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6
3 de enero de 2025
3 de enero de 2025
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admito que comencé a verla recién en el año 2023, es decir, mucho tiempo después de su estreno. Había escuchado a muchas personas hablar bien de la serie, y había leído algunas críticas muy buenas también. Esos antecedentes me decidieron por comenzar a escalar pacientemente peldaño por peldaño, las seis temporadas.
Todo empezó bien. Una trama atrapante, un aura de misterio que todo lo envuelve, sucesos inexplicables, supremacía absoluta del género fantástico por sobre el de ciencia ficción, en fin, todo lo que a una serie del estilo se le puede pedir. Digamos que hasta la tercera temporada, todo bien.
El asunto es que a partir de la cuarta temporada, que es donde se produce el quiebre y todos los misterios comienzan paulatinamente y sin prisa a resolverse, cuando la serie comienza a decaer. Las resoluciones comienzan a ser algo forzadas, los saltos temporales comienzan a aportar cierta confusión, y el sinsentido comienza a ganarle a la razón.
Todo finaliza como un cocoliche lacrimógeno, impropio de los comienzos tan sugerentes y cautivadores de los inicios de la serie. Al final, daría la impresión que los autores pusieron en una licuadora La Isla Misteriosa de Julio Verne + La invención de Morel de Bioy Casares + Perdidos en el Espacio + La Isla de Gilligan + El Inmortal de Borges, para obtener este insulso resultado.
El mayor mérito de la serie es lo adictiva que es. Es casi imposible no continuar viendo un capítulo tras otro. El desmérito es que, al menos para mí, deja la sensación final de tiempo perdido.
Destaco principalmente las actuaciones de Michael Emerson (Benjamin Linus) y Terry O'Quinn (John Locke), dos tipos que se comen la serie, realmente. Fuera de estos dos actores, noté interpretaciones o bien muy planas, o muy sobreactuadas.
Todo empezó bien. Una trama atrapante, un aura de misterio que todo lo envuelve, sucesos inexplicables, supremacía absoluta del género fantástico por sobre el de ciencia ficción, en fin, todo lo que a una serie del estilo se le puede pedir. Digamos que hasta la tercera temporada, todo bien.
El asunto es que a partir de la cuarta temporada, que es donde se produce el quiebre y todos los misterios comienzan paulatinamente y sin prisa a resolverse, cuando la serie comienza a decaer. Las resoluciones comienzan a ser algo forzadas, los saltos temporales comienzan a aportar cierta confusión, y el sinsentido comienza a ganarle a la razón.
Todo finaliza como un cocoliche lacrimógeno, impropio de los comienzos tan sugerentes y cautivadores de los inicios de la serie. Al final, daría la impresión que los autores pusieron en una licuadora La Isla Misteriosa de Julio Verne + La invención de Morel de Bioy Casares + Perdidos en el Espacio + La Isla de Gilligan + El Inmortal de Borges, para obtener este insulso resultado.
El mayor mérito de la serie es lo adictiva que es. Es casi imposible no continuar viendo un capítulo tras otro. El desmérito es que, al menos para mí, deja la sensación final de tiempo perdido.
Destaco principalmente las actuaciones de Michael Emerson (Benjamin Linus) y Terry O'Quinn (John Locke), dos tipos que se comen la serie, realmente. Fuera de estos dos actores, noté interpretaciones o bien muy planas, o muy sobreactuadas.
Serie

6,8
32
5
3 de agosto de 2024
3 de agosto de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Confieso que opté por ver esta serie por la actriz. Decididamente debe ser una de las mujeres más bellas del sistema solar (¿?). Ye-Ji Seo (lo digo castellanizado, el nombre de pila primero y el apellido al final) es todo lo que está bien. Imposible no enamorarse de esa mujer. Es toda elegancia, distinción, clase y belleza al natural. Mire como mire, ya sea seria, enojada, triste, alegre, sonriente o preocupada, uno estalla de amor y admiración. ¡Qué mujeraza! Dicho esto, la serie es plana, previsible y larga. Para la resolución de la historia, -remanida e imaginable-, quizá bastaban unos ocho episodios, no más. Alargada inexplicablemente cual culebrón, la historia que cuenta es la típica historia de una venganza planificada, tan propia de las series coreanas. Venganza con ribetes absurdos en ocasiones, motivaciones poco creíbles, giros inverosímiles, decisiones inexplicables, en fin, floja de argumentación. La salvan un poco, el enorme magnetismo de Seo Ye Ji (lo digo ahora tal como lo dicen los coreanos), ciertos planos muy sugerentes cargadísimos de erotismo a pesar de no mostrar más que un par de manos que se rozan, rostros que se acercan, o miradas que lo dicen todo... y el tango. La serie está fatalmente atravesada por el tango, con su intrínseca nostalgia, su poder de seducción, su lenguaje propio y su tan inevitable argentinismo. Si no fuera por estas últimas cosas, la serie sería olvidable. Pero no, es pasable. Al menos pasable.
Serie

6,5
261
9
26 de enero de 2024
26 de enero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
1670 es de lo mejor que he visto últimamente. En modo de falso documental, íntegramente actuado, contiene una crítica social contundente que va mucho más allá de la descripción de la realidad polaca de la época, sino que refleja fielmente conductas que vemos en lo cotidiano hoy en día. Conductas tanto de gobernantes como de gobernados.
Juan Pablo, protagonista principal -que sabe y mucho jugar con su nombre y su nacionalidad-, aspira a ser el "Juan Pablo más famoso de la historia de Polonia". Para conseguirlo a través de escalar social y económicamente, se valdrá de incontables fechorías. En simultáneo, no sólo deberá lidiar con los problemas diarios de su aldea, sino con los de su variopinta familia, cuyos integrantes no pueden ser tan distintos, unos de otros.
Con numerosos guiños a la historia posterior o incluso a la actualidad, recomiendo al espectador que esté muy atento a los diálogos, pues en casi todos ellos hay una enorme carga de ironía, y un fino humor que a veces despierta carcajadas.
Muy llevadera y cómoda de ver incluso de un tirón, pues sus ocho episodios de no más de 30/35 minutos cada uno, la hacen muy amena, sobre todo porque el humor es una constante.
Por último, qué hermosa que es la actriz Martyna Byczkowska (Aniela), qué fresca y encantadora que es. Habla con la boca, pero mucho más con sus ojos.
Juan Pablo, protagonista principal -que sabe y mucho jugar con su nombre y su nacionalidad-, aspira a ser el "Juan Pablo más famoso de la historia de Polonia". Para conseguirlo a través de escalar social y económicamente, se valdrá de incontables fechorías. En simultáneo, no sólo deberá lidiar con los problemas diarios de su aldea, sino con los de su variopinta familia, cuyos integrantes no pueden ser tan distintos, unos de otros.
Con numerosos guiños a la historia posterior o incluso a la actualidad, recomiendo al espectador que esté muy atento a los diálogos, pues en casi todos ellos hay una enorme carga de ironía, y un fino humor que a veces despierta carcajadas.
Muy llevadera y cómoda de ver incluso de un tirón, pues sus ocho episodios de no más de 30/35 minutos cada uno, la hacen muy amena, sobre todo porque el humor es una constante.
Por último, qué hermosa que es la actriz Martyna Byczkowska (Aniela), qué fresca y encantadora que es. Habla con la boca, pero mucho más con sus ojos.
Serie

7,4
103
9
29 de junio de 2023
29 de junio de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de terminar de ver la serie, y la verdad es que me gustó muchísimo. Debo reconocer que en el segundo episodio tuve que comenzarla de nuevo, pues para los que somos occidentales, al principio, hasta tanto familiarizarnos con los personajes nos cuesta distinguirlos, con la doble dificultad que también los nombres se nos confunden. Más allá de eso, el ritmo de la serie es cansino, pero atrapante. A mí me dio la sensación de que un capítulo por día es la dosis justa; es que no sólo que los episodios en su gran mayoría sobrepasan la hora de duración, sino que son tantos los detalles, los diálogos o las imágenes, que a menudo uno tiene que pausar y rebobinar.
La forma encadenada en la que está narrada -literalmente, cual si dibujáramos una cadena con todos sus eslabones- con esa marcha lenta y silenciosa hacia adelante, y esos retrocesos esclarecedores hacia el pasado; la forma en que está filmada, donde poco se muestra y casi todo se sugiere, pero de una manera tan bella que no es necesario apelar ni al golpe de efecto, ni a la acción cruda, ni a la violencia, la convierten en una de mis series coreanas preferidas. Y todo se sugiere con el ritmo adecuado, para estirar el misterio y mantener la intriga.
Si bien tiene algún bajón que la hace desvanecer un poco casi al final, el último capítulo recobra la intensidad drámatica y nos entrega un final a la altura de la serie.
Para mejor, a las imágenes perfectas, a los delicados planos, a los profundos diálogos de los protagonistas (como olvidar el "la confianza es caprichosa" de Dong Sik y "la confianza es un asunto emocional" como respuesta de Ju Won), a los silencios que dicen tanto también, se le suma una banda sonora que es de lo mejor que he escuchado jamás en este tipo de series. Es tan adecuada la selección de tracks para cada momento de la serie, que verdaderamente han acertado en todos. Y el que siempre, pero siempre queda bien, es el tremendo blues que es "The Nigth". Es tan maravilloso, como la serie misma.
La forma encadenada en la que está narrada -literalmente, cual si dibujáramos una cadena con todos sus eslabones- con esa marcha lenta y silenciosa hacia adelante, y esos retrocesos esclarecedores hacia el pasado; la forma en que está filmada, donde poco se muestra y casi todo se sugiere, pero de una manera tan bella que no es necesario apelar ni al golpe de efecto, ni a la acción cruda, ni a la violencia, la convierten en una de mis series coreanas preferidas. Y todo se sugiere con el ritmo adecuado, para estirar el misterio y mantener la intriga.
Si bien tiene algún bajón que la hace desvanecer un poco casi al final, el último capítulo recobra la intensidad drámatica y nos entrega un final a la altura de la serie.
Para mejor, a las imágenes perfectas, a los delicados planos, a los profundos diálogos de los protagonistas (como olvidar el "la confianza es caprichosa" de Dong Sik y "la confianza es un asunto emocional" como respuesta de Ju Won), a los silencios que dicen tanto también, se le suma una banda sonora que es de lo mejor que he escuchado jamás en este tipo de series. Es tan adecuada la selección de tracks para cada momento de la serie, que verdaderamente han acertado en todos. Y el que siempre, pero siempre queda bien, es el tremendo blues que es "The Nigth". Es tan maravilloso, como la serie misma.
16 de enero de 2025
16 de enero de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me resulta curioso que esta serie no tenga mayor cantidad de críticas. Pareciera como que ha pasado inadvertida para el gran público. Sin embargo debo decir que estamos en presencia de una de esas joyitas escondidas en los más recónditos pliegues de Netflix, que de tanto en tanto tenemos la suerte de poder apreciar. ¡Qué placer visual, verdaderamente!
Quizá uno de los mayores (de los tantos) atractivos de la serie sean las locaciones donde está rodada (al igual que en el caso de Ripley). Es que las islas griegas donde transcurre, tienen un encanto único. Paxos, Antípaxos y Corfú enamoran a primera vista, tanto o más que los ojos color esmeralda de Klelia, la protagonista femenina.
Pero no es todo paisaje de ensueño en la serie, no. Ése es apenas un condimento más. La historia que aborda es una deliciosa mixtura de amor puro, de crimen, de corrupción pública, de investigación policial, de tabúes sociales, de violencia doméstica, de silencio cómplice, de superación, de perdón y de resignación. Todo eso contado de una manera sublime, con unos planos tan bien logrados y una fotografía tan espléndida, que en ocasiones, hasta quitan el aliento.
Y como si lo antedicho fuera poco, todo el ambiente está impregnado de la mejor música. Imperdible para los amantes de lo bello.
Quizá uno de los mayores (de los tantos) atractivos de la serie sean las locaciones donde está rodada (al igual que en el caso de Ripley). Es que las islas griegas donde transcurre, tienen un encanto único. Paxos, Antípaxos y Corfú enamoran a primera vista, tanto o más que los ojos color esmeralda de Klelia, la protagonista femenina.
Pero no es todo paisaje de ensueño en la serie, no. Ése es apenas un condimento más. La historia que aborda es una deliciosa mixtura de amor puro, de crimen, de corrupción pública, de investigación policial, de tabúes sociales, de violencia doméstica, de silencio cómplice, de superación, de perdón y de resignación. Todo eso contado de una manera sublime, con unos planos tan bien logrados y una fotografía tan espléndida, que en ocasiones, hasta quitan el aliento.
Y como si lo antedicho fuera poco, todo el ambiente está impregnado de la mejor música. Imperdible para los amantes de lo bello.
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