Si la historia del mundo se adaptara a una magistral y longeva serie de televisión, los pensamientos de los personajes que viven una vida los oiríamos a través de canciones, como en un musical; y esta sería una canción magistral de ese musical.

El videoclip comienza con unas melancólicas florituras jazzísticas tocadas al piano, mientras un magistral y melancólico movimiento de cámara hace zoom hacia el letrero luminoso de un remoto e ignorado bar de Los Ángeles, cuyo nombre es Piano Bar, situado en una calle oscura. Esas florituras jazzísticas representan el momento antes del musical, una manera magistral de introducir cualquier videoclip. De hecho, tan patente es ese detalle, que es lo mejor del videoclip.

La canción narra la vida en un bar a las nueve de la noche de un sábado. Cada cliente vive una vida desperdiciada, despojada de todo valor, y malgastando su tiempo de juventud bebiendo copas y hablando de los sueños que no se pueden cumplir. Todos cuando trabajamos, vivimos esa vida. Diría que casi todas las vidas son así. La melancolía de la música tiene el matiz de aceptar esa situación, y la interpretación de Billy Joel es de resignación ante un ambiente como ese. La música ya lo dice todo, por eso quedó muy bien también en la letra de Ana Belén.

No es de extrañar que cada vez que me resigno ante mis problemas pueda encontrar consuelo en esta canción y en su videoclip, es terapéutico cómo me hace sentir que formo parte de una mayoría que también se resigna, así que no soy el único. Esta canción, y su videoclip, es de las más terapéuticas que puedes encontrar, también la de Always Look on the Bright Side of Life de Monty Python, acompañada con su escena de la película de La Vida de Brian.

Últimamente se están creando códigos muy interesantes para crear deepfakes de vídeo o vídeos generados a partir de la descripción de un texto, todo eso está en estado embrionario, como en aquella época lo estaba el cine. Cómo envidio a los que en un futuro podrán disfrutar de esos programas innovadores, como los de aquella época nos habrían envidiado a nosotros por tener esta tecnología del cine a la orden del día.

¡Cómo me identifico con el personaje tímido de esta película! La idea de que proviniera de un país exótico con cultura muy diferente a la de los Estados Unidos de los años sesenta era su justificación para comportarse de manera anormal, pero lo cierto es que yo he sido como él antes de volverme un huraño renegado. Me hace gracia que se comporte igualito a mí cuando mi timidez entre las gentes no me dejaba ser yo mismo: poniendo caras con sonrisa forzada, no saber qué decir... En fin, patético como él. Sin embargo, es adorable cómo la película encuentra belleza en un ser como ese, con apariencia simpática, por muy torpe que sea. Así que desde el minuto uno podemos considerarlo como el único personaje cuerdo en un mundo de avariciosos, por muchos desastres que su torpeza le lleve a causar.

Solo hay un personaje que, como el espectador, ha encontrado belleza en él, una actriz francesa que depende de complacer a su machista pareja para que le consiga papeles ambiciosos, pero cuando conoce al protagonista es como si sus problemas complejos se fueran volando con su compañía simple y frágil. Hay un nivel de realismo en esa narración sublime. Cierto que esta película parece que solo trata de una fiesta que va perdiendo su seriedad, pero esos detalles tan naturales encumbran a esta comedia sobre otras.

Cierto también que según va acabando ha perdido fuerza cómica, pero porque el personaje protagonista se ha redimido al final de la fiesta, ya no es un payaso, es una persona con dignidad.

Los gags cómicos son naturales, no son forzados, y eso los hace más graciosos. Se ven muy realistas debido a esa naturalidad.

Es curioso que una película que trate sobre el fracaso haya acabado siendo un éxito dentro del cine. Es evidente por qué, el fracaso forma parte de la vida del ser humano y es omnipresente en ella. Cada cosa que haces está condenada a verse envuelta en problemas, no solo el trabajo duro y el no rendirse te llevará a traspasarlos, en realidad con eso lo único que haces es probar suerte, y es solo cuando tienes suerte al haberte mantenido sumergido en los problemas, es cuando lo consigues. En realidad hay más detalles, pero como lo que hay que hacer es hablar de la película, pues hablo de la película...

En realidad películas que traten sobre la dificultad de alcanzar tus sueños no han estado presentes mucho para el público adulto, sino dentro del público infantil, de modo que una película que haga ver eso al público adulto y actualizada para un público adulto como esta, es lo que hace precisamente que haya tenido un merecido éxito, porque los adultos más que nadie necesitan esas películas para no caer en la depresión, no tanto los niños.

De hecho, películas como esas dentro del público infantil lo que hacen es el efecto contrario, ponerles tristes. Véase En busca del valle encantado, Elmo en el país de los gruñones, La tostadora valiente... Son unas admirables películas para ver de niño, pero resplandecen de calidad para los adultos, porque los que hacen las películas usan el arte para explicar lo mal que se siente uno al estar frustrado, ya que los que hacen las películas lo han vivido cada día. Pequeña Miss Sunshine es una película de ese tipo, pero para los adultos.

Pero a parte de eso, nos muestra detalles retratados con un nivel de realismo asombroso. Los adolescentes deberían de ver esta película para que vean que la vida no es bonita, sino un coñazo que estalla justo cuando lo estás pasando mal. Lo han retratado muy bien, y el ejemplo lo explico en el spoiler.

Lo que pasa con la película es que según va terminando pierde un poco de su sentido central, por eso no le puedo poner más nota.

¡Qué lástima que el capítulo no haya tenido mucho aprecio como el que yo le he tenido viéndolo! Este es un capítulo que se adentra en terrenos poco explorados en la época en la que se hizo, como es el tema racial. El tema racial era un tema muy antiguo en realidad, desde la época de la esclavitud, pero en los años sesenta era cuando empezaba a tener relevancia en el mundo moderno.

Pero eso no es lo que me llamó la atención, porque en los años sesenta eso es normal, lo que me llamó la atención fue lo bien que estaba hecho el capítulo. Se añade fantasía y efectos dramáticos al mismo tiempo con la música y con el juego de luces como efecto especial soberano del capítulo, contando así la historia de una manera interesante y digna de vivirla con placer y gozo. Con personajes creíbles, diálogos que no lo son, porque están dramatizados, pero que por otra parte se presentan como verdaderamente tangibles a la realidad cruel. Eso está muy bien hecho y por lo que le puse un diez al capítulo.