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Críticas ordenadas por utilidad
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6,2
9.070
6
27 de mayo de 2023
27 de mayo de 2023
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El western no ha muerto. Viva el western. Porque esto es un western, aunque esté situado en Finlandia, aunque haya nazis (en vez de indios o bandidos) y porque tenemos a nuestro hombre solo ante el peligro (no sé de qué me suena esto). A ello podemos añadir que nuestro hombre tiene más vidas que un gato y pocas ganas de pelear, y al que algunos se empeñan en putear.
La película nos narra, y sirve de excusa narrativa, la situación de Finlandia durante la Segunda Guerra Mundial, primero luchando contra la URSS con el apoyo de la Alemania nazi y luego luchando contra estos para expulsarlos en la llamada Guerra de Laponia. En este marco, nuestro hombre es una vieja leyenda, un antiguo miembro de un comando de la muerte (formado por él solo) ya cansado de pelear y matar. Su vida se reduce a buscar oro por esas tierras de dios para intentar subsistir. Hete aquí que el hombre da con una veta y consigue aquello por lo que lucha día a día y decide llevarse su oro para venderlo. Pero se cruza con unos nazis en retirada, sucios, malcarados y con perspectivas de poco futuro. Y claro, la cosa se lía. En este punto, nuestro hombre decide volver a sacar su viejo instinto asesino y darle a los nazis un poco de caña. Y ríete tú de Rambo, Indy o cualquier otro viejo conocido. Porque este señor es un todo en uno.
La película es un compendio de distintas formas de matar nazis, cosa que mola, llegando en algunos casos a hacerte soltar carcajadas por las situaciones planteadas. Aunque es cierto que a partir de un punto la cosa desparrama en exceso. Aunque no creo que a la gente que busca películas de acción le importe demasiado, a mí me ha sacado un poco de la película por lo increíble que se muestra.
Con una magnífica fotografía, una banda sonora al mejor estilo western y unas actuaciones colosales tanto de Jorna Tommila (que no dice ni mu en toda la película, casi) y de su némesis Aksel Kennie.
Muchos tiros, muchas explosiones y mucha sangre, muchísima. Recomendable para amantes de Malditos bastardos, Overlord, Malnazidos...
La película nos narra, y sirve de excusa narrativa, la situación de Finlandia durante la Segunda Guerra Mundial, primero luchando contra la URSS con el apoyo de la Alemania nazi y luego luchando contra estos para expulsarlos en la llamada Guerra de Laponia. En este marco, nuestro hombre es una vieja leyenda, un antiguo miembro de un comando de la muerte (formado por él solo) ya cansado de pelear y matar. Su vida se reduce a buscar oro por esas tierras de dios para intentar subsistir. Hete aquí que el hombre da con una veta y consigue aquello por lo que lucha día a día y decide llevarse su oro para venderlo. Pero se cruza con unos nazis en retirada, sucios, malcarados y con perspectivas de poco futuro. Y claro, la cosa se lía. En este punto, nuestro hombre decide volver a sacar su viejo instinto asesino y darle a los nazis un poco de caña. Y ríete tú de Rambo, Indy o cualquier otro viejo conocido. Porque este señor es un todo en uno.
La película es un compendio de distintas formas de matar nazis, cosa que mola, llegando en algunos casos a hacerte soltar carcajadas por las situaciones planteadas. Aunque es cierto que a partir de un punto la cosa desparrama en exceso. Aunque no creo que a la gente que busca películas de acción le importe demasiado, a mí me ha sacado un poco de la película por lo increíble que se muestra.
Con una magnífica fotografía, una banda sonora al mejor estilo western y unas actuaciones colosales tanto de Jorna Tommila (que no dice ni mu en toda la película, casi) y de su némesis Aksel Kennie.
Muchos tiros, muchas explosiones y mucha sangre, muchísima. Recomendable para amantes de Malditos bastardos, Overlord, Malnazidos...

4,8
2.155
5
5 de febrero de 2023
5 de febrero de 2023
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas veces las películas tienen la única intención de entretener contando historias que, partiendo de ideas alocadas, consiguen tenerte delante de la pantalla un par de horas. Esta premisa, con la vertiente catastrofista, nos ha mostrado cosas como Armagedon, El núcleo,... con mayor o menor acierto.
Pues, en esencia, eso es lo que han hecho los chinos: han cogido una idea en la que el sol se extingue, han decidido ponerle unos motores a la Tierra, han salido de viaje y, por el camino, han metido las ocurrencias más estrafalarias y peregrinas que se les ha ocurrido. A ello han añadido una buena fotografía, unos efectos especiales realmente impactantes en algunos momentos, han incluido algunas escenas que consiguen que se te mantengan en la memoria (el ascensor o la caída final) y han terminado un blockbuster que no tiene nada que envidiar a cualquiera de los que se hacen por tierras yankis.
Si no hay muchas pretensiones de ver una historia realista, probablemente a más de uno logre entretenerle mientras se atiborra a palomitas y refrescos.
Pues, en esencia, eso es lo que han hecho los chinos: han cogido una idea en la que el sol se extingue, han decidido ponerle unos motores a la Tierra, han salido de viaje y, por el camino, han metido las ocurrencias más estrafalarias y peregrinas que se les ha ocurrido. A ello han añadido una buena fotografía, unos efectos especiales realmente impactantes en algunos momentos, han incluido algunas escenas que consiguen que se te mantengan en la memoria (el ascensor o la caída final) y han terminado un blockbuster que no tiene nada que envidiar a cualquiera de los que se hacen por tierras yankis.
Si no hay muchas pretensiones de ver una historia realista, probablemente a más de uno logre entretenerle mientras se atiborra a palomitas y refrescos.

4,0
1.687
7
26 de mayo de 2023
26 de mayo de 2023
10 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquiera que vea la valoración media otorgada a la película podría pensar que es un bodrio de niveles estratosféricos. Nada más lejos de la realidad.
Con ese toque extremo de Casanova en algunas escenas (pelín desagradables), y que ponen el contraste a todo ese entorno de color rosa que nos muestra a lo largo del metraje, nos encontramos con una película que se mueve fundamentalmente en tres localizaciones: la casa de Libertad y Mateo (todo rosa), el hospital (gris verdoso) y la casa del padre (gris). Aparte nos encontramos con las imágenes de Corea que también poseen una diferenciación cromática bastante contrastada. El rosa es el "mundo feliz" que Libertad monta alrededor de su hijo, mientras el gris da a entender el riesgo, el peligro, la falta de felicidad, del mundo exterior.
La película se mueve alrededor de las relaciones paterno/filiales (líder/vasallo) que pueden degenerar en algo tóxico, opresivo y dictatorial y que, a su vez, generan una dependencia brutal sobre la otra persona (pareja/hijo/vasallos). En la obra es Libertad ese personaje tóxico que consigue destruir a todos los que le rodean pero que, a su vez, se ven imposibilitados a huir por su dependencia total.
Una bastante buena película, con sus excesos marca Casanova, con un cierto toque onírico-fantasioso, pero que realmente es una fuerte carga crítica hacia las relaciones humanas, su capacidad de degeneración, y, a su vez, una muestra humana de esas dudas y miedos de las personas a la hora de afrontar la maternidad y crianza de un hijo.
Enorme, como siempre, Ángela Molina <3
Con ese toque extremo de Casanova en algunas escenas (pelín desagradables), y que ponen el contraste a todo ese entorno de color rosa que nos muestra a lo largo del metraje, nos encontramos con una película que se mueve fundamentalmente en tres localizaciones: la casa de Libertad y Mateo (todo rosa), el hospital (gris verdoso) y la casa del padre (gris). Aparte nos encontramos con las imágenes de Corea que también poseen una diferenciación cromática bastante contrastada. El rosa es el "mundo feliz" que Libertad monta alrededor de su hijo, mientras el gris da a entender el riesgo, el peligro, la falta de felicidad, del mundo exterior.
La película se mueve alrededor de las relaciones paterno/filiales (líder/vasallo) que pueden degenerar en algo tóxico, opresivo y dictatorial y que, a su vez, generan una dependencia brutal sobre la otra persona (pareja/hijo/vasallos). En la obra es Libertad ese personaje tóxico que consigue destruir a todos los que le rodean pero que, a su vez, se ven imposibilitados a huir por su dependencia total.
Una bastante buena película, con sus excesos marca Casanova, con un cierto toque onírico-fantasioso, pero que realmente es una fuerte carga crítica hacia las relaciones humanas, su capacidad de degeneración, y, a su vez, una muestra humana de esas dudas y miedos de las personas a la hora de afrontar la maternidad y crianza de un hijo.
Enorme, como siempre, Ángela Molina <3
1
26 de noviembre de 2012
26 de noviembre de 2012
11 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo repito, no he visto la película y no pienso verla, pero estoy convencido que la culpa no es del director. Me explico:
Yo he leído el libro en que está basada la película: Fin, de David Monteagudo. Por lo que leo, la película es prácticamente literal. Tan literal que comete exactamente los mismos fallos que tiene el libro: es una tomadura de pelo con todas las letras..
La novela no tiene personajes, no hay escenas, las descripciones son rocambolescas, las situaciones inverosímiles, los diálogos de patio de colegio y el final es una hostia en toda la cara del lector para, poniendo voz de Joker, decirte: "Te he tomado el pelo, atontao".
Os quejáis de la película, pero ya os digo que no es culpa del director, ni del guionista, es culpa del escritor y de los padrinos que debe tener detrás. En su momento, la crítica de Qué leer le daba un 4/5, afirmando que era una de las mejores novelas españolas de todos los tiempos. Y la comparaba con McCarthy. En fin.
Os pongo la crítica que hice en su momento al libro:
Desde hace mucho tiempo, tiempos inmemoriales ya, me ha gustado leer críticas y reseñas de libros y películas, tanto en revistas como en suplementos especializados: Fotogramas, Cinemanía, El Cultural, Babelia, Qué leer,... Me gustaba hacerlo porque me permitían descubrir obras que de otra forma me hubiese sido complicado ni tan siquiera intuir. En mayor o menor media, mis gustos solían coincidir con las evaluaciones publicadas, lo que hizo que poco a poco fuese utilizándolos como si fuese mi propio criterio. Pero de un tiempo a esta parte, tanto en las revistas de cine como en las de literatura, comienzo a notar una relajación (por no decir otra cosa) en las puntuaciones realmente preocupante. Más que preocupante: irritante y completamente desproporcionadas. Sé que alguien puede decirme que todo crítico no deja de ser un lector/espectador más, y por tanto sujeto a subjetividades. Lo admito, pero un medio de comunicación (gratuito o no, con prestigio o con expectativas de tenerlo) no puede consentir determinadas veleidades. Se juegan demasiado para consentir tropelías como la que voy a describir abajo. Es una crítica al libro Fin de David Monteagudo aparecida en la revista Qué leer en 2010, pero ejemplos puedo poner múltiples:
Título: FIN, David Monteagudo
Calificación: 4/5
Un grupo de amigos se reúne tras un largo periodo de poco contacto para rememorar la noche que vivieron en un refugio de montaña quince años atrás. Algunos van con parejas y otros solos, pero falta uno de ellos, aquél al que llamaban El Profeta por su moral católica. Por la noche, tras un inesperado apagón, ven que las estrellas lucen más brillantes que nunca. Por la mañana uno de ellos ha desaparecido. No será el último.
Se han utilizado muchas referencias externas para hablar de las excelencias del debut de David Monteagudo. Han sonado nombres como el de Albert Sánchez Piñol, Cormac McCarthy o Rafael Sánchez Ferlosio, autores que tienen en común con este lucense esa pasión por narrarnos grandes contradicciones psicológicas en historias herméticas.
Fin no es una obra fácil: es un cuento que viaja del drama generacional a la ciencia ficción más oscura. El verdadero motivo para dejarse subyagar por esta trama apocalíptica tarda más de cien páginas en ser desvelado. En ese caso, me recuerda mucho a la novela de Stephen King El cazador de sueños, donde un drama banal y generacional se va conviertiendo poco a poco en una pesadilla alienígena. Aunque Monteagudo no es tan fan de los efectos especiales como el autor de Carrie: su prosa asfixiante, capaz de hacernos temblar de miedo en espacios abiertos a pleno sol, suele ser rica en detalles, como esos estallidos de naturaleza salvaje, preludio de una gran tragedia. Y, al contrario que King, Monteagudo huye de cualquier convencionalismo dentro del género, dejándonos el cuerpo maltrecho al compartir los miedos y dudas de sus protagonistas, sin explicaciones ni ataduras, sólo el auténtico horror de no saber nunca realmente lo que pasa. Una (nueva) mirada certera al apocalipsis que está llamada a ser el debut literario de este año.
Por Manu González
(Continua en el spoiler)
Yo he leído el libro en que está basada la película: Fin, de David Monteagudo. Por lo que leo, la película es prácticamente literal. Tan literal que comete exactamente los mismos fallos que tiene el libro: es una tomadura de pelo con todas las letras..
La novela no tiene personajes, no hay escenas, las descripciones son rocambolescas, las situaciones inverosímiles, los diálogos de patio de colegio y el final es una hostia en toda la cara del lector para, poniendo voz de Joker, decirte: "Te he tomado el pelo, atontao".
Os quejáis de la película, pero ya os digo que no es culpa del director, ni del guionista, es culpa del escritor y de los padrinos que debe tener detrás. En su momento, la crítica de Qué leer le daba un 4/5, afirmando que era una de las mejores novelas españolas de todos los tiempos. Y la comparaba con McCarthy. En fin.
Os pongo la crítica que hice en su momento al libro:
Desde hace mucho tiempo, tiempos inmemoriales ya, me ha gustado leer críticas y reseñas de libros y películas, tanto en revistas como en suplementos especializados: Fotogramas, Cinemanía, El Cultural, Babelia, Qué leer,... Me gustaba hacerlo porque me permitían descubrir obras que de otra forma me hubiese sido complicado ni tan siquiera intuir. En mayor o menor media, mis gustos solían coincidir con las evaluaciones publicadas, lo que hizo que poco a poco fuese utilizándolos como si fuese mi propio criterio. Pero de un tiempo a esta parte, tanto en las revistas de cine como en las de literatura, comienzo a notar una relajación (por no decir otra cosa) en las puntuaciones realmente preocupante. Más que preocupante: irritante y completamente desproporcionadas. Sé que alguien puede decirme que todo crítico no deja de ser un lector/espectador más, y por tanto sujeto a subjetividades. Lo admito, pero un medio de comunicación (gratuito o no, con prestigio o con expectativas de tenerlo) no puede consentir determinadas veleidades. Se juegan demasiado para consentir tropelías como la que voy a describir abajo. Es una crítica al libro Fin de David Monteagudo aparecida en la revista Qué leer en 2010, pero ejemplos puedo poner múltiples:
Título: FIN, David Monteagudo
Calificación: 4/5
Un grupo de amigos se reúne tras un largo periodo de poco contacto para rememorar la noche que vivieron en un refugio de montaña quince años atrás. Algunos van con parejas y otros solos, pero falta uno de ellos, aquél al que llamaban El Profeta por su moral católica. Por la noche, tras un inesperado apagón, ven que las estrellas lucen más brillantes que nunca. Por la mañana uno de ellos ha desaparecido. No será el último.
Se han utilizado muchas referencias externas para hablar de las excelencias del debut de David Monteagudo. Han sonado nombres como el de Albert Sánchez Piñol, Cormac McCarthy o Rafael Sánchez Ferlosio, autores que tienen en común con este lucense esa pasión por narrarnos grandes contradicciones psicológicas en historias herméticas.
Fin no es una obra fácil: es un cuento que viaja del drama generacional a la ciencia ficción más oscura. El verdadero motivo para dejarse subyagar por esta trama apocalíptica tarda más de cien páginas en ser desvelado. En ese caso, me recuerda mucho a la novela de Stephen King El cazador de sueños, donde un drama banal y generacional se va conviertiendo poco a poco en una pesadilla alienígena. Aunque Monteagudo no es tan fan de los efectos especiales como el autor de Carrie: su prosa asfixiante, capaz de hacernos temblar de miedo en espacios abiertos a pleno sol, suele ser rica en detalles, como esos estallidos de naturaleza salvaje, preludio de una gran tragedia. Y, al contrario que King, Monteagudo huye de cualquier convencionalismo dentro del género, dejándonos el cuerpo maltrecho al compartir los miedos y dudas de sus protagonistas, sin explicaciones ni ataduras, sólo el auténtico horror de no saber nunca realmente lo que pasa. Una (nueva) mirada certera al apocalipsis que está llamada a ser el debut literario de este año.
Por Manu González
(Continua en el spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Vayamos por partes, lo primero decir que admiro a Monteagudo por el hecho de haber conseguido publicar su novela (y las posteriores) sin ser un escritor profesional, por ser un trabajador de una fábrica que, con esfuerzo, ha logrado su sueño. Igual que admiro a gente como Bruno Nievas, Armando Rodera,... Todos ellos, con mayor o menor calidad, han conseguido darse a conocer, publicar y ser leídos. Mi aplauso. Pero hasta ahí llego, lo que viene a continuación es lo que me solivianta y me encabrona.
La crítica del libro habla de comparaciones, entre otros, con McCarthy o Sánchez Ferlosio. Yo me pregunto si el crítico (o las personas a las que se refiere) ha leído algo de estos señores para compararlo con tanta alegría. Incluso con Sánchez Piñol (otro que merecería una mención especial por escribir dos veces el mismo libro y que se los publiquen) queda extraño. Pues va a ser que no. Que ni de coña. Tú lees Fin y lo intentas comparar con La carretera, El Jarama o La piel fría y es como comparar un SEAT 600 desguazado con un Mercedes recién salido del concesionario, para mear y no echar gota.
El libro es, de forma clara y sencilla, una jodida patochada sin sentido, en el que se han rellenado páginas con palabras que, al final de la obra, no han conseguido explicar absolutamente nada. Si algunos críticos son capaces de valorar esta novela como de las mejores del año 2010, entonces mejor que dejemos de leer literatura española actual porque tiene un problema realmente grave. La obra comienza de forma infantil, con una escena cuanto menos mal escrita y mal descrita. Lo jodido es que, conforme avanzamos, pasamos a unas descripciones recargadas hasta la pedantería, explicaciones extensas de cosas que no terminas de comprender por qué nos las describe el autor de forma tan precisa. Pero hay más... De su contenido, como expectativa para leerlo, podemos decir que no hay nada, es el puto vacío. A lo largo del libro no sabes que pasa, por qué suceden las cosas y, para rematar, no hay final. Y te quedas con una cara de canelo que tira para atrás. Y si a eso le añadimos un desarrollo en el que todos los personajes son insustanciales, están encabronados entre sí (y tú no tienes ni pajolera idea de por qué) y los diálogos alcanzan la profundidad dialéctica de un parvulario, pues tenemos un cóctel que ni Dan Brown, tú. Y con leones, tigres, cabras montesas y galgos a tropel (por cierto, lo mejor del libro es la escena de los galgos en la gasolinera).
La crítica del libro habla de comparaciones, entre otros, con McCarthy o Sánchez Ferlosio. Yo me pregunto si el crítico (o las personas a las que se refiere) ha leído algo de estos señores para compararlo con tanta alegría. Incluso con Sánchez Piñol (otro que merecería una mención especial por escribir dos veces el mismo libro y que se los publiquen) queda extraño. Pues va a ser que no. Que ni de coña. Tú lees Fin y lo intentas comparar con La carretera, El Jarama o La piel fría y es como comparar un SEAT 600 desguazado con un Mercedes recién salido del concesionario, para mear y no echar gota.
El libro es, de forma clara y sencilla, una jodida patochada sin sentido, en el que se han rellenado páginas con palabras que, al final de la obra, no han conseguido explicar absolutamente nada. Si algunos críticos son capaces de valorar esta novela como de las mejores del año 2010, entonces mejor que dejemos de leer literatura española actual porque tiene un problema realmente grave. La obra comienza de forma infantil, con una escena cuanto menos mal escrita y mal descrita. Lo jodido es que, conforme avanzamos, pasamos a unas descripciones recargadas hasta la pedantería, explicaciones extensas de cosas que no terminas de comprender por qué nos las describe el autor de forma tan precisa. Pero hay más... De su contenido, como expectativa para leerlo, podemos decir que no hay nada, es el puto vacío. A lo largo del libro no sabes que pasa, por qué suceden las cosas y, para rematar, no hay final. Y te quedas con una cara de canelo que tira para atrás. Y si a eso le añadimos un desarrollo en el que todos los personajes son insustanciales, están encabronados entre sí (y tú no tienes ni pajolera idea de por qué) y los diálogos alcanzan la profundidad dialéctica de un parvulario, pues tenemos un cóctel que ni Dan Brown, tú. Y con leones, tigres, cabras montesas y galgos a tropel (por cierto, lo mejor del libro es la escena de los galgos en la gasolinera).
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