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Críticas ordenadas por utilidad
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7,2
5.718
10
12 de octubre de 2010
12 de octubre de 2010
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo dejar de hacer mi crítica de esta excelente película, que algunos críticos colegas de Affinity dicen que es muy buena y en cambio votan sólo con un siete; pero bueno, la vida está llena de contradicciones.
Es una película para todos los públicos, evidentemente, a no ser que el niño demasiado joven se vea influido por la afición a la bebida de John Wayne y su camarilla cada vez que vuelven de cacería. Y además: todos fuman un montón, a todas horas, lo cual era de lo más normal en el cine hollywoodense desde que Humphrey Bogart inventó el cigarrillo con boquilla.
En la película hay de todo: acción, animales, peligro, amor, gracia, buena música, agradables reuniones de amigos en torno a un piano y una armónica, confidencias a media noche, unos campamentos en los que se respira el aire; celos, peleas, disparos, elefantes, yeeps, velocidad, saltos, cebras, Serengeti... todo una maravilla que me pone los pelos de punta conforme van saliéndome estas líneas...
Es una película que la llevo viendo desde que era niño y siempre me gusta y siempre se me queda en la cara durante todo el tiempo la sonrisa bobalicona, y me da un gusto enorme cuando mis hijos veo que se quedan viéndola las dos horas largas que dura todo el tiempo, incluso te dicen que repitas la escena de la caza de los monos, especialmente cuando Red Buttons quiere que le cuenten cómo ha ocurrido todo.
Os la recomiendo los que tengais la gran suerte de no haberla visto todavía como una de las mejores películas de la historia del cine: una gran gozada.
Es una película para todos los públicos, evidentemente, a no ser que el niño demasiado joven se vea influido por la afición a la bebida de John Wayne y su camarilla cada vez que vuelven de cacería. Y además: todos fuman un montón, a todas horas, lo cual era de lo más normal en el cine hollywoodense desde que Humphrey Bogart inventó el cigarrillo con boquilla.
En la película hay de todo: acción, animales, peligro, amor, gracia, buena música, agradables reuniones de amigos en torno a un piano y una armónica, confidencias a media noche, unos campamentos en los que se respira el aire; celos, peleas, disparos, elefantes, yeeps, velocidad, saltos, cebras, Serengeti... todo una maravilla que me pone los pelos de punta conforme van saliéndome estas líneas...
Es una película que la llevo viendo desde que era niño y siempre me gusta y siempre se me queda en la cara durante todo el tiempo la sonrisa bobalicona, y me da un gusto enorme cuando mis hijos veo que se quedan viéndola las dos horas largas que dura todo el tiempo, incluso te dicen que repitas la escena de la caza de los monos, especialmente cuando Red Buttons quiere que le cuenten cómo ha ocurrido todo.
Os la recomiendo los que tengais la gran suerte de no haberla visto todavía como una de las mejores películas de la historia del cine: una gran gozada.

6,8
4.960
4
10 de noviembre de 2010
10 de noviembre de 2010
23 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué quieren que les diga?
Me pasa una cosa: como es de John Ford me digo: me tiene que gustar, y de ese modo la pongo una vez y otra, vuelvo a insist¡r al año siguiente y nada, que no hay manera: me resulta intragable, en cuanto empieza, bostezo al canto. Algo raro hay en mí, una zona oscura de mi cerebro que no entiende al genio (me da exacatamente igual si es de izquierdas o de derechas, considero hoy día absurdo ese término tan decimonónico), al gigante Ford. Seguro que es eso, el año que viene volveré a intentarlo.
Muy bonita la isla del sur, el color del cielo y del mar, de los verdes prados y las enhiestas palmeras, muy simpático John Wayne, imponente como siempre, pero... ¿ya está? ¿eso es todo?
Debe haber algo más que no entiendo, estoy seguro... el año que viene volveré a intentarlo, o a ver si Isa me lo explica.
-Isa ¿a ti te gustó La taberna del irlandés?
-¡Bueh, menudo rollazo!
Menos mal: ya somos dos que no entendemos nada.
Me pasa una cosa: como es de John Ford me digo: me tiene que gustar, y de ese modo la pongo una vez y otra, vuelvo a insist¡r al año siguiente y nada, que no hay manera: me resulta intragable, en cuanto empieza, bostezo al canto. Algo raro hay en mí, una zona oscura de mi cerebro que no entiende al genio (me da exacatamente igual si es de izquierdas o de derechas, considero hoy día absurdo ese término tan decimonónico), al gigante Ford. Seguro que es eso, el año que viene volveré a intentarlo.
Muy bonita la isla del sur, el color del cielo y del mar, de los verdes prados y las enhiestas palmeras, muy simpático John Wayne, imponente como siempre, pero... ¿ya está? ¿eso es todo?
Debe haber algo más que no entiendo, estoy seguro... el año que viene volveré a intentarlo, o a ver si Isa me lo explica.
-Isa ¿a ti te gustó La taberna del irlandés?
-¡Bueh, menudo rollazo!
Menos mal: ya somos dos que no entendemos nada.

5,4
34.438
7
12 de octubre de 2010
12 de octubre de 2010
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que la vi la vi en sala de cine, como hay que ver las películas espaciales: en pantalla lo más grande posible y si puede ser una pantalla en tres dimensiones o redonda y tú viéndola en medio pues mejor, a no ser que seas claustrofóbico o agorafóbico y sientas que te ahogas.
Guiños efectivamente a 2001, un poco empachoso tanto amiguete tiernamente abrazado, al menos podría haber habido una piva para cada astronauta, excepto para el jovenzuelo: ése que espere, no te jode.
Pero claro: no había presupuesto para contratar a otra actriz tan guapa como Connie Nielsen.
Pensándolo bien el reparto está equilibrado excepto por la cuestión comentada: Dos hombres maduros blancos, uno de ellos (de permanente triste e idiota sonrisa) viudo, otro muy alto, otro viejo, otro negro, una mujer muy guapa esposa del alto y una muerta que sólo sale por DVD, y que es lo que provoca la sonrisa triste del mejor astronatua del mundo, el único capaz de pilotar una misión a Marte. Curioso, yo cuando le propuse a mi pareja verla también me dijo ¿Misión amarte?
Y por fin, hablando del reparto: el muchacho.
Hay una escena que me dio un vértigo enorme, y es cuando... *
Y el final para mí fue deslumbrante...
Esto demuestra que , a la hora de ver una película por primera vez, no debes fiarte mucho de las críticas de Filmaffinity, porque puede que le hayan dado una puntuación inferior a la que tú le darías, como es éste el caso.
Guiños efectivamente a 2001, un poco empachoso tanto amiguete tiernamente abrazado, al menos podría haber habido una piva para cada astronauta, excepto para el jovenzuelo: ése que espere, no te jode.
Pero claro: no había presupuesto para contratar a otra actriz tan guapa como Connie Nielsen.
Pensándolo bien el reparto está equilibrado excepto por la cuestión comentada: Dos hombres maduros blancos, uno de ellos (de permanente triste e idiota sonrisa) viudo, otro muy alto, otro viejo, otro negro, una mujer muy guapa esposa del alto y una muerta que sólo sale por DVD, y que es lo que provoca la sonrisa triste del mejor astronatua del mundo, el único capaz de pilotar una misión a Marte. Curioso, yo cuando le propuse a mi pareja verla también me dijo ¿Misión amarte?
Y por fin, hablando del reparto: el muchacho.
Hay una escena que me dio un vértigo enorme, y es cuando... *
Y el final para mí fue deslumbrante...
Esto demuestra que , a la hora de ver una película por primera vez, no debes fiarte mucho de las críticas de Filmaffinity, porque puede que le hayan dado una puntuación inferior a la que tú le darías, como es éste el caso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*... cuando salen al exterior en fila india sujetos por un cable. ¡Qué angustia pasé, Dios mío!

6,6
921
7
4 de diciembre de 2010
4 de diciembre de 2010
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al principio empezó gustándome más. Pero conforme avanzaba la película iba gustándome menos.
Al principio era el diez. Fue bajando al nueve, al ocho, hasta quedarse en un siete mondo y lirondo.
¿Por qué? Lo voy a explicar. Siéntense.
Verán: la película trata de un hombre que lo tiene claro.
Tener las cosas claras es muy importante, aunque se esté equivocado.
En este caso el hombre que lo tiene claro es Spencer Tracy, y claro, tratándose de Spencer, es un hombre que lo tiene claro y que no puede estar equivocado.
Segundo: trata la película de una tierra que parece un mar, y en el segundo plano aparecen unos colonos que la quieren arar.
Spencer no quiere porque sostiene que si se ara se pierde, porque esas tierras las puso allí Dios para que fuesen así.
Y eso no me gusta. Me hubiera gustado que Spencer, o el Coronel B, como prefieran, hubiera sustentado su teoría en argumentos sólidos, en razones convincentes. Pero en cuanto justifica su posición inamovible en Dios ya no me gusta, porque me suena a dogmático.
Las personas, cuando ya no tienen razones, piden ayuda divina. Y eso no es.
Y ése fue el primer punto que perdió la película. ¡Ay Elian ay Kazan!
Casi estuvo a punto de recuperar el diez cuando aparece Katharine diciéndole al coronel con quien se había casado que sea bueno con los colonos y los deje establecerse allí.
Entonces resucita el interés porque aparece el tercer argumento importante de la película: de si un hombre convencido de lo que hace debe ceder a las solicitudes de la mujer que ama aún sabiendo que eso puede resultar perjudicial.
Fue éste un momento en que debatí interna y muy seriamente sobre los destinos del hombre y del amor. Y me planteé la siguiente pregunta: ¿Es compatible el amor y la tierra? ¿Pueden compatibilizar el amor y la idea? ¿O el sentimiento puede vencer a la razón?
Hay hombres (como mujeres) que dentro de sí llevan una parte de emociones y otra parte de razones. A la parte de emociones la llamaremos agua, y a la parte de razones aceite.
Cuando el hombre recibe muchas emociones la presión del agua empuja sobre las razones, derramándose el aceite. Entonces diremos que el buen hombre pierde aceite.
Pero estoy desvariando... Olvidemos este punto y su metáfora...
Otra cosa: luego los hijos van creciendo, y ya entonces Elia se olvida de qué pasa con las tierras y con los mares. Para él todo eso se vuelve muy enredoso y prefiere centrarse ya en los hijos y en las pasiones, y en qué pasará con la pareja: ahora sí ahora ya no, vuelve pero vete mejor... y así los niños van creciendo un poco atolondradamente, preguntandose dónde estará mi madre quién será mi verdadero padre... total, que a Spencer se la van poniendo las cejas, como a los demás pobladores de la película, cada vez más blancas, y a nosotros nos empieza a entrar herrumbre en el estómago y bostezos en las anginas y la película va cayendo en picado.
(Sigue en spoiler aunque no lo sea)
Al principio era el diez. Fue bajando al nueve, al ocho, hasta quedarse en un siete mondo y lirondo.
¿Por qué? Lo voy a explicar. Siéntense.
Verán: la película trata de un hombre que lo tiene claro.
Tener las cosas claras es muy importante, aunque se esté equivocado.
En este caso el hombre que lo tiene claro es Spencer Tracy, y claro, tratándose de Spencer, es un hombre que lo tiene claro y que no puede estar equivocado.
Segundo: trata la película de una tierra que parece un mar, y en el segundo plano aparecen unos colonos que la quieren arar.
Spencer no quiere porque sostiene que si se ara se pierde, porque esas tierras las puso allí Dios para que fuesen así.
Y eso no me gusta. Me hubiera gustado que Spencer, o el Coronel B, como prefieran, hubiera sustentado su teoría en argumentos sólidos, en razones convincentes. Pero en cuanto justifica su posición inamovible en Dios ya no me gusta, porque me suena a dogmático.
Las personas, cuando ya no tienen razones, piden ayuda divina. Y eso no es.
Y ése fue el primer punto que perdió la película. ¡Ay Elian ay Kazan!
Casi estuvo a punto de recuperar el diez cuando aparece Katharine diciéndole al coronel con quien se había casado que sea bueno con los colonos y los deje establecerse allí.
Entonces resucita el interés porque aparece el tercer argumento importante de la película: de si un hombre convencido de lo que hace debe ceder a las solicitudes de la mujer que ama aún sabiendo que eso puede resultar perjudicial.
Fue éste un momento en que debatí interna y muy seriamente sobre los destinos del hombre y del amor. Y me planteé la siguiente pregunta: ¿Es compatible el amor y la tierra? ¿Pueden compatibilizar el amor y la idea? ¿O el sentimiento puede vencer a la razón?
Hay hombres (como mujeres) que dentro de sí llevan una parte de emociones y otra parte de razones. A la parte de emociones la llamaremos agua, y a la parte de razones aceite.
Cuando el hombre recibe muchas emociones la presión del agua empuja sobre las razones, derramándose el aceite. Entonces diremos que el buen hombre pierde aceite.
Pero estoy desvariando... Olvidemos este punto y su metáfora...
Otra cosa: luego los hijos van creciendo, y ya entonces Elia se olvida de qué pasa con las tierras y con los mares. Para él todo eso se vuelve muy enredoso y prefiere centrarse ya en los hijos y en las pasiones, y en qué pasará con la pareja: ahora sí ahora ya no, vuelve pero vete mejor... y así los niños van creciendo un poco atolondradamente, preguntandose dónde estará mi madre quién será mi verdadero padre... total, que a Spencer se la van poniendo las cejas, como a los demás pobladores de la película, cada vez más blancas, y a nosotros nos empieza a entrar herrumbre en el estómago y bostezos en las anginas y la película va cayendo en picado.
(Sigue en spoiler aunque no lo sea)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si hubiera durado un minuto más hubiera caído hasta seis puntos de nota, y si más, se hubiera derrumbado más hondo que Ed Harris en la película Abyss.
¡Ay Elia ay Kazan!
¡Ay Elia ay Kazan!

7,5
50.886
10
7 de noviembre de 2010
7 de noviembre de 2010
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me quedo leyendo vuestras críticas, me quedo delante del cartel, esa pierna bajándose la media, Dustin ahí como bobo mirándola, nervioso, bloqueado ¿quién no se ha sentido así alguna o más veces? Los hombres, si somos los que llevamos la iniciativa, todo bien; pero como la iniciativa la lleve ella la cosa cambia: bloqueo y cara de tonto al canto.
Me quedo delante de esta película, escuchando la música de Simon y Garfunkel de fondo, para inspirarme, porque... tengo que decir algo, tengo que decir algo obligatoriamente sobre esta película.
¿Lo dejo pasar? Al fin y al cabo hay más días.
Pero no, ya he dejado pasar muchos días y siempre paso, y tengo que decir algo de una vez.
Así que me pongo a escribir.
Cuando vi esta película, una parte de mí dejó de ser tonta, y a otra parte de mí se le cayó la primera piel de cebolla: ¿así que hay muchachos tan tímidos y cortaos como yo? pensé.
Lo primero que recuerdo de esta película (yo tendría pocos adolescentes años) es el comentario de un amigo: ¡Vaya Alfa Romeo, qué pedazo de coche, menudo iba a bacilar yo con él!
El segundo comentario es de mi madre: no veas tú esta película ¿eh Fag?
El tercero de mi padre: es inmoral. Buena pero inmoral.
Cuando mi padre decía eso de "buena pero... inmoral", o "buena pero... indecente" es que la película era buena y eso que no era de Gary Cooper o de John Wayne, y donde el protagoniosta no es un héroe sino un antihéroe que se dice: de esos héroes que hace que a uno se le vayan yendo los complejos como a los árboles en otoño sus hojas, y hace que uno, como el árbol, conforme vaya llegando al otoño, se vaya desnudando poco a poco, hasta que, como la poesía de Juan Ramón Jiménez, se quede desnudo del todo: desnudo ante la vida, ante la sociedad, ante el trabajo, los amigos, la esposa, los hijos.
He escrito ya bastante, buena parte de ello no sabía que lo iba a escribir, pero sé que mañana volveré a querer a escribir sobre esta película, pero no podré porque el sistema de Fim Affinity no permite editar.
Pero bueno, igual (se me ocurre) pueda eliminar la crítica que hoy he hecho y volverla a escribir mañana, y pasado mañana, y al mes o al año que viene... porque creo que siempre me volverá a gustar hablar y escribir y ver a Katharine Ross.
Por cierto: una vez conocí a una chica que se parecía mucho a Katharine Ross. Quise salir con ella, pero no fue posible, porque, como en esta película, ella era diez o quince años mayor que yo, y yo... un pibe atolondrao, eso sí, con sonrisa de ángel, que decía mi madre.
Me quedo delante de esta película, escuchando la música de Simon y Garfunkel de fondo, para inspirarme, porque... tengo que decir algo, tengo que decir algo obligatoriamente sobre esta película.
¿Lo dejo pasar? Al fin y al cabo hay más días.
Pero no, ya he dejado pasar muchos días y siempre paso, y tengo que decir algo de una vez.
Así que me pongo a escribir.
Cuando vi esta película, una parte de mí dejó de ser tonta, y a otra parte de mí se le cayó la primera piel de cebolla: ¿así que hay muchachos tan tímidos y cortaos como yo? pensé.
Lo primero que recuerdo de esta película (yo tendría pocos adolescentes años) es el comentario de un amigo: ¡Vaya Alfa Romeo, qué pedazo de coche, menudo iba a bacilar yo con él!
El segundo comentario es de mi madre: no veas tú esta película ¿eh Fag?
El tercero de mi padre: es inmoral. Buena pero inmoral.
Cuando mi padre decía eso de "buena pero... inmoral", o "buena pero... indecente" es que la película era buena y eso que no era de Gary Cooper o de John Wayne, y donde el protagoniosta no es un héroe sino un antihéroe que se dice: de esos héroes que hace que a uno se le vayan yendo los complejos como a los árboles en otoño sus hojas, y hace que uno, como el árbol, conforme vaya llegando al otoño, se vaya desnudando poco a poco, hasta que, como la poesía de Juan Ramón Jiménez, se quede desnudo del todo: desnudo ante la vida, ante la sociedad, ante el trabajo, los amigos, la esposa, los hijos.
He escrito ya bastante, buena parte de ello no sabía que lo iba a escribir, pero sé que mañana volveré a querer a escribir sobre esta película, pero no podré porque el sistema de Fim Affinity no permite editar.
Pero bueno, igual (se me ocurre) pueda eliminar la crítica que hoy he hecho y volverla a escribir mañana, y pasado mañana, y al mes o al año que viene... porque creo que siempre me volverá a gustar hablar y escribir y ver a Katharine Ross.
Por cierto: una vez conocí a una chica que se parecía mucho a Katharine Ross. Quise salir con ella, pero no fue posible, porque, como en esta película, ella era diez o quince años mayor que yo, y yo... un pibe atolondrao, eso sí, con sonrisa de ángel, que decía mi madre.
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