"Sinister" es una película que mezcla lo sobrenatural con el misterio de los crímenes a resolver, esos que, desgraciadamente, quedan sin ser aclarados. Lo mejor de todo es que convence, con un buen personaje principal y con una lograda atmósfera mediante el uso de pocas localizaciones. Todo se focaliza en una caja con unas cintas de Súper 8, desde ese objeto, Derrickson construye una historia.

No es fácil centrar una historia en un objeto y a raíz de ahí sacar una ramificación que nos lleve a un mundo diegético. Menos aún si el género a tratar es el de terror. Menos aún si la temática a tratar es lo sobrenatural. En este sentido, gran mérito construir un discurso interesante con (en esencia), tan poco. Conseguir dilatar ese discurso con escenas psicológicas centradas en la agonía y desesperación del protagonista es, en mi opinión, lo que hace que la empatía del público crezca y "Sinister" acabe dejándote la sensación de haber disfrutado de esta historia mucho más de lo que podría haber dado de sí con otro guionista y con otro director. No es la mejor película de terror, ni mucho menos, pero es de lo más interesante que se ha hecho con el género en los últimos años.

Ben Stiller consigue en esta película divertir, emocionar y que te sientas bien cuando la terminas, logra que la sonrisa te perdure y eso no es nada fácil. La comedia, junto con el terror, son, en mi opinión, los géneros más exigentes a la hora de convencer al público que las visiona. Por eso insisto en lo loable de contar algo original y muy divertido en el siglo XXI.

El reparto es de lujo, absolutamente todos los actores están geniales, divertidos. Pero, como en todo, hay dos que destacan: Robert Downey y Tom Cruise. Simplemente geniales, logran creerse sus personajes y darles una verosimilitud grandiosa, con una mirada, con una expresión, ya logran sacarte una sonrisa. Ben Stiller también, pero por sus caras absurdas que siempre consigue hacer. Stiller es un grande de la comedia, pero su encasillamiento hace que su magnífica interpretación no sea tan valorada, al igual que pasa con Jack Black.

Reírse de sí mismo es lo más complicado y Ben Stiller lo logra en esta película, se ríe de él, de Hollywood, de la parafernalia, pero, a su vez, logra que el mensaje final sea hermoso para cualquier persona, pero sobre todo para aquellos que se dedican a la interpretación (¿dónde acaba el actor y comienza la persona?).

La originalidad de la historia, del montaje inicial y sus numerosos gags (unos muy buenos, otros no tanto), también son motivo de mención. También, por contra, destacar lo inverosímil de muchas escenas, fundamentalmente dentro de las de acción, sin justificación dentro de la diégesis. Se podrían haber evitado y haber potenciado el nivel de la obra.

Imprescindible su visionado si quieres divertirte y ver clases de interpretación, y también, de montaje y originalidad, en esto último, por parte de Ben Stiller.

Gran trabajo de Harold Ramis y Danny Rubin por conseguir, primero, realizar una obra con un argumento original, segundo, por conseguir que la trama no desmerezca al argumento y tercero, por trazar una dirección y montaje tan rítmicos, dinámicos y sorprendentes.

Si a todo esto le sumamos al gran Bill Murray como protagonista en un personaje bien definido y que evoluciona magníficamente durante el discurso, optenemos una película que divierte, emociona y sorprende.

Si hubieran conseguido un clímax mayor y no tan previsible, estaríamos hablando de una de las mejores comedias de la historia del séptimo arte.

Aún así, imprescindible, memorable y con notable alto.

Esta película de Lamberto Bava no es tan mala a mi juicio como he podido leer. La ambientación es muy buena, el juego del realizador con el espacio es magistral, tiene planos muy buenos (fíjense con atención en algunos contrapicados y en planos cenitales fabulosos) y el argumento inicial, aunque típico, va convirtiendo, poco a poco, a la diégesis, en un universo agobiante para el espectador, con algunas dosis de humor gamberro que siempre se agradecen en este género.

El gran problema que le veo a esta película es su PATÉTICO desenlace: pueril, absurdo, mediocre... me quedo sin calificativos ante esa estupidez innecesaria que destroza todo el trabajo realizado anteriormente en todo el metraje. Una lástima.

Prometo ver más de Lamberto Bava, ya que su puesta en escena y su realización me esperanzan en encontrar buenas obras de "cine giallo".

"Por un puñado de dólares" significó un vuelco a las tramas del cine de western clásico norteamericano. Sólo hay que ver al personaje protagonista para darse cuenta de ello. Un tipo por encima del bien y del mal, sin escrúpulos, no es un héroe ni pretende realmente serlo. Sólo busca la supervivencia y según lo que se va encontrado actúa moralmente. Es un asesino, un "cazarrecompensas" a saldo del mejor mercenario. Un protagonista así en el cine clásico sería imposible.

Además de este cambio radical diegético, cabe destacar la novedosa realización de Leone. Una serie de nuevos directores cogerán varias de sus pautas. Por ejemplo, su excelente presentación de los personajes, espectacular y descriptiva al mismo tiempo, sus primerísimos planos de los ojos de los combatientes generando tensión y suspense y sus míticos planos a los pies de los personajes en momentos de acción.

"Spaguetti" western, revolución narrativa.