¿Qué hace un tonto? Pues tonterías. ¿Qué hacen dos tontos juntos? Pues el doble de tonterías. ¿Y tres tontos? Pues sí, el triple de tonterías. ¿Y si ahora a los tres tontos les damos cuatro millones y medio de dólares? Pues fijo que ahora sí que la lían parda. Plantearos todo lo que vosotros no haríais en una situación como esa y sí, eso es lo que va a pasar en la película. De despropósito en despropósito hasta la hecatombe final. A ratos entretenida, a ratos desesperante.

Constato con seria preocupación que los hermanos Coen no están, se han ido. Sí, siguen saliendo películas firmadas por ellos pero dudo mucho que hayan sido rodadas verdaderamente por ellos. Me explico. Acabo de ver O Brother y Ladykillers y, sinceramente, me han parecido dos auténticas naderías y eso que siempre me he considerado un fiel seguidor de ambos. Autores geniales de un universo personalísimo en el que siempre he reconocido unas historias originales, inconfundiblemente propias. Con unos diálogos inteligentes, irónicos y mordaces. Creadores de unos personajes (generalmente perdedores) que retratan con mucha ternura, carismáticos, con garra. Y ese es el problema, que nada de eso se aprecia en las dos películas anteriores. Nos encontramos aquí ante unas historias insulsas, irrelevantes, que avanzan con más pena que gloria y con unos (anti) protagonistas que no transmiten nada (Clooney, en O Brother) o son directamente inverosímiles (Hanks, en Ladykillers). Ninguna de las dos ha conseguido arrancarme nada más que alguna leve sonrisa. Nada, pero absolutamente nada que ver con el enloquecido Nicolas Cage de Arizona Baby; ese cabronazo Gabriel Byrne en Muerte entre las flores; esa alelada y dulce Frances McDorman de Fargo; ese nihilista y flipado Nota (Jeff Bridges en El gran Lebowski)…
O ellos, o yo (o ambos) hemos cambiado. Y, desgraciadamente, para peor. En algún lugar del camino perdimos el alma…

Qué puñetera que es la vida, una casualidad, un accidente y tu vida cambia del todo para siempre. Pues de eso trata precisamente esta película, de unas vidas que se desmoronan por culpa del azar. De hasta qué punto el amor te puede llevar a dar un giro de 180º a tu vida y convertirte en algo que ni siquiera antes hubieras soñado que podrías llegar a ser. De cómo puedes arriesgar tu vida por ayudar a tu mujer a recuperar la libertad...
Nervioso, potente y atractivo policíaco francés que va in crescendo hasta un desenlace que no por previsible deja de atraparte. Nunca decae y te mantiene pegado a la butaca deseando que ambos consigan su ansiado objetivo. Interesante y bastante recomendable.

A- Aberrante
B- Brutal
C- Cojonera
CH-Chabacana
D- Diabólica
E- Espantosa
F- Fallida
G- Gilipollas
H- Horrenda
I- Inhumana
J- Jodida
K- Kilométrica
L- Lamentable
M- Muermo
N- Necia
Ñ- Ñordo
O- Oscura
P- Patética
Q- ¿Qué?
R- Repulsiva
S- Sádica
T- Tétrica
U- Ultrajosa
V- Vacía
W- Why? What? Where? When?
X- Expediente X
Y- Yerma
Z- Zafia

Me veo un poco obligado, puesto que no hay ninguna crítica y la sinopsis es un poco pobre, a contaros cómo era ésta serie. Salvaje es el primer adjetivo que me viene a la cabeza y después desternillante, divertidísima y muy original. Dos anormales (uno pervertido, otro alcohólico) viven en un cuchitril de cualquier ciudad de Inglaterra y se dedican a hacerse la vida imposible y a pelearse entre ellos todo el santo día. A partir de ahí pueden reírse o hacer bromas sobre la Reina de Inglaterra, la homosexualidad, los políticos o la religión. Eso sí, no coñitas o bromitas, sino auténticas barbaridades. Imaginad un niño con una ametralladora de gran calibre y mucha munición. Ahora imaginad a otro enfrente. Y ahora imaginadlos en un parque lleno de gente y sí.... Correddddd!!!!!!!! Eso era a grandes rasgos La pareja basura, una serie que Canal Plus emitió durante un año o dos a principios de los noventa. Eso sí, era un humor de trazo grueso basado a veces en golpes, caídas y agresiones propinadas con todo tipo de objetos o en salvajadas como en arrancarle a una anciana un diente de oro o en robarle a un paralítico una pierna de madera para empeñarla. Seguro que conocéis la frase "matar moscas a cañonazos." Pues estos dos tarados no necesitaban ni siquiera que hubiera moscas para disparar el cañón.