Una película testigo, que no trata de conmover a través de golpes de efecto sino simplemente dar testimonio de una historia que ya tiene suficiente fuerza por sí misma. Aséptica en su forma, acierta con el cásting, entre el que destaca el infalible Ruffalo.

Tras haberme sido recomendada por varias personas, decidí verla, quizá con demasiadas expectativas.
Destaca la interpretación de Hardy, en un personaje con una trayectoria similar a la de su papel en Mad Max, pero más humano y menos contenido. Su interpretación ayuda a meterse en la historia, bien contrarrestada en la figura de Vasili.
Sin embargo, es el propio argumento el que falla. Contiene variantes dentro de un hilo principal que a su vez se divide en dos. Ello provoca que se dejen cabos sueltos y tramas sin profundizar que confunden al espectador.
Más que un largometraje parece por su estructura el piloto de una posible serie, que queda perfectamente introducida con el final.

Si es así, nada te sorprenderá en esta película. Si pudiera otorgar una calificación no numérica diría que es entre pasable y buena, pero sin pasar por interesante.
Lo mejor que se me ha ocurrido para calificarla es "ingenuamente cotidiana". Si cogemos un episodio de " How I met..." quitamos el humor y hacemos la historia algo más realista, queda esta cinta.
No hay ninguna escena, ninguna frase, ni interpretación particularmente reseñable. Algo parecido a lo que le ocurre al protagonista con su novela.
Parece como si a Radnor se le hubiera ocurrido el guión durante un aburrido viaje de metro, imaginando qué hubiera pasado si... Sin embargo, se queda a medio camino. No llega a la fantasía del Ed Bloom de Big Fish, no tiene el ingenio de Woody Allen (al que critica sutilmente) ni la fuerza de Birdman.
Es una película amable, que a los más sensible hará llorar y puede que sonreír puntualmente, para pasar una tarde de domingo, pero no como para recomendarla

Una primera mitad que embriaga por su frescura, lleva a una segunda parte algo decepcionante por caer en lo estándar.

Ambientada en el futuro, donde San Francisco y Tokio son una misma ciudad, relata la historia de un chico que no ha tenido mucha suerte, pero con un gran cerebro.

Irá superando los obstáculos que se le pongan por delante y lo veremos evolucionar durante la película. Aparecen valores como la amistad, la lealtad o lo inservible de la venganza, siempre con una estética cuidada y la mezcla de culturas de fondo.

Esta originalidad muere en la segunda parte al caer en un género muy explotado ya últimamente y que da sentido al título. No obstante, resulta interesante verla.

Tres meteduras de pata: mencionar banalmente a Al Qaeda (a partir de este momento este post está siendo rastreado), burlarse del look de Steve Jobs (RIP) y poner de ejemplo de pareja feliz a Demi Moore y Ashton Kutcher (RIP tb a la pareja). En general es una película entretenida, que huye de la ‘comedia sexual’, tan de moda últimamente, para volver a la defensa del amor y en particular a la lucha por reconstruir una relación que parece acabada.