En un largometraje ligero y breve, sin profundizar en ningún concepto, pero dándonos todo lo necesario, el director consigue trasladarnos a la situación de un padre con algunas complicaciones personales, que ama incondicionalmente a su hijo, que ha nacido en el cuerpo equivocado de una mujer, pero se siente un hombre. La incomprensión de la madre sobre los sentimientos del joven provoca una reacción que llevará al padre y a su hijo a emprender una aventura en medio de la naturaleza de Montana.
Las actuaciones son acordes a la película, sobrias, sin excentricidades ni florituras, exactamente lo que el guión refleja.
La perspectiva buenista de la historia evita culpabilizar a los personajes de los actos que cometen, y creo que hay una gran habilidad en la forma que está contada, pues a pesar de ser muy amable contando una historia muy dura, permite que cada uno entienda y traslade a la realidad lo que nos cuenta, la situación tan compleja que originan estas cuestiones en una familia y por ende en la sociedad.
El final me ha resultado absolutamente sublime, ya que con dos pequeñas frases nos ha dado una forma de concluir la historia de forma magistral, esperanzadora con el futuro de la sociedad. Ojalá nos permitiésemos ser así.

Si te hablan de Surf, a un inexperto como yo el primer paisaje que le viene a la cabeza son aguas cristalinas en entornos tropicales, lugares como Australia, Filipinas, Brasil, etc, aunque sepamos que no es necesariamente así.
La película discurre en una provincia costera de Corea como cualquier otra alejada de esas tierras tropicales, en la que se encuentra un hostel para Surfistas. El protagonista llega allí sin intención de hacerlo y conoce a unos "Frikis" que residen en el hostel y le introducen en el mundo del Surf. Por casualidad allí encuentra lo que necesita, un lugar donde dormir y trabajar.

La película en sí narra el camino de la adolescencia a la madurez, y la decisión de qué hacer con tu vida, algo que en muchas ocasiones no se pasa nunca.
Apoyándose en la comedia, vemos la relación que se establece entre los personajes en su pequeño mundo entre el hostel y las olas de la playa que tienen enfrente.
Las actuaciones son correctas y en algunos momentos no podrás evitar soltar una carcajada. Un entretenimiento sin pretensiones para esos momentos en los que no tienes nada que hacer.

Basada en la época de la dinastía Joseon, (edad histórica en Corea que duró aproximadamente desde el año 1300 hasta el 1900).
Un grupo de juglares o bufones son contratados para distorsionar los sucesos que se dan en la corona, extendiendo así rumores entre la población.

La ambientación es buena, aunque el cine coreano nos ha dado muestras mucho más precisas y técnicas de la vida, costumbres y cultura de la época, y aunque en este caso no es su objetivo nos muestra pequeños retazos. La película se hace divertida sin renunciar a algunos dilemas morales y momentos de crueldad que reflejan las condiciones de vida de la sociedad sin ahondar demasiado en ellos ni tomarse a sí misma excesivamente en serio.