, ésta: "He trabajado para hombres que me daban mucho... pero jamás he trabajado para alguien que me lo diera todo".

4.- La fotografía: Sencillamente, espléndida. Un par de ojos en la cara es todo cuanto se necesita para poder apreciarla en su justa medida.

5.- Su rol histórico: No hace falta ser ningún lumbrera para corroborar que la peli de Sturges preludia, de alguna manera, ese nuevo western que desarrollarán con mucho mayor talento y convicción Leone y Peckinpah. Parece ser, incluso, que “Los siete magníficos” constituyó el espaldarazo definitivo para que Leone se decidiera a rodar su legendaria trilogía del dólar.

6.- El entretenimiento: Quizás no sea una peli redonda ni profunda, de acuerdo, pero entretiene un montón. Y eso es incuestionable.

7.- Sus consecuencias: Si “Los siete magníficos” ha servido para que un solo cinéfilo se interese por la filmografía de Kurosawa, la razón de ser de esta peli ya está suficientemente justificada. Y, no sé por qué, sospecho que más de uno y más de dos habrán llegado a Kurosawa a través de Sturges… o Leone ¿Me equivoco?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para