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Críticas ordenadas por utilidad
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7,0
68.766
4
1 de febrero de 2010
1 de febrero de 2010
18 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca antes había tenido la sensación de decepción tras ver una película dirigida y/o protagonizada por el maestro Eastwood. En ella se nos abordan los primeros años de Nelson Mandela como presidente de Sudáfrica en los cuales, éste muestra un especial interés en el rugby y sobre todo cómo este deporte sería la clave para unir a todo el país de una vez por todas.
La cinta se presenta como un biopic superficial y de ritmo estancado donde únicamente encontramos un oasis de emoción durante los partidos de los Springboks, la selección sudafricana. Este oasis de emoción y entretenimiento gratuito tampoco llega a ser del todo reconfortante, ya que Eastwood, sí sí el gran Eastwood, tropieza con todos los tópicos de cualquier película de deportes al uso: ascensión meteórica de un equipo al que nadie daba un duro por él, charlas extra motivacionales o secuencias en slow-motion destacando las jugadas heroicas de turno. En cuanto a todo este tema del rugby, pronto me di cuenta que el interés era prácticamente nulo. Aparte de ya saber el desenlace de las contiendas, éstas se recrean demasiado alargándose peligrosamente.
Sin embargo el rugby tan sólo es uno de los importantes elementos comunicantes en esta historia, ya que el verdadero trasfondo principal de la cinta es la figura de Nelson Mandela y su esfuerzo permanente por levantar al país en sus primeros pasos en la democracia. Como ya apunté, el biopic más que superficial es incompleto y aunque Morgan Freeman haga una actuación bastante digna (gracias en parte a su impresionante parecido físico), nunca llega a cautivar. Una de las bazas con las que Eastwood podría haber jugado la partida era con la de los 27 años que estuvo Mandela encarcelado. Prueba de ello es que cuando entra en juego el recordatorio de aquel cautiverio, es cuando más fuerza y espíritu de superación alcanza la cinta, más incluso que la de levantar un equipo y ser campeón del mundo.
Ni la figura del mismísimo Nelson Mandela ni la hazaña de los Springboks en el 95 levantan una película a la que, como la recién nacida democracia en Sudáfrica, aún la queda mucho camino por recorrer para llegar a ser algo sólido y convincente. Una película con mucha técnica y actuaciones notables pero que roza el tedio en algunos momentos, no ofrece nada nuevo en el horizonte y lo peor de todo: no se nota la mano de Clint Eastwood en ningún momento.
La cinta se presenta como un biopic superficial y de ritmo estancado donde únicamente encontramos un oasis de emoción durante los partidos de los Springboks, la selección sudafricana. Este oasis de emoción y entretenimiento gratuito tampoco llega a ser del todo reconfortante, ya que Eastwood, sí sí el gran Eastwood, tropieza con todos los tópicos de cualquier película de deportes al uso: ascensión meteórica de un equipo al que nadie daba un duro por él, charlas extra motivacionales o secuencias en slow-motion destacando las jugadas heroicas de turno. En cuanto a todo este tema del rugby, pronto me di cuenta que el interés era prácticamente nulo. Aparte de ya saber el desenlace de las contiendas, éstas se recrean demasiado alargándose peligrosamente.
Sin embargo el rugby tan sólo es uno de los importantes elementos comunicantes en esta historia, ya que el verdadero trasfondo principal de la cinta es la figura de Nelson Mandela y su esfuerzo permanente por levantar al país en sus primeros pasos en la democracia. Como ya apunté, el biopic más que superficial es incompleto y aunque Morgan Freeman haga una actuación bastante digna (gracias en parte a su impresionante parecido físico), nunca llega a cautivar. Una de las bazas con las que Eastwood podría haber jugado la partida era con la de los 27 años que estuvo Mandela encarcelado. Prueba de ello es que cuando entra en juego el recordatorio de aquel cautiverio, es cuando más fuerza y espíritu de superación alcanza la cinta, más incluso que la de levantar un equipo y ser campeón del mundo.
Ni la figura del mismísimo Nelson Mandela ni la hazaña de los Springboks en el 95 levantan una película a la que, como la recién nacida democracia en Sudáfrica, aún la queda mucho camino por recorrer para llegar a ser algo sólido y convincente. Una película con mucha técnica y actuaciones notables pero que roza el tedio en algunos momentos, no ofrece nada nuevo en el horizonte y lo peor de todo: no se nota la mano de Clint Eastwood en ningún momento.

5,7
1.653
5
12 de agosto de 2008
12 de agosto de 2008
17 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinta que aúna comedia y drama dirigida y protagonizada por Stephen Chow ('Shaolin Soccer').
• Lo mejor:
- Entretenida, amena, entrañable y simpática. Todo ello gracias a CJ7 y el niño protagonista
- Al final la peli se inclina hacia un lado más conmovedor y sensible.
• Lo peor:
- No me ha gustado el uso de los efectos especiales en algunos momentos (como el de la pelea del gordo y la gorda, las zapatillas voladoras, etc.) Además, en algunas escenas peca de muy infantil.
- Lo siento pero era previsible lo que pasaría al final.
No obstante era lo que me esperaba. La doy un 5.0/10.
• Lo mejor:
- Entretenida, amena, entrañable y simpática. Todo ello gracias a CJ7 y el niño protagonista
- Al final la peli se inclina hacia un lado más conmovedor y sensible.
• Lo peor:
- No me ha gustado el uso de los efectos especiales en algunos momentos (como el de la pelea del gordo y la gorda, las zapatillas voladoras, etc.) Además, en algunas escenas peca de muy infantil.
- Lo siento pero era previsible lo que pasaría al final.
No obstante era lo que me esperaba. La doy un 5.0/10.

7,4
13.707
6
26 de marzo de 2009
26 de marzo de 2009
16 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia negra sobre el drama de la guerra de Bosnia de los noventa, en la que dos soldados (bueno tres) de diferentes bandos se encuentran atrapados en una trinchera en "tierra de nadie".
Las interpretaciones y sobretodo el guión son muy buenos. Una de las más sagaces y demoledoras denuncias -no sólo de la guerra sino también de la política y de los medios de comunicación- de los últimos años, según FA y la verdad es que totalmente de acuerdo.
Historia aparentemente sencilla, pero que detrás esconde un entramado show mediático por parte de toda la prensa internacional, la falta de entendimiento y desorden que se esconde detrás de la ONU y de sus Cascos Azules (o Pitufos), las minas de USA, etc.
El final me dejó un poco trastocado, aunque sí es verdad que creo que podrían haber sacado un poco mas de provecho de la situación...
Las interpretaciones y sobretodo el guión son muy buenos. Una de las más sagaces y demoledoras denuncias -no sólo de la guerra sino también de la política y de los medios de comunicación- de los últimos años, según FA y la verdad es que totalmente de acuerdo.
Historia aparentemente sencilla, pero que detrás esconde un entramado show mediático por parte de toda la prensa internacional, la falta de entendimiento y desorden que se esconde detrás de la ONU y de sus Cascos Azules (o Pitufos), las minas de USA, etc.
El final me dejó un poco trastocado, aunque sí es verdad que creo que podrían haber sacado un poco mas de provecho de la situación...
2
2 de agosto de 2008
2 de agosto de 2008
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues bueno, octavo episodio de "Fear Itself" y que la verdad era peor de lo que pensaba, y eso que no me esperaba mucho viendo quien es el director, Larry Fessenden, que no le conocen ni en su casa.
Un hombre se pierde en el bosque durante 10 días (y no 4 como pone en la ficha). Cuando regresa a su casa, las cosas no parecen iguales... Hasta ahí la premisa interesa, pero al primer minuto cuando ves al tío (que se supone que tiene que acojonar), te dices a ti mismo: "este cap. no va a molar".
Aparte que la trama es simplona a más no poder, el final ha sido una mierda y lo peor ha sido que la mandíbula del tío era de ésta que venden los chinos por Carnaval, no me jodas.
Un hombre se pierde en el bosque durante 10 días (y no 4 como pone en la ficha). Cuando regresa a su casa, las cosas no parecen iguales... Hasta ahí la premisa interesa, pero al primer minuto cuando ves al tío (que se supone que tiene que acojonar), te dices a ti mismo: "este cap. no va a molar".
Aparte que la trama es simplona a más no poder, el final ha sido una mierda y lo peor ha sido que la mandíbula del tío era de ésta que venden los chinos por Carnaval, no me jodas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un aplauso por los productores y esos minutos de intriga que nos ofrecen, sólo para saber que el hijo mayor de la tía era el hermano del malo (ósea de su marido)...

6,4
4.638
7
16 de octubre de 2009
16 de octubre de 2009
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin heroicidades y con muchas dosis de realismo, esta película nos presenta a Daniel, un chico que padece Síndrome de Down, y que comienza su nuevo trabajo en una oficina de la Admón. Pública. Entre fotocopias e impresos conoce a Laura (Lola Dueñas), una compañera -aparentemente- muy lejos de sus posibilidades.
Lola Dueñas y Pablo Pineda se vieron recompensados en San Sebastián con una Concha de Plata cada uno por sus interpretaciones, y no es para menos. Honestas miradas, suaves caricias, íntimas confesiones, etc. todo queda al servicio del espectador que pronto se dará cuenta de que a veces distintos polos pueden atraerse. Pablo Pineda exterioriza sus sentimientos como nadie, y no porque tenga un trastorno genético, sino porque hace una actuación como la copa de un pino, así de claro, importándole bien poco el qué dirán o los tópicos que puedan verter hacia los de su enfermedad. Quizá ésta sea la excusa de su enorme cariño, su sinceridad y su amor por el prójimo que demuestra en cada una de las escenas. Él es así, un chico de 34 años acomplejado lo justo y que estoy seguro de que es el doble de listo que muchos de nosotros.
Un punto débil de 'Yo, también' reside cuando se bifurca la película en otras subtramas de escaso interés, como la del padre de ella agonizando o la de la pareja con Síndrome de Down que se escaparon del centro. Tampoco me pareció muy acorde la escena del sueño erótico con lo que se estaba ofreciendo hasta el momento. Ya puestos, tampoco me gustó la imagen de calienta-braguetas que ofrece Lola Dueñas, dando a entender en algunas ocasiones que quiere estar con él como experimento sexual en la cama.
Salvando esos aspectos, los directores Álvaro Pastor y Antonio Naharro han apostado al caballo ganador en su primer largometraje abierto al público con el tema del Síndrome de Down. Conversaciones directas y sin tapujos, donde la sinceridad empaña el ambiente y con alguna pequeña dosis de humor así como de buena música. En fin, 'Yo, también' lidia con buena nota este drama destinado a hacernos trizas nuestro corazón y demuestra que es el enésimo ejemplo del buen momento que está pasando nuestro cine patrio en la actualidad.
Lola Dueñas y Pablo Pineda se vieron recompensados en San Sebastián con una Concha de Plata cada uno por sus interpretaciones, y no es para menos. Honestas miradas, suaves caricias, íntimas confesiones, etc. todo queda al servicio del espectador que pronto se dará cuenta de que a veces distintos polos pueden atraerse. Pablo Pineda exterioriza sus sentimientos como nadie, y no porque tenga un trastorno genético, sino porque hace una actuación como la copa de un pino, así de claro, importándole bien poco el qué dirán o los tópicos que puedan verter hacia los de su enfermedad. Quizá ésta sea la excusa de su enorme cariño, su sinceridad y su amor por el prójimo que demuestra en cada una de las escenas. Él es así, un chico de 34 años acomplejado lo justo y que estoy seguro de que es el doble de listo que muchos de nosotros.
Un punto débil de 'Yo, también' reside cuando se bifurca la película en otras subtramas de escaso interés, como la del padre de ella agonizando o la de la pareja con Síndrome de Down que se escaparon del centro. Tampoco me pareció muy acorde la escena del sueño erótico con lo que se estaba ofreciendo hasta el momento. Ya puestos, tampoco me gustó la imagen de calienta-braguetas que ofrece Lola Dueñas, dando a entender en algunas ocasiones que quiere estar con él como experimento sexual en la cama.
Salvando esos aspectos, los directores Álvaro Pastor y Antonio Naharro han apostado al caballo ganador en su primer largometraje abierto al público con el tema del Síndrome de Down. Conversaciones directas y sin tapujos, donde la sinceridad empaña el ambiente y con alguna pequeña dosis de humor así como de buena música. En fin, 'Yo, también' lidia con buena nota este drama destinado a hacernos trizas nuestro corazón y demuestra que es el enésimo ejemplo del buen momento que está pasando nuestro cine patrio en la actualidad.
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