Vamos a ver. Esta película no hay por donde cogerla. El único propósito de esta cinta es la de dar miedo y nada mas. De lo contrario, no se a que fín vienen tantos metros de cinta desperdiciados de este modo. No puedo soportarla. En fín hablar de demonios y de posesiones diabólicas resultaba muy poco habitual en una sociedad como la de 1973 profundamente católica. Jugar con eso me parece indigno y mas utilizando a una niña. He de decir que desde que tenía 16 años que no veo esta película porque juré no volver a verla. Me resuta molesto ver en una pantalla reflejados mis miedos mas íntimos, y si a eso le sumas unas imágenes grotescas consiguen asustar de verdad. Soy incapaz de volver a verla. De las interpretaciones nada positivo puedo decir porque no considero a ninguno de ellos ni siquiera aprendices de actores, ni la madre, ni la hija, ni el primer cura ni el segundo. Lo siento pero esta película espero no tener el mal gusto de volver a verla nunca mas.
Le doy los cuatro puntos por la banda sonora, maravillosa, en mi opinión, ¡bravo Mike Oldfield! , pocas bandas sonoras consiguen perdurar en el tiempo y ésta lo ha conseguido. Y pocas consiguen evocar tanto inevitablemente a la película de la que formaron parte. Resulta imposible escuchar esta canción sin pensar en ese callejón oscuro. Genial el "Tubular Bells". Lo único que se salva de la cinta.