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Críticas ordenadas por utilidad
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7
3 de diciembre de 2008
3 de diciembre de 2008
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Usted junta a un excelente guionista, a una buena directora, a unos magníficos actores y le saldría una película como “Cosas que perdimos en el fuego”, que es un producto tan pulcro e irreprochable como carente de personalidad artística.
La industria norteamericana se está convirtiendo en algo cada vez más extraño. Supongo que esa falta de personalidad es lo que irrita a Woody Allen del cine de su tierra. Quizás sus películas signifiquen exactamente lo contrario: pueden ser mejores o peores, pero todas llevan un sello, un carácter, una intención reconocibles para el espectador. Yo no he visto ninguna película anterior de la danesa Susanne Bier pero voy a intentarlo para comprobar mi sospecha: en su país hacía el cine que ella quería, en EEUU pone su indiscutible talento al servicio del cine que puede y debe hacer. Lo que Almodóvar, por poner otro ejemplo, se niega a hacer. Lo que para ella ha supuesto un paso profesional adelante, tal vez no lo sea para sus propias películas. Qué cosas.
Estamos en la era del diseño, y parece como que ciertas fórmulas se han arraigado en el mercado. Estaríamos ante la mejor de sus versiones: todos tienen talento, hay elementos sencillamente excelentes (como la interpretación aquí de Benicio del Toro), y la historia es interesante y humana, en cuanto que cercana y posible. Un poco cogida por los pelos, pero en dosis aceptables. Sin embargo, hay en todo el conjunto una sensación de “déjà vu”. Ya visto: en teleseries, en otras películas, en cierta estética publicitaria. Todo correcto. Demasiado correcto para ser verdad, para ser mentira cinematográfica
No hay carreras de coches, ni efectos especiales. Hay continuidad, coherencia, brillantez. ¿Qué le falta entonces? Lo pensaré, pero sea lo que sea, no me arrepiento en absoluto de haberla visto.
La industria norteamericana se está convirtiendo en algo cada vez más extraño. Supongo que esa falta de personalidad es lo que irrita a Woody Allen del cine de su tierra. Quizás sus películas signifiquen exactamente lo contrario: pueden ser mejores o peores, pero todas llevan un sello, un carácter, una intención reconocibles para el espectador. Yo no he visto ninguna película anterior de la danesa Susanne Bier pero voy a intentarlo para comprobar mi sospecha: en su país hacía el cine que ella quería, en EEUU pone su indiscutible talento al servicio del cine que puede y debe hacer. Lo que Almodóvar, por poner otro ejemplo, se niega a hacer. Lo que para ella ha supuesto un paso profesional adelante, tal vez no lo sea para sus propias películas. Qué cosas.
Estamos en la era del diseño, y parece como que ciertas fórmulas se han arraigado en el mercado. Estaríamos ante la mejor de sus versiones: todos tienen talento, hay elementos sencillamente excelentes (como la interpretación aquí de Benicio del Toro), y la historia es interesante y humana, en cuanto que cercana y posible. Un poco cogida por los pelos, pero en dosis aceptables. Sin embargo, hay en todo el conjunto una sensación de “déjà vu”. Ya visto: en teleseries, en otras películas, en cierta estética publicitaria. Todo correcto. Demasiado correcto para ser verdad, para ser mentira cinematográfica
No hay carreras de coches, ni efectos especiales. Hay continuidad, coherencia, brillantez. ¿Qué le falta entonces? Lo pensaré, pero sea lo que sea, no me arrepiento en absoluto de haberla visto.

6,6
27.708
2
7 de diciembre de 2008
7 de diciembre de 2008
11 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una bobada. Le da todo lo que pide, y en el orden que lo pide, al espectador que le gustan estas tonterías y tiene la lágrima preparada para certificarlas.
Solo una cosa más: ¿qué hacen aquí estos dos actores, además de ganar dinero?
Solo una cosa más: ¿qué hacen aquí estos dos actores, además de ganar dinero?
29 de enero de 2009
29 de enero de 2009
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quienes consulten las peripecias que atravesó este proyecto cinematográfico comprenderán las razones por las cuales el resultado final es bastante deficiente. Luis Buñuel y el actor Fernando Soler habían tenido un éxito notable de taquilla con su película anterior, “El gran calavera” (1949), y el objetivo era repetirlo. Para ello se pensó en realizar una versión de la obra teatral de Carlos Arniches, “Don Quintín el amargao”, mexicanizando situaciones y diálogos.
La película es un pequeño bodrio, constituyendo un ejemplo claro de la diferencia de calidad que tienen los proyectos cinematográficos dependiendo de los condicionantes y las motivaciones para hacerlos. Buñuel decía en sus memorias que se había olvidado por completo de los pormenores del rodaje, algo que, sin embargo, no le ocurre con los de “El” (1953), pequeña obra maestra en la que proyecta con claridad toda su sabiduría y que filmará al año siguiente, o “Los olvidados” (1950), filmada un año antes. Tan solo dos años y medio de diferencia entre las tres, y años luz en otro tipo de aspectos.
Fernando Soler compone un personaje increíble, pero no por bueno, sino por ser literalmente increíble. Y el resto del reparto, hace lo que puede, con mayor o menor eficacia. La película está llena de concesiones a la galería y gracias sin gracia, y, por tanto, no tiene ningún peso en el interior de la filmografía del director aragonés.
La película es un pequeño bodrio, constituyendo un ejemplo claro de la diferencia de calidad que tienen los proyectos cinematográficos dependiendo de los condicionantes y las motivaciones para hacerlos. Buñuel decía en sus memorias que se había olvidado por completo de los pormenores del rodaje, algo que, sin embargo, no le ocurre con los de “El” (1953), pequeña obra maestra en la que proyecta con claridad toda su sabiduría y que filmará al año siguiente, o “Los olvidados” (1950), filmada un año antes. Tan solo dos años y medio de diferencia entre las tres, y años luz en otro tipo de aspectos.
Fernando Soler compone un personaje increíble, pero no por bueno, sino por ser literalmente increíble. Y el resto del reparto, hace lo que puede, con mayor o menor eficacia. La película está llena de concesiones a la galería y gracias sin gracia, y, por tanto, no tiene ningún peso en el interior de la filmografía del director aragonés.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un hombre, llevado por su carácter y por las circunstancias de su vida, vive anclado en la amargura y el resentimiento. Hasta que encuentra a la hija que había perdido y se había pasado la vida buscando.

7,9
20.344
9
3 de enero de 2009
3 de enero de 2009
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que es una de las mejores peliculas de toda la historia del cine, creadora de un mundo propio, mordaz pero amable, dramatica pero extraordinariamente divertida, hermosa en cuanto a su forma y terrible por sus contenidos.
En cuanto a la forma... En el teatro hay una estetica que “deforma para esclarecer”. Es decir, estiliza la realidad, agranda o estrecha sus contornos, para hacernos ver aspectos de lo mostrado que escapan normalmente de nuestra vision superficial. En España fue el esperpento de Valle Inclan, en Rusia el grotesco de Meyerhold, etc. En el cine tambien hay esteticas fronterizas: esta de “Amarcord” es una de ellas. Nos presenta personajes que bordean el esperpento, instalados en el exceso expresivo, pero, a la vez, profundamente realistas, extraidos del paisaje real. Son arquetipos con alma verdadera, comportamientos sociales cristalizados desde antiguo y que finalmente adquieren cara propia e individual. Volvemos al teatro: algo asi, salvando las distancias temporales, le ocurrio a la Comedia dell Arte, precisamente tambien en Italia.
En cuanto a los contenidos… La Italia fascista. Como todos los fascismos, con un ambiente moral irrespirable. Con la represion inoculada en los comportamientos sociales y en el interior de las conciencias. Sin embargo, el humor y la vida cotidiana nos ofrecen resquicios para ser libres, para vehicular nuestros sueños mas ocultos, para liberar la sexualidad reprimida. Ademas de convertirse en algo extraordinariamente gracioso, mofarse del profesor, o masturbase en el interior de un coche, puede ser a veces un acto inconsciente de libertad.
En esta película Fellini entremezcla la critica a esa Italia de Mussolini con sus mas reconditos recuerdos infantiles, con su propio despertar a la vida consiguiendo crear un mosaico de personajes y situaciones absolutamente extraordinario que nos mantienen sonriendo a lo largo de las dos horas que dura la película, pero que, al mismo tiempo, nos deja un regusto de tristeza infinita, porque los presos en las carceles siempre dejan esa sensación final. Crea un universo humano claustrofobico, en donde las fronteras estan tan definidas por la niebla como interiorizadas. Seres que se reunen para ver pasar sus propios sueños en forma de enorme trasatlantico, para quienes soñar es la unica manera de trascender una infame realidad cotidiana que los aplasta mas cada dia.
Personajes como el motorista que cruza veloz por las calles, el loco subido a un arbol reclamando desesperadamente una mujer y cometiendo de paso la transgresion de mirar a lo lejos, esa monja enana que con su simple presencia le obliga a bajar de las alturas, los enormes pechos de la estanquera, o ese profesor que intenta en vano enseñarle la pronunciación de la lengua griega a un alumno rebelde, son ya iconos de la cultura europea del siglo XX, gracias al genio de Federico Fellini y esa maravillosa musica del gran Nino Rota.
En cuanto a la forma... En el teatro hay una estetica que “deforma para esclarecer”. Es decir, estiliza la realidad, agranda o estrecha sus contornos, para hacernos ver aspectos de lo mostrado que escapan normalmente de nuestra vision superficial. En España fue el esperpento de Valle Inclan, en Rusia el grotesco de Meyerhold, etc. En el cine tambien hay esteticas fronterizas: esta de “Amarcord” es una de ellas. Nos presenta personajes que bordean el esperpento, instalados en el exceso expresivo, pero, a la vez, profundamente realistas, extraidos del paisaje real. Son arquetipos con alma verdadera, comportamientos sociales cristalizados desde antiguo y que finalmente adquieren cara propia e individual. Volvemos al teatro: algo asi, salvando las distancias temporales, le ocurrio a la Comedia dell Arte, precisamente tambien en Italia.
En cuanto a los contenidos… La Italia fascista. Como todos los fascismos, con un ambiente moral irrespirable. Con la represion inoculada en los comportamientos sociales y en el interior de las conciencias. Sin embargo, el humor y la vida cotidiana nos ofrecen resquicios para ser libres, para vehicular nuestros sueños mas ocultos, para liberar la sexualidad reprimida. Ademas de convertirse en algo extraordinariamente gracioso, mofarse del profesor, o masturbase en el interior de un coche, puede ser a veces un acto inconsciente de libertad.
En esta película Fellini entremezcla la critica a esa Italia de Mussolini con sus mas reconditos recuerdos infantiles, con su propio despertar a la vida consiguiendo crear un mosaico de personajes y situaciones absolutamente extraordinario que nos mantienen sonriendo a lo largo de las dos horas que dura la película, pero que, al mismo tiempo, nos deja un regusto de tristeza infinita, porque los presos en las carceles siempre dejan esa sensación final. Crea un universo humano claustrofobico, en donde las fronteras estan tan definidas por la niebla como interiorizadas. Seres que se reunen para ver pasar sus propios sueños en forma de enorme trasatlantico, para quienes soñar es la unica manera de trascender una infame realidad cotidiana que los aplasta mas cada dia.
Personajes como el motorista que cruza veloz por las calles, el loco subido a un arbol reclamando desesperadamente una mujer y cometiendo de paso la transgresion de mirar a lo lejos, esa monja enana que con su simple presencia le obliga a bajar de las alturas, los enormes pechos de la estanquera, o ese profesor que intenta en vano enseñarle la pronunciación de la lengua griega a un alumno rebelde, son ya iconos de la cultura europea del siglo XX, gracias al genio de Federico Fellini y esa maravillosa musica del gran Nino Rota.

6,7
44.239
6
15 de marzo de 2009
15 de marzo de 2009
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Virtudes: buenos actores, el interés de siempre por ver a Al Pacino, contemplar la belleza y el talento de Charlize Theron, una factura formal irreprochable, un guión eficaz...
Defectos: los mismos trucos y las mismas trampas, la misma estructura narrativa de siempre, la misma fotografía de tarjeta postal de siempre, los mismos efectos especiales de siempre, el mismo toque de solemnidad y profundidad falsa para que el espectador medio piense que ha visto algo realmente bueno.
No sugiere, no exige, no propone. Da unidireccionalmente. Cine comercial, bien hecho.
Defectos: los mismos trucos y las mismas trampas, la misma estructura narrativa de siempre, la misma fotografía de tarjeta postal de siempre, los mismos efectos especiales de siempre, el mismo toque de solemnidad y profundidad falsa para que el espectador medio piense que ha visto algo realmente bueno.
No sugiere, no exige, no propone. Da unidireccionalmente. Cine comercial, bien hecho.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un abogado entra en una gran empresa que dirige el diablo en persona. El diablo es, además, su propio padre. La película, sin embargo, sin ser extraordinaria, es mejor que este resúmen.
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