Primer largometraje de la gallega Paula Cons que debuta como directora con un guión propio. Basada en una historia real de un naufragio sucedido a principios de siglo XX, la película reconstruye el ambiente que rodeó el naufragio y las posibles causas del conocido como el 'Titanic gallego', suceso que pasó desapercibido por las circunstancias sin aclarar que rodean el caso. Cons imagina y levanta el perfil de unos personajes constreñidos por la época, su situación y un contexto asfixiante donde la única realidad es la huida a otros lugares, como los emigrantes del barco naufragado. en otra linea de narración, la historia de unas mujeres abocadas a una trayectoria definida que, en principio, no pueden romper. Destacar el papel del argentino Grandinetti como periodista extranjero que cubre el suceso y busca razones más allá de las olas del mar.

Elorrieta (guión y dirección) nos propone un juego de resistencia a la presión y al chantaje. Sin ser "Funny Games" tiene sus reminiscencias. Grabada entre la Comunidad Valenciana, España y Santiago de Chile, tiene un juego de adelante/atrás que obliga a estar atentos.

La poca acertada traducción al castellano de "La Pazza Gioia" por "Locas de alegría" no llega a expresar por completo la amplitud y alcance del término pero si intenta acercarse a lo que describe en si el ambiente que persigue esta pelicula sobre-premiada, además, por cinco premios Donatello (el equivalente a los Goya españoles ó los César franceses).

Destacar, sin duda, la interpretación de sus dos protagonistas que intentan estar a la altura de unos personajes muy dificiles de interpretar, sobre todo, el de Micaela Ramazzotti (una actriz muy popular en Italia por sus numerosas participaciones en series de televisión), con una actuación muy por encima del de su compañera de reparto Valeria Bruni-Tedeschi, hermana de la modelo Carla Bruni, que fue primera dama de Francia, y con una amplia carrera cinematográfica a sus espaldas desde que debutara en 1987 con "Hotel de France" bajo la dirección de Patrice Chéreau.

La pelicula, presentada en 2016 en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, no es la mejor (ni tampoco la peor) puesta en escena del veterano director, guionista y productor toscano Paolo Virzi, del que (personalmente) recomiendo titulos de su primera etapa como La bella vida, Feria de Agosto, Ovosodo e, incluso, Mi nombre es Tanino. Una cinta que se deja ver si no tenemos otra cosa que hacer.

Inquietante propuesta de Alex van Warmerdam, un veterano guionista, director, actor y pintor holandés, que cuenta con una docena de peliculas en su filmografía. Borgman arranca con un argumento interesante cuando unos hombres buscan y persiguen al protagonista por el bosque. Un inicio que queda en el aire para dar paso a una trama mayor cuando Borgman irrumpe en una casa de un barrio residencial y consigue entrar en las vidas de la familia. La referencia a Funny Games de Michael Haneke y, también, por tiempos y estética, a Canino de Yorgos Lanthimos, es ineveitable.

Todo ocurre en una barca de pesca, en un mismo escenario, rodeados de agua. Interesante intento de poesia visual malogrado por la banda sonora que también lo intenta pero no lo consigue. La ausencia de diálogo en la protagonista acompaña su personaje y consigue crear una atmósfera que continua, a duras penas, hasta el final. Si se puede, hay que verla por intentar comprender el cine realizado en otras latitudes.