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Críticas ordenadas por utilidad
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6
18 de mayo de 2011
18 de mayo de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a ver si por fin nos enteramos de cómo se denominan nuestras islas. Y no lo digo por el título de la película, que puede ser el que quiera el director, sino por las críticas y sinopsis de la misma (se aprovecha además para dar alguna que otra pincelada extra):
- Hierro y Gomera son precedidas de artículo, así pues: EL Hierro y LA Gomera.
- Las Palmas no es una isla, sino la capital (añadiéndole 'de Gran Canaria') de una de ellas: Gran Canaria.
- A su vez, Las Palmas a secas es una de las dos provincias que conforman Canarias, y cuyas islas son Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote.
- La Palma es otra isla más, no confundir con la reseñada Las Palmas.
Y por no seguir aburriendo al personal, aunque esperando que haya servido de algo, procedemos a comentar el film, que a mí no me ha decepcionado tanto como se dice.
Me ha agradado que se haya hecho propaganda de El Hierro, con sus maravillosos paisajes y peculiaridades, como que gracias a ser el punto más occidental de Europa pasó por ella el Meridiano Cero. Si ya había Almodóvar promocionado Lanzarote, ¿por qué no también ésta? Eso sí, quien la conoce puede darse cuenta de algunos detalles que generan cierta gracia; detalles provocados no sé si por comodidades de los realizadores o porque creían que ningún herreño o canario iba a ver la cinta.
Y es que el puerto es el de Agaete, en Gran Canaria, y no el de La Estaca, en El Hierro. Y es que el hotel en el que se alojan es el conocido como 'más pequeño del mundo', de sólo cuatro habitaciones, cuando les ofrecen la número siete y comentan que está vacío (vaya suerte). Y es que en la playa en la que están suena a chiste lo de 'voy a comprar algo'. Sí, mujer, sí, al souvenir de la esquina. Y es que en algunos planos aéreos se ve cómo conducen por la izquierda. Y es que en el camping hay más caravanas que habitantes en toda la isla. Y es que, por pocos habitantes que haya en la misma (algo más de 10.000), se pude entender que no se conozcan todos. Y es que el coche de policía parece de Matchbox. Y es que es una isla amable, hombre, no una secta que pretende que nadie conozca los ocultos y malévolos secretos allí escondidos… (Por favor, cualquier herreño que se sienta libre de corregirme).
Siendo el suspense y el final previsibilísimos, con la vergonzante inclusión de los flashbacks al más puro estilo 'mi querido público yanqui es algo corto de miras', la fotografía preciosa y espectacular, las pesadillas lyncheanas y los pájaros hitchcockianos, la banda sonora evocadora de algún momento de Lost, el comportamiento de la hermana inverosímil, y habiendo salido, cómo no, Anaya desnuda, esa diva mía que no puede estar más delgada y vestir más hortera en esta ocasión… Pues oiga, que sí, que no ha estado mal.
Y, para ir finalizando, contesto las preguntas de Ralph Wiggum en el spoiler:
- Hierro y Gomera son precedidas de artículo, así pues: EL Hierro y LA Gomera.
- Las Palmas no es una isla, sino la capital (añadiéndole 'de Gran Canaria') de una de ellas: Gran Canaria.
- A su vez, Las Palmas a secas es una de las dos provincias que conforman Canarias, y cuyas islas son Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote.
- La Palma es otra isla más, no confundir con la reseñada Las Palmas.
Y por no seguir aburriendo al personal, aunque esperando que haya servido de algo, procedemos a comentar el film, que a mí no me ha decepcionado tanto como se dice.
Me ha agradado que se haya hecho propaganda de El Hierro, con sus maravillosos paisajes y peculiaridades, como que gracias a ser el punto más occidental de Europa pasó por ella el Meridiano Cero. Si ya había Almodóvar promocionado Lanzarote, ¿por qué no también ésta? Eso sí, quien la conoce puede darse cuenta de algunos detalles que generan cierta gracia; detalles provocados no sé si por comodidades de los realizadores o porque creían que ningún herreño o canario iba a ver la cinta.
Y es que el puerto es el de Agaete, en Gran Canaria, y no el de La Estaca, en El Hierro. Y es que el hotel en el que se alojan es el conocido como 'más pequeño del mundo', de sólo cuatro habitaciones, cuando les ofrecen la número siete y comentan que está vacío (vaya suerte). Y es que en la playa en la que están suena a chiste lo de 'voy a comprar algo'. Sí, mujer, sí, al souvenir de la esquina. Y es que en algunos planos aéreos se ve cómo conducen por la izquierda. Y es que en el camping hay más caravanas que habitantes en toda la isla. Y es que, por pocos habitantes que haya en la misma (algo más de 10.000), se pude entender que no se conozcan todos. Y es que el coche de policía parece de Matchbox. Y es que es una isla amable, hombre, no una secta que pretende que nadie conozca los ocultos y malévolos secretos allí escondidos… (Por favor, cualquier herreño que se sienta libre de corregirme).
Siendo el suspense y el final previsibilísimos, con la vergonzante inclusión de los flashbacks al más puro estilo 'mi querido público yanqui es algo corto de miras', la fotografía preciosa y espectacular, las pesadillas lyncheanas y los pájaros hitchcockianos, la banda sonora evocadora de algún momento de Lost, el comportamiento de la hermana inverosímil, y habiendo salido, cómo no, Anaya desnuda, esa diva mía que no puede estar más delgada y vestir más hortera en esta ocasión… Pues oiga, que sí, que no ha estado mal.
Y, para ir finalizando, contesto las preguntas de Ralph Wiggum en el spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Las visiones las tiene porque desde el primer momento se intuye que la chica no está muy bien de la cabeza, simplemente.
- La alemana se volvió loca y era la profe del cole, así que le gustarían los niños.
- Del compartimento es imposible que haya salido el niño, ya que los que hemos utilizado las taquillas del Fred Olsen Express lo podemos corroborar. Efectivamente, GRAVE ERROR.
- Anaya sigue buscándolo porque, repetimos, está algo chiflada.
- Al niño lo ve en la playa porque lo tenía secuestrado la alemana, y su caravana está a unos metros al otro lado. ¿Qué no se entiende? Ella le pone la cara de su hijo porque, tripitimos, sufre un trastorno mental.
- La alemana se volvió loca y era la profe del cole, así que le gustarían los niños.
- Del compartimento es imposible que haya salido el niño, ya que los que hemos utilizado las taquillas del Fred Olsen Express lo podemos corroborar. Efectivamente, GRAVE ERROR.
- Anaya sigue buscándolo porque, repetimos, está algo chiflada.
- Al niño lo ve en la playa porque lo tenía secuestrado la alemana, y su caravana está a unos metros al otro lado. ¿Qué no se entiende? Ella le pone la cara de su hijo porque, tripitimos, sufre un trastorno mental.

6,6
87.642
7
29 de diciembre de 2008
29 de diciembre de 2008
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Reflexiones…
(Pa' qué escribir después de 423 críticas... ¡Nadie la va a leer! Ni siquiera con la intención de abolir su utilidad… Hala, venga, qué más da… Si no tengo otra cosa que hacer…)
- Crítica…
Sí, sí. Me hice muuuuuucha caca. Lo pasé mal. ¡Fatal! Prometo que hacía muchísimo tiempo que no me acojonaba de esta manera. ¡De hecho ni recordaba haberme acojonado así!
Vaya, qué curioso. Tras pensar en sólo dos instantes de cine que me provocasen alguna sensación similar, debo enfadarme con Amenábar. Sí, sí. De verdad. El interminable paseo a través de aquel pasillo en la más absoluta oscuridad mientras Fele Martínez recitaba el cuento de la princesa entre cerilla y cerilla casi me mata de angustia. Y la lenta 'persecución' de los criados tras los pasos de los aterrorizados niños que no buscaron otro refugio mejor que la niebla de la noche hizo que desde el dedo gordo del pie hasta la última pestaña sintiera un profundo escalofrío.
De todas formas, ese miedo fue diferente. Ese miedo no se fabricó mediante gritos, golpes, música o sustos. ¡Qué gran miedo! Sin embargo, y aunque REC sí echa mano de alguno de estos recursos, ¡qué otro gran miedo! Quizá porque transmite cierta cercanía y realismo, quizá porque los implicados hablan como yo, o quizá porque los bomberos no son yankis, o porque el edificio es como el de mi abuela, o porque hasta el tipo que creía que no iba a caer también cae… ¡¡Los últimos diez minutos mi mano volvió a servir de escudo visual desde que los goblins me aterrorizaran en aquel fantástico laberinto, allá por los ochenta!! Y aún así… ¡La tele era un imán! ¡No podía no mirar!
- Reflexión espontánea…
(Menos mal, evité imaginarme a uno de esos cabrones saltando sobre mi cuello desde el oscuro pasillo…).
- Continuación…
Eso sí. Como ya he leído, es obvio que el entorno y circunstancias que nos rodean al visualizar una película influyen de una manera más que considerable. No puedo olvidar aquella sala, repleta (de quinquis) hasta la bandera, conmigo en primera fila, en la que sólo se escuchaba '¡devuélvanme el dinero!' mientras yo tragaba saliva y me juraba que nunca más iba a acampar en el monte.
- Reflexiones…
(Joé… ¡Pues sí que me he hecho caquita viendo cine! Y yo que pensaba que nunca pasaba miedo… Bah… Ahora empezaré a decir que 'casi nunca' paso miedo. Aunque en realidad la procesión vaya por dentro...).
- Postdata...
¡¡Hagan callar a la periodista!!
(Pa' qué escribir después de 423 críticas... ¡Nadie la va a leer! Ni siquiera con la intención de abolir su utilidad… Hala, venga, qué más da… Si no tengo otra cosa que hacer…)
- Crítica…
Sí, sí. Me hice muuuuuucha caca. Lo pasé mal. ¡Fatal! Prometo que hacía muchísimo tiempo que no me acojonaba de esta manera. ¡De hecho ni recordaba haberme acojonado así!
Vaya, qué curioso. Tras pensar en sólo dos instantes de cine que me provocasen alguna sensación similar, debo enfadarme con Amenábar. Sí, sí. De verdad. El interminable paseo a través de aquel pasillo en la más absoluta oscuridad mientras Fele Martínez recitaba el cuento de la princesa entre cerilla y cerilla casi me mata de angustia. Y la lenta 'persecución' de los criados tras los pasos de los aterrorizados niños que no buscaron otro refugio mejor que la niebla de la noche hizo que desde el dedo gordo del pie hasta la última pestaña sintiera un profundo escalofrío.
De todas formas, ese miedo fue diferente. Ese miedo no se fabricó mediante gritos, golpes, música o sustos. ¡Qué gran miedo! Sin embargo, y aunque REC sí echa mano de alguno de estos recursos, ¡qué otro gran miedo! Quizá porque transmite cierta cercanía y realismo, quizá porque los implicados hablan como yo, o quizá porque los bomberos no son yankis, o porque el edificio es como el de mi abuela, o porque hasta el tipo que creía que no iba a caer también cae… ¡¡Los últimos diez minutos mi mano volvió a servir de escudo visual desde que los goblins me aterrorizaran en aquel fantástico laberinto, allá por los ochenta!! Y aún así… ¡La tele era un imán! ¡No podía no mirar!
- Reflexión espontánea…
(Menos mal, evité imaginarme a uno de esos cabrones saltando sobre mi cuello desde el oscuro pasillo…).
- Continuación…
Eso sí. Como ya he leído, es obvio que el entorno y circunstancias que nos rodean al visualizar una película influyen de una manera más que considerable. No puedo olvidar aquella sala, repleta (de quinquis) hasta la bandera, conmigo en primera fila, en la que sólo se escuchaba '¡devuélvanme el dinero!' mientras yo tragaba saliva y me juraba que nunca más iba a acampar en el monte.
- Reflexiones…
(Joé… ¡Pues sí que me he hecho caquita viendo cine! Y yo que pensaba que nunca pasaba miedo… Bah… Ahora empezaré a decir que 'casi nunca' paso miedo. Aunque en realidad la procesión vaya por dentro...).
- Postdata...
¡¡Hagan callar a la periodista!!
Serie

3,6
699
4
8 de septiembre de 2009
8 de septiembre de 2009
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo por imaginarte detrás de las cámaras, sufriendo para que la iluminación fuese la adecuada, esta serie se puede calificar como regular!! (anda, que sin ti...).
Bueno, vale, y porque muy de vez en cuando, los ratos que la he aguantado, he esbozado alguna sonrisilla involuntaria...
Un abrazo Bajo!!
Bueno, vale, y porque muy de vez en cuando, los ratos que la he aguantado, he esbozado alguna sonrisilla involuntaria...
Un abrazo Bajo!!

7,2
108.138
6
24 de abril de 2008
24 de abril de 2008
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo no quería escribir sobre 'Saw'. Está todo dicho. A unos encantó y a otros horrorizó. Y a mí me siguió entreteniendo, e intrigando por momentos. Desconcertante final, sí, aunque no tanto como la primera vez, juju...
¿Por qué escribo pues? Porque he recordado con nitidez la gran duda que me surgió entonces…
¿Por qué escribo pues? Porque he recordado con nitidez la gran duda que me surgió entonces…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tras no conseguir el enfermero asesinar a la mujer y a la hija del doctor, ¿por qué se dirige al baño del terror para matar a éste? Recordemos...
1. Cinta del doctor: 'Si no mata a Adam antes de las 06:00 (Adam, demostrando tener la sangre muuuuuuuy fría, ni se inmuta) Alison y Diana morirán, Dr. Gordon, y dejaré que se pudra en esta habitación'. NO hay que matar al Dr. Gordon.
2. Cinta del enfermero: '¿Mataría a una madre y a su hija para salvarse Ud.? Escuche atentamente, hay reglas'. Bien... NO hay que matar al Dr. Gordon. Esa no era la regla.
Claro, yo me he planteado que quizá quería contentar al malote de alguna manera cargándose por lo menos a uno. Así podría tocarle en el hombro y decirle: 'Oiga, aunque no me lo haya currado exactamente como pidió, ya puede dejar el paripé y darme el antídoto...'
Además, me pregunto: ¿Qué hubiera hecho el malo maloso si el famoso enfermero hubiera matado a la familia de Gordon? Como el doctor se iba a pudrir, qué menos que pudrirse él también, esperando a darle la sorpresita... ¿Y si Gordon hubiese matado a Adam? ¿Se levanta sin ningún tipo de emoción, le da una palmadita en la espalda, le quita la cadena y se van de cañas? Desde luego, para no haber sucedido lo que él esperaba, qué bien salió el truco al final!!
* Gazapo: en uno de los planos descendentes de la cámara desde el techo del baño, se puede observar el reloj de fondo marcando las 11:20 aproximadamente. Cinco minutos después, transcurridos sin cortes en la película, los protagonistas advierten que ya son las 12:10... Así también juego yo!!
1. Cinta del doctor: 'Si no mata a Adam antes de las 06:00 (Adam, demostrando tener la sangre muuuuuuuy fría, ni se inmuta) Alison y Diana morirán, Dr. Gordon, y dejaré que se pudra en esta habitación'. NO hay que matar al Dr. Gordon.
2. Cinta del enfermero: '¿Mataría a una madre y a su hija para salvarse Ud.? Escuche atentamente, hay reglas'. Bien... NO hay que matar al Dr. Gordon. Esa no era la regla.
Claro, yo me he planteado que quizá quería contentar al malote de alguna manera cargándose por lo menos a uno. Así podría tocarle en el hombro y decirle: 'Oiga, aunque no me lo haya currado exactamente como pidió, ya puede dejar el paripé y darme el antídoto...'
Además, me pregunto: ¿Qué hubiera hecho el malo maloso si el famoso enfermero hubiera matado a la familia de Gordon? Como el doctor se iba a pudrir, qué menos que pudrirse él también, esperando a darle la sorpresita... ¿Y si Gordon hubiese matado a Adam? ¿Se levanta sin ningún tipo de emoción, le da una palmadita en la espalda, le quita la cadena y se van de cañas? Desde luego, para no haber sucedido lo que él esperaba, qué bien salió el truco al final!!
* Gazapo: en uno de los planos descendentes de la cámara desde el techo del baño, se puede observar el reloj de fondo marcando las 11:20 aproximadamente. Cinco minutos después, transcurridos sin cortes en la película, los protagonistas advierten que ya son las 12:10... Así también juego yo!!

7,7
123.009
6
10 de diciembre de 2010
10 de diciembre de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estaría de más hablar del papelón de Tosar porque, más que de papelón, se trata de una interpretación creo perfecta, de una plasmación exacta de la realidad de un personaje como el que representa. Mención aparte, como no, merece el entrañable yonqui de la gorrita de España. Impresionante. Como si se hubiera colado en el rodaje procedente de cualquier calle que podamos imaginar de nuestra ciudad. Pero esto no lo es todo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Porque todo lo contrario sucede con el protagonista de la historia. Dónde quedaron el carisma y, sobre todo, la credibilidad. No creo que el cambio involuntario de acento castellano-sudamericano durante varios lances de la trama sea un punto a favor. Porque, hombre, si el chico es argentino (que lo es), que actúe como tal. ¡Para qué forzarlo, si le cuesta! Igualmente, sus expresiones faciales tampoco acaban de llenar.
Eso sí, la negatividad del film pienso que centra su peso en varias líneas del guión. Incluso la bestia de Malamadre se ve corrompida muchas veces por la inestabilidad del mismo. ¿Dónde se habrá visto que, a los cinco minutos de su estancia en la cárcel, el novato de turno entre por los ojos del amo y señor del grupo, convirtiéndose además poco menos que en su amigo inseparable y protegido? Vaya huevos el Calzones, que en seguida hace, deshace, propone, ordena y sentencia lo que a todo un señor preso como Malamadre tuvo que costarle años de reclutamiento y recogidas de jabones.
Y así sigue la película hasta el final, con baches y luces por el camino. Acciones que se repiten como la entrada y espera de los negociadores y reos respectivamente. Cambios de actitud extremos como la de intentar escapar hasta la de convertirse en el cabecilla de las reivindicaciones. Compañeros funcionarios tan inteligentes como para confirmar la muerte de la chica mientras uno de los suyos permanece encerrado con los animalitos del señor (¡Resines te lo agradecerá, barbudo incompetente!). Y un acelerón final desproporcionado, como la proposición trapera del padre del Bola a Malamadre delatando a Calzoncillos o la traición de Bardem, cantada desde antes que comenzara el lío.
211 adjetivos que otorgar repartidos por igual entre virtudes y defectos. Inverosimilitud como estandarte de todos ellos. Porque los golpes de efecto son otra cosa.
Quedo frío, me acerco a la tibieza y vuelvo a tener que taparme.
Eso sí, la negatividad del film pienso que centra su peso en varias líneas del guión. Incluso la bestia de Malamadre se ve corrompida muchas veces por la inestabilidad del mismo. ¿Dónde se habrá visto que, a los cinco minutos de su estancia en la cárcel, el novato de turno entre por los ojos del amo y señor del grupo, convirtiéndose además poco menos que en su amigo inseparable y protegido? Vaya huevos el Calzones, que en seguida hace, deshace, propone, ordena y sentencia lo que a todo un señor preso como Malamadre tuvo que costarle años de reclutamiento y recogidas de jabones.
Y así sigue la película hasta el final, con baches y luces por el camino. Acciones que se repiten como la entrada y espera de los negociadores y reos respectivamente. Cambios de actitud extremos como la de intentar escapar hasta la de convertirse en el cabecilla de las reivindicaciones. Compañeros funcionarios tan inteligentes como para confirmar la muerte de la chica mientras uno de los suyos permanece encerrado con los animalitos del señor (¡Resines te lo agradecerá, barbudo incompetente!). Y un acelerón final desproporcionado, como la proposición trapera del padre del Bola a Malamadre delatando a Calzoncillos o la traición de Bardem, cantada desde antes que comenzara el lío.
211 adjetivos que otorgar repartidos por igual entre virtudes y defectos. Inverosimilitud como estandarte de todos ellos. Porque los golpes de efecto son otra cosa.
Quedo frío, me acerco a la tibieza y vuelvo a tener que taparme.
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