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Críticas ordenadas por utilidad
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7,5
6.131
1
23 de febrero de 2020
23 de febrero de 2020
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que vi esta película me volví demócrata y voté a Bríos, la segunda me dieron ganas de resucitar a King Vidor para poder pegarle. Supongo que a estas alturas todos comprendemos que se llama Liberalismo al sistema económico que privatiza las ganancias y socializa las pérdidas porque eso es, en definitiva, lo que se hizo para resolver la última crisis y, si echamos la vista atrás, también otras muchas.
Por aquellos tiempos existía una lucha soterrada y sin víctimas entre dos corrientes arquitectónicas, una de ellas denominada racionalista porque procuraba aprovechar al máximo los recursos de un país para promover su desarrollo. La otra corriente era de la siempre, hacer edificios bonitos. King Vidor, en su historia, pretende hacernos creer que toda una nación estaba pendiente de la disputa entre un arquitecto y su crítico y desde el vamos intenta remarcar lo leal del arquitecto a su idea y lo tramoyero del crítico, cosa que evidentemente inclina la opinión hacia uno y otro lado. Para asegurarse la adhesión del público femenino pone de protagonista nada más ni nada menos que a Gary Cooper, un actor cuya historia es, como mínimo, cuestionable.
Tenemos entonces un nido de liberales convencidos haciendo una película que pondrá en tela de juicio la esencia misma del liberalismo: El derecho de un hombre a hacer lo que le venga en gana y, sinceramente, a esto que algunos llaman película yo lo conozco como cine planfletario porque eso es la película, un panfleto de las cosas que han hecho grande a los Estados Unidos de América.
Claro que se olvida de contar que fue la mancomunión de esfuerzos y la empatía con el otro lo que frenó la esclavitud y posteriormente, en los años sesenta y gracias a Kennedy y Lyndon Johnson, la segregación racial. También se olvida de contar como el egoísmo y la codicia hundieron al país en una brutal crisis económica que, no podemos ignorarlo, fue una de las causantes de la Segunda Guerra Mundial. En fin, que egoísta era Judas y solidario Jesucristo también se olvida de decirlo.
Este tipo de películas me trae a la memoria las frases de ciertos amigos míos cuando lo del muro del Berlín: Al fin murió la ideología de izquierdas, el capitalismo ha triunfado. Por mi parte, el momento en el cual cae el muro no fue un instante alegre. De sorpresa, de asombro, pero para nada alegre y no porque admirara a la U.R.S.S. que por lo que sabemos, desde Stalin en adelante, fue gobernado por una élite de dictadores autoproclamados de izquierda, sino por la profunda certeza de que, caído su gran enemigo, los dueños del capital podrían quitarse la careta y tomar venganza sobre los trabajadores y así lo hicieron, atacando metódicamente todas y cada una de las conquistas obtenidas por los trabajadores durante huelgas en las que derramaron algo más que lágrimas. Luego, la posibilidad de las multinacionales de apoderarse de diarios, revistas y emisoras de televisión hizo el resto y hoy, pese a quien le pese, vivimos en un mundo inundado de ideas liberales, donde se defienden a rajatabla las ideas liberales, y donde, aparentemente, se acepta que lo liberal es la solución para todos los problemas del mundo.
Se olvidan, quienes piensan así, de como se distribuye la riqueza a nivel mundial, del gran índice de pobreza, de la gran cantidad de miseria que las políticas liberales provocan en el mundo donde, basados en el derecho ineludible de todo hombre a ser egoísta, se ha dictado un sálvese quien pueda.
Yesta película fue casi contemporánea con el macartismo, movimiento con el que Gary Cooper colaboró denunciando a algunos compañeros y negándose a trabajar con otros.
Este panfleto, con discursos llenos de falacia, con un desprecio absoluto por la solidaridad y vida en comunidad, olvida que el ser humano comenzó a trascender su salvajismo cuando tuvo conciencia del otro. Cuando, al revés que gacelas y ñus, no vaciló en dar la cara a un enemigo poderoso para salvar la vida a un compañero. El egoísmo, por el contrario, es dejar libre al instinto y, llegado al caso como en esta película, una razón de fuerza que nos permite romper la ley si así lo deseamos.
Además sus diálogos imposibles, forzados (¿quien le habla así a una mujer?), su argumento romántico que parece extraído de una novela de Corín Tellado, le quitan gran parte de ese supuesto valor artístico, de tinte de obra clásica, que ha cogido solo por haber sido filmada hace más de sesenta años.
Y a mi me duele el verla, me duele en el espíritu tanto como en los principios y mucho más me duele cuando veo como las ideas defendidas en esta película han transformado al mundo en un infierno.
Un saludo.
Por aquellos tiempos existía una lucha soterrada y sin víctimas entre dos corrientes arquitectónicas, una de ellas denominada racionalista porque procuraba aprovechar al máximo los recursos de un país para promover su desarrollo. La otra corriente era de la siempre, hacer edificios bonitos. King Vidor, en su historia, pretende hacernos creer que toda una nación estaba pendiente de la disputa entre un arquitecto y su crítico y desde el vamos intenta remarcar lo leal del arquitecto a su idea y lo tramoyero del crítico, cosa que evidentemente inclina la opinión hacia uno y otro lado. Para asegurarse la adhesión del público femenino pone de protagonista nada más ni nada menos que a Gary Cooper, un actor cuya historia es, como mínimo, cuestionable.
Tenemos entonces un nido de liberales convencidos haciendo una película que pondrá en tela de juicio la esencia misma del liberalismo: El derecho de un hombre a hacer lo que le venga en gana y, sinceramente, a esto que algunos llaman película yo lo conozco como cine planfletario porque eso es la película, un panfleto de las cosas que han hecho grande a los Estados Unidos de América.
Claro que se olvida de contar que fue la mancomunión de esfuerzos y la empatía con el otro lo que frenó la esclavitud y posteriormente, en los años sesenta y gracias a Kennedy y Lyndon Johnson, la segregación racial. También se olvida de contar como el egoísmo y la codicia hundieron al país en una brutal crisis económica que, no podemos ignorarlo, fue una de las causantes de la Segunda Guerra Mundial. En fin, que egoísta era Judas y solidario Jesucristo también se olvida de decirlo.
Este tipo de películas me trae a la memoria las frases de ciertos amigos míos cuando lo del muro del Berlín: Al fin murió la ideología de izquierdas, el capitalismo ha triunfado. Por mi parte, el momento en el cual cae el muro no fue un instante alegre. De sorpresa, de asombro, pero para nada alegre y no porque admirara a la U.R.S.S. que por lo que sabemos, desde Stalin en adelante, fue gobernado por una élite de dictadores autoproclamados de izquierda, sino por la profunda certeza de que, caído su gran enemigo, los dueños del capital podrían quitarse la careta y tomar venganza sobre los trabajadores y así lo hicieron, atacando metódicamente todas y cada una de las conquistas obtenidas por los trabajadores durante huelgas en las que derramaron algo más que lágrimas. Luego, la posibilidad de las multinacionales de apoderarse de diarios, revistas y emisoras de televisión hizo el resto y hoy, pese a quien le pese, vivimos en un mundo inundado de ideas liberales, donde se defienden a rajatabla las ideas liberales, y donde, aparentemente, se acepta que lo liberal es la solución para todos los problemas del mundo.
Se olvidan, quienes piensan así, de como se distribuye la riqueza a nivel mundial, del gran índice de pobreza, de la gran cantidad de miseria que las políticas liberales provocan en el mundo donde, basados en el derecho ineludible de todo hombre a ser egoísta, se ha dictado un sálvese quien pueda.
Yesta película fue casi contemporánea con el macartismo, movimiento con el que Gary Cooper colaboró denunciando a algunos compañeros y negándose a trabajar con otros.
Este panfleto, con discursos llenos de falacia, con un desprecio absoluto por la solidaridad y vida en comunidad, olvida que el ser humano comenzó a trascender su salvajismo cuando tuvo conciencia del otro. Cuando, al revés que gacelas y ñus, no vaciló en dar la cara a un enemigo poderoso para salvar la vida a un compañero. El egoísmo, por el contrario, es dejar libre al instinto y, llegado al caso como en esta película, una razón de fuerza que nos permite romper la ley si así lo deseamos.
Además sus diálogos imposibles, forzados (¿quien le habla así a una mujer?), su argumento romántico que parece extraído de una novela de Corín Tellado, le quitan gran parte de ese supuesto valor artístico, de tinte de obra clásica, que ha cogido solo por haber sido filmada hace más de sesenta años.
Y a mi me duele el verla, me duele en el espíritu tanto como en los principios y mucho más me duele cuando veo como las ideas defendidas en esta película han transformado al mundo en un infierno.
Un saludo.
DocumentalTV

5,7
138
8
10 de febrero de 2020
10 de febrero de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi primer encuentro con historias ficticias que se cuentan como si verdaderamente hubiesen ocurrido fueron los cuentos del Barón de Munchausen, y unos cinco años antes de la histórica transmisión radiofónica de Orson Welles ya Luis Buñuel había fimado un pseudo-documental llamado "Las Hurdes, tierra sin pan" que fue prohibido en España durante los años de 1.933 a 1.936. Sin embargo existe una diferencia abismal entre lo hecho por Buñuel y lo hecho por Wells. Orson Wells adaptó para su emisión radiofónica una obra de H.G.Wells, Luis Buñuel fue el creador de su su historia, basada en algunos hechos reales, desarrollándola para hacer notar que muchas veces la diferencia entre civilización y barbarie son unos pocos kilómetros.
Esta película se realiza ciento quince años después de la edición del libro de H.G.Wells y setenta y cinco años después de la emisión radiofónica de Orson Wells y tal vez sea un homenaje a alguno de ellos, o tal vez un intento de hacer notar cuan fácil es reescribir la historia en todo o en parte.
Al fin y al cabo casi nadie verifica, por falta de medios generalmente, las afirmaciones hechas por Fulano, Mengano o Zutano en artículos, libros o películas y no pocas veces he escuchado a alguien defender una premisa que ha escuchado o leído como si que él le otorgase una pátina de verdad.
¿No querrá este documental alertarnos sobre esto? Actualmente, el volumen de información que una persona tiene al alcance de su mano es inconmensurable, pero inconmensurable en cantidad porque en calidad... apaga la luz y cierra la puerta.
Creo que las catastróficas imágenes de la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial que se manipularon para hacernos "sentir" que los marcianos habían atacado la tierra no fueron utilizadas alegremente sino con una intención de fondo que no era otra que la de impulsarnos a tener y forjar un criterio que impida que las noticias y afirmaciones falsas nos nublen la vista. Ciertamente, no soy quién para negarlo, tal y como se decía en Expediente X "La verdad está ahí fuera" pero ¿Dónde? ¿Cómo distinguirla entre tantas y tantas medias verdades y mentiras?
Fácil es dejarse arrastrar por la historia aquí contada, y fácil es creer que realmente los marcianos nos invadieron en los lejanos años de 1.913 pero afortunadamente todos conocemos lo ocurrido (¿Conocemos lo ocurrido?) y podemos regresar a la realidad, nuestra íntima y subjetiva realidad, al final de la película.
Otra sería la historia, sin embargo, si se realiza un mocumental (lo he escrito así intencionadamente mezclando las palabras moco y documental) acerca de la Tierra Plana o de que la Luna jamás ha sido pisada por el hombre basándose en pruebas analizadas sin tener en cuenta lo que nos ha enseñado la ciencia empírica... ni que decir de la teórica. O quitando las palabras del almirante Byrd de contexto porque cuando el habló de las posibilidades que EE.UU. tenía de ser atacada desde el polo no hablaba de una raza proveniente del intramundo sino de los soviéticos porque rara vez pensamos que la menor distancia entre la antigua URSS y los EEUU, sin tener en cuenta a Alaska, es la que separa sus costas boreales y ¡Albricias! Asi demuestra el almirante Byrd que la tierra es redonda ¡Antes de la existencia de la NASA!
Pero desvarío. A lo que intento referirme es que acostumbramos a juzgar los hechos desde nuestro propio punto de vista, cosa comprobada a destajo por los forofos del fútbol, y que no son pocas las veces que acudimos a Internet a buscar información que confirme nuestro punto de vista, desechando automáticamente la que lo contradice.
Y de esto creo que habla esta película a la cual, por su factura, tema y confección he puntuado con un Notable. Sinceramente creo que se lo merece, especialmente por intentar alertarnos de lo estúpidos que podemos ser en ocasiones.
Un saludo.
Esta película se realiza ciento quince años después de la edición del libro de H.G.Wells y setenta y cinco años después de la emisión radiofónica de Orson Wells y tal vez sea un homenaje a alguno de ellos, o tal vez un intento de hacer notar cuan fácil es reescribir la historia en todo o en parte.
Al fin y al cabo casi nadie verifica, por falta de medios generalmente, las afirmaciones hechas por Fulano, Mengano o Zutano en artículos, libros o películas y no pocas veces he escuchado a alguien defender una premisa que ha escuchado o leído como si que él le otorgase una pátina de verdad.
¿No querrá este documental alertarnos sobre esto? Actualmente, el volumen de información que una persona tiene al alcance de su mano es inconmensurable, pero inconmensurable en cantidad porque en calidad... apaga la luz y cierra la puerta.
Creo que las catastróficas imágenes de la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial que se manipularon para hacernos "sentir" que los marcianos habían atacado la tierra no fueron utilizadas alegremente sino con una intención de fondo que no era otra que la de impulsarnos a tener y forjar un criterio que impida que las noticias y afirmaciones falsas nos nublen la vista. Ciertamente, no soy quién para negarlo, tal y como se decía en Expediente X "La verdad está ahí fuera" pero ¿Dónde? ¿Cómo distinguirla entre tantas y tantas medias verdades y mentiras?
Fácil es dejarse arrastrar por la historia aquí contada, y fácil es creer que realmente los marcianos nos invadieron en los lejanos años de 1.913 pero afortunadamente todos conocemos lo ocurrido (¿Conocemos lo ocurrido?) y podemos regresar a la realidad, nuestra íntima y subjetiva realidad, al final de la película.
Otra sería la historia, sin embargo, si se realiza un mocumental (lo he escrito así intencionadamente mezclando las palabras moco y documental) acerca de la Tierra Plana o de que la Luna jamás ha sido pisada por el hombre basándose en pruebas analizadas sin tener en cuenta lo que nos ha enseñado la ciencia empírica... ni que decir de la teórica. O quitando las palabras del almirante Byrd de contexto porque cuando el habló de las posibilidades que EE.UU. tenía de ser atacada desde el polo no hablaba de una raza proveniente del intramundo sino de los soviéticos porque rara vez pensamos que la menor distancia entre la antigua URSS y los EEUU, sin tener en cuenta a Alaska, es la que separa sus costas boreales y ¡Albricias! Asi demuestra el almirante Byrd que la tierra es redonda ¡Antes de la existencia de la NASA!
Pero desvarío. A lo que intento referirme es que acostumbramos a juzgar los hechos desde nuestro propio punto de vista, cosa comprobada a destajo por los forofos del fútbol, y que no son pocas las veces que acudimos a Internet a buscar información que confirme nuestro punto de vista, desechando automáticamente la que lo contradice.
Y de esto creo que habla esta película a la cual, por su factura, tema y confección he puntuado con un Notable. Sinceramente creo que se lo merece, especialmente por intentar alertarnos de lo estúpidos que podemos ser en ocasiones.
Un saludo.

7,3
52.006
8
24 de marzo de 2020
24 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi la película original en los años sesenta, siendo un niño, y la volví a ver en los setenta, ya adolescente, y en ambas ocasiones me sentí encantado con ella aunque he de confesar que no sentí miedo en ninguna de las dos ocasiones. Cierto es que "La cosa" original fue algo novedoso, original, pero ni por asomo alcanza la tensión de su remake y creo que eso se debe, sencillamente, a que John Carpenter enfocó el remake más como una película de terror que una de ciencia ficción.
Lejos está de ser perfecta, lo acepto, pero para la época su puesta en escena fue sorprendente y uno salía del cine llenos de ganas de comentarla con los amigos y de recomendarles que sí o sí la vieran porque era una película poco menos que imperdible.
Ahora, he visto por allí una crítica que compara a esta película con ET y me llama la atención, mucho muchísimo, ese hecho porque ET era una película para niños en tanto La Cosa era, indudablemente, un film dirigido a un público adolescente y adulto. También he de mencionar que esta película, a diferencia de ET, fue mucho menos publicitada pero que a día de hoy ha alcanzado la categoría de clásico.
Y es un clásico porque tuvo buenas actuaciones, buenos efectos, un guión interesante y una más que interesante adaptación del guión original, agregando ideas que en el guión original no habían sido siquiera exploradas.
Por eso la sigo recomendando, porque vale la pena verla, porque no es una película más, porque se distancia en argumento lo suficiente de la película original como para ser considerada una película nueva.
Un saludo y buena suerte.
Lejos está de ser perfecta, lo acepto, pero para la época su puesta en escena fue sorprendente y uno salía del cine llenos de ganas de comentarla con los amigos y de recomendarles que sí o sí la vieran porque era una película poco menos que imperdible.
Ahora, he visto por allí una crítica que compara a esta película con ET y me llama la atención, mucho muchísimo, ese hecho porque ET era una película para niños en tanto La Cosa era, indudablemente, un film dirigido a un público adolescente y adulto. También he de mencionar que esta película, a diferencia de ET, fue mucho menos publicitada pero que a día de hoy ha alcanzado la categoría de clásico.
Y es un clásico porque tuvo buenas actuaciones, buenos efectos, un guión interesante y una más que interesante adaptación del guión original, agregando ideas que en el guión original no habían sido siquiera exploradas.
Por eso la sigo recomendando, porque vale la pena verla, porque no es una película más, porque se distancia en argumento lo suficiente de la película original como para ser considerada una película nueva.
Un saludo y buena suerte.

4,4
4.310
5
18 de marzo de 2020
18 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decidí ver esta película luego de leer las abrumadoras malas críticas recibidas y, sinceramente, no sé por qué tanto desprecio. De hecho, al ver la dichosa película se descubre que la misma tiene tantos errores como cualquier otra y que muchas mejor puntuadas, y mejor tratadas por la crítica profesional, adolecen de más problemas que esta como, por ejemplo, la mayoría de las películas de Emmerich que se salvan por lo monumental de sus efectos especiales antes que por su sólido argumento y, sinceramente ¿Nadie ha notado lo mal que maneja los tiempos, o mejor dicho los relativiza, para aumentar la tensión del espectador? Basta con ver "El día después de mañana" y "Cuatro de Julio", dos películas exitosas en la taquilla, para ver que para Emmerich el tiempo no es una dimensión sino un chicle (goma de mascar) y que lo estira, hace globos o lo comprime según su necesidad y antojo..
Ahora deberé seguir en spoiler aunque no creo que devele demasiado de la trama.
Ahora deberé seguir en spoiler aunque no creo que devele demasiado de la trama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Toda película estadounidense de cine catástrofe o apocalíptico tiene una serie de clichés de los que, aparentemente, ningún director puede escapar aunque, esto es bueno aclararlo, no lo hace porque de hacerlo "estaría cometiendo una brutal metida de pata."
La gente grita cuando no ha de gritar, todos sabemos eso y quienes hemos vivido alguna situación de extrema tensión, quedarse encerrado en un ascensor por ejemplo, sabe que no se salvará de una buena dosis de alaridos ¿Por qué grita la gente? No grita porque crea que sus alaridos conseguirán cambiar las cosas sino porque puede, sencillamente por eso y no me digan que simplifico porque desde pequeño he visto a personas hacer cosas que claramente no deberían hacerse porque no solo te aconsejan no hacerlo sino porque también es peligroso.
¿Enumeramos las cosas que la gente hace aunque le hayan repetido hasta el cansancio que no ha de hacerlo? Conducir un coche después de haber bebido, superar el límite de velocidad, fumar, drogarse, insultar a los demás, no respetar a los ancianos, no respetar a los jóvenes, no respetarse ni a sí mismo, no seguir al más bestia del grupo, no comportarse como un bestia cuando está en grupo, no prejuzgar, no enjuiciar a quienes tienen sus mismos defectos es decir, no ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio ¡Uf! Mejor lo dejo aquí.
Además ¿Qué sería de las películas de terror si la gente no saliera sola a investigar que fue ese ruido, llorara de miedo en tanto el asesino, o monstruo diabólico, la está buscando o ignorara las advertencias hechas por las autoridades de turno? ¿O si las autoridades no ignoraran las advertencias del listo que todo lo sabe? Debemos reconocer que si los actores se comportaran de forma responsable las películas serían un bodrio pues, con la saludable excepción de Matt Damon en la saga "De Bourne" todos hacen cosas que no deberían hacer o se comportan como es razonable que no deberían comportarse.
Pero el problema es que la gente se comporta así ¿O no invadió Hitler a Rusia ignorando los consejos de sus generales? ¿O no se bañan los australianos en un mar lleno de tiburones y medusas asesinas y los indígenas del amazonas en ríos llenos de pirañas o en África en ríos infestados de cocodrilos? ¿O no aumenta el precio del metro cuadrado en Los Ángeles? ¿O no construyen edificios cada vez más altos en Japón? ¿O la gente no sigue comprando o edificando casas en terrenos arbolados de California? ¿O viviendo en primera línea de playa en lugares habitualmente azotados por huracanes? Además se pasa por alto un hecho psicológicamente demostrable: La gente no puede contener sus gritos cuando está aterrorizada.
En cuanto a lo del perro, conozco poca gente que hubiese decidido dejar al perro abandonado a su suerte en lugar de habérselo llevado consigo hasta que los eventos le hicieran darse cuenta que conservar al animal es peligroso y uno puede enterarse en los noticieros que hay quien ha muerto por salvar a un perro o a un gato y quien escribe, que se las da de precavido, una vez cruzó una avenida en hora punta y otra vez se enfrentó a un pitbull para salvar la vida de su perro cojo y por eso, para mí, la escena del perro es una de las más fuertes de la película.
Tampoco puede afirmarse que todo ocurre en dos o tres días pues las infecciones no se declaran, ni se curan, de forma instantánea. bien podemos presumir entonces, que cuando la abuela advierte de la que la herida de la madre está infectada han pasado dos o tres días y la lengua del reverendo está cicatrizada. Cierto que no se manejan bien los tiempos pero eso es habitual, muy habitual, en las películas.
Y la niña con el chaleco sónico ¿No fue enviada para obligar a la familia a esconderse en el sótano, donde estaban quienes raptarían a la muchacha? Además, no puede esperarse que el líder de una secta de locos actúe de forma razonable.
Y hasta aquí puedo llegar, un saludo y hasta siempre.
La gente grita cuando no ha de gritar, todos sabemos eso y quienes hemos vivido alguna situación de extrema tensión, quedarse encerrado en un ascensor por ejemplo, sabe que no se salvará de una buena dosis de alaridos ¿Por qué grita la gente? No grita porque crea que sus alaridos conseguirán cambiar las cosas sino porque puede, sencillamente por eso y no me digan que simplifico porque desde pequeño he visto a personas hacer cosas que claramente no deberían hacerse porque no solo te aconsejan no hacerlo sino porque también es peligroso.
¿Enumeramos las cosas que la gente hace aunque le hayan repetido hasta el cansancio que no ha de hacerlo? Conducir un coche después de haber bebido, superar el límite de velocidad, fumar, drogarse, insultar a los demás, no respetar a los ancianos, no respetar a los jóvenes, no respetarse ni a sí mismo, no seguir al más bestia del grupo, no comportarse como un bestia cuando está en grupo, no prejuzgar, no enjuiciar a quienes tienen sus mismos defectos es decir, no ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio ¡Uf! Mejor lo dejo aquí.
Además ¿Qué sería de las películas de terror si la gente no saliera sola a investigar que fue ese ruido, llorara de miedo en tanto el asesino, o monstruo diabólico, la está buscando o ignorara las advertencias hechas por las autoridades de turno? ¿O si las autoridades no ignoraran las advertencias del listo que todo lo sabe? Debemos reconocer que si los actores se comportaran de forma responsable las películas serían un bodrio pues, con la saludable excepción de Matt Damon en la saga "De Bourne" todos hacen cosas que no deberían hacer o se comportan como es razonable que no deberían comportarse.
Pero el problema es que la gente se comporta así ¿O no invadió Hitler a Rusia ignorando los consejos de sus generales? ¿O no se bañan los australianos en un mar lleno de tiburones y medusas asesinas y los indígenas del amazonas en ríos llenos de pirañas o en África en ríos infestados de cocodrilos? ¿O no aumenta el precio del metro cuadrado en Los Ángeles? ¿O no construyen edificios cada vez más altos en Japón? ¿O la gente no sigue comprando o edificando casas en terrenos arbolados de California? ¿O viviendo en primera línea de playa en lugares habitualmente azotados por huracanes? Además se pasa por alto un hecho psicológicamente demostrable: La gente no puede contener sus gritos cuando está aterrorizada.
En cuanto a lo del perro, conozco poca gente que hubiese decidido dejar al perro abandonado a su suerte en lugar de habérselo llevado consigo hasta que los eventos le hicieran darse cuenta que conservar al animal es peligroso y uno puede enterarse en los noticieros que hay quien ha muerto por salvar a un perro o a un gato y quien escribe, que se las da de precavido, una vez cruzó una avenida en hora punta y otra vez se enfrentó a un pitbull para salvar la vida de su perro cojo y por eso, para mí, la escena del perro es una de las más fuertes de la película.
Tampoco puede afirmarse que todo ocurre en dos o tres días pues las infecciones no se declaran, ni se curan, de forma instantánea. bien podemos presumir entonces, que cuando la abuela advierte de la que la herida de la madre está infectada han pasado dos o tres días y la lengua del reverendo está cicatrizada. Cierto que no se manejan bien los tiempos pero eso es habitual, muy habitual, en las películas.
Y la niña con el chaleco sónico ¿No fue enviada para obligar a la familia a esconderse en el sótano, donde estaban quienes raptarían a la muchacha? Además, no puede esperarse que el líder de una secta de locos actúe de forma razonable.
Y hasta aquí puedo llegar, un saludo y hasta siempre.
10
17 de marzo de 2020
17 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dios quiera que haya escrito bien el título...
Star Trek tiene una característica que el tiempo no podrá borrar: Es la serie menos maniqueísta que he visto. Esto es algo que los jóvenes de hoy no identifiquen claramente, pero Star Trek, lejos de pintar un mundo en blanco y negro procuraba exponer la mayor gama de colores posibles.
Primero he de hacer una declaración: Los clásicos jamás envejecen, se añejan para el disfrute de los paladares más exquisitos y esto es lo que ha sucedido con esta serie ¿Detenerse a criticar los "pijamas"? Extrañamente, hasta en la serie Cosmos 1.999 se utilizaban ropas ceñidas al cuerpo, con más o menos aspecto de pijamas pero todas del mismo estilo ¿Por qué razón?porque en el año que se filmaron era "lo moderno" pero ciertamente, en Star Trek se demuestra que no es el hábito lo que hace al monje ¿Por qué detenernos entonces, precisamente, en eso? ¿Por qué no resaltar que en la época de la Guerra Fría, solo unos pocos años después de la crisis de los misiles, se presentaba a la Tierra como habitada por una civilización integral e integrada, donde no tenía cabida el dinero, donde no era el ansia de riqueza, sino de conocimiento, lo que empujaba al ser humano hacia las estrellas?
Una serie para la cual ni klingoons ni romulanos eran mala gente sino, quizás, extremadamente desconfiados y algo belicistas, donde el problema base era llegar al entendimiento y donde los problemas surgían de la incapacidad de entenderse.
Y si seguimos su historia vemos claramente el propósito de Roddenberry: Hacernos entender que la Tierra es, al fin y al cabo, una nave espacial perdida en el cosmos.
Propuso la idea de una tierra unida en los sesenta, sin telones de acero, sin KGB o CIA, Promocionó el principio de no intervención en los noventa, con The Next Generation, una época en la cual los EE.UU. estaban en pleno auge intervencionista. Intentó, en Deep Space Nine, hacernos ver que la mejor manera de ayudar es ayudando, pero no imponiéndose a cambio de dar ayuda (Tal el papel de Cisko, si no me equivoco).
Antes de eso el extraterrestre malo e invasor, que venía a destruirnos y apropiarse de jnuestros recursos (que reflotó Emmerich), las historias de ciencia ficción que más parecen una historia de cowboys e indios tuneadas, donde el malo es muy malo y el bueno muy bueno y entonces llegó E.T., un extraterrestre bueno, y Encuentros Cercanos y Cocoon que, casualmente, coincidieron con una época de distensión , de apaciguamiento de la Guerra Fría.
Indudablemente esta visión no se ha conservado en las nuevas películas de la saga que aunque espectaculares en sus efectos van a la pata coja con la filosofía pero claro, Gene había muerto y otra mano gobernaba el timón de la Enterprise.
Esto más que una crítica parece un panegírico pero es que no deseo que se olvide que en la serie Star Trek original se mostró el amor interracial, a rusos, estadounidenses y japoneses trabajando juntos, a una mujer (para "colmo" negra) siendo un miembro importantísimo de la nave y a un hombre verde (Spock tenía de ese color la sangre por lo que podemos presumir que el tono de su piel no era sonrosado precisamente) siendo el segundo al mando (¿Qué más extranjero que un extraterrestre?) y, la guinda del pastel, el contrapunto entre Spock y McCoy, que parecían ser las dos conciencias, la emocional y la racional, del capitán Kirk que escuchaba a ambos antes de decidir que hacer.
Porque eso es lo que ha de hacerse ¿No es así? Equilibrar lo emocional y lo racional para llegar a decisiones correctas ¿O daremos la razón a quienes sostienen que hay un número de bajas aceptables? ¿O nos guiaremos por puras estadísticas, olvidando que cada índice representa a seres humanos?
Esa es la característica de Star Trek que no ha podido borrar el tiempo, de hecho actualmente estamos casi como en los sesenta, porque aunque creamos que la amenaza nuclear es algo ya pasado, aunque creamos en el triunfo del capital y la bonanza de él surgida, aunque creamos en el "ellos malos, nosotros buenos", todo indica claramente que estamos equivocados ¿En qué me baso para decir esto?
Pues, en que EE.UU., Rusia y China poseen un nutrido arsenal nuclear listo para ser usado, en que más de la mitad de la población mundial no sabe lo que es comer todos los días, en que la xenofobia, la homofobia y otras fobias están reapareciendo con fuerza y que el etnocentrismo parece regir las relaciones internacionales.
Y que existe un afán increíble por crear nuevas fronteras y por hacer cada día más difícil el poder atravesar las viejas.
Como si el mundo, en lugar de compararse con una nave espacial que surca en soledad la inmesidad del cosmos se semejase a un puñado de chatarra generado por cada una de las ideas que en él circulan, ideas que en lugar de confrontarse para alcanzar el entendimiento se enfrentan como si de autos chocadores se tratase.
Paz y prosperidad... nos hace falta.
Star Trek tiene una característica que el tiempo no podrá borrar: Es la serie menos maniqueísta que he visto. Esto es algo que los jóvenes de hoy no identifiquen claramente, pero Star Trek, lejos de pintar un mundo en blanco y negro procuraba exponer la mayor gama de colores posibles.
Primero he de hacer una declaración: Los clásicos jamás envejecen, se añejan para el disfrute de los paladares más exquisitos y esto es lo que ha sucedido con esta serie ¿Detenerse a criticar los "pijamas"? Extrañamente, hasta en la serie Cosmos 1.999 se utilizaban ropas ceñidas al cuerpo, con más o menos aspecto de pijamas pero todas del mismo estilo ¿Por qué razón?porque en el año que se filmaron era "lo moderno" pero ciertamente, en Star Trek se demuestra que no es el hábito lo que hace al monje ¿Por qué detenernos entonces, precisamente, en eso? ¿Por qué no resaltar que en la época de la Guerra Fría, solo unos pocos años después de la crisis de los misiles, se presentaba a la Tierra como habitada por una civilización integral e integrada, donde no tenía cabida el dinero, donde no era el ansia de riqueza, sino de conocimiento, lo que empujaba al ser humano hacia las estrellas?
Una serie para la cual ni klingoons ni romulanos eran mala gente sino, quizás, extremadamente desconfiados y algo belicistas, donde el problema base era llegar al entendimiento y donde los problemas surgían de la incapacidad de entenderse.
Y si seguimos su historia vemos claramente el propósito de Roddenberry: Hacernos entender que la Tierra es, al fin y al cabo, una nave espacial perdida en el cosmos.
Propuso la idea de una tierra unida en los sesenta, sin telones de acero, sin KGB o CIA, Promocionó el principio de no intervención en los noventa, con The Next Generation, una época en la cual los EE.UU. estaban en pleno auge intervencionista. Intentó, en Deep Space Nine, hacernos ver que la mejor manera de ayudar es ayudando, pero no imponiéndose a cambio de dar ayuda (Tal el papel de Cisko, si no me equivoco).
Antes de eso el extraterrestre malo e invasor, que venía a destruirnos y apropiarse de jnuestros recursos (que reflotó Emmerich), las historias de ciencia ficción que más parecen una historia de cowboys e indios tuneadas, donde el malo es muy malo y el bueno muy bueno y entonces llegó E.T., un extraterrestre bueno, y Encuentros Cercanos y Cocoon que, casualmente, coincidieron con una época de distensión , de apaciguamiento de la Guerra Fría.
Indudablemente esta visión no se ha conservado en las nuevas películas de la saga que aunque espectaculares en sus efectos van a la pata coja con la filosofía pero claro, Gene había muerto y otra mano gobernaba el timón de la Enterprise.
Esto más que una crítica parece un panegírico pero es que no deseo que se olvide que en la serie Star Trek original se mostró el amor interracial, a rusos, estadounidenses y japoneses trabajando juntos, a una mujer (para "colmo" negra) siendo un miembro importantísimo de la nave y a un hombre verde (Spock tenía de ese color la sangre por lo que podemos presumir que el tono de su piel no era sonrosado precisamente) siendo el segundo al mando (¿Qué más extranjero que un extraterrestre?) y, la guinda del pastel, el contrapunto entre Spock y McCoy, que parecían ser las dos conciencias, la emocional y la racional, del capitán Kirk que escuchaba a ambos antes de decidir que hacer.
Porque eso es lo que ha de hacerse ¿No es así? Equilibrar lo emocional y lo racional para llegar a decisiones correctas ¿O daremos la razón a quienes sostienen que hay un número de bajas aceptables? ¿O nos guiaremos por puras estadísticas, olvidando que cada índice representa a seres humanos?
Esa es la característica de Star Trek que no ha podido borrar el tiempo, de hecho actualmente estamos casi como en los sesenta, porque aunque creamos que la amenaza nuclear es algo ya pasado, aunque creamos en el triunfo del capital y la bonanza de él surgida, aunque creamos en el "ellos malos, nosotros buenos", todo indica claramente que estamos equivocados ¿En qué me baso para decir esto?
Pues, en que EE.UU., Rusia y China poseen un nutrido arsenal nuclear listo para ser usado, en que más de la mitad de la población mundial no sabe lo que es comer todos los días, en que la xenofobia, la homofobia y otras fobias están reapareciendo con fuerza y que el etnocentrismo parece regir las relaciones internacionales.
Y que existe un afán increíble por crear nuevas fronteras y por hacer cada día más difícil el poder atravesar las viejas.
Como si el mundo, en lugar de compararse con una nave espacial que surca en soledad la inmesidad del cosmos se semejase a un puñado de chatarra generado por cada una de las ideas que en él circulan, ideas que en lugar de confrontarse para alcanzar el entendimiento se enfrentan como si de autos chocadores se tratase.
Paz y prosperidad... nos hace falta.
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