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Serie

6,6
1.018
7
20 de noviembre de 2021
20 de noviembre de 2021
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos aquellos que amamos el fútbol (y una ingente mayoría que no lo hace) conocemos la figura de Diego Armando Maradona. Personalmente hablando, y habiendo crecido en la plenitud futbolística de gente como Zidane o haber estado ya en mi madurez futbolística observando a gente como Messi o Ronaldo, no he visto un mayor puro talento para el deporte rey como el que poseía el Diego, capaz de lo más inverosímil y lo más increíble en un terreno de juego. No hay muchísimos archivos de sus inicios donde podamos ver su fútbol, aunque muchos decían que era el mejor Diego, lo que ya es de por si hablar barbaridades para un jugador del que sí podemos ver videos y grabaciones en sus años posteriores y con los cuales podemos deleitarnos.
‘Maradona: Sueño bendito’, la serie de Amazon Prime, que se está erigiendo como la plataforma que más apuesta por la ficción basada en el fútbol o por los documentales propios, nos sumerge en la vida de Maradona desde sus inicios, comentando parte de su vida personal y la prolífica carrera que lo llevó a ser conocido mundialmente y considerado para la inmensa mayoría como el mejor jugador de la historia. El astro argentino, el cual nos dejó el pasado 2020, está personificado en la ficción por diferentes actores dependiendo de su tramo de edad, a saber Juan Cruz Romero como Maradona niño, Nicolás Goldschmidt como Maradona adolescente, Nazareno Casero como Maradona de joven y Juan Palomino como Maradona adulto.
Difícil tarea dar vida a una persona tan querida. Querida hasta el punto de haber creado una religión en torno a él, el hecho de llevarlo a la ficción resulta complicado, puesto que se va a mirar con lupa todo aquello que se haga en torno a su figura.
La serie trascurre de una manera vertiginosa, con cortos pero intensos flashbacks entre las diferentes edades de Maradona. Así mismo se va observando como la forma de ser del propio Diego se va modificando conforme la madurez llega, junto con los cambios de equipo o las convocatorias a la selección nacional. Los cambios que una persona va teniendo durante la época de crecimiento, los nuevos mundos que se abren ante él al ser una persona famosa y rica y todo lo que conlleva en temas de amor y envidia están también presentes en esta serie sobre Maradona, donde la ficción está recreada de una manera estupenda para intentar acercarnos toda esta parte menos conocida del Diego.
Maravilloso es ver esas imágenes reales superpuestas en instantes que nos cuentan en la ficción, juntando así la realidad de lo sucedido con lo que se nos está contando. De difícil factura en realización y caracterización, la manera en la que otros clásicos del fútbol como Menotti o Pelé están creados en ‘Maradona: Sueño bendito’ es divertidísima y acertada.
Un guion cuidado en sus comentarios y diálogos hacen que ‘Maradona: Sueño bendito’ sea dinámica y de fácil comprensión, a pesar de perderse en diversas situaciones que se escapan del fútbol como tal. Temas políticos también aparecen durante la serie y se muestra levemente el posicionamiento de Maradona, pero la serie si que se centra en aportar algo de toda la situación política y social en la que se encontraba la Argentina de finales de los 70 y principios de los 80: la dictadura de Videla, las Madres de Plaza de Mayo, la guerra de las Malvinas, la importancia del fútbol como cortina de humo para los problemas del país, la diferencia de clases, las condiciones laborales y un largo etcétera.
En este apartado es donde el guion, obra de Guillermo Salmerón, Alejandro Aimetta y Silvina Olschansky coge toda la fuerza que requiere para que el público tenga la atención en aquello que se le está contando. Cuidado y con detalles interesantes que amplían conocimientos del público y que van unificando los propios flashbacks con los que cuenta la serie.
En definitiva, estamos ante una serie interesante que nos acerca a Maradona de una manera como pocas veces se ha hecho. Los instantes futbolísticos de ‘Maradona: Sueño bendito’ son una delicia, las imágenes reales del propio astro argentino más aun, y el conjunto de todo hacen de esta serie sobre el Diego una de obligado visionado para todas aquellas personas que tengan un interés por el fútbol e incluso para aquellas que no, ya que su factura está cuidada y la historia, aunque con detalles ficticios basada totalmente en la realidad, es de lo más curiosa y digna de conocer. ‘Maradona: Sueño bendito’ es muy buena; no tanto como Diego Armando Maradona, pero es que eso es muy, pero que muy difícil.
‘Maradona: Sueño bendito’, la serie de Amazon Prime, que se está erigiendo como la plataforma que más apuesta por la ficción basada en el fútbol o por los documentales propios, nos sumerge en la vida de Maradona desde sus inicios, comentando parte de su vida personal y la prolífica carrera que lo llevó a ser conocido mundialmente y considerado para la inmensa mayoría como el mejor jugador de la historia. El astro argentino, el cual nos dejó el pasado 2020, está personificado en la ficción por diferentes actores dependiendo de su tramo de edad, a saber Juan Cruz Romero como Maradona niño, Nicolás Goldschmidt como Maradona adolescente, Nazareno Casero como Maradona de joven y Juan Palomino como Maradona adulto.
Difícil tarea dar vida a una persona tan querida. Querida hasta el punto de haber creado una religión en torno a él, el hecho de llevarlo a la ficción resulta complicado, puesto que se va a mirar con lupa todo aquello que se haga en torno a su figura.
La serie trascurre de una manera vertiginosa, con cortos pero intensos flashbacks entre las diferentes edades de Maradona. Así mismo se va observando como la forma de ser del propio Diego se va modificando conforme la madurez llega, junto con los cambios de equipo o las convocatorias a la selección nacional. Los cambios que una persona va teniendo durante la época de crecimiento, los nuevos mundos que se abren ante él al ser una persona famosa y rica y todo lo que conlleva en temas de amor y envidia están también presentes en esta serie sobre Maradona, donde la ficción está recreada de una manera estupenda para intentar acercarnos toda esta parte menos conocida del Diego.
Maravilloso es ver esas imágenes reales superpuestas en instantes que nos cuentan en la ficción, juntando así la realidad de lo sucedido con lo que se nos está contando. De difícil factura en realización y caracterización, la manera en la que otros clásicos del fútbol como Menotti o Pelé están creados en ‘Maradona: Sueño bendito’ es divertidísima y acertada.
Un guion cuidado en sus comentarios y diálogos hacen que ‘Maradona: Sueño bendito’ sea dinámica y de fácil comprensión, a pesar de perderse en diversas situaciones que se escapan del fútbol como tal. Temas políticos también aparecen durante la serie y se muestra levemente el posicionamiento de Maradona, pero la serie si que se centra en aportar algo de toda la situación política y social en la que se encontraba la Argentina de finales de los 70 y principios de los 80: la dictadura de Videla, las Madres de Plaza de Mayo, la guerra de las Malvinas, la importancia del fútbol como cortina de humo para los problemas del país, la diferencia de clases, las condiciones laborales y un largo etcétera.
En este apartado es donde el guion, obra de Guillermo Salmerón, Alejandro Aimetta y Silvina Olschansky coge toda la fuerza que requiere para que el público tenga la atención en aquello que se le está contando. Cuidado y con detalles interesantes que amplían conocimientos del público y que van unificando los propios flashbacks con los que cuenta la serie.
En definitiva, estamos ante una serie interesante que nos acerca a Maradona de una manera como pocas veces se ha hecho. Los instantes futbolísticos de ‘Maradona: Sueño bendito’ son una delicia, las imágenes reales del propio astro argentino más aun, y el conjunto de todo hacen de esta serie sobre el Diego una de obligado visionado para todas aquellas personas que tengan un interés por el fútbol e incluso para aquellas que no, ya que su factura está cuidada y la historia, aunque con detalles ficticios basada totalmente en la realidad, es de lo más curiosa y digna de conocer. ‘Maradona: Sueño bendito’ es muy buena; no tanto como Diego Armando Maradona, pero es que eso es muy, pero que muy difícil.
7
27 de julio de 2021
27 de julio de 2021
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es fácil para una serie, eso seguro, tratar un tema tan delicado como lo hace ‘Sky Rojo’. De pronto y ya en los primeros minutos de la serie, estamos metidos de lleno en un controvertido universo donde la prostitución y los proxenetas son los protagonistas; un sórdido negocio que, por desgracia, mueve millones y millones a lo largo del mundo y en el que España está situado como uno de los países con mayor demanda mundial. Y digo no es sencillo no por el hecho de contar la prostitución o la situación de las mujeres que se encuentran en ella, si no que cuando quieres calar más hondo, como ‘Sky Rojo’ hace, te metes en otros temas diferentes como la trata de mujeres, la captación de las mismas en diferentes países y el trato que reciben por parte de los propios proxenetas.
Sin embargo ‘Sky Rojo’ se moja, y lo cuenta todo de una manera ágil y veloz. Con un formato casi road movie es muy sencillo incluir al público en el viaje, veloz y rápido, que encuentra en las tres principales protagonistas a las mejores compañeras para hacer kilómetros. Este quizás sea uno de los grandes puntos que la serie tiene tanto para ser, como para contar algo tan delicado: el vertiginoso ritmo que no para ni cesa durante el capítulo, la velocidad tan grande con la que pronto pasamos a estar de un sitio a otro y como esto se apoya en la propia voz en off en ciertos momentos de Verónica Sánchez para narrar lo que va sucediendo en la pantalla: vemos imágenes y ella nos lo cuenta mientras suceden incluso con ella de protagonista, esto me parece un recurso magnífico.
Nos encontramos dos bandos en la serie: por un lado está el de los proxenetas, donde tenemos a Romeo (Asier Etxeandia) y los secuaces Moisés (Miguel Ángel Silvestre) y Christian (Enric Auquer). Los tres forman la cara de la moneda que van detrás de las tres protagonistas en busca y captura, con el único fin de buscar venganza ante el ataque que el dueño del Club Las Novias ha sufrido por parte de ellas. He aquí otro de los puntos que añade ese ritmo ágil y veloz a la serie: no deja de ser una persecución. El otro bando es el de las protagonistas: Coral (Verónica Sánchez), Wendy (Lali Espósito) y Gina (Yany Prado), tres prostitutas del local regentado por el proxeneta que buscan la libertad; sin embargo no tienen rumbo fijo y lo único que pueden hacer entre ellas es apoyarse y unirse con el fin de salvarse.
La interpretación de los tres primeros es seria y con ligeros toques de humor; Miguel Ángel Silvestre, recientemente visto en ’30 Monedas’, se come la cámara cada vez que aparece tal y como nos tiene acostumbrados; Asier tiene un papel notable y eso no es fácil con un personaje creado para caer tan mal como el suyo y Enric Aucquer está divertidísimo y con ciertos toques de locura que le dan que llegan a crear una sensación de mal rollo que, intuyo, es lo que se esperaba. Por el otro lado, Verónica Sánchez está impresionante, se erige como la líder del grupo y el papel le queda como anillo al dedo. Lali Espósito parece haber encontrado un papel que es perfecto para ella, donde saca locura, garra y diversión y Yani Prado está a un nivel altísimo junto a sus compañeras. Las interpretaciones principales, por tanto, son de un notable nivel.
Por lo que estamos ante una serie divertida, rápida y con acción. Las luces de neón y ese aura cromático que envuelve como un delgado velo las escenas hacen que la fotografía sea deliciosa; lo que unido a una música cuidada y bien elegida crean el ambiente perfecto para que ‘Sky Rojo’ seduzca. Persecuciones en coche, drogas, armas, acción y muchos más ingredientes forman la serie, que unido a las interpretaciones, fotografía y música elevan su calidad haciendo de ella un artículo altamente disfrutable.
No esperemos un calado muy serio, pero si lo justo como para que el tema a tratar sea también puesto sobre la palestra. Inteligente, seria aunque con ápices de humor y con una duración por capítulo perfecta. ‘Sky Rojo’ es un viaje veloz que se disfruta.
Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/
Sin embargo ‘Sky Rojo’ se moja, y lo cuenta todo de una manera ágil y veloz. Con un formato casi road movie es muy sencillo incluir al público en el viaje, veloz y rápido, que encuentra en las tres principales protagonistas a las mejores compañeras para hacer kilómetros. Este quizás sea uno de los grandes puntos que la serie tiene tanto para ser, como para contar algo tan delicado: el vertiginoso ritmo que no para ni cesa durante el capítulo, la velocidad tan grande con la que pronto pasamos a estar de un sitio a otro y como esto se apoya en la propia voz en off en ciertos momentos de Verónica Sánchez para narrar lo que va sucediendo en la pantalla: vemos imágenes y ella nos lo cuenta mientras suceden incluso con ella de protagonista, esto me parece un recurso magnífico.
Nos encontramos dos bandos en la serie: por un lado está el de los proxenetas, donde tenemos a Romeo (Asier Etxeandia) y los secuaces Moisés (Miguel Ángel Silvestre) y Christian (Enric Auquer). Los tres forman la cara de la moneda que van detrás de las tres protagonistas en busca y captura, con el único fin de buscar venganza ante el ataque que el dueño del Club Las Novias ha sufrido por parte de ellas. He aquí otro de los puntos que añade ese ritmo ágil y veloz a la serie: no deja de ser una persecución. El otro bando es el de las protagonistas: Coral (Verónica Sánchez), Wendy (Lali Espósito) y Gina (Yany Prado), tres prostitutas del local regentado por el proxeneta que buscan la libertad; sin embargo no tienen rumbo fijo y lo único que pueden hacer entre ellas es apoyarse y unirse con el fin de salvarse.
La interpretación de los tres primeros es seria y con ligeros toques de humor; Miguel Ángel Silvestre, recientemente visto en ’30 Monedas’, se come la cámara cada vez que aparece tal y como nos tiene acostumbrados; Asier tiene un papel notable y eso no es fácil con un personaje creado para caer tan mal como el suyo y Enric Aucquer está divertidísimo y con ciertos toques de locura que le dan que llegan a crear una sensación de mal rollo que, intuyo, es lo que se esperaba. Por el otro lado, Verónica Sánchez está impresionante, se erige como la líder del grupo y el papel le queda como anillo al dedo. Lali Espósito parece haber encontrado un papel que es perfecto para ella, donde saca locura, garra y diversión y Yani Prado está a un nivel altísimo junto a sus compañeras. Las interpretaciones principales, por tanto, son de un notable nivel.
Por lo que estamos ante una serie divertida, rápida y con acción. Las luces de neón y ese aura cromático que envuelve como un delgado velo las escenas hacen que la fotografía sea deliciosa; lo que unido a una música cuidada y bien elegida crean el ambiente perfecto para que ‘Sky Rojo’ seduzca. Persecuciones en coche, drogas, armas, acción y muchos más ingredientes forman la serie, que unido a las interpretaciones, fotografía y música elevan su calidad haciendo de ella un artículo altamente disfrutable.
No esperemos un calado muy serio, pero si lo justo como para que el tema a tratar sea también puesto sobre la palestra. Inteligente, seria aunque con ápices de humor y con una duración por capítulo perfecta. ‘Sky Rojo’ es un viaje veloz que se disfruta.
Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/

5,3
12.283
7
28 de marzo de 2021
28 de marzo de 2021
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kong y Godzilla han dado muchas vueltas a lo largo de la historia cinematográfica. Normal, si tenemos en cuenta que el cine que tiene como principales protagonistas a monstruos gigantescos tiene muchísimos adeptos a lo largo y ancho del planeta. De 1962 ya podemos ver un ‘King Kong contra Godzilla’ (Kingu Kongu tai Gojira) procedente de Japón, donde la trama, parecida en algunos aspectos a ‘Godzilla vs. Kong’, nos cuenta la historia de una expedición científica organizada por Mr. Tako, presidente de una firma de productos farmacéuticos que viaja a la isla Farou para recoger bayas. En la isla los miembros de la expedición descubrirán un gorila de enormes dimensiones que acabarán llevándose a Tokyo. El gigantesco simio será utilizado después por las autoridades para detener a Godzilla, liberada después de la explosión del iceberg que la mantenía prisionera, con un apoteósica lucha final en el Monte Fuji.
Ahora, con todas las capacidades tecnológicas del momento presente, ‘Godzilla vs. Kong’ era casi obligatoria. Ya se abrió el mundo de monstruos gigantes en general y de estos dos protagonistas con ‘Kong: La isla calavera’ del 2017 y ‘Godzilla’ del 2014 y/o ‘Godzilla: Rey de los monstruos’ de 2019, por lo que un nuevo encontronazo entre ambos tenía que volver a llegar. En esta nueva entrega todo comienza divertido y ligero; digamos que Kong es la parte más «humana» de los monstruos, y por tanto la parte que tiene una especie de forma de ser más cercana, lo que hace en la película que sus situaciones sean divertidas y de sonrisa sencilla.
Godzilla es lo que es, y tras dos nuevas películas en esta tercera tenemos posibilidades de verlo más de cerca en lo que resulta ser algo espectacular. Obviamente, como toda película donde los monstruos miden más que los rascacielos, en ‘Godzilla vs. Kong’ los momentos en los que las peleas entre ambos aparecen son un absoluto espectáculo; el lujo que es, cinematográficamente hablando, ver edificios, puentes y otras infraestructuras destrozadas porque Kong está arrastrando a Godzilla por el suelo es una de las razones por las que el cine fue creado, y en esta ocasión esas peleas son de una calidad altísima y muy variopintas, dejando de lado los limitados movimientos que ha habido en otras cintas del género.
Bien es cierto que las interpretaciones suelen (ojo, y casi deben) pasar a un segundo plano cuando los protagonistas son los titanes, pero el grupo de actrices y actores que han formado esta película han hecho un trabajo muy interesante. Partiendo de Millie Bobby Brown con quien ya alucinamos en ‘Stranger Things’ y su magnífica interpretación dando vida a la valiente y decidida Madison, nos encontramos con interpretaciones muy notables de Alexander Skarsgård, Rebecca Hall o el divertido Bernie, a quien da vida Brian Tyree Henry. Mención especial a Kaylee Hottle como Jia, niña que mantiene el vínculo con Kong.
Por su parte, Ben Seresin parece ser el culpable de que tengamos parte de unas fotografías espectaculares con las que nos quedamos boquiabiertos. Estos detalles, unidos a los ya comentados de lo que se espera de una película de monstruos, hacen que visualmente sea algo digno de disfrutar y sobre lo que dejarte llevar. Es llamativo durante toda la cinta la pequeña diferencia de tamaño a la que te vas acostumbrando, como en el caso de Kong te resulta gracioso y en el de Godzilla enciente la alerta de peligro y como todo el mundo del universo está medianamente habituado a verlo todo en tamaño gigantesco; aun así sorprende de nuevo, y para bien.
Por lo que ‘Godzilla vs. Kong’ es una película muy divertida, ágil y con una narración muy sencilla. Para todos los amantes del género estamos ante una de las obligatorias, entre los que no lo son ante una película muy entretenida que se pasa volando y que deja con ganas de más. Sin duda es espectacular visualmente y con unas escenas dignas de ser mencionadas. ‘Godzilla vs. Kong’ es para disfrutarla.
Crítica para MagaZinema.
https://www.magazinema.es/
Ahora, con todas las capacidades tecnológicas del momento presente, ‘Godzilla vs. Kong’ era casi obligatoria. Ya se abrió el mundo de monstruos gigantes en general y de estos dos protagonistas con ‘Kong: La isla calavera’ del 2017 y ‘Godzilla’ del 2014 y/o ‘Godzilla: Rey de los monstruos’ de 2019, por lo que un nuevo encontronazo entre ambos tenía que volver a llegar. En esta nueva entrega todo comienza divertido y ligero; digamos que Kong es la parte más «humana» de los monstruos, y por tanto la parte que tiene una especie de forma de ser más cercana, lo que hace en la película que sus situaciones sean divertidas y de sonrisa sencilla.
Godzilla es lo que es, y tras dos nuevas películas en esta tercera tenemos posibilidades de verlo más de cerca en lo que resulta ser algo espectacular. Obviamente, como toda película donde los monstruos miden más que los rascacielos, en ‘Godzilla vs. Kong’ los momentos en los que las peleas entre ambos aparecen son un absoluto espectáculo; el lujo que es, cinematográficamente hablando, ver edificios, puentes y otras infraestructuras destrozadas porque Kong está arrastrando a Godzilla por el suelo es una de las razones por las que el cine fue creado, y en esta ocasión esas peleas son de una calidad altísima y muy variopintas, dejando de lado los limitados movimientos que ha habido en otras cintas del género.
Bien es cierto que las interpretaciones suelen (ojo, y casi deben) pasar a un segundo plano cuando los protagonistas son los titanes, pero el grupo de actrices y actores que han formado esta película han hecho un trabajo muy interesante. Partiendo de Millie Bobby Brown con quien ya alucinamos en ‘Stranger Things’ y su magnífica interpretación dando vida a la valiente y decidida Madison, nos encontramos con interpretaciones muy notables de Alexander Skarsgård, Rebecca Hall o el divertido Bernie, a quien da vida Brian Tyree Henry. Mención especial a Kaylee Hottle como Jia, niña que mantiene el vínculo con Kong.
Por su parte, Ben Seresin parece ser el culpable de que tengamos parte de unas fotografías espectaculares con las que nos quedamos boquiabiertos. Estos detalles, unidos a los ya comentados de lo que se espera de una película de monstruos, hacen que visualmente sea algo digno de disfrutar y sobre lo que dejarte llevar. Es llamativo durante toda la cinta la pequeña diferencia de tamaño a la que te vas acostumbrando, como en el caso de Kong te resulta gracioso y en el de Godzilla enciente la alerta de peligro y como todo el mundo del universo está medianamente habituado a verlo todo en tamaño gigantesco; aun así sorprende de nuevo, y para bien.
Por lo que ‘Godzilla vs. Kong’ es una película muy divertida, ágil y con una narración muy sencilla. Para todos los amantes del género estamos ante una de las obligatorias, entre los que no lo son ante una película muy entretenida que se pasa volando y que deja con ganas de más. Sin duda es espectacular visualmente y con unas escenas dignas de ser mencionadas. ‘Godzilla vs. Kong’ es para disfrutarla.
Crítica para MagaZinema.
https://www.magazinema.es/

6,1
8.876
7
10 de marzo de 2025
10 de marzo de 2025
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si coges en una coctelera ‘Moon’, de Duncan Jones, la parte de combate de ‘Starship Troopers’ y mantienes el humor de ‘Parásitos’, te sale este interesante trago de Bong Joon-ho. Ojo, porque ‘Mickey 17’ tiene un inicio que resulta soberbio, unos 40 minutos iniciales que van fraguando la historia en sí, puesto que va sentando las bases de la obra completa y sirve casi como prólogo; como una construcción maravillosa del personaje protagonista y de la situación en la que se encuentra el mismo, así como de lectura inicial para entender bien pronto el estilo que tiene esta fábula que el director surcoreano que nos dejó boquiabiertos con ‘Parásitos’ nos ofrece en esta ocasión.
En su segunda incursión en términos de coproducción con EEUU tras ‘Snowpiecer’, ‘Mickey 17’ se siente como una obra interesante y muy madura, utilizando multitud de elementos para centralizar la historia en un hilo conductor bien claro, pero que a la vez emana diversas lecturas muy críticas y con diferentes sensaciones para el público. Bien claro vemos como una dualidad y una trifulca moral para con la ciencia y su uso y utilidad, una muestra también de ver si los medios siempre están justificados en cuanto al progreso de la sociedad. Aquí es donde los desechables tienen todo su poder dentro de ‘Mickey 17’; como personas casi carentes de valor con las que se puede jugar para que el resto de la humanidad pueda estar tranquila y encarar el progreso de determinada manera. Si bien eso ya es argumento más que efectivo para que se nos cuente una historia compleja, podemos añadir una crítica interesantísima a todo el ámbito político y religioso, donde un líder sin éxito anterior tiene un desmesurado ego que le hace tratar al resto como si fuesen de una escala muchísimo más baja. A su vez utiliza todo su poder para ser casi una secta y manejar los hilos a su antojo y deseo.
Como poderosas lecturas de la película ya tenemos con ‘Mickey 17’ un ejercicio que haga pensar. Ahora bien, la película se ayuda de un humor inteligente cargado de instantes que te dejan cerca de la carcajada; ese humor que ya disfrutamos en ‘Parásitos’ y que es obra de Bong Joon-ho gracias a su trabajo en el guion. Ese humor sirve en multitud de ocasiones durante el metraje para que la historia no tenga socavones por los que perderse, y que cuando se nos pueda ir haciendo larga (no olvidemos sus 137 minutos de duración) se sostenga gracias a refinadas líneas de diálogo que, cuanto menos, te sacan una sonrisa.
Lo que resulta una alegría en ‘Mickey 17’ es algo que, aunque ya sabíamos gracias a ‘El faro’, ‘Batman’ o ‘Tenet’, se sigue confirmando: Robert Pattinson lejos de lo que muchos le preveían, que era el encasillamiento, es un actor como la copa de un pino. Sustenta el peso de ‘Mickey 17’ con un personaje complejo, divertido, sensible y que en un instante de la película trabaja con una dualidad más que curiosa y cuyo resultado es, cuanto menos, objeto de felicitación; así pues si algo hemos de disfrutar de la película es, sin duda, su interpretación. Como compañeras de reparto ha tenido a una magnífica Toni Collette, que ha conseguido dar rabia y casi asco a partes iguales, muestra mayor de que su trabajo es muy acertado. También es así la interpretación de Naomi Ackie, personaje que ha pasado por diversas transformaciones durante la película, pero que en todas ellas ha dado muestras de estar haciendo un trabajo maravilloso. Me atrevo a decir incluso que cuando la película podía estar en ese instante de montaña rusa en la que no te estás divirtiendo, un par de escenas suyas hacen que despiertes y vuelvas a disfrutar. Y por supuesto, hay que nombrar a un Mark Ruffalo que no deja de ser un personaje caricaturizado al extremo, histriónico y pasado de vueltas que hace las delicias de todas aquellas y aquellos que queríamos algo de humor en esta película.
Y luego vamos al ejercicio visual. En ‘Mickey 17’, su director Bong Joon-ho nos presenta un mundo visual bello, con un trabajo de efectos visuales y fotográfico más que curioso e interesante. El apartado estético de la nave en la que transcurre la historia parece beber de elementos de clásicos de la ciencia ficción, pero añadidos a la perfección, como si de imanes en la nevera se tratase, para decorar todo lo que vemos en pantalla y que así parezca real. Y luego tenemos el planeta en el que nuestros protagonistas aparecen, ese yermo frío y, a priori, con dificultad para la vida. Este espacio y los habitantes del mismo son una delicia para los amantes de la ciencia ficción.
En definitiva, y a pesar de todo lo comentado, ‘Mickey 17’ es una película correcta. No es nada del otro mundo ni se acerca a lo que ‘Parásitos’ fue en su día, claro, pero a pesar de que conforme va avanzando parece irse abandonando a sí misma en el ruido y en la desinhibición, resulta atractiva visualmente y contiene algunos instantes bastante destacables dentro de su, quizás, excesivo metraje. Es aquí donde detalles se podían haber pulido para intentar hacerla más redonda, pero aun así, disfrutarse, se disfruta muchísimo.
Crítica para MagaZinema
https://magazinema.es/
En su segunda incursión en términos de coproducción con EEUU tras ‘Snowpiecer’, ‘Mickey 17’ se siente como una obra interesante y muy madura, utilizando multitud de elementos para centralizar la historia en un hilo conductor bien claro, pero que a la vez emana diversas lecturas muy críticas y con diferentes sensaciones para el público. Bien claro vemos como una dualidad y una trifulca moral para con la ciencia y su uso y utilidad, una muestra también de ver si los medios siempre están justificados en cuanto al progreso de la sociedad. Aquí es donde los desechables tienen todo su poder dentro de ‘Mickey 17’; como personas casi carentes de valor con las que se puede jugar para que el resto de la humanidad pueda estar tranquila y encarar el progreso de determinada manera. Si bien eso ya es argumento más que efectivo para que se nos cuente una historia compleja, podemos añadir una crítica interesantísima a todo el ámbito político y religioso, donde un líder sin éxito anterior tiene un desmesurado ego que le hace tratar al resto como si fuesen de una escala muchísimo más baja. A su vez utiliza todo su poder para ser casi una secta y manejar los hilos a su antojo y deseo.
Como poderosas lecturas de la película ya tenemos con ‘Mickey 17’ un ejercicio que haga pensar. Ahora bien, la película se ayuda de un humor inteligente cargado de instantes que te dejan cerca de la carcajada; ese humor que ya disfrutamos en ‘Parásitos’ y que es obra de Bong Joon-ho gracias a su trabajo en el guion. Ese humor sirve en multitud de ocasiones durante el metraje para que la historia no tenga socavones por los que perderse, y que cuando se nos pueda ir haciendo larga (no olvidemos sus 137 minutos de duración) se sostenga gracias a refinadas líneas de diálogo que, cuanto menos, te sacan una sonrisa.
Lo que resulta una alegría en ‘Mickey 17’ es algo que, aunque ya sabíamos gracias a ‘El faro’, ‘Batman’ o ‘Tenet’, se sigue confirmando: Robert Pattinson lejos de lo que muchos le preveían, que era el encasillamiento, es un actor como la copa de un pino. Sustenta el peso de ‘Mickey 17’ con un personaje complejo, divertido, sensible y que en un instante de la película trabaja con una dualidad más que curiosa y cuyo resultado es, cuanto menos, objeto de felicitación; así pues si algo hemos de disfrutar de la película es, sin duda, su interpretación. Como compañeras de reparto ha tenido a una magnífica Toni Collette, que ha conseguido dar rabia y casi asco a partes iguales, muestra mayor de que su trabajo es muy acertado. También es así la interpretación de Naomi Ackie, personaje que ha pasado por diversas transformaciones durante la película, pero que en todas ellas ha dado muestras de estar haciendo un trabajo maravilloso. Me atrevo a decir incluso que cuando la película podía estar en ese instante de montaña rusa en la que no te estás divirtiendo, un par de escenas suyas hacen que despiertes y vuelvas a disfrutar. Y por supuesto, hay que nombrar a un Mark Ruffalo que no deja de ser un personaje caricaturizado al extremo, histriónico y pasado de vueltas que hace las delicias de todas aquellas y aquellos que queríamos algo de humor en esta película.
Y luego vamos al ejercicio visual. En ‘Mickey 17’, su director Bong Joon-ho nos presenta un mundo visual bello, con un trabajo de efectos visuales y fotográfico más que curioso e interesante. El apartado estético de la nave en la que transcurre la historia parece beber de elementos de clásicos de la ciencia ficción, pero añadidos a la perfección, como si de imanes en la nevera se tratase, para decorar todo lo que vemos en pantalla y que así parezca real. Y luego tenemos el planeta en el que nuestros protagonistas aparecen, ese yermo frío y, a priori, con dificultad para la vida. Este espacio y los habitantes del mismo son una delicia para los amantes de la ciencia ficción.
En definitiva, y a pesar de todo lo comentado, ‘Mickey 17’ es una película correcta. No es nada del otro mundo ni se acerca a lo que ‘Parásitos’ fue en su día, claro, pero a pesar de que conforme va avanzando parece irse abandonando a sí misma en el ruido y en la desinhibición, resulta atractiva visualmente y contiene algunos instantes bastante destacables dentro de su, quizás, excesivo metraje. Es aquí donde detalles se podían haber pulido para intentar hacerla más redonda, pero aun así, disfrutarse, se disfruta muchísimo.
Crítica para MagaZinema
https://magazinema.es/

5,3
732
7
14 de diciembre de 2022
14 de diciembre de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se trata de narrar historias tan viscerales, complicadas y duras, el trabajo ha de ser llevado de una manera casi perfecta para que lo que se nos narra eleve las sensaciones del público hasta dejar sus sentimientos a flor de piel. Un trabajo que ha de ser descriptivo, literario y potencialmente sentimental para que el público empatice y se sienta inmerso en la historia. ‘Libélulas’ es, pues, un ejercicio narrativo complicadísimo y tremendamente intenso de principio a fin, un retrato de la juventud en una instantánea vital en la que se encuentran que tiene una cantidad de opciones muy limitadas para escapar de donde están.
Álex y Cata están unidas por una amistad que viene desde la niñez. Ambas nacieron en el mismo barrio de extrarradio, una periferia solitaria, llena de comercios vacíos y bares decadentes. Llevan planeando la huida durante toda su vida; un salvoconducto desde el que poder alejarse de su presente y olvidar su pasado. Pero ya no son esas niñas que hacían travesuras; y el tiempo parece agotarse. Jota, Rubio, Chino y Vera completan un laberinto de relaciones amorosas y familias sin futuro. Vico es un policía obsesivo, corrupto y despiadado. Y está al borde del hundimiento. Un poco de dinero ahorrado, droga robada, una traición. Las vidas de Álex y Cata estallan en un mar de turbulencias que alterarán el frágil vuelo de estas libélulas en una historia de huida y desesperación.
‘Libélulas’ tiene toda su fuerza narrativa en lo que se va contando por cada instante del metraje, cada segundo de pantalla en el que los protagonistas tienen un sentimiento que sacar a la luz y que gritar a los cuatro vientos, pero a su vez sintiéndose cada palabra que sueltan por su boca como un grito silencioso de ayuda por parte de ambas protagonistas principales, deseosas de escapar de donde están y volar hacia la vida en la que de verdad quieren estar. Milena Smit y Olivia Baglivi son las intérpretes con mayor protagonismo, ambas dando vida a Álex y Cata, dos frágiles mujeres escondidas en la carcasa de fortaleza que ellas construyen para protegerse mientras se van destrozando poco a poco, yendo a merced de una corriente que, sin darse cuenta (o dándosela), les va arrastrando hasta el centro de un mar oscuro, profundo y con poca balsa de salvación.
Las imágenes son directas y, en ocasiones, incluso crudas. En toda la duración de ‘Libélulas’ se dejan ver muchísimas sensaciones diferentes que van abrazando y construyendo la historia, generando en el público ganas de llorar por diversas emociones, de gritar y de ayudar. Todo esto apoyado en una fotografía sencilla pero muy llamativa, muy rica en contenido visual, con tonos apagados, ligado a vaivenes de cámara que marean o a planos desde puntos diversos y diferentes que generan cierta intriga en los momentos en los que la historia los precisa.
Uniendo de una manera más que notable las interpretaciones de los principales protagonistas que forman la película (y un buen puñado de actrices y actores que van a caballo entre protagonistas y secundarios) junto con ese detallista, tosco y pensado guion, en ‘Libélulas’ nos podemos apoyar en las palabras y diálogos que nos encontramos durante todo el metraje para dejarnos llevar por la historia; para comprenderla y para entender lo que se nos narra, incluso utilizando los silencios que en ocasiones tiene la propia película.
En definitiva, ‘Libélulas’ es una historia difícil de contar pero perfectamente orquestada por Luc Knowles. Un historia de amistad compleja, intensa y contada sin adornos ni imposturas cara a la galería, de manera cruda, apoyada en imágenes que así lo demuestran cuando el ritmo narrativo lo precisa. Todo ello unido a un guion trabajado y preciso en lo que cuenta, una fotografía cuidada y unas interpretaciones magníficas hacen que ‘Libélulas’ sea una película con muchísimos puntos positivos que la hacen ser un retrato social más que bien trabajado.
Crítica para MagaZinema.
https://www.magazinema.es/libelulas-amistad-en-tiempos-de-decadencia-luc-knowles-2022-filmin/
Álex y Cata están unidas por una amistad que viene desde la niñez. Ambas nacieron en el mismo barrio de extrarradio, una periferia solitaria, llena de comercios vacíos y bares decadentes. Llevan planeando la huida durante toda su vida; un salvoconducto desde el que poder alejarse de su presente y olvidar su pasado. Pero ya no son esas niñas que hacían travesuras; y el tiempo parece agotarse. Jota, Rubio, Chino y Vera completan un laberinto de relaciones amorosas y familias sin futuro. Vico es un policía obsesivo, corrupto y despiadado. Y está al borde del hundimiento. Un poco de dinero ahorrado, droga robada, una traición. Las vidas de Álex y Cata estallan en un mar de turbulencias que alterarán el frágil vuelo de estas libélulas en una historia de huida y desesperación.
‘Libélulas’ tiene toda su fuerza narrativa en lo que se va contando por cada instante del metraje, cada segundo de pantalla en el que los protagonistas tienen un sentimiento que sacar a la luz y que gritar a los cuatro vientos, pero a su vez sintiéndose cada palabra que sueltan por su boca como un grito silencioso de ayuda por parte de ambas protagonistas principales, deseosas de escapar de donde están y volar hacia la vida en la que de verdad quieren estar. Milena Smit y Olivia Baglivi son las intérpretes con mayor protagonismo, ambas dando vida a Álex y Cata, dos frágiles mujeres escondidas en la carcasa de fortaleza que ellas construyen para protegerse mientras se van destrozando poco a poco, yendo a merced de una corriente que, sin darse cuenta (o dándosela), les va arrastrando hasta el centro de un mar oscuro, profundo y con poca balsa de salvación.
Las imágenes son directas y, en ocasiones, incluso crudas. En toda la duración de ‘Libélulas’ se dejan ver muchísimas sensaciones diferentes que van abrazando y construyendo la historia, generando en el público ganas de llorar por diversas emociones, de gritar y de ayudar. Todo esto apoyado en una fotografía sencilla pero muy llamativa, muy rica en contenido visual, con tonos apagados, ligado a vaivenes de cámara que marean o a planos desde puntos diversos y diferentes que generan cierta intriga en los momentos en los que la historia los precisa.
Uniendo de una manera más que notable las interpretaciones de los principales protagonistas que forman la película (y un buen puñado de actrices y actores que van a caballo entre protagonistas y secundarios) junto con ese detallista, tosco y pensado guion, en ‘Libélulas’ nos podemos apoyar en las palabras y diálogos que nos encontramos durante todo el metraje para dejarnos llevar por la historia; para comprenderla y para entender lo que se nos narra, incluso utilizando los silencios que en ocasiones tiene la propia película.
En definitiva, ‘Libélulas’ es una historia difícil de contar pero perfectamente orquestada por Luc Knowles. Un historia de amistad compleja, intensa y contada sin adornos ni imposturas cara a la galería, de manera cruda, apoyada en imágenes que así lo demuestran cuando el ritmo narrativo lo precisa. Todo ello unido a un guion trabajado y preciso en lo que cuenta, una fotografía cuidada y unas interpretaciones magníficas hacen que ‘Libélulas’ sea una película con muchísimos puntos positivos que la hacen ser un retrato social más que bien trabajado.
Crítica para MagaZinema.
https://www.magazinema.es/libelulas-amistad-en-tiempos-de-decadencia-luc-knowles-2022-filmin/
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