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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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15 de septiembre de 2014 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El thriller no es precisamente mi género cinematográfico favorito. No por nada, sino porque hay muy pocos que realmente me enganchen y me mantengan pegado a la butaca de principio a fin. Así a bote pronto, en los últimos años solo me vienen a la cabeza 'El silencio de los corderos', 'Seven', 'Mystic River' y 'Zodiac'; el resto, estarían uno o varios escalones por debajo. Por eso, pese a las buenas críticas recibidas, me acerqué a 'Prisioneros' con cierto escepticismo y sin esperar nada del otro jueves, y lo cierto es que disfruté como hacía tiempo que no disfrutaba con una cinta de este estilo (concretamente desde 2007, año en que se estrenó 'Zodiac').

La historia gira en torno a la misteriosa desaparición de dos niñas a las puertas de su casa durante el Día de Acción de Gracias. Los días pasan y la policía sigue sin dar con su paradero, por lo que la angustia y la desesperación de las dos familias involucradas crecen a pasos agigantados. Finalmente, dado el estancamiento de la investigación policial, el padre de una de ellas (Hugh Jackman) decide buscar al secuestrador por su cuenta y tomarse la justicia por su mano, estando dispuesto a lo que haga falta con tal de recuperar a su hija. El argumento, contado así, puede no distar mucho del de cualquier telefilme de sábado por la tarde en Antena 3, pero hay una serie de elementos que convierten a 'Prisioneros' en un producto de primer nivel.

El primero y el más importante, es un guion estudiado al milímetro. La historia no se limita a "padre furioso en busca de justicia", sino que tiene una profundidad mucho mayor, y durante su desarrollo van apareciendo una serie de subtramas y de personajes nuevos que hacen que el interés por conocer el desenlace no deje de crecer. Dichas subtramas requieren en determinados momentos de toda nuestra atención y de un pequeño esquema mental para no perder el hilo, es decir, nos invita a ser detectives y a seguir la investigación en primera persona, recogiendo todos los datos y sacando nuestras propias conclusiones. Sin embargo, los continuos giros argumentales harán que más de una vez nos quedemos con el culo torcido y nos planteemos todo lo que hemos visto hasta el momento. Después de todo este cacao mental culminado con un clímax enorme, nos daremos cuenta de que todas las piezas del puzle encajan a la perfección sin dejar un solo cabo suelto. Y si queda alguno, pues a verla de nuevo, que ahí está la gracia del cine, en descubrir nuevos detalles en cada revisionado.

Otro elemento a destacar es su director, el canadiense Denis Villeneuve, al que no tenía el gusto de conocer hasta esta cinta y al que seguiré los pasos de ahora en adelante, porque en este caso realiza un trabajo excepcional tras las cámaras. Cada plano está muy bien pensado y la ambientación es soberbia, con esos paisajes fríos, lluviosos, húmedos y, por momentos, tenebrosos. Se nota mucho la influencia de muchas de las obras citadas en el primer párrafo, especialmente las de David Fincher, y es que aprender de los mejores suele ser sinónimo de éxito. Y por supuesto, tampoco se puede pasar por alto a la pareja protagonista: un padre atormentado interpretado por un Hugh Jackman que seguramente esté ante el mejor papel de su carrera, y un detective muy de la vieja escuela genialmente encarnado por Jake Gyllenhaal, quien ya hizo un papel muy similar en 'Zodiac'. El resto del reparto también cumple sobradamente, y resulta muy interesante observar cómo las circunstancias hacen caer a algunos de ellos en una espiral de autodestrucción, sacando lo peor de ellos mismos.

En definitiva, nos encontramos ante una de las sorpresas más agradables que nos dejó el pasado año y ante un ejercicio de clase, de saber hacer y de puro cine. Dos horas y media que se pasan en un suspiro y que te dejan con ganas de repetir. ¿Lo malo? Que quién sabe cuánto tiempo habrá que esperar hasta que llegue un nuevo thriller que nos atrape como lo hace 'Prisioneros'.

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29 de septiembre de 2014 3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
'El corredor del laberinto' es la enésima adaptación cinematográfica de una novela juvenil después de numerosos cagarros como 'CrepúscuLOL', 'The Host', 'Divergente' o la salvable 'Los juegos del hambre'. Como en muchos de estos casos, la historia que nos ocupa transcurre en un futuro distópico. Un joven llamado Thomas despierta en un lugar desconocido rodeado de un grupo de jóvenes que, al igual que él, no recuerdan cómo han llegado hasta allí. En ese mismo lugar hay dos enormes portones que cada mañana se abren y dan paso a un laberinto cuya salida nadie ha sido capaz de encontrar. Una vez llega la noche y los portones se cierran, no se sabe sabe qué ocurre en el interior del laberinto, pero nadie ha vuelto para contarlo.

Desde luego, el planteamiento es mucho más interesante que el de la mayoría de este tipo de adaptaciones, motivo por el cual decidí darle una oportunidad y acercarme a verla. Y lo cierto es que, sin ser ningún peliculón, no me arrepiento de haberlo hecho. La curiosidad por saber qué ocurre y por qué los personajes han ido a parar a ese misterioso lugar hace que la cinta nos atrape desde el primer minuto hasta el último. La historia está bastante bien construida y los personajes, sin realizar unas actuaciones brillantes, están correctamente definidos. Si a eso le sumamos unas frenéticas a la par que efectivas escenas de acción y un ritmo adecuado, tenemos como resultado un entretenimiento más que digno. La comparación más evidente dentro de su género es con 'Los juegos del hambre', pero realmente estamos ante una versión para todos los públicos de 'El señor de las moscas' o incluso 'Cube' (salvando las distancias, claro está).

Hay una cosa que valoro especialmente de esta película. No he leído la novela, de modo que no sé si en esta ocurre lo mismo, pero es de agradecer que en todo el film no haya ni un solo acercamiento de labios, ya que haber introducido el típico romance que nunca falta en este tipo de productos hubiera echado por tierra el desarrollo de la historia. Aquí lo que importa es cómo se ha llegado a ese lugar y cómo salir de él, y en eso se centra la mayor parte del metraje, como debe ser. También me ha gustado mucho el diseño del laberinto y la sensación de gigantismo que transmite cuando vemos a los humanos tan diminutos al lado de este. Los personajes, como ya he dicho, están aceptables sin más. El protagonista, Dylan O'Brien, no es que destaque especialmente por su expresividad, pero tampoco llega a la categoría de niñato hostiable. Por su parte, Will Poulter cumple con su papel de líder malote, pero desde que lo vi hacer de mónguer en 'Somos los Miller' soy incapaz de tomármelo en serio. Quizá la más floja sea Kaya Scodelario, la única chica del grupo, que inevitablemente me recuerda a Kristen Stewart, y eso, creedme, no es bueno.

Teniendo en cuenta el pésimo resultado que han tenido la mayoría de adaptaciones de este tipo, se puede decir que 'El corredor del laberinto' está por encima de la media y, por supuesto, se sitúa mucho más cerca de 'Los juegos del hambre' que de cualquiera de los incontables truños que hemos tenido que sufrir en los últimos años. Esta al menos consigue que nos interesemos por su historia, por sus personajes y que salgamos del cine con ganas de saber qué sucederá en la próxima entrega, que podremos ver en septiembre del año que viene.
10 de noviembre de 2014 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Christopher Nolan es un director que levanta amor y odio a partes iguales, pero lo que no se puede negar es que se trata de uno de los cineastas más importantes de lo que llevamos de siglo. Siendo relativamente joven (44 años), cuenta con una filmografía impecable ('Memento', 'Origen', 'El truco final', la trilogía de 'El caballero oscuro'...) y ha conseguido que cada trabajo suyo que llega a los cines se convierta en todo un acontecimiento. Su última obra, 'Interstellar', no ha sido una excepción y ya está dando mucho que hablar. En esta ocasión, el británico nos transporta a un futuro no muy lejano en el que la falta de recursos naturales amenaza el futuro de la raza humana. Para evitar su extinción, un grupo de exploradores decide embarcarse en la que probablemente sea la misión más importante de la humanidad: la búsqueda de un nuevo planeta habitable fuera de nuestra galaxia.

Una vez hechas las presentaciones, vayamos al grano: 'Interstellar' me ha parecido una película de una belleza enorme. Para empezar, es obligatorio verla en una pantalla de cine porque a nivel visual y sonoro es una experiencia increíble. Los planos espaciales que ofrece son preciosos y la sensación de insignificancia que produce en nosotros la inmensidad del universo llega a sobrecoger, y eso Nolan sabe explotarlo y transmitirlo como nadie. A ello también contribuye el acertado uso de los silencios, algo a priori muy obvio pero que pocas cintas de este género respetan. Las escenas de acción, introducidas en sus dosis adecuadas, también funcionan a su manera y hacen que las casi tres horas de metraje no se hagan para nada pesadas.

Muchos critican a Nolan por su tendencia a los diálogos excesivamente largos y sus explicaciones a veces innecesarias. Entiendo que muchos no comulguen con su manera de entender el cine y prefieran la narración con imágenes (yo a veces también), pero en este caso, para una película que trata temas tan complejos como la gravedad artificial, los agujeros de gusano, los agujeros negros y la relatividad temporal, me parece necesario dar unas nociones mínimas de astrofísica y preparar al espectador para lo que viene. Además, pienso que esta vez ha sabido manejar bastante bien los tempos para que estas secuencias duren lo que tienen que durar, ni más ni menos, de manera que el ritmo no sufra ningún altibajo. Por otro lado, todas estas explicaciones son lo suficientemente claras y sencillas como para que cualquier espectador pueda comprenderlas y seguir el hilo argumental sin mayores problemas, encontrando siempre un equilibrio para no tomarlo por tonto. Eso no quita que el director nos haga devanarnos los sesos en varias ocasiones, y es que si algo me gusta de este tío es que siempre me pone a prueba y sus trabajos son un buen objeto de reflexión y debate post-visionado.

Pero si por algo 'Interstellar' puede marcar un punto de inflexión en la carrera de Nolan es porque es, con diferencia, su película más humana. Es una historia de amor disfrazada de ciencia ficción (pero de amor de verdad, nada de ñoñerías). Es en este apartado donde el film saca su mayor artillería, donde consigue tocarnos la fibra y donde nos deja, en más de una ocasión, hechos mierda. Hay dos o tres escenas que no comentaré, pero que a mí, frío como el acero, me dejaron al borde de las lágrimas y estoy seguro de que tardaré tiempo en olvidarlas. El factor emocional, por tanto, cobra una importancia hasta ahora inédita en el cine de Nolan, y funciona. Vaya que si funciona.

Del reparto solo quiero decir que Anne Hathaway está bien sin más, que Jessica Chastain está muy bien, que Michael Caine no debería morirse nunca y, por último y más importante, que Matthew McConaughey es un cabrón. Es un cabrón por haber desaprovechado diez años de su carrera haciendo comedias románticas de mierda y por habernos privado en todo ese tiempo de papelones como los que se está marcando últimamente. Hay otro actor sorpresa cuya aparición me ha chirriado un poco, pero prefiero obviarlo para evitar posibles spoilers. Y también merece una mención TARS, el simpático robot que acompaña a los protagonistas durante su viaje y que aporta ese pequeño toque de humor que se agradece en determinados momentos. Y, por último, quiero destacar la poderosa banda sonora del alemán Hans Zimmer, que vuelve a demostrar por qué es uno de los compositores más aclamados del panorama cinéfilo actual.

'Interstellar' no es una película perfecta, tiene sus fallos y no es ni mucho menos la nueva '2001: Una odisea en el espacio', como muchos se empeñan en afirmar. Pero pese a sus pequeños defectos, he salido de la sala con la sensación de haber visto algo muy grande. Vale, es posible que a veces el cine de Nolan aparente ser más grande de lo que realmente es, pero qué queréis que os diga, he disfrutado y me he emocionado como hacía tiempo que no lo hacía. Por esto, por su valentía, por sus ganas de innovar, por la calidad de sus trabajos y por el mimo que dedica a cada uno de ellos, directores como este son una bendición para el cine en el panorama actual.

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15 de septiembre de 2014 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bryan Singer me desconcierta. Mucho. Es un director del que nunca sé qué esperar. Lo mismo se marca un peliculón como 'Sospechosos habituales' que te casca un moñoño como 'Superman Returns: El regreso'. Lo mismo me sucede con la saga mutante: encuentro unas desigualdades cualitativas enormes entre algunas de sus entregas. Las tres primeras mantuvieron un nivel bastante alto (sí, incluyo la tercera parte, de la cual me considero fiel defensor frente a la cantidad de palos que se llevó), pero desde entonces, la única que de verdad me ha hecho disfrutar ha sido 'X-Men: Primera generación' (la mejor de la saga, a mi juicio). En cualquier caso, al César lo que es del César, pues 'X-Men' marcó el inicio de la oleada de películas de superhéroes que llega cada año a nuestras pantallas. Había mucha expectación ante la vuelta de Singer a la saga que él mismo creó hace catorce años, pero mi escepticismo debido a las irregularidades anteriormente comentadas seguía latente.

'X-Men: Días del futuro pasado' está basada en uno de los cómics más populares del grupo de superhéroes, publicado en 1981. La historia nos sitúa en un futuro apocalíptico en el que todos los mutantes están siendo exterminados por los Centinelas, unos robots creados con tal fin. Con la ayuda de Kitty Pryde, Lobezno es enviado al pasado para tratar de cambiar el rumbo de los acontecimientos y evitar la creación de estas máquinas en el futuro. Es una pena que con esta trama tan interesante y el regreso del reparto original, entre otros alicientes, Singer se haya conformado con hacer una pelicula con el piloto automático puesto en lugar de dar rienda sutla a su talento, porque podríamos estar ante una de las mejores películas del género. El resultado, por lo tanto, no es ni mucho menos malo, pero sí un tanto decepcionante. Es un casi, pero no.

La cinta arranca con mucha fuerza y nos deja clavados en el asiento desde el primer minuto, pero desgraciadamente no es capaz de sustentar esa fuerza inicial y se va diluyendo poco a poco como el azucarillo en el café. Singer ha vuelto a cometer el mismo error que ya cometió con Superman, sacrificando la acción por el drama, y ahí es donde la película pierde mucho fuelle. Eso no quiere decir que su desarrollo sea lento, aburrido o que no sucedan cosas, porque suceden, y muchas. Quizá demasiadas. Hay momentos de auténtico caos narrativo porque uno ya no sabe en qué marco espacio-temporal están produciéndose los hechos. Que si Vietnam, que si Washington, que si París... los escenarios cambian a una velocidad y con una brusquedad que resulta difícil asimilar estos cambios. Es como si hubieran cogido una serie de escenas inconexas y hubieran hecho un "copy-paste" de manera descarada y sin transición alguna entre ellas. Eso no quita que haya algunas escenas de acción memorables, pero por desgracia, son tan escasas que no llegan a satisfacer nuestra sed de mamporros. También hay algunos cabos sueltos que no quedan del todo explicados (o al menos yo no los he cogido), no sé si adrede de cara a futuras entregas o debido a un nuevo signo de dejadez del director estadounidense.

Lo mejor del film, sin duda, es su reparto, posiblemente el mejor repertorio de nombres que se haya visto jamás en el género (solo a la par con la trilogía de 'El caballero oscuro'). Hugh Jackman, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Ellen Paige, Halle Berry, Patrick Stewart, Ian McKellen... todos nombres de primerísimo nivel. Aparte de todos ellos, cabe destacar también al personaje de Mercurio, interpretado por el joven Evan Peters, quien protagoniza algunas de las escenas más espectaculares de la cinta. Jackman, por su parte, empieza a mostrar síntomas de desgaste con su personaje estrella. Ya anunció recientemente su intención de abandonar el papel de Lobezno tras finalizar el rodaje de la futura (e innecesaria) secuela de 'Lobezno inmortal' prevista para 2017, y la verdad es que, aunque nos duela, puede que sea la decisión más sensata, porque catorce años interpretando el mismo personaje queman a cualquiera, y eso se nota.

Pese a todo, 'X-Men: Días del futuro pasado' es una película correcta, que entretiene y, por momentos, impresiona, pero al mismo tiempo nos deja con la agridulce sensación de que no se ha sabido aprovechar todo el material que tenían entre manos y por desgracia se ha quedado fuera del olimpo de las películas de superhéroes, al que sí pertenece, por ejemplo, 'X-Men: Primera generación', que sigue siendo de lejos la mejor cinta protagonizada por la Patrulla X. Es un casi, pero no.

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26 de noviembre de 2014 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De todas las adaptaciones de sagas literarias realizadas en los últimos años, 'Los juegos del hambre' es una de las pocas cuyo guion no produce arcadas. Más allá de su evidente carácter comercial, se nota que hay una intención de contar una historia con cierta profundidad y crítica social, aunque quizá el público al que va dirigida la limite a la hora de sacar provecho de estas interesantes ideas de partida. Por eso, las dos primeras entregas fueron dos blockbusters más que aceptables que, además, impulsaron a la fama a Jennifer Lawrence, una de las actrices del momento cuya cara de bollo me encanta, así como dato. Pero a lo que iba: es una pena que, con el buen camino que llevaba la saga, esta haya sido la última víctima de la nueva moda estúpida de Hollywood, que consiste en contar en dos películas lo que se puede contar en una. Está claro que la pela es la pela, pero al final uno ya va al cine con la idea de ver series más que películas, siempre a la espera del próximo capítulo.

A ver ahora cómo afronto yo esta crítica, porque si ya resulta difícil valorar de manera independiente una película que forma parte de una saga, imaginaos si esta película se divide a su vez en otras dos. La sensación general que me ha dejado 'Sinsajo: Parte 1' es de insatisfacción, ya no solo porque no haya un desenlace al uso (que también), sino porque se nota que se ha querido alargar innecesariamente la historia para dar pie a dos filmes. Si se hubieran juntado ambas partes en una única cinta de dos horas y media (o como mucho tres), lo que se cuenta en esta primera entrega se podría haber resumido perfectamente en menos de una hora. Pero no, el empeño por estirar el chicle ha convertido este primer episodio en una introducción de dos horas que nunca termina de arrancar. Seguramente se estén guardando la traca final para el segundo capítulo y este sea la polla en vinagre, pero hasta el año que viene la insatisfacción de la que hablaba estará ahí.

Si algo bueno se puede extraer de esta primera parte es que al menos sirve para conocer mejor a los personajes. Y ahí es donde 'Los juegos del hambre' se desmarca del resto de adaptaciones de este tipo, porque ninguna cuenta con un reparto de este calibre, con bichos como Julianne Moore, Donald Sutherland, Woody Harrelson, el tristemente fallecido Phillip Seymour Hoffman o la ya mencionada Jennifer Lawrence. Por lo demás, vuelve a caer en el error de plantear temas interesantes que no se rematan del todo, mientras que la acción y la épica que compensaban estos defectos en las dos anteriores entregas, aquí pierden protagonismo y casi desaparecen.

Como decía, pienso que 'Los juegos del hambre' es una nueva víctima del afán de la industria por exprimir sus franquicias de éxito hasta la extenuación. Al final, lo que podía haber sido un gran cierre con una única película cargada de épica y ritmo, se ha quedado en, de momento, una película (o mejor dicho, en un trozo de película) normalita, lenta y descafeinada. Veremos si 'Sinsajo. Parte 2' consigue remontar el vuelo después del episodio más flojo de la saga.
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