No te dejes llevar por la buena caratula porque es lo mejor que vas a ver en esta película. Es tan mala que nunca acabas de distinguir si va en serio o es directamente una parodia.

Es visible la Sangre nivel kétchup, los muñecos en los tiroteos, la cámara inclinada para simular pendientes, el vestuario de aliexpress con los botones de plástico…

El tal Pierre Morel en plena tarde de domingo se lía la manta a la cabeza y se saca un guión de los más pobre que ha visto Hollywood desde “the room”…luego cobra su cheque…se va para casa…y se fuma un puro… Y aquí paz y después gloria…

Y el bueno de Morel lo que tiene seguro es que en la próxima no va a ser capaz de igualar semejante boniato.

La corte suprema ha suprimido la detención previa...lo sé,...pero con Morel debería hacer una excepción.

A su lado Pajares y Esteso son sutileza e inteligencia con mayúsculas. Lo mejor de la película es que dura poco. Lo peor, que dura demasiado.
Escatológico en estado puro, Borat es incapaz de hacer un gag mínimamente mordaz.
¿Cómo ha conseguido Baron Cohen colocar tamaña porquería como humor inteligente?
No lo sé, pero tiene un mérito grandioso.

Esto no es cine. Es un panfleto propagandístico en formato de falso documental rodado al estilo de callejeros.
Es un bucle de dos horas sobre artificieros.
No hay guión ni diálogos que valgan la pena. Es directamente apología de la estupidez de los valores militares.
Steven Segal y Chuck Norris adornaban mejor su discurso.
Seguro que a la Bigelow le caen las ofertas para hacer anuncios de inscripción a las fuerzas armadas, pero el día que quiera dedicarse a hacer cine, tendrá que apuntarse en una escuela y aprender de verdad.

Dos partes de la misma historia que se unen sin sentido ni expresión narrativa. Una pobre dirección de actores en la que ni la belleza de Gong Li puede sustentar. Una voz en off que intenta explicar lo que Yimou intenta transmitir a través de su mala narración sin conseguirlo.
La película pide a gritos a un guionista, por mediocre que sea, pero que arme mínimamente el contenido.
Sólo la fotografia la salva de la quema directa. Decepcionante y incompresible ganadora de un oso de Berlín.

Sorpresa brillante. La película arranca con un ritmo aburrido y una trama habitual para convertirse a apartir de la primera media hora en un alarde narrativo de primera magnitud que no cesa hasta desenbocar en un final apoteósico digno de 'el golpe'. Con una carga de denuncia social paralela a la trama puramente aventuresca.
Ricardo Darín sobresaliente, pero Gastón Pauls y Leticia Brédice están de palma de oro; creibles al 100%.
En resumen: Excelsa, brillante, ingeniosa, sutil, inteligente, con chispa.