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Críticas ordenadas por utilidad
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6,7
7.496
8
1 de mayo de 2012
1 de mayo de 2012
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que me conocéis sabéis que Sir Alfred Hitchcock y Sir Charles Chaplin, ambos de origen londinense, son las figuras que más admiro del séptimo arte. Llevaba mucho tiempo detrás de este biopic, demasiado quizás. Seguramente era el temor a que me decepcionase lo que me echaba para atrás. Ahora, con algo más de valor, por fin tuve la oportunidad. De entrada, mis expectativas se han cumplido porque he llorado como una magdalena al final. Y yo creo que sólo con eso sobran más palabras. Dirigido por Richard Attenborough (John Hammond en 'Jurassic Park'), ganador del Oscar al Mejor director y a la Mejor película -entre otros- por 'Gandhi' (1982), y responsable de famosos títulos como 'Un puente lejano' o 'Tierras de penumbra', nos presenta este biopic al que le falta algo para ser redondo y poder calificarlo como sobresaliente. El filme peca de ese estilo tan de los noventa que no le otorga seriedad al completo. No sé si me entendéis. Por ende, algunas escenas están fuera de lugar como la del bombín brillando cuando descubre el personaje de Charlot o aquella "persecución" en California a la que le faltó de fondo la música del show de Benny Hill. En definitiva, estamos ante un biopic al que le falta algo más de documentación o más rigor en algunas escenas. Se tilda al buenazo de Chaplin de casi pederasta, más mujeriego de lo que pensábamos o de carácter provocativo (tema del comunismo/nazismo). En cambio, aspectos como el de compromiso artístico o mismamente la evolución física del personaje interpretado por un MAGNÍFICO Robert Downey Jr. (ganó el BAFTA) salvan cualquier defecto de serie que nos podamos encontrar. Cabe destacar el resto del conocido reparto: Anthony Hopkins, Geraldine Chaplin (hija de él en la vida real), unas jovencísimas Marisa Tomei, Diane Lane y Milla Jovovich (¡vaya cuerpazo!), Kevin Dunn, etc. Además, yo, que presumo humildemente de haber visto casi al completo toda su filmografía, que es muy extensa contando cortometrajes, he disfrutado un montón con cada pequeña reseña a sus obras: un cartel de 'El circo' en el despacho del manáger, escenas de 'El chico' así como un cartel gigantesco en Londres, el rodaje de 'La quimera del oro' y la idea de los zapatos comestibles, el porqué de 'El gran dictador' (mucha tela que cortar), el cómo de 'Luces de la ciudad', el estreno americano de 'Candilejas' y su relevancia, etc. Lo mejor, ya digo, es que en los últimos diez minutos se le rinde el -merecido- homenaje que jamás le hubiesen podido dar. El último fotograma es irremediablemente melancólico. Aunque dure dos horas y media, es uno de esos casos raros en los que me apetece volverla a ver. Charles Chaplin eterno. Gracias.

6,2
7.329
7
29 de septiembre de 2009
29 de septiembre de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
'11:14 - Destino fatal' es la ópera prima de Greg Marcks, quien escribe y dirige esta cinta de escaso presupuesto, que en su naturaleza de comedia negra presenta unas cuantas historias que convergen dentro del mismo marco temporal y que se fundamentan en diferentes incidentes acontecidos en Middleton, un pequeño barrio de clase media.
En esta película se tiene en cuenta una gran autoridad narrativa claramente presente en la manera de dirigir de Marcks. En sus cimientos de puzzle "comedia negra", nos encontramos con buenas dosis de acción, misterio y suspense. Además resulta más que interesante su visionado al empalmar con suficiente sentido común los distintos renglones narrativos, por su habilidad para guiar al espectador en todas las situaciones que se adoptan, por el rigor de sus conversaciones, por el talento de su heterogéneo reparto (destacando a Hilary Swank y Patrick Swayzey) y por su agilidad en el uso de la cámara.
En esta película se tiene en cuenta una gran autoridad narrativa claramente presente en la manera de dirigir de Marcks. En sus cimientos de puzzle "comedia negra", nos encontramos con buenas dosis de acción, misterio y suspense. Además resulta más que interesante su visionado al empalmar con suficiente sentido común los distintos renglones narrativos, por su habilidad para guiar al espectador en todas las situaciones que se adoptan, por el rigor de sus conversaciones, por el talento de su heterogéneo reparto (destacando a Hilary Swank y Patrick Swayzey) y por su agilidad en el uso de la cámara.

7,8
4.034
7
27 de noviembre de 2010
27 de noviembre de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra de esas películas que resultan especiales al mostrar la brutalidad y barbaridad humana a través de la mirada de dos inocentes niños. Éstos conectan entre ellos y con el espectador desde el primer minuto en el que se conocen, regalándonos complicidad y emotividad en cada uno de sus breves y sincerísimos diálogos. El contexto perfecto para inmiscuirnos en el filme es el de La Segunda Guerra Mundial, en el que nada más empezar nos damos cuenta de que la cosa no va a broma al mostrarnos la muerte de los padres y el perro de la cría "gracias" a la vil cacería nazi desde el cielo. Unas escenas en las que gracias al sonido ambiente resultan espectaculares.
A medida que avanza la cinta, la trama se centra en las aventuras, rituales y juegos de ambos protagonistas, siempre con las penurias de la guerra como telón de fondo, sobre todo cuando la cámara enfoca a los adultos, quienes también tienen tela que cortar en la película. Estos juegos, aparentemente inocentes, traerán problemas a los habitantes de la campiña francesa donde viven y también al guión, que desfallece tan sólo un poco en la parte intermedia. El final pone la guinda al devolver el drama que se aparcó al principio, abatiendo al espectador de ojos humedecidos y con la pregunta del millón al ver la última escena.
A medida que avanza la cinta, la trama se centra en las aventuras, rituales y juegos de ambos protagonistas, siempre con las penurias de la guerra como telón de fondo, sobre todo cuando la cámara enfoca a los adultos, quienes también tienen tela que cortar en la película. Estos juegos, aparentemente inocentes, traerán problemas a los habitantes de la campiña francesa donde viven y también al guión, que desfallece tan sólo un poco en la parte intermedia. El final pone la guinda al devolver el drama que se aparcó al principio, abatiendo al espectador de ojos humedecidos y con la pregunta del millón al ver la última escena.
Episodio

4,9
463
4
10 de mayo de 2010
10 de mayo de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la mano de 'Alamo Jobe' se nos traslada a la primavera de 1836, justo en medio de la famosa batalla de El Álamo. Nuestro protagonista es un joven tejano de 15 años entregado por completo a su patria e incluso capaz de morir si un mexicano le gana la partida en medio del fragor de la batalla. Cañones y escopetas se disparan, las espadas se blanden, los cuchillos se hunden bajo la piel del enemigo, los caballos relinchan a sus anchas, los... pero espera... ¿quiénes son esas personas que visten tan raro?
Ése es el punto de partida de este nuestro tercer episodio de 'Cuentos asombrosos'. Aquí, se juega con los viajes en el tiempo, o mejor dicho, se juega con el espectador por medio de una combinación temporal 1836-1985 de la que se podría haber sacado mucho más partido. Y es que esto ya nos suena de lejos en mil y una películas habiéndose aprovechado con más acierto. La comedia brilla por su ausencia, el resto de personajes no aportan nada interesante y se abusa en exceso de escenas vacuas y ridículas. Además de todo esto, el final simplemente no resulta dejando un mal sabor de boca.
Una vez que nuestro joven protagonista se asienta en la trama, el interés por ver cómo se desenvuelve sobre la jungla de asfalto es prácticamente nulo. Sólo me conformaba con una pizca de salero en sus gags, y no a un chico sin carisma con un traje de colono del XIX sacado de la sección de carnavales del Carrefour. Lo único destacable del conjunto es la recreación de la batalla de El Álamo y que gracias a dios no dura más de media hora.
Ése es el punto de partida de este nuestro tercer episodio de 'Cuentos asombrosos'. Aquí, se juega con los viajes en el tiempo, o mejor dicho, se juega con el espectador por medio de una combinación temporal 1836-1985 de la que se podría haber sacado mucho más partido. Y es que esto ya nos suena de lejos en mil y una películas habiéndose aprovechado con más acierto. La comedia brilla por su ausencia, el resto de personajes no aportan nada interesante y se abusa en exceso de escenas vacuas y ridículas. Además de todo esto, el final simplemente no resulta dejando un mal sabor de boca.
Una vez que nuestro joven protagonista se asienta en la trama, el interés por ver cómo se desenvuelve sobre la jungla de asfalto es prácticamente nulo. Sólo me conformaba con una pizca de salero en sus gags, y no a un chico sin carisma con un traje de colono del XIX sacado de la sección de carnavales del Carrefour. Lo único destacable del conjunto es la recreación de la batalla de El Álamo y que gracias a dios no dura más de media hora.
Mediometraje

8,0
4.420
8
24 de abril de 2010
24 de abril de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 'Siete ocasiones', el grandísimo Buster Keaton vuelve a dar rienda suelta a todo su ingenio mostrando al mundo todo tipo de gags cinematográficos, que incitan a las más puras de las carcajadas gracias a una admirable satisfacción recíproca del tiempo, el espacio y la presencia física.
La alentadora locura del concepto de gag que tenía Keaton, prendió el alma y los corazones de los surrealistas de la época. La disparatada fijación de la trama en el número siete (siete ocasiones de contraer nupcias el día que Buster cumple veintisiete años a las siete en punto), o los fantásticos gags que quitan por completo el sentido de toda identidad humana, como por ejemplo en la secuencia en que un gran grupo de féminas; en teoría blancas, estadounidenses y adultas; resultan ser -respectivamente- una niña, una judía, una negra y un hombre, la encaminan a colgarla la medalla de "Obra maestra" en el altar.
Un filme cargado de gags dinámicos y subversivos. Cuando uno la ve, da la impresión de que el mundo entero se descompone y vuelve a coger forma ante nuestros propios ojos. Cada persecución, cada obstáculo que salva Keaton, cada -al fin y al cabo- locura que hace para quitarse de en medio a tanta novia, la convierten en una de las películas más entretenidas de su filmografía, y ojo que no es moco de pavo lo que digo después de habérmela visto entera prácticamente.
Sin lugar a dudas, si todavía queda algún desdichado que no ha visto nada de este genio, que empiece por ésta antes que por la famosísima 'El maquinista de la general' y que después me cuente si no le entra mono de ver otra de sus obras maestras.
La alentadora locura del concepto de gag que tenía Keaton, prendió el alma y los corazones de los surrealistas de la época. La disparatada fijación de la trama en el número siete (siete ocasiones de contraer nupcias el día que Buster cumple veintisiete años a las siete en punto), o los fantásticos gags que quitan por completo el sentido de toda identidad humana, como por ejemplo en la secuencia en que un gran grupo de féminas; en teoría blancas, estadounidenses y adultas; resultan ser -respectivamente- una niña, una judía, una negra y un hombre, la encaminan a colgarla la medalla de "Obra maestra" en el altar.
Un filme cargado de gags dinámicos y subversivos. Cuando uno la ve, da la impresión de que el mundo entero se descompone y vuelve a coger forma ante nuestros propios ojos. Cada persecución, cada obstáculo que salva Keaton, cada -al fin y al cabo- locura que hace para quitarse de en medio a tanta novia, la convierten en una de las películas más entretenidas de su filmografía, y ojo que no es moco de pavo lo que digo después de habérmela visto entera prácticamente.
Sin lugar a dudas, si todavía queda algún desdichado que no ha visto nada de este genio, que empiece por ésta antes que por la famosísima 'El maquinista de la general' y que después me cuente si no le entra mono de ver otra de sus obras maestras.
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