Lo mejor de Onimusha es que, una vez la has terminado, Netflix te recomienda Samurai de Ojos Azules (lo cual añade sal a la herida, porque te das cuenta de cómo has perdido tu tiempo con la primera, cuando existe la segunda).
Ningún contexto para los que no conocen el lore de los videojuegos: ¿qué es un oni? NPI. ¿En qué se diferencia de los gemma? Pasapalabra. ¿De dónde salen los poderes del villano? Ya si eso para otro día.
Los personajes y sus motivaciones recuerdan a The Acolyte: lo mismo te cuentan una cosa, que la contraria 5 minutos después. Ninguno de ellos tiene motivaciones consistentes, ni diálogos memorables, y dan la impresión de que están ahí para hacerle compañía a Musashi (del cual tienes que conocer un poco su historia o tampoco entenderás casi nada, como qué hace cogiendo un remo de pronto), que también parece que pasaba por allí y no tenía nada mejor que hacer.
La trama en sí es un disparate total, pero lo peor de todo es que la serie no se molesta ni en ocultar que está copiando directamente (no "inspirada en", ni "homenajeando a") el clásico Ninja Scroll.
Se lleva un 5 porque la animación es espectacular, nada más. Para una buena historia, con sentido, te remito a la susodicha.