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4,8
54.864
5
24 de enero de 2011
24 de enero de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gustaría empezar esta crítica aclarando que en absoluto comulgo con este tipo de cine, por lo que mis expectativas en cuanto al grado de satisfacción suelen quedarse en el mero entretenimiento.
Aclarado este punto tengo que decir que 2012 me parece una buena mala peli. Para que se me entienda mejor pondré un claro ejemplo de mi valoración: Como ya habréis visto alguna vez por la tele, en las competiciones de salto de trampolín, así como en la mayoría de disciplinas relacionadas con la gimnasia, los participantes eligen un tipo de ejercicio asociado a una nota X. Dicha nota puede ser un 10 o puede ser un 7 dependiendo del grado de dificultad que entrañe el ejercicio. En base a eso y a la ejecución misma del ejercicio, se le asigna una nota final no pudiendo bajo ningún concepto superar X . Pues bien, para mi esta peli optaba a un 6 de partida y se ha quedado en un 5, por lo que me ha parecido una buena mala peli.
Empezaré enumerando las escasas (aunque contundentes) bondades del film para a continuación proceder al escandallo del sinfín de fantasmadas, incoherencias y demás estupideces.
1) Los EFECTOS ESPECIALES. Son una auténtica locura...
2) El cameo de Woody Harrelson. Muy grande. Cuando se trata de hacer un papel de colgueti (véase “El escándalo de Larry Flint” o “Asesinos natos”) el tío lo clava...
3) El ritmo de la narración es muy bueno yendo de menos a más.
4) Ya esta. No se me ocurre ningún otro motivo por el que ver esta película. ¡A sí! Perdonen. Que para las dos horas y media que dura tampoco se hace extremadamente larga. ¿Cuela?
Escandallo en el spoiler.
Aclarado este punto tengo que decir que 2012 me parece una buena mala peli. Para que se me entienda mejor pondré un claro ejemplo de mi valoración: Como ya habréis visto alguna vez por la tele, en las competiciones de salto de trampolín, así como en la mayoría de disciplinas relacionadas con la gimnasia, los participantes eligen un tipo de ejercicio asociado a una nota X. Dicha nota puede ser un 10 o puede ser un 7 dependiendo del grado de dificultad que entrañe el ejercicio. En base a eso y a la ejecución misma del ejercicio, se le asigna una nota final no pudiendo bajo ningún concepto superar X . Pues bien, para mi esta peli optaba a un 6 de partida y se ha quedado en un 5, por lo que me ha parecido una buena mala peli.
Empezaré enumerando las escasas (aunque contundentes) bondades del film para a continuación proceder al escandallo del sinfín de fantasmadas, incoherencias y demás estupideces.
1) Los EFECTOS ESPECIALES. Son una auténtica locura...
2) El cameo de Woody Harrelson. Muy grande. Cuando se trata de hacer un papel de colgueti (véase “El escándalo de Larry Flint” o “Asesinos natos”) el tío lo clava...
3) El ritmo de la narración es muy bueno yendo de menos a más.
4) Ya esta. No se me ocurre ningún otro motivo por el que ver esta película. ¡A sí! Perdonen. Que para las dos horas y media que dura tampoco se hace extremadamente larga. ¿Cuela?
Escandallo en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Esta película tiene una barbaridad de defectos, pero para no resultar excesivamente redundante en cuanto al resto de críticas vertidas por mis compañeros de FA, las agruparé en torno a dos sujetos: Flipadas y Cosas que me sacan de mis casillas.
Flipadas: TODO. Absolutamente toda la película es una flipada sin pies ni cabeza. Por poner un ejemplo más concreto citaré la escena en la que la grieta persigue el coche conducido por el prota al tiempo que éste sortea edificios en pleno colapso llegando incluso a pasar a través de uno de ellos. Ni que decir tiene que el vehículo no sufre ningún desperfecto grave que le imposibilite alcanzar su meta. Tampoco me gustaría dejar sin premio el momento en el que el ruso salva a su rollizo hijo levantándolo varios metros sobre el suelo. ¡Que fortaleza! Menos mal que en una conversación anterior totalmente intrascendente se nos explica que es un boxeador retirado, que si no hubiera pensado que se trataba de un gazapo... jaja! Ver para creer.
Cosas que me sacan de mis casillas: Por dónde empezar...
-El doblaje del científico indio y la hija del presidente.
-El hijo de Cusack. No se puede ser más repelente... Dios que asco me da.
-Alquila un avión a cambio de un reloj. ¿Perdona?
-Pegan 15 saltos de 10 metros de altura el más pequeño con el coche y sin el cinturón de seguridad abrochado y no sufren la más mínima contusión. Por supuesto los airbags debían estar de vacaciones.
-Sentimentalismo de risa a lo largo de toda la película. Éste alcanza su punto álgido en el discursito final del científico yanki. Vergüenza ajena.
-La escena de la rusa salvando a su perrito. No sólo es ridícula, sino que además es completamente innecesaria.
-Patético heroísmo para terminar, eso sí, siempre gentilmente aderezado con discursos baratos que tanto gustan al otro lado del charco.
-Final feliz (para variar). Asqueroso...
-Gran broche final: “Papa, ya no uso braga sueños” -Niña pedorra dixit-. Como última frase después de 158 minutos no esta mal, eh?
Pues eso, me voy despidiendo que creo que voy a vomitar un arco iris.
Flipadas: TODO. Absolutamente toda la película es una flipada sin pies ni cabeza. Por poner un ejemplo más concreto citaré la escena en la que la grieta persigue el coche conducido por el prota al tiempo que éste sortea edificios en pleno colapso llegando incluso a pasar a través de uno de ellos. Ni que decir tiene que el vehículo no sufre ningún desperfecto grave que le imposibilite alcanzar su meta. Tampoco me gustaría dejar sin premio el momento en el que el ruso salva a su rollizo hijo levantándolo varios metros sobre el suelo. ¡Que fortaleza! Menos mal que en una conversación anterior totalmente intrascendente se nos explica que es un boxeador retirado, que si no hubiera pensado que se trataba de un gazapo... jaja! Ver para creer.
Cosas que me sacan de mis casillas: Por dónde empezar...
-El doblaje del científico indio y la hija del presidente.
-El hijo de Cusack. No se puede ser más repelente... Dios que asco me da.
-Alquila un avión a cambio de un reloj. ¿Perdona?
-Pegan 15 saltos de 10 metros de altura el más pequeño con el coche y sin el cinturón de seguridad abrochado y no sufren la más mínima contusión. Por supuesto los airbags debían estar de vacaciones.
-Sentimentalismo de risa a lo largo de toda la película. Éste alcanza su punto álgido en el discursito final del científico yanki. Vergüenza ajena.
-La escena de la rusa salvando a su perrito. No sólo es ridícula, sino que además es completamente innecesaria.
-Patético heroísmo para terminar, eso sí, siempre gentilmente aderezado con discursos baratos que tanto gustan al otro lado del charco.
-Final feliz (para variar). Asqueroso...
-Gran broche final: “Papa, ya no uso braga sueños” -Niña pedorra dixit-. Como última frase después de 158 minutos no esta mal, eh?
Pues eso, me voy despidiendo que creo que voy a vomitar un arco iris.
7
12 de febrero de 2015
12 de febrero de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez que me siento a ver 300 no puedo evitar recordar el satírico soneto que Quevedo dedicó a su coetáneo Luis de Góngora. El primer verso de éste (érase un hombre a una nariz pegada) ha pasado a los anales de la docencia como ejemplo de hipérbole en los libros de texto y por lo tanto, al ver la oda hiperbólica rodada por Zack Snyder, no puedo reprimir ese estúpido recuerdo. Porque admitámoslo, en esta entretenidísima película los rasgos se exageran hasta alcanzar cotas desorbitadas. Mención aparte merecen esos cuerpos espartanos que parecen esculpidos en mármol de Carrara a golpe de martillo y cincel por el mismísimo Miguel Ángel. Digno de verse.
Estamos ante una obra para auténticos empalmados y amantes del exceso. Seguramente un servidor no sea ni lo uno, ni lo otro, pero qué quieren que les diga, debo de tener algo de ambas porque a mi me ha ganado. Visualmente me parece una exquisitez. La narración lleva un ritmo in crescendo que no decae en ningún momento y alcanza su apogeo con las sucesivas escaramuzas en el desfiladero de las Termópilas. Las escenas de batalla en las que se alterna la velocidad normal con la cámara súper lenta son un verdadero deleite para los sentidos. Y luego están los diálogos o mejor dicho, los comentarios que se intercalan entre estos. Puramente lacónicos, como no podía ser de otro modo tratándose del pueblo más famoso de toda Lacedemonia. Rebosan comicidad, ingenio y épica a partes iguales.
Lo peor de la cinta tiene nombre y apellido, algo bastante habitual cuando ceden el papel principal a un saco como Gerard Butler. Todavía no conozco de un sólo proyecto que se haya beneficiado de su participación. En éste, desde luego, se luce con una actuación apócrifa como pocas.
Aprovecho estas líneas para recomendar a todo aquel que le interese la sociedad espartana de la época, y más concretamente el funcionamiento de su falange desde el agogé hasta la edad adulta, la obra de Steven Pressfield “Las Puertas de Fuego”. Una novela histórica de lo más amena en la que se desvela algunos de los entresijos de uno de los pueblos más fascinantes de la antigüedad.
Estamos ante una obra para auténticos empalmados y amantes del exceso. Seguramente un servidor no sea ni lo uno, ni lo otro, pero qué quieren que les diga, debo de tener algo de ambas porque a mi me ha ganado. Visualmente me parece una exquisitez. La narración lleva un ritmo in crescendo que no decae en ningún momento y alcanza su apogeo con las sucesivas escaramuzas en el desfiladero de las Termópilas. Las escenas de batalla en las que se alterna la velocidad normal con la cámara súper lenta son un verdadero deleite para los sentidos. Y luego están los diálogos o mejor dicho, los comentarios que se intercalan entre estos. Puramente lacónicos, como no podía ser de otro modo tratándose del pueblo más famoso de toda Lacedemonia. Rebosan comicidad, ingenio y épica a partes iguales.
Lo peor de la cinta tiene nombre y apellido, algo bastante habitual cuando ceden el papel principal a un saco como Gerard Butler. Todavía no conozco de un sólo proyecto que se haya beneficiado de su participación. En éste, desde luego, se luce con una actuación apócrifa como pocas.
Aprovecho estas líneas para recomendar a todo aquel que le interese la sociedad espartana de la época, y más concretamente el funcionamiento de su falange desde el agogé hasta la edad adulta, la obra de Steven Pressfield “Las Puertas de Fuego”. Una novela histórica de lo más amena en la que se desvela algunos de los entresijos de uno de los pueblos más fascinantes de la antigüedad.

7,2
28.209
5
12 de marzo de 2011
12 de marzo de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace poco escribí una crítica sobre “La ola (2008)” en la que ponía en duda la etiqueta que le habían puesto de “Basada en hechos reales”. Después de verla me acorde de ésta película por sus numerosas similitudes. Las dos son alemanas; las dos abordan un experimento que se acaba saliendo de madre; ambas son astutamente comercializadas bajo la susodicha etiqueta; y lo más importante de todo: Las dos son historias estúpidas sin pies ni cabeza.
No entiendo porqué FA pone en género "Basado en hechos reales". Es completamente falso. La película está basada en la novela de Giordano, que a su vez se INSPIRA en el experimento de la cárcel de Stanford. Es decir, la novela en cuestión se inventa una historia partiendo de un experimento real, pero eso es todo. No tiene nada que ver con la realidad. Es como decir que "Malditos bastardos" está basada en hechos reales. Falso de toda falsedad. Al igual que sucede con "El experimento", se inspira en un hecho histórico para crear un historia ficticia.
Por otro lado, "Casino (1995)" sí que está basada en un hecho real. De hecho está basada en la novela de Nicholas Pileggi que a su vez está basada en un hecho real. Sin embargo en este caso no viene reflejado en el género de la misma. Cosas de la vida...
No entiendo porqué FA pone en género "Basado en hechos reales". Es completamente falso. La película está basada en la novela de Giordano, que a su vez se INSPIRA en el experimento de la cárcel de Stanford. Es decir, la novela en cuestión se inventa una historia partiendo de un experimento real, pero eso es todo. No tiene nada que ver con la realidad. Es como decir que "Malditos bastardos" está basada en hechos reales. Falso de toda falsedad. Al igual que sucede con "El experimento", se inspira en un hecho histórico para crear un historia ficticia.
Por otro lado, "Casino (1995)" sí que está basada en un hecho real. De hecho está basada en la novela de Nicholas Pileggi que a su vez está basada en un hecho real. Sin embargo en este caso no viene reflejado en el género de la misma. Cosas de la vida...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No me creo que nadie sea capaz de matar a alguien en 5 días por muy metido que esté en el experimento. Y lo de la violación ya me parece el colmo de la estupidez. No hay quién se lo trague. Me parece más probable que nos invada una civilización alienígena.
La historia de amor sobra. No tiene ningún fin salvo el de rellenar minutos. Aún así, la peli es entretenida...
La historia de amor sobra. No tiene ningún fin salvo el de rellenar minutos. Aún así, la peli es entretenida...

7,2
10.253
6
18 de noviembre de 2017
18 de noviembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
ENTRANTE
Deconstrucción de manitas de cerdo con glaseado de frutas del bosque y crujiente de mandíbula en tempura
PRIMER PLATO
Revuelto de heces y esputos en su jugo de orina, aderezado con silencios evocadores y emulsión de vómitos a las finas hostias
SEGUNDO PLATO
Soliloquio de pichones ahumados de temporada sobre fondo de plano fijo
POSTRE
Crujiente de llaga en su lecho de pus con emético de limón al miasma
Bon Appétit
Deconstrucción de manitas de cerdo con glaseado de frutas del bosque y crujiente de mandíbula en tempura
PRIMER PLATO
Revuelto de heces y esputos en su jugo de orina, aderezado con silencios evocadores y emulsión de vómitos a las finas hostias
SEGUNDO PLATO
Soliloquio de pichones ahumados de temporada sobre fondo de plano fijo
POSTRE
Crujiente de llaga en su lecho de pus con emético de limón al miasma
Bon Appétit

7,2
15.798
6
12 de julio de 2012
12 de julio de 2012
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero de todo pedir perdón por esa “K” mayúscula metida con calzador, pero es que al igual que el señor Weingartner, he optado por dejar claro desde el título que estas líneas van dedicadas a toda esa estirpe revolucionaria que tan de moda se ha puesto en nuestra sociedad. Una vez aclarado este pequeño detalle, seguiré esta crítica para todos aquellos que todavía no se hayan arrancado los ojos.
Como película, tengo que decir que me ha entretenido bastante. El ritmo es muy bueno y las actuaciones sobresalientes. Me parece que plasma de forma acertada y fidedigna toda una corriente de pensamiento y modus vivendi que comparte una parte (afortunadamente marginal) de nuestra sociedad.
Jan y Peter son dos jóvenes dedicados a la docencia. Para realizar esta necesaria y altruista labor se enfundan su mono de trabajo oscuro con verduguito a juego para colarse en las casas vacías de los “burgueses” y desordenarlo todo con el único fin (como ellos mismos reconocen) de sembrar el miedo y la incertidumbre de sus ocupantes. Yo no quiero dar lecciones, pero si el miedo es el método que utilizan para “educar”, tengo que decir 1º, que no lo comparto en absoluto; y 2º, que el mensaje no será tan bueno. Otros muchos lo han hecho antes que ellos, desde luego en mi tierra, el País Vasco, es algo que viene haciéndose desde hace muchísimos años. Ahora mismo me viene a la cabeza el caso de las simpáticas cartitas firmadas con un anagrama en el que se representa a una serpiente enroscada alrededor de un hacha. Seguro que si me pongo a pensar mucho encuentro algún ejemplo de adoctrinamiento bajo el yugo del terror en el país del que es oriundo este idealista trío de jóvenes. Pero sigamos…
¿Y de qué viven estos señoritos sin oficio ni beneficio? Pues de las prestaciones y subvenciones que les regala el gobierno. ¿Y por qué? Pues porque ellos, a diferencia de la inmensa mayoría de la sociedad, tienen dignidad y no se rebajan a trabajar para enriquecer al empresario. Esta es básicamente su filosofía de vida. Son auténticos parásitos de la sociedad que chupan y chupan pero no aportan nada.
No digo que la sociedad sea perfecta ni mucho menos. No digo que no tengan parte de razón en muchas de las ideas que defienden. Lo que pasa es que me indigna que me den leccioncitas de moral una panda de smartphoneflautas con ínfulas de visionarios desde el cómodo sofá que les proporciona el Estado a través de los impuestos de los contribuyentes.
¡A otro perro con es collar!
Como película, tengo que decir que me ha entretenido bastante. El ritmo es muy bueno y las actuaciones sobresalientes. Me parece que plasma de forma acertada y fidedigna toda una corriente de pensamiento y modus vivendi que comparte una parte (afortunadamente marginal) de nuestra sociedad.
Jan y Peter son dos jóvenes dedicados a la docencia. Para realizar esta necesaria y altruista labor se enfundan su mono de trabajo oscuro con verduguito a juego para colarse en las casas vacías de los “burgueses” y desordenarlo todo con el único fin (como ellos mismos reconocen) de sembrar el miedo y la incertidumbre de sus ocupantes. Yo no quiero dar lecciones, pero si el miedo es el método que utilizan para “educar”, tengo que decir 1º, que no lo comparto en absoluto; y 2º, que el mensaje no será tan bueno. Otros muchos lo han hecho antes que ellos, desde luego en mi tierra, el País Vasco, es algo que viene haciéndose desde hace muchísimos años. Ahora mismo me viene a la cabeza el caso de las simpáticas cartitas firmadas con un anagrama en el que se representa a una serpiente enroscada alrededor de un hacha. Seguro que si me pongo a pensar mucho encuentro algún ejemplo de adoctrinamiento bajo el yugo del terror en el país del que es oriundo este idealista trío de jóvenes. Pero sigamos…
¿Y de qué viven estos señoritos sin oficio ni beneficio? Pues de las prestaciones y subvenciones que les regala el gobierno. ¿Y por qué? Pues porque ellos, a diferencia de la inmensa mayoría de la sociedad, tienen dignidad y no se rebajan a trabajar para enriquecer al empresario. Esta es básicamente su filosofía de vida. Son auténticos parásitos de la sociedad que chupan y chupan pero no aportan nada.
No digo que la sociedad sea perfecta ni mucho menos. No digo que no tengan parte de razón en muchas de las ideas que defienden. Lo que pasa es que me indigna que me den leccioncitas de moral una panda de smartphoneflautas con ínfulas de visionarios desde el cómodo sofá que les proporciona el Estado a través de los impuestos de los contribuyentes.
¡A otro perro con es collar!
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