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Críticas 142
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
9
20 de marzo de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jean-Marc Vallée nos sorprendió el año anterior con la película "El club de los desahuciados" (2013), que nos contaba la historia de Ron Woodroof, un vaquero que contrajo sida por tener relaciones sin protección en los rodeos. Fue un filme cargado de dramatismo y narrado de forma concisa. Con "Alma Salvaje" Vallée se supera a sí mismo y nos relata la vida salvaje de Cheryl Strayed, una mujer que sufre varias experiencias que la sucumben en la depresión, como la muerte prematura de su mamá o su reciente divorcio. Debido a esto, decide emprender una caminata que conlleva más de 1500 kilómetros, atravesando el desierto de Mojave. La hazaña le sirve para encontrarse a sí misma, dejar atrás su tormento pasado con las drogas y motivarse para seguir viviendo.
Reese Witherspoon nos entrega la mejor actuación de su carrera, una interpretación difícil, donde Witherspoon consigue un nivel histriónico impredecible.
Laura Dern es Bobbi, la madre, que por medio de flashbacks, se nos va relatando la relación con Cheryl.
El flashback es una herramienta que Vallée sabe utilizar, gracias a ella podemos conocer el pasado de Strayed y entender claramente el objetivo de este viaje y también permite que el espectador se identifique con la protagonista.
Por eso el montaje y el guión de Nick Hornby tienen un protagonismo importante.
La fotografía de Yves Bélanger es preciosa, los panoramas y los paisajes son retratados excelentemente y se ubican dependiendo del estado de ánimo de Cheryl, es un elemento acertado.
"Alma Salvaje" es una excelente película que se recuerda, es un viaje interno sorprendente que nos hace a nosotros también reflexionar sobre nuestra vida y nuestro pasado.
24 de diciembre de 2017 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ken Loach es un director acostumbrado al cine social y mediante este, poder denunciar alguna irregularidad dentro del quehacer cotidiano. Con “Yo, Daniel Blake”, el veterano realizador, ofrece una aguda crítica a los poderes públicos de Gran Bretaña, mostrando la agresión que estos provocan.
Con un suntuoso guión de Paul Laverty, la historia nos presenta a Daniel Blake, un carpintero que a sus 59 años sufre un infarto y tiene como última opción visitar un hospital y necesitar de la asistencia social. Sin embargo las cosas se complican cuando debe buscar un empleo, tenía prohibido por órdenes del doctor realizar otro trabajo, ya que una sanción podría recibir y sin un oficio no podría optar por una pensión. En medio de las congojas, Daniel conoce a Katie, una madre soltera que debe sacar a delante a sus pequeños hijos.
La dirección de Loach es soberbia, se dedica minuciosamente a relatar una historia conmovedora y realista, y presenta de manera concisa esa diferencia entre un ciudadano y el sistema.
La puesta en escena es sencilla pero ayuda a darle ese toque de realismo, hay poca o nula intervención digital y la fotografía, a cargo de Robbie Ryan, utiliza muy la luz natural, dándonos un trabajo muy bueno.
Las actuaciones son aceptables, en especial el papel desempeñado por Dave Johns. Las demás interpretaciones son rescatables.
En fin, “Yo, Daniel Blake” es un filme de crítica social y que logra su objetivo, aunque nosotros no seamos británicos y no conozcamos muy bien esta realidad, Loach nos hace partícipes de esa situación que en nuestro país puede suceder algo parecido. Excelente.
5 de octubre de 2015 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el 2007, cuando se estrenó "Gánster Americano", Ridley Scott ha dado brincos y saltos en cuanto a sus películas se refiere. No ha logrado desde ahí, títulos que se comparen con sus grandes obras, "Alien: El octavo pasajero" (1979), "Blade Runner" (1982) o incluso "Gladiador" (2000). En esta ocasión vuelve a la ciencia ficción con "Misión rescate", una historia de supervivencia fuera de la superficie terrestre, en Marte.
En sí la premisa es sencilla, una tripulación que está en el planeta rojo realizando las tareas respectivas y una tormenta los alcanza, dan por muerto a uno de sus compañeros y dejan el lugar. Mark Watney, el astronauta abandonado, es dado por muerto y la noticia es conocida por todos en la tierra. Pero en realidad ha sobrevivido y se encuentra solo. Deberá recurrir a su ingenio y a los recursos que tiene para sobrevivir y poder comunicar a la tierra que aún sigue vivo.
Basada en la novela homónima de Andy Weir y adaptada por Drew Goddard, el guionista de "Cloverfield: Monstruo" (2008), "La cabaña del terror (2012), "Guerra mundial Z" (2013), la película hace una mezcla atractiva entre el drama y el humor, haciéndola entretenida sin caer en un drama fatalista y desolador.
Su primera parte es intensa, gracias a la interpretación de Matt Damon, que vuelve a demostrar que es un buen actor y también al laborioso trabajo técnico y visual y del director Ridley Scott que vuelve a sus andanzas, pero a medias, por que ya en la segunda parte se estanca y no logra la conexión con el espectador, donde ya ni siquiera se siente lástima por el astronauta y quizá, el problema es la presencia de música disco que no genera concordancia con lo narrado en pantalla.
El resto del elenco es bueno, un Jeff Daniels frío y calculador como el presidente de la NASA o un Sean Bean más sensible. Lo que me da lástima, es la poca atención que se le brinda a personajes como el de Jessica Chastain o Kristen Wiig (nunca me la imaginé fuera de "Damas en guerra (2011)), que pudieron otorgarle más a la historia.
En los aspectos técnicos sobresale la sofisticada fotografía de Dariusz Wolski, los logrados efectos visuales, que aunque no se comparan con las obras recientes del subgénero como "Gravedad" (2013) o "Interestelar" (2014), logran recrear el ambiente y la hermosa presentación de Marte, que hacía sentir al público en el planeta.
"Misión rescate" es buena película, que pudo ser mejor pero cumple su prometido, se deja ver y hace que volvamos a creer en el potencial del director británico Ridley Scott. Pensé que lo habíamos perdido para siempre.
14 de abril de 2015 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida del director Roman Polanski ha sido atravesada por varios eventos traumáticos, como su infancia sufrida por la Segunda Guerra mundial o la tragedia de la muerte de su esposa Sharon Tate, por manos de integrantes de una secta satánica. También es una persona non grata en los Estados Unidos, ya que es acusado de haber mantenido relaciones sexuales con una menor de edad y el juicio está aún pendiente. Quizá por eso, su obra maestra "El pianista", está cargada de su propia visión de sufrimiento, dándole al filme esa atmósfera de realismo doloroso.
Describe la atormentada vida de un sobreviviente del Holocausto llamado Wladyslaw Szpilman, un talentoso músico polaco de origen judío que vive con su familia en el gueto de Varsovia. Su carrera es interrumpida en 1939 debido a que los alemanes invaden el territorio polaco, donde él y su familia se vieron obligados a marcharse. Szpilman consigue gracias a unas amistades, no ser deportado a los campos de concentración pero lamentablemente, su familia sí es enviada. Él debe refugiarse en un apartamento abandonado y sobrevivir a constantes peligros.
Las imágenes son fuertes, ya que el espectador es testigo de muchos maltratos físicos, ejecuciones desgarradoras y un sinnúmero de atrocidades. Todo esto es presentado con un grado de realismo bastante alto, pero nunca rozando con las exageraciones o cayendo en el "gore", solo se muestra lo necesario.
Adrien Brody interpreta a un protagonista perturbado, que debe sobrevivir cada día mientras que su alrededor se produce mucho sufrimiento, marcando perfectamente sentimientos como el miedo, el hambre y la soledad. La cámara siempre es puntual, siempre toma el punto de vista de Szpilman, por lo cual el espectador se identifica perfectamente.
Gracias a Polanski, el ritmo narrativo es lento y pausado, permitiendo apegarse mucho al texto original y poniendo en el tapete muchos temas que poco se tratan en películas sobre este hecho atroz, como que no todos los alemanes son torturadores y que la solidaridad es el punto clave de que todo mal acabe.
La musicalización también es un elemento que sobresale. Donde hay música, las imágenes se complementan de manera formidable y donde no hay, como en las escenas escalofriantes, el silencio musical da paso al desgarrador sonido ambiente.
"El pianista" es una obra maestra que va más allá de presentar los daños acarreados por la guerra, ya que imparte una valiosa moraleja sobre la bondad humana que a pesar del mal presente, siempre hay una llamita de esperanza presente para los demás.
26 de marzo de 2015 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los noventa los estudios Disney anotaron hitos rotundos en el cine de animación. Algunos de ellos son: "La bella y la bestia" (1991) que por cierto fue la primera película animada en estar nominada al premio Oscar como mejor película del año, "Aladín" (1992), "El rey León" (1994), "Pocahontas" (1995), "Mulan" (1998). En la misma década se creó el estudio Dreamworks por Steven Spielberg, Jeffrey Katzenberg y David Geffen. En el campo de animación surgió la idea de adaptar una historia bíblica, aunque no parecía rentable, alcanzó mucho en taquilla, compitiendo con "Mulan" (1998), la apuesta de Disney ese año.
Utilizaron el formato de musical y bien que fue una buena idea. La banda sonora fue compuesta por Hans Zimmer y las letras escritas por Stephen Schwartz.
La película inicia cuando el faraón Seti ordena la muerte de todos los recién nacidos hebreos para disminuir la población de esclavos. Yocheved al ver que a las otras mujeres se les arrebataban sus hijos, decidió colocar a su hijo en una cesta y lo deposita en el Río Nilo. Miriam, la hermana del niño, sigue la cesta hasta que ve a la Reina Egipcia sacar al niño de la cesta y lo nombra Moisés. Con el paso del tiempo, Moisés es educado en la cultura egipcia y forja una amistad muy cercana con Ramsés, el heredero al trono. Pero cuando todos se enteran de los orígenes hebreos de Moisés, la relación se tornará distante.
Aunque la historia ya la conocemos, "El príncipe de Egipto" la trata de manera que parezca novedosa a la hora de observarla.
Como decía antes, el género utilizado es el musical. Esto ayuda a que la historia tenga un tratamiento distinto, que sea más atractiva.
Las canciones funcionan a la perfección, todas tienen una letra riquísima que sirve para meditar y se apega fielmente a la Sagrada Escritura.
En fin, aunque sea animada, la película es impresionante, nos cuenta su versión de Moisés y queda grabada en la memoria para siempre.
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