Inteligente, cautivadora, pasota, cínica, mordaz, no sé que mas poner .... "Juno" es ese tipo de películas que engañan, que por llevar el sello de Independiente ya piensas que será un peñazo, pero hete aquí que no. Sinó la mejor, es una de las mejores películas que he visto en mucho tiempo (en este año seguro). Además demuestra que siempre, siempre, siempre es mejor tener un buen guión que un director de renombre y/o un elenco de estrellas que luego no tengan o no sepan que contar. A veces tienen razón los guionistas a la hora de pedir mayor protagonismo. La dirección se sustenta en la historia y los actores hacen suya la misma, vamos, que están geniales, un caramelo para todo actor que se precie de serlo. En resumen, una pequeña maravilla.

De los creadores de Morbius, Madame Web y la última de Thor (paso de buscarla en Google) nos llega la, esperemos aunque va a ser que no, última patochada de Marvel.
Venom, el simbionte, se convierte en una especie de meme cursi, blandito y colorido por obra y gracia de un guion sin pies ni cabeza que adolece de todo. Desde una historia escrita por un grupo de adolescentes puestos hasta arriba de Monster un viernes por la noche, unos personajes sacados de algún episodio de Scooby Doo y unos diálogos copiados de una serie de Disney Channel como por ejemplo "Los Thunderman". Tras todo esto, uno llega a sentir lástima por el pobre Tom Hardy que no le queda más remedio que poner la misma cara en cada plano por contrato. La dirección no se la espera ni se la ve por ningún lado salvo en los créditos y toda la película se mantiene gracias, otra vez, a sus efectos especiales y a los momentos graciosetes del simbionte, que nada tiene que ver con el de la primera película y, menos aún, el que partía la pana en los cómics.

Pues sí, el bueno de Paul W. S. Anderson no estaba muy fresco el día que se sentó frente al Word cuando se puso a escribir el guion pero cómo tiene buena memoria se acordó de películas cómo "Infierno en el Pacífico", "Enemigo mío", "Pitch Black", "El retorno del rey", "The Descent", "Tiburón" y tantas y tantas otras películas de supervivencia extrema ante algo (en este caso monstruos) que pone en peligro nuestra vida que bueno, al final le ocupó menos tiempo del que tenía pensado. El videojuego en el que se basa, narrativamente hablando, no es que diese para mucho pero se hubiese agradecido un poco más de "chicha" en cuanto a los personajes se refiere (interpretación y guion) y algún que otro corte en el montaje. Lo mejor, aparte de los efectos especiales que cumplen pero no sorprenden, el bueno de Ron Perlman, que siempre sale más que airoso de estos bretes.

Pues sí, otra vez nos encontramos con la misma historia de siempre. Un héroe que no quiere serlo y un mundo que depende sólo y exclusivamente de sus capacidades para persistir y salvarse de otra hecatombe, apocalipsis, guerra o la catástrofe que se le ocurra al guionista de turno. Entre medias, personajes trillados, ritmo con altibajos, muchos FX (la película entera es un gran croma) y diálogos cada vez más escuetos sacados de Mr. Wonderful. Una lástima porque Jason Momoa no lo hace mal del todo y su Arthur "humano" en plan gamberrete podría haber molado bastante más de lo que lo hace.

Decir que, desde la historia, los personajes, la música y por supuesto, la técnica cómo la estética es original es quedarse muy corto ante esta imaginativa y fabulosa historia. Wes Anderson logra transportar a aquel que se deje llevar, hasta un universo muy particular donde todo puede ser fantásticamente irreal y a la vez creíble.