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6
10 de febrero de 2018
10 de febrero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aviso: aunque la reseña no cuenta nada que no esté escrito en la sinopsis de la película, sí que se hace mención a otro producto televisivo en cierto modo relacionado, cuyo contenido es revelador si se conoce el final del mismo. Se puede considerar, por tanto, que hay spoiler que paso a la zona correspondiente al final.
Mi inicial acercamiento a "House of the disappeared" no tiene otra razón que se trata de una película surcoreana de intriga, género y lugar que no suelo dejar pasar si la película es accesible por estos lares tan alejados del país de origen. Dentro del género hay muchas películas surcoreanas que no tienen nada que envidiar a cualquier buen thriller occidental, más bien al contrario. Aunque no es el caso de "House of the disappeared", sobre todo en sus dos tercios iniciales, que es casi toda la película. Sin embargo, la resolución final de la historia sí que me ha sorprendido por la coincidencia en un crucial aspecto con otro exitoso producto de este mismo año.
Cuando empieza la película parece que el asunto va a ser, otra vez, una historia de casa encantada y de fantasmas. De hecho la película en todo su desarrollo es de lo más convencional dentro de este tipo de productos, con sustos que se ven de lejos, subidas de volumen y una casa con sótano que tiene menos luz que una osera. Todo suena a muy visto. En cualquier caso, llama la atención que, siendo coreana la película, la familia protagonista sea católica practicante. Pero bueno, el catolicismo también está presente en Corea (del Sur, claro) y se puede leer que es una doctrina religiosa que ha crecido bastante en el país en los últimos años. Sin embargo, el motivo del catolicismo de la familia protagonista es otro. Leyendo después algo sobre esta película (más concretamente la crítica del usuario TerrorWeekend aquí en FilmAffinity), descubro que es un remake de una película venezolana del año 2013, "La casa del fin de los tiempos" del director Alejandro Hidalgo, que también firma el guion. Es la primera noticia que tengo de esta película venezolana, pero visto el tráiler de la misma se puede decir que, aparentemente, la adaptación coreana es bastante parecida, incluyendo la religión.
Y mientras, la película sigue avanzando entre lo pasable y el déjá vu. Entonces es cuando decide afrontar su resolución final, que es, con diferencia, lo mejor del film, lo que permite subir del regular al interesante. Es cuando, si se puede decir así, empieza a verse todo desde otro ángulo, cuando los detalles que se han ido dejando empiezan a cuadrar, cuando se dispara la atención. Supongo que el más avispado se lo puede esperar, pero no es mi caso. Será porque la convencionalidad de lo visto hasta entonces ayuda a mantener la guardia baja.
Mi inicial acercamiento a "House of the disappeared" no tiene otra razón que se trata de una película surcoreana de intriga, género y lugar que no suelo dejar pasar si la película es accesible por estos lares tan alejados del país de origen. Dentro del género hay muchas películas surcoreanas que no tienen nada que envidiar a cualquier buen thriller occidental, más bien al contrario. Aunque no es el caso de "House of the disappeared", sobre todo en sus dos tercios iniciales, que es casi toda la película. Sin embargo, la resolución final de la historia sí que me ha sorprendido por la coincidencia en un crucial aspecto con otro exitoso producto de este mismo año.
Cuando empieza la película parece que el asunto va a ser, otra vez, una historia de casa encantada y de fantasmas. De hecho la película en todo su desarrollo es de lo más convencional dentro de este tipo de productos, con sustos que se ven de lejos, subidas de volumen y una casa con sótano que tiene menos luz que una osera. Todo suena a muy visto. En cualquier caso, llama la atención que, siendo coreana la película, la familia protagonista sea católica practicante. Pero bueno, el catolicismo también está presente en Corea (del Sur, claro) y se puede leer que es una doctrina religiosa que ha crecido bastante en el país en los últimos años. Sin embargo, el motivo del catolicismo de la familia protagonista es otro. Leyendo después algo sobre esta película (más concretamente la crítica del usuario TerrorWeekend aquí en FilmAffinity), descubro que es un remake de una película venezolana del año 2013, "La casa del fin de los tiempos" del director Alejandro Hidalgo, que también firma el guion. Es la primera noticia que tengo de esta película venezolana, pero visto el tráiler de la misma se puede decir que, aparentemente, la adaptación coreana es bastante parecida, incluyendo la religión.
Y mientras, la película sigue avanzando entre lo pasable y el déjá vu. Entonces es cuando decide afrontar su resolución final, que es, con diferencia, lo mejor del film, lo que permite subir del regular al interesante. Es cuando, si se puede decir así, empieza a verse todo desde otro ángulo, cuando los detalles que se han ido dejando empiezan a cuadrar, cuando se dispara la atención. Supongo que el más avispado se lo puede esperar, pero no es mi caso. Será porque la convencionalidad de lo visto hasta entonces ayuda a mantener la guardia baja.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y además, al final interés en la película sube enteros porque me es inevitable establecer un paralelismo entre la serie alemana "Dark" (2017) y lo que estoy viendo aquí. O dicho de otra manera, que la película venezolana fue primera, la serie alemana tiene una idea muy parecida a la que aparece en "La casa del fin de los tiempos" para crear su propia trama. Pero bueno, seguro que hay más productos más anteriores todavía que también cogen en parte esta idea.
7
15 de enero de 2018
15 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera película que se me vino a la mente mientras empezaba a desarrollarse la trama de "Confidential Assigment", eso sí, salvando las inmensas distancias, fue "Danko: Calor rojo". Es solo por un momento porque la premisa de partida es la misma, un policía norcoreano que es una máquina extremadamente eficiente tiene que viajar a Corea del Sur y colaborar con otro policía aparentemente desastroso y que pone buena parte de la comedia que hay en la película. Vale, es solo pura deformación buscar relación entre dos películas tan separadas temporal y culturalmente.
La película es interesante por ver cómo se afronta, desde la visión surcoreana, la relación entre las dos Coreas en una película con una buena dosis de comedia que no se adentra en el tema más que ligeramente. Tampoco es que sea la primera película que sea accesible por estos lares y que plantee este tipo de situaciones. La simplemente pasable “The suspect" (2013) de Won Shin-yeon es otro ejemplo. Lo curioso de estas películas es la visión surcoreana de los agentes norcoreanos como extremadamente eficientes en su oficio.
En cualquier caso, en "Confidential Assigment" esta premisa de partida no es más que un pretexto para montar una enérgica película de acción, una película de colegas policías con buenas dosis de humor, mejores escenas de acción y una historia que no es nada del otro jueves pero que no aburre, no se distrae en contar historias paralelas. Una música excelente y un buen montaje también permiten mantener el ritmo desde el principio hasta el final. Y eso que incluso hay momentos familiares que podrían ralentizar la historia pero que no desentonan, permiten afianzar la relación entre los dos protagonistas. Eso sí, las líneas generales de la historia son previsibles pero no dudo de que es lo que precisamente el espectador quiere que le cuenten. Al menos es mi caso.
Desde el punto de vista técnico es sorprendente la calidad la película. Las persecuciones en coche o a todo correr por las calles de Seúl son de primer nivel y no tienen nada que envidiar a las de cualquier superproducción de hoy día. En algún coche dando tumbos se nota un poco el CGI, por poner un pero. Uno de los mejores momentos es una persecución a pie, a todo correr por las calles con un par de giros sorprendentes por las soluciones que plantea y la forma en que han sido rodadas, montadas y presentadas.
La película es interesante por ver cómo se afronta, desde la visión surcoreana, la relación entre las dos Coreas en una película con una buena dosis de comedia que no se adentra en el tema más que ligeramente. Tampoco es que sea la primera película que sea accesible por estos lares y que plantee este tipo de situaciones. La simplemente pasable “The suspect" (2013) de Won Shin-yeon es otro ejemplo. Lo curioso de estas películas es la visión surcoreana de los agentes norcoreanos como extremadamente eficientes en su oficio.
En cualquier caso, en "Confidential Assigment" esta premisa de partida no es más que un pretexto para montar una enérgica película de acción, una película de colegas policías con buenas dosis de humor, mejores escenas de acción y una historia que no es nada del otro jueves pero que no aburre, no se distrae en contar historias paralelas. Una música excelente y un buen montaje también permiten mantener el ritmo desde el principio hasta el final. Y eso que incluso hay momentos familiares que podrían ralentizar la historia pero que no desentonan, permiten afianzar la relación entre los dos protagonistas. Eso sí, las líneas generales de la historia son previsibles pero no dudo de que es lo que precisamente el espectador quiere que le cuenten. Al menos es mi caso.
Desde el punto de vista técnico es sorprendente la calidad la película. Las persecuciones en coche o a todo correr por las calles de Seúl son de primer nivel y no tienen nada que envidiar a las de cualquier superproducción de hoy día. En algún coche dando tumbos se nota un poco el CGI, por poner un pero. Uno de los mejores momentos es una persecución a pie, a todo correr por las calles con un par de giros sorprendentes por las soluciones que plantea y la forma en que han sido rodadas, montadas y presentadas.
5
29 de diciembre de 2017
29 de diciembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drifters (2016), temporada 1
Dir. Kenichi Suzuki
Basada en un manga de Kōta Hirano, que empezó en el año 2009 y aún sigue en publicación, Drifters es una serie anime que llama poderosamente la atención desde el principio gracias al sobresaliente opening que tiene. Después del opening nos encontramos con un seinen de animación correcta y dibujo sobresaliente (en parte). Sin embargo, la historia que se cuenta es solo pasable, otra suerte de mundo paralelo al que son transportados diferentes personajes que existieron realmente en la historia. El transporte se produce a través de un corredor lleno de puertas en el que despacha una especie de funcionario y los personajes que pasan por aquí son principalmente guerreros y jefes militares que están a punto de morir en su momento histórico real. El mundo al que son transportados es una suerte de pastiche de la Tierra Media, con su señor oscuro y orden de magos incluídos, en el que estos personajes deberán seguir guerreando teniendo en cuenta que cada uno viene de una época distinta y, por tanto, con conocimientos bélicos y estratégicos muy diferentes.
Contada así la sinopsis de la historia, podría ser interesante. Y más aún porque si te interesan las referencias históricas de los personajes japoneses (los tres principales y otros), entonces puedes conocer un poco más sobre los mismos, los periodos históricos que vivieron y la visión heróica que de ellos se tiene en Japón, que la serie también tiene sus buenos ratos de parloteo. Sin embargo todo esto tiene intenciones de alargarse y lo que realmente se resuelve en esta primera temporada es muy poco. Poco y con interés, por mi parte, bastante limitado porque el alargamiento va por el camino de delimitar los bandos y mostrar los correspondientes enfrentamientos. Al menos las luchas están bien dibujadas y la buena música de esos momentos ayuda mucho.
Pero también tenemos, para terminar de fastidiar el asunto, los insertos cómicos continuados en los que los dibujos se simplifican y que no pegan para nada en un seinen por mucho que también estén en el manga. Son muy cansinos y, junto con ciertos personajes, un conde y sus asistentes para más señas, el fanservice del personaje de Shem Olmine, etc..., hacen de Drifters algo que no me esperaba encontrar, que no era otra cosa que un anime serio. Drifters no lo es, es más bien un batiburrillo de un montón de cosas, algunas muy buenas, otras buenas y bastantes otras malas o que no pegan y que desequilibran la balanza.
Al final me quedo con el opening cuya animación corre a cargo de Cedric Herole y el tema musical es Gospel Of The Throttle de Minutes Til Midnight.
Dir. Kenichi Suzuki
Basada en un manga de Kōta Hirano, que empezó en el año 2009 y aún sigue en publicación, Drifters es una serie anime que llama poderosamente la atención desde el principio gracias al sobresaliente opening que tiene. Después del opening nos encontramos con un seinen de animación correcta y dibujo sobresaliente (en parte). Sin embargo, la historia que se cuenta es solo pasable, otra suerte de mundo paralelo al que son transportados diferentes personajes que existieron realmente en la historia. El transporte se produce a través de un corredor lleno de puertas en el que despacha una especie de funcionario y los personajes que pasan por aquí son principalmente guerreros y jefes militares que están a punto de morir en su momento histórico real. El mundo al que son transportados es una suerte de pastiche de la Tierra Media, con su señor oscuro y orden de magos incluídos, en el que estos personajes deberán seguir guerreando teniendo en cuenta que cada uno viene de una época distinta y, por tanto, con conocimientos bélicos y estratégicos muy diferentes.
Contada así la sinopsis de la historia, podría ser interesante. Y más aún porque si te interesan las referencias históricas de los personajes japoneses (los tres principales y otros), entonces puedes conocer un poco más sobre los mismos, los periodos históricos que vivieron y la visión heróica que de ellos se tiene en Japón, que la serie también tiene sus buenos ratos de parloteo. Sin embargo todo esto tiene intenciones de alargarse y lo que realmente se resuelve en esta primera temporada es muy poco. Poco y con interés, por mi parte, bastante limitado porque el alargamiento va por el camino de delimitar los bandos y mostrar los correspondientes enfrentamientos. Al menos las luchas están bien dibujadas y la buena música de esos momentos ayuda mucho.
Pero también tenemos, para terminar de fastidiar el asunto, los insertos cómicos continuados en los que los dibujos se simplifican y que no pegan para nada en un seinen por mucho que también estén en el manga. Son muy cansinos y, junto con ciertos personajes, un conde y sus asistentes para más señas, el fanservice del personaje de Shem Olmine, etc..., hacen de Drifters algo que no me esperaba encontrar, que no era otra cosa que un anime serio. Drifters no lo es, es más bien un batiburrillo de un montón de cosas, algunas muy buenas, otras buenas y bastantes otras malas o que no pegan y que desequilibran la balanza.
Al final me quedo con el opening cuya animación corre a cargo de Cedric Herole y el tema musical es Gospel Of The Throttle de Minutes Til Midnight.
4
26 de diciembre de 2017
26 de diciembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bright (2017)
Dir. David Ayer
En algún momento inspirador/delirante el guionista Max Landis debió imaginar un mundo actual, con móviles, tabletas y ordenadores, en que conviven hombres, orcos y elfos, cada uno con su estatus correspondiente en una sociedad clasista. No se calienta mucho la cabeza pues las características de estas razas fantásticas las toma del legendarium de Tolkien en su vertiente, podríamos decir, más satírica, y también del mundo de Warcraf. Los enanos no aparecen, pero se les menciona en algún momento.
Supongo que ese momento inspirador/delirante fue después de ver “Alien Nation” (1988), película que aquí se calca en muchos aspectos resultando un pastiche delirante que va de poco a muy poco gracias también a la “inestimable” dirección de David Ayer. Este director parece que ya ha hecho la misma película tres veces, “Sin tregua” (2012), “Escuadrón suicida” (2016) y ahora Bright. También podemos añadir a la mezcla un poco de “2013, rescate en L.A.” (1996) y ya tenemos los ingredientes que hay que meter en la hormigonera.
Conocidos los responsables, no debe extrañar el resultado. De Max Landis es muy recomendable su guion en “Chronicle” (2012), pero poco más. Casi siempre, por ahora, muy cercano al mundo del comic (y se nota) y también con una tendencia a hacer refritos, el culmen lo consigue ahora con la historia que nos presenta Bright. La película es aburrida casi desde el principio, dedica un primer tercio a presentarnos este mundo alternativo para después pasar a un no parar de pim, pam, pum, con interés muy justito. Tan es así que da mucha pereza entrar en lo que te están contando, incluso sospechas que hay cosas que ocurren porque sí, pero te da igual. Algo sobre una varita mágica que sirve para traer de nuevo al Señor Oscuro para acabar con el mundo, y bla, bla, bla, … de una originalidad pasmosa oiga. Todo da igual cuando no hay más que una sucesión perpetua de escenas de acción, disparos continuados sin sentido, con unos elfos/ninjas que ¡ya quisiera Legolas!, con una Noomi Rapace muy desaprovechada, un Will Smith haciendo lo que siempre hace y un Joel Edgerton que es lo único salvable de este pasarratos sin sentido. Y están amenazando con una secuela.
Dir. David Ayer
En algún momento inspirador/delirante el guionista Max Landis debió imaginar un mundo actual, con móviles, tabletas y ordenadores, en que conviven hombres, orcos y elfos, cada uno con su estatus correspondiente en una sociedad clasista. No se calienta mucho la cabeza pues las características de estas razas fantásticas las toma del legendarium de Tolkien en su vertiente, podríamos decir, más satírica, y también del mundo de Warcraf. Los enanos no aparecen, pero se les menciona en algún momento.
Supongo que ese momento inspirador/delirante fue después de ver “Alien Nation” (1988), película que aquí se calca en muchos aspectos resultando un pastiche delirante que va de poco a muy poco gracias también a la “inestimable” dirección de David Ayer. Este director parece que ya ha hecho la misma película tres veces, “Sin tregua” (2012), “Escuadrón suicida” (2016) y ahora Bright. También podemos añadir a la mezcla un poco de “2013, rescate en L.A.” (1996) y ya tenemos los ingredientes que hay que meter en la hormigonera.
Conocidos los responsables, no debe extrañar el resultado. De Max Landis es muy recomendable su guion en “Chronicle” (2012), pero poco más. Casi siempre, por ahora, muy cercano al mundo del comic (y se nota) y también con una tendencia a hacer refritos, el culmen lo consigue ahora con la historia que nos presenta Bright. La película es aburrida casi desde el principio, dedica un primer tercio a presentarnos este mundo alternativo para después pasar a un no parar de pim, pam, pum, con interés muy justito. Tan es así que da mucha pereza entrar en lo que te están contando, incluso sospechas que hay cosas que ocurren porque sí, pero te da igual. Algo sobre una varita mágica que sirve para traer de nuevo al Señor Oscuro para acabar con el mundo, y bla, bla, bla, … de una originalidad pasmosa oiga. Todo da igual cuando no hay más que una sucesión perpetua de escenas de acción, disparos continuados sin sentido, con unos elfos/ninjas que ¡ya quisiera Legolas!, con una Noomi Rapace muy desaprovechada, un Will Smith haciendo lo que siempre hace y un Joel Edgerton que es lo único salvable de este pasarratos sin sentido. Y están amenazando con una secuela.
7
29 de septiembre de 2017
29 de septiembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro años llevaba el director coreano Bong Joon-ho sin dirigir una película desde que en 2013 presentara Rompenieves. En su vuelta a la dirección ha decidido tirar por el camino del exceso para no dejar títere con cabeza en esta nueva película. Ya lo hizo anteriormente con su bastante buena The Host (2016) aunque allí no se pasó tanto de vueltas como aquí.
El caso es que en buena parte de su filmografía Bong Joon-ho ha demostrado ser un director más que interesante, pero mucho más cuando se ha decantado por thriller (Memories of murder -2003- o Mother -2009-).
En el caso de Okja vuelve al género fantástico aunque en este caso el asunto del cerdo/hipopótamo no es más que una excusa para lo que verdaderamente interesa al director, que lo deja bastante claro a lo largo de la película. No nos engañemos, por muy adorable que sea la relación de la criatura y la niña, por mucho que se utilice esta relación para dar un poco de ternura a la historia, las intenciones son clarísimas y, por si no queda claro, las demoledoras escenas finales y los obvios paralelismos que tienen lo terminan por certificar. Pero es que además por el camino Bong Joon-ho también tiene brea para muchos más aspectos de la vida urbanita y consumista en la que todos estamos inmersos. Quizás, consciente de que la mayor parte de toda esta crítica está focalizada en la parte americana, quizás, consciente de que un tono serio podría hacer la película bastante dura, Bong Joon-ho decide dar a todo un tono de comedia. Pero aunque tiene momentos delirantes, Okja no me ha resultado una película graciosa, ingenua o conmovedora, más bien lo contrario. Ya lo hizo anteriormente en The Host donde también disfrazaba una película con un monstruo para contar en realidad otra cosa. Lo cual no quiere decir que Okja sea una mala película, al contrario es una buena película a pesar de ser excesiva en muchos momentos y a pesar también de la actuación de Jake Gyllenhaal. Sorprendentemente, por ser el actor que es, pero es que resulta lo peor con diferencia de toda la película.
El caso es que en buena parte de su filmografía Bong Joon-ho ha demostrado ser un director más que interesante, pero mucho más cuando se ha decantado por thriller (Memories of murder -2003- o Mother -2009-).
En el caso de Okja vuelve al género fantástico aunque en este caso el asunto del cerdo/hipopótamo no es más que una excusa para lo que verdaderamente interesa al director, que lo deja bastante claro a lo largo de la película. No nos engañemos, por muy adorable que sea la relación de la criatura y la niña, por mucho que se utilice esta relación para dar un poco de ternura a la historia, las intenciones son clarísimas y, por si no queda claro, las demoledoras escenas finales y los obvios paralelismos que tienen lo terminan por certificar. Pero es que además por el camino Bong Joon-ho también tiene brea para muchos más aspectos de la vida urbanita y consumista en la que todos estamos inmersos. Quizás, consciente de que la mayor parte de toda esta crítica está focalizada en la parte americana, quizás, consciente de que un tono serio podría hacer la película bastante dura, Bong Joon-ho decide dar a todo un tono de comedia. Pero aunque tiene momentos delirantes, Okja no me ha resultado una película graciosa, ingenua o conmovedora, más bien lo contrario. Ya lo hizo anteriormente en The Host donde también disfrazaba una película con un monstruo para contar en realidad otra cosa. Lo cual no quiere decir que Okja sea una mala película, al contrario es una buena película a pesar de ser excesiva en muchos momentos y a pesar también de la actuación de Jake Gyllenhaal. Sorprendentemente, por ser el actor que es, pero es que resulta lo peor con diferencia de toda la película.
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