Empieza mal y solo va a peor. Lo curioso es que cuanto más avanza la cinta y más degeneración muestra, mejor se vuelve. Cuanto peor es mejor. La elección musical, que podría haber sido escogida perfectamente por Tarantino es lo único verdaderamente decente del filme.
Pero tiene algo que te hace querer seguir mirando, a ver cual es el siguiente escalón, a ver cuanto puedes soportar. Una de las funciones del cine, es el poder vivir experiencias, sentir sensaciones. ¿Por qué querría alguien ver una película de terror, si sabe que lo va a pasar mal? Porque el espectador quiere sentir la sensación de miedo sin estar realmente en peligro. Pues de igual manera, Pink Flamingos cumple una función parecida; explora el sótano del alma, te quedas a ver qué clase de degeneraciones eres capaz de ver.
Esa debe ser la única razón por la cual los "cineastas, críticos y entendidos en cine" actuales empiecen a considerar esta basura audiovisual una obra maestra. Dista mucho de ser siquiera soportable, pero ese es su objetivo por lo que no se le puede reprochar nada a la mente enferma de Johm Waters.

No diré ya hilarante. La calidad de semejante obra es ínfima, ensalza todo aquello que pretende criticar y la moraleja es la de siempre. No tiene nada de mordaz, de elegante, de seria, no inculca ningún valor bueno. Es la misma crítica anti blancos que se ve tanto por la tele. (La princesa blanca es racista pero cambia de opinión cuando se enrolla con la negra) Es la degeneración que siempre se ve por la tele, hecha dibujo animado.
No obstante, es imposible no soltar más de una carcajada bastante a menudo. Si no tienes una pizca de sensibilidad, te reirás. Te ríes más por un "No puedo creer que lo haya dicho" que por la broma en sí, pero aun con todo funciona.