Es chocante ver aparecer los títulos de crédito en alemán para una producción que desde los primeros fotogramas parece de factura genuinamente americana. El argumento está muy en línea de la legendaria "Flecha rota" de Delmer Davis (1950) con James Steward. Aquí el protagonista es Lex Barker, especialista en cine de aventuras, quien borda su papel. La trama de corrupciones políticas, incumplimiento de los tratados y expoliación de los territorios apaches, rivalidad entre tribus indias y codicia sin escrúpulos de los colonizadores blancos tiene su base histórica. Estos acontecimientos sirven de base para una puesta en escena impresionante donde se ven, en enclaves naturales extraordinarios, desde manadas de bisontes hasta persecuciones a caballo y a pie, monte a través. Las imágenes son tan plásticas y expresivas que alejan por completo la obra del subgénero del "spaghetti western". Nada que ver. Película muy recomendable.

El buen trabajo actoral de John Travolta no logra compensar la falta de agilidad narrativa, el guion falto de inspiración, la deficiente ambientación y el mal manejo de las líneas de tiempo. Los personajes ni los planos no convencen y el resultado es el de un simple telefilm con escasos recursos.

Argumento un tanto ingenuo y previsible. Buena interpretación de Arturo Fernandez y de todos los actores en general, aunque, a veces, la dicción es demasiado declamatoria y teatral. Rompe el molde algún diálogo con tintes irónicos y humorísticos. La película se deja ver por su buen trabajo de cámara y sus poderosos encuadres, la buena fotografía e iluminación.

La película no es, verdaderamente, lo que se pretende que sea. No tiene nada que ver con planteamientos feministas ni con panfletos anti masculinos. En realidad, no es más que un simple thriller, como cualquier otro, en torno a un caso particular de un psicópata que acosa hasta a su propio hijo, motivado y revestido por una sentencia judicial equivocada. El título induce a error. La angustia y las situaciones tensas provocadas pondrían nervioso a un caballo. El tema de los divorcios traumáticos tiene mejor filmografía. Vease "Kramer contra Kramer". Los malos tratos están mejor ilustrados en obras como "Te doy mis ojos" (Iciar Bollain) con un convincente Luis Tosar como protagonista. "Custodia compartida" queda como un sobrevalorado drama a la francesa con tantas irregularidades que difícilmente pasará a la historia del buen cine.

La película tiene poca cosa nueva que ofrecer. Es el típico argumento de testigos de cargo protegidos, poderes fácticos corruptos y falsos policías infiltrados, sin ninguna coherencia y hecho con los pies. El desarrollo ya se puede suponer, a base de persecuciones a tumba abierta, tiroteos salvajes, escapadas en moto, peleas con artes marciales, torturas y todos los tópicos habidos y por haber. Olga Kurylenko es Van Damme en versión femenina, invencible ella sola contra todo un ejército de asesinos profesionales armados hasta los dientes. Con escenas a lo Quentin Tatantino mal copiado, los personajes parecen caricaturescos. Hasta cabe dudar de que no sea esta la verdadera intención, rememorando los combates de lucha libre que se organizaban en las plazas de toros, aquí con más sangre y violencia sádica. La trama no es más que un pretexto para el lucimiento de la protagonista. El film es de los que engordan la larga lista de producciones del montón, sólo para usar y tirar.