No esperes ver nada nuevo, un principio lento y aburrido que desemboca en una casquería de barrio y en la que el final no te dejará indiferente, te preguntarás ¿como?, el final es para mi lo peor de la película.

Americanada retorcida con una trama que da risa hasta el punto de tener que entender que los alienigenas acaban con la energía en la primera ola y se paran todos los vehículos y los aviones caen del cielo pero los vehículos militares incluidos los que vuelan, aparte de todos los gadgets tipo casco militar mágico y demás parafernalia funcionan mediante máquinas de vapor alimentadas por sangre humana, esto último me lo he inventado, y por si fuera poco ahora el mundo lo tienen que salvar los niños pero resulta que no, mejor ver la peli si queréis entender esto y por que he preferido no terminar de verla.

Le quedaban 25 minutos mas o menos para terminar y he decidido que no, que las pelis de americanos y nenas cachondas se las pueden guardar para ellos.

Una película para niños y niñas de 14 años que mezcla ficción, política social y mucho pero muuuuucho aburrimiento.

Otras películas de mismo carácter y con mucho mas presupuesto han conseguido su cometido, esta es una peli Disney para princesas y príncipes a los que todo su problema es ser el segundón con una pizca de mostaza, para no hacer spoiler.

Si tienes un hij@ de 10 años al que quieras mantener entretenido un rato se la puedes poner, eso si, intenta que no sea demasiado espabilad@ o te saldrá el tiro por la culata.

Hay quien consume tantos estupefacientes que muestra su realidad distorsionada para que quienes no los consumen digan que entienden lo que han visto, unos lo llaman arte y yo lo llamo percepción extrasensorial distorsionada. Hay veces que no se ni por que sigo viendo una película y esta es una de ellas, si pudiese la descatalogaría y la enterraría en lo mas profundo del universo.

Si alguien quiere ver como una alta esfera de la sociedad se reparte elogios y críticas a partes iguales adelante, es como estar en el salón de té de la reina de Inglaterra y no, para los petulantes que atisben la mas ínfima brizna de pomposidad esnobista y apabullante necesidad de opinar y preguntar, nunca he estado en el salón de té de la reina de Inglaterra y no no me apetecería estar nunca, al igual que no me apetece terminar de ver una película de ricos para ricos.