Dos impresionantes chavalas entran en casa de un padre de familia para seducirlo, y luego resulta que están locas. Tiene diálogos de película porno, situaciones estiradas hasta aburrir, y en general falta de todo. Keanu Reeves toca fondo. No sabemos si es un thriller, una comedia o cuál es la intención del director.

Magnífica recreación, por parte de Joaquin Phoenix, del nacimiento de una leyenda del mal, el famoso Joker. Es una película inclasificable, con un desarrollo del personaje muy potente, sin clichés, muy descarnada, y que mueve las entrañas del espectador. Temía ser defraudado después de haber oído tantos halagos, pero cuando la obra de arte es de tal calibre, no hay decepción posible. La escena del "nacimiento" del Joker, con Joaquin Phoenix bailando y bajando la escalera, quedará ahí, como una de las imágenes del cine actual.

Me ha sorprendido leer tantos comentarios positivos de una película tan mala. Lo único que es cierto es que no parece una película de superhéroes. Pero es de Marvel, y como película deja mucho que desear, porque ni tiene profundidad en los personajes, ni las escenas de acción son tan buenas, ni la ambientación te atrapa, etc. Es un producto de entretenimiento mediocre. La idea es que un país africano considerado del tercer mundo es en realidad una supercultura, guardada en secreto, gracias a un poderoso elemento mineral que el mundo todavía no conoce. Te la regalo.

Lo único que sorprende de esta película es su aire macarra. Y aún así, resulta típica y poco original. Los continuos chistes tienen buenos momentos pero continuos desaciertos. No hay nada peor que una película de humor a la que se le ven las costuras, y a esta se le ven con frecuencia. El guión parece el resultado de una noche de juerga, y no de un trabajo concienzudo. Tampoco la predecesora es muy diferente, quizás un poco mejor película, pero en general resulta decepcionante. Lo más destacable puede que sean algunas escenas de acción, muy bien planteadas.

Aburrida. Aunque es muy destacable visualmente, siempre con la obsesión por los planos simétricos, esta película de Wes Anderson, una vez más, no tiene un planteamiento claro, no se sabe qué quiere contar, no consigue un buen guión, ni buenas situaciones, ni buena comedia. Se le supone un trasfondo metafórico de que las personas somos seres civilizados pero animales salvajes a la vez.