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6,8
25.844
5
26 de enero de 2011
26 de enero de 2011
64 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi. Casi hemos tenido por fin en Catalunya una gran película. Casi. Ha ido del canto de un duro. Y ese canto es un abismo, lo que separa una buena de una mala película.
No son muchas las cosas que fallan en Pa Negre. Pero son esenciales. Como en el fútbol. Si falla el delantero, no es muy grave, pero si falla el portero, te meten un gol.
Los fallos esenciales suelen llegar más bien de los excesos que de las omisiones. Este es el caso. Y el exceso proviene en Pa Negre, de meter a un lobo en la piel de un cordero (o a la inversa, da lo mismo), es decir, de querer ser lo que no se es. Agustí Villaronga trata de hacer una película costumbrista, a partir de una adaptación literaria, y pretende hacer un cine de gran corrección formal, realista en gran medida, narrativamente transparente, con un guión complejo lleno de personajes y de tramas paralelas. Craso error. Quizá buscaba ser más comercial, más convencional, pero no se puede renunciar al ADN si no se es un genio. Hay tipos como Billy Wilder, o John Huston, entre otros, que son capaces de hacerte un pedazo de película negra, un drama espléndido al año siguiente, y una comedia hilarante al próximo. Y todas funcionan. En el ADN de Villaronga no existe esta polivalencia. Si bien es un director muy interesante, por el uso creativo que hace de la cámara, no tiene una habilidad equivalente para convertirse en un corderito y hacernos una gran película costumbrista, aunque esté aderezada de misterios y leyendas.
El guión, hunde esta película. El exceso de tramas e hilos, el desmadre de personajes, la orgía de "jugadas" que, individualmente, pueden resultar interesantes, pero que destrozan al equipo. Éste no consigue ser compacto. Síntesis, simplicidad. John Huston lo decía, simplicidad, amigo, simplicidad. Es esta una película desarbolada y abatida por el viento, los ecos de una esquina, no se oyen en la otra. Hay tramas que podrían desaparecer y lo único que ocurriría es que Pa Negre mejoraría. Hay personajes, ramas, que sobran. Y esto es importante, trasladado al patio de butacas, significa que el espectador, ávido de emociones, desconoce cual es el camino que debe tomar, no sabe con quien empatizar, pues está abrumado por el exceso. No sabe qué o quien es importante, y qué o quien no lo es. Las emociones se diluyen sin remedio en el exceso. No es que no se pueda hacer una película altamente compleja, se hacen y funcionan (véase La Cinta Blanca). Pero aquí no, porque las diferentes piezas de este puzzle, emocionalmente, no se dan la mano, no se complementan, no se enriquecen.
(Sigo sin desvelar)
No son muchas las cosas que fallan en Pa Negre. Pero son esenciales. Como en el fútbol. Si falla el delantero, no es muy grave, pero si falla el portero, te meten un gol.
Los fallos esenciales suelen llegar más bien de los excesos que de las omisiones. Este es el caso. Y el exceso proviene en Pa Negre, de meter a un lobo en la piel de un cordero (o a la inversa, da lo mismo), es decir, de querer ser lo que no se es. Agustí Villaronga trata de hacer una película costumbrista, a partir de una adaptación literaria, y pretende hacer un cine de gran corrección formal, realista en gran medida, narrativamente transparente, con un guión complejo lleno de personajes y de tramas paralelas. Craso error. Quizá buscaba ser más comercial, más convencional, pero no se puede renunciar al ADN si no se es un genio. Hay tipos como Billy Wilder, o John Huston, entre otros, que son capaces de hacerte un pedazo de película negra, un drama espléndido al año siguiente, y una comedia hilarante al próximo. Y todas funcionan. En el ADN de Villaronga no existe esta polivalencia. Si bien es un director muy interesante, por el uso creativo que hace de la cámara, no tiene una habilidad equivalente para convertirse en un corderito y hacernos una gran película costumbrista, aunque esté aderezada de misterios y leyendas.
El guión, hunde esta película. El exceso de tramas e hilos, el desmadre de personajes, la orgía de "jugadas" que, individualmente, pueden resultar interesantes, pero que destrozan al equipo. Éste no consigue ser compacto. Síntesis, simplicidad. John Huston lo decía, simplicidad, amigo, simplicidad. Es esta una película desarbolada y abatida por el viento, los ecos de una esquina, no se oyen en la otra. Hay tramas que podrían desaparecer y lo único que ocurriría es que Pa Negre mejoraría. Hay personajes, ramas, que sobran. Y esto es importante, trasladado al patio de butacas, significa que el espectador, ávido de emociones, desconoce cual es el camino que debe tomar, no sabe con quien empatizar, pues está abrumado por el exceso. No sabe qué o quien es importante, y qué o quien no lo es. Las emociones se diluyen sin remedio en el exceso. No es que no se pueda hacer una película altamente compleja, se hacen y funcionan (véase La Cinta Blanca). Pero aquí no, porque las diferentes piezas de este puzzle, emocionalmente, no se dan la mano, no se complementan, no se enriquecen.
(Sigo sin desvelar)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Villaronga ha mezclado aquí varios libros, y lo ha hecho con tanto rigor, que ha hecho varias películas en una. Hay que saber renunciar, hay que saber decir no, hay que saber tirar a la basura lo que no sirve, por muy bonito que sea. Esto se enseña en primer curso en las escuelas de cine. Villaronga ha tenido un arranque de amor por el guión que ha escrito, y eso le ha pasado factura. Puede que se sintiera poeta de palabras, además de poeta de imágenes (eso sí lo es), pero las palabras no están en su ADN, y no lo estarán mientras no controle sus arranques de amor por sí mismo. Ah, la vanidad, que jodida que es para un creador.
Casi. El canto de un duro. Porque la película está muy bien dirigida. Por una vez, el cine catalán consigue ser plenamente creíble. Las interpretaciones son muy buenas, y eso tiene mucho que ver con Villaronga. Hay escenas admirablemente organizadas y coreogarfiadas, de hecho, individualmente, todas (o casi) son escenas buenas, y a veces muy buenas. Pero juntas, no funcionan como deberían.
Lo mejor de la película, aquello que está en el ADN de su creador. El uso de la imagen. Valga como ejemplo los dos últimos planos de la película. Una maravilla. Pura síntesis visual. Pero llegan tarde.
Lo peor, como he dicho, los artilugios e inventos del guión. Valga como ejemplo una secuencia verdaderamente infumable, en la que nuestro pequeño héroe se despide de su amigo enfermo. Un pegote del guión, indigno de una gran película. Pocas veces se le ha visto tanto el plumero a una película en tan poco espacio de tiempo. Todas las carencias, intuidas hasta entonces... ¡flas!, te dan una torta en la cara. ¡Qué lástima! Demasiado amor del escritor por una subtrama que no sirve de nada.
Casi. Hemos estado cerca de tener por fin una gran película en Catalunya. Teníamos grandes individualidades, grandes jugadas preparadas, pero sin equipo, no se puede ganar la liga. De momento, a comer pan negro, y a seguir esperando.
Casi. El canto de un duro. Porque la película está muy bien dirigida. Por una vez, el cine catalán consigue ser plenamente creíble. Las interpretaciones son muy buenas, y eso tiene mucho que ver con Villaronga. Hay escenas admirablemente organizadas y coreogarfiadas, de hecho, individualmente, todas (o casi) son escenas buenas, y a veces muy buenas. Pero juntas, no funcionan como deberían.
Lo mejor de la película, aquello que está en el ADN de su creador. El uso de la imagen. Valga como ejemplo los dos últimos planos de la película. Una maravilla. Pura síntesis visual. Pero llegan tarde.
Lo peor, como he dicho, los artilugios e inventos del guión. Valga como ejemplo una secuencia verdaderamente infumable, en la que nuestro pequeño héroe se despide de su amigo enfermo. Un pegote del guión, indigno de una gran película. Pocas veces se le ha visto tanto el plumero a una película en tan poco espacio de tiempo. Todas las carencias, intuidas hasta entonces... ¡flas!, te dan una torta en la cara. ¡Qué lástima! Demasiado amor del escritor por una subtrama que no sirve de nada.
Casi. Hemos estado cerca de tener por fin una gran película en Catalunya. Teníamos grandes individualidades, grandes jugadas preparadas, pero sin equipo, no se puede ganar la liga. De momento, a comer pan negro, y a seguir esperando.

8,2
124.937
9
12 de abril de 2010
12 de abril de 2010
40 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida es sueño (o cine) y los genios, genios son. Aquí y en la luna, ahora y hace mil años. La especie humana es cojonuda. Hoy he vuelto a ver La chaqueta metálica, y mientras la veía, tenía en la boca una risa tonta de placer. Kubrick solo hay uno, y esa es nuestra cruz. No lloramos lo suficiente cuando murió, no fuimos conscientes de lo que perdíamos. ¿Qué es un genio? Aquel que trasciende modas y tiempos, aquel que pasa de todo y va a su bola, contra lo que diga el mundo entero. Aquel que haga lo que haga, impone su ley, pero sin hacer ruido. Aquel que inventa a cada paso. Esta es la historia del señor Kubrick. Cada película que ha hecho, ha inventado algo, se ha desmarcado del resto de la humanidad. No lo busca, eso le convertiría en pretencioso y de algun modo se le vería el plumero. Simplemente es un genio, y le sale. No se le puede imitar. Le dio por hacer La naranja mecánica, y nos dejó flipados. Le dio por hacer Senderos de gloria, e hizo la mejor película bélica de su epoca. Le dio por hacer Barry Lindon, y parece que, 30 y pico años después, estuviera hecha ayer. Le dio por hacer 2001, e inventó el cine moderno. Un dia, en el 87, le dio por hacer Full metal Jacket, y nos dejó otra vez con la boca abierta.
No hay nada anterior ni posterior como esta película, ni siquiera Apocalipsis Now (y eso que esa es otro 9). La primera parte es una lección de cine. Hay que ser un visionario para planear un tramo de película como ese, y conseguir luego que funcione. Durante 45 minutos no hay diálogos, solo gritos, solo instrucción, solo marchas al ritmo de los tacos más desmedidos. No hay conversaciones convencionales con las que penetrar en los personajes. Sin embargo, todo queda expuesto. Las acciones fabrican a los personajes, estos obtienen toda su dimensión de los rincones de la acción, cuando ésta se detiene en ellos. Pocos diran que ese tramo de película es un pedazo de cine digno de catalogarse como obra maestra. Yo lo digo. No hay amor, no hay sexo, no hay épica. Solo hay pura invención cinematografica.
La segunda parte mezcla el realismo y la locura. Puede que ambas cosas sean lo mismo. Todo para llegar a una conclusión contundente. Lo dice el protagonista a través de esa extraña voz en off (también innovadora, pues es una formula extraña, ya que no se presenta al narrador, no nos ubica la procedencia de su relato, sus palabras no se deben a la historia como podría pensarse, sino exclusivamente al personaje): "los muertos solo saben una cosa: es mejor estar vivo", o "la vida es una mierda, pero estoy vivo".
No hay nada anterior ni posterior como esta película, ni siquiera Apocalipsis Now (y eso que esa es otro 9). La primera parte es una lección de cine. Hay que ser un visionario para planear un tramo de película como ese, y conseguir luego que funcione. Durante 45 minutos no hay diálogos, solo gritos, solo instrucción, solo marchas al ritmo de los tacos más desmedidos. No hay conversaciones convencionales con las que penetrar en los personajes. Sin embargo, todo queda expuesto. Las acciones fabrican a los personajes, estos obtienen toda su dimensión de los rincones de la acción, cuando ésta se detiene en ellos. Pocos diran que ese tramo de película es un pedazo de cine digno de catalogarse como obra maestra. Yo lo digo. No hay amor, no hay sexo, no hay épica. Solo hay pura invención cinematografica.
La segunda parte mezcla el realismo y la locura. Puede que ambas cosas sean lo mismo. Todo para llegar a una conclusión contundente. Lo dice el protagonista a través de esa extraña voz en off (también innovadora, pues es una formula extraña, ya que no se presenta al narrador, no nos ubica la procedencia de su relato, sus palabras no se deben a la historia como podría pensarse, sino exclusivamente al personaje): "los muertos solo saben una cosa: es mejor estar vivo", o "la vida es una mierda, pero estoy vivo".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Esta película es un alarde cinematográfico que pone en evidencia que Kubrick era extremadamente inteligente, extremadamente intelectual, extremadamente único. Su cine es contundente, no hay amagos ni engaños, la verdad va por delante. Y su mensaje es igual de contundente. Inteligencia y arte. Pocas veces han coincidido de un modo tan sobresaliente.
Kubrick era extremadamente puntilloso. Lo que vemos es exactamente lo que quería hacer, hasta el último detalle. Se metía incluso en los doblajes a lenguas extranjeras, de ahí el extraño doblaje al castellano de Barry Lindon, criticado por muchos, otra obra de arte para Uma. Todo estaba en su cabeza.
El final de esta película te noquea. Puede que se tarde unos años en asimilarlo, puede decepcionar a muchos en una primera visión, pero seguro que con el tiempo, veran toda su dimensión. Solo son unos hombres en plena guerra, cantando obscenidades, camino del riesgo a perder la vida. Sin embargo, están eufóricos, felices. Están vivos. No hay más. La vida es una mierda, y hay que aprender a vivir en ella. Cuando lo hagas, serás feliz. Punto, no le des más vueltas.
Kubrick era extremadamente puntilloso. Lo que vemos es exactamente lo que quería hacer, hasta el último detalle. Se metía incluso en los doblajes a lenguas extranjeras, de ahí el extraño doblaje al castellano de Barry Lindon, criticado por muchos, otra obra de arte para Uma. Todo estaba en su cabeza.
El final de esta película te noquea. Puede que se tarde unos años en asimilarlo, puede decepcionar a muchos en una primera visión, pero seguro que con el tiempo, veran toda su dimensión. Solo son unos hombres en plena guerra, cantando obscenidades, camino del riesgo a perder la vida. Sin embargo, están eufóricos, felices. Están vivos. No hay más. La vida es una mierda, y hay que aprender a vivir en ella. Cuando lo hagas, serás feliz. Punto, no le des más vueltas.

6,5
6.021
6
4 de octubre de 2023
4 de octubre de 2023
47 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Preocupa un poco que esta excelente generación de jóvenes directoras españolas traten todas temas tan próximos, con mucho de autobiográfico. La iniciación a la vida y al sexo de personajes de muchachas adolescentes o pre-adolescentes, su mirada distante sobre los mayores, su desconcierto frente a su propio cuerpo, a sus propios sentimientos y apetitos, la presión del grupo, la naturaleza que las rodea, que las acompaña como un elemento de liberación y de intimidad... Una y otra vez, estas estupendas directoras nos muestran lo mismo desde su ángulo particular cada una, y todas con un estilo muy parecido, muy somero formalmente, luminoso, con oscuridades selectivas, con mar de fondo, con bosque, con noches de luces de neón, con silencios, con miradas, con una música hecha de ruidos: voces, techno, pasos en la grava de un camino, olas que rompen... Buenas pelis casi todas, con muchas cosas interesantes, pero chico, quizá los/as nuevos/as cineastas deberían ampliar su mirada sobre el mundo, porque van a terminar por aburrirnos, por hastiarnos. Ciertamente el despertar sexual es una experiencia fundamental en la vida, pero las pelis pueden tratar de otras cosas, por el amor de de Dios. Espero que toda esta generación haya terminado ya con este cine de iniciación y vayamos avanzando, y vaya avanzando el cine de este país, ahora que tenemos una generación de autores/as que promete de verdad. A ver si van asomando el humor en sus nuevas películas, y el sarcasmo, y la crítica social, y la parodia y tantas otras cosas, que el cine da para mucho.
Esta película en concreto, pues lo ya dicho. Casi haciendo una crítica genérica de este cine (casi es un genero ya) me sirve para comentar ésta en particular. Destacar algunas cosas. La estructura funciona bien, aunque algunos tramos interesan más que otros. El acompañamiento de la cámara, siempre es acertado, bien medido, en general los recursos empleados son buenos y las sugerencias, algunas muy sutiles, se perciben. Quizá uno de los mejores momentos de la película es ese baile entre la muchacha, en su fase adolescente, y su padre. Es una película en que todo son sugerencias respecto a algo muy concreto, y la cosa va llegando efectivamente al espectador.
Hay pues muchos aciertos en la película para tratar un tema, ese despertar sexual, que esta vez se lleva a un extremo inesperado. Viendo entrevistas por ahí con la directora, ella habla de que en el sexo, sigue habiendo tabús. No sé si estoy muy de acuerdo con eso. Hay conductas tan atípicas, tan retorcidas, que no pueden sino mirarse con pasmo (además de con respeto, por supuesto), pero debemos entender que son casos tan particulares y excepcionales, que no son materia de tabú, son simplemente rarezas. Decir que "Creatura" trata un tabú, es darle una dimensión que no tiene.
Lo que menos me gusta de esta película es la relación que tiene nuestro personaje protagonista en su etapa adulta (interpretado por la propia Elena Martín) con su pareja. Es el "legado" de esa iniciación, el resultado. No tiene mucho sentido en muchos momentos, ni por parte de él ni por parte de ella. Se entiende lo que pretende la directora, pero la cosa tiene un fallo básico, y es que nos muestra una pareja abrumadoramente condicionada y ahogada por el sexo, como si no hubiera nada más en la vida. Pasa a menudo encontrar películas que se tuercen cuando sus personajes solo dan vueltas alrededor de lo mismo. Eso ocurre en esta peli, y cuesta entenderlo. Los personajes merecen una vida más amplia. Lo que pasa es que eso exige sub-tramas, personajes y temas adicionales, cohesionar y apuntalar la película desde varios ángulos, y aquello que trata con más elementos. Hay que currar más los guiones, joder. Me parece que eso de que "con una cámara y cuatro actores hacemos una pequeña obra maestra" está reservado a mentes privilegiadas como Polansky o Kieslowsky, por decir a algunos cineastas que tuvieron que empezar con presupuestos muy bajos e hicieron con ellos verdaderas maravillas de una grandísima amplitud vital. En esta película todo es de corto recorrido, aunque se exhiba en tres fases de la vida del personaje para hacerlo más duradero cinematográficamente. Pero todo es lo mismo, y por eso le falta sustancia. Es esta, pues, una película intrascendente en su contenido, más allá de exponer que lo raro, tiene poca cabida en nuestras sociedades, y genera rechazo, aunque sea en forma de sarpullido. Quizá se genere un debate en el futuro sobre el tema (un amor muy extraño que no menciono para no hacer spoiler), quizá haya asociaciones en el futuro de afectados por ese problema que luchen contra la incomprensión del mundo. Parece que siempre hay horizontes por descubrir, siempre hay conquistas por hacer. Lo que pasa es que cada vez afectan a colectivos más minúsculos, tanto que no llegan a colectivos. Hay que vigilar un poco con esas exhibiciones reivindicativas. Cada vez nos acercamos más al ridículo. No debemos olvidar que hay cosas que acaso deben ventilarse a pequeña escala y no convertirse en una bandera tras la que no van más que cuatro gatos.
Al margen de todo eso (se me ha ido un poco la pinza), subyuga su visionado, y se disfruta, la sutilidad es una técnica que aquí funciona como un cebo. Además hay talento visual en Elena Martín (no lo hay tanto actoral: su interpretación es muy justita, debería buscarse una buena actriz, que ya tiene mucho con todo lo demás), y tiene un buen sentido del ritmo, y buenas aptitudes para las conexiones que genera la película, por dentro y por fuera de los propios personajes. Y eso es sin duda un tesoro que Martín posee.
Me quedo con ese maravilloso plano nocturno de una mujer desnuda en el agua.
Esta película en concreto, pues lo ya dicho. Casi haciendo una crítica genérica de este cine (casi es un genero ya) me sirve para comentar ésta en particular. Destacar algunas cosas. La estructura funciona bien, aunque algunos tramos interesan más que otros. El acompañamiento de la cámara, siempre es acertado, bien medido, en general los recursos empleados son buenos y las sugerencias, algunas muy sutiles, se perciben. Quizá uno de los mejores momentos de la película es ese baile entre la muchacha, en su fase adolescente, y su padre. Es una película en que todo son sugerencias respecto a algo muy concreto, y la cosa va llegando efectivamente al espectador.
Hay pues muchos aciertos en la película para tratar un tema, ese despertar sexual, que esta vez se lleva a un extremo inesperado. Viendo entrevistas por ahí con la directora, ella habla de que en el sexo, sigue habiendo tabús. No sé si estoy muy de acuerdo con eso. Hay conductas tan atípicas, tan retorcidas, que no pueden sino mirarse con pasmo (además de con respeto, por supuesto), pero debemos entender que son casos tan particulares y excepcionales, que no son materia de tabú, son simplemente rarezas. Decir que "Creatura" trata un tabú, es darle una dimensión que no tiene.
Lo que menos me gusta de esta película es la relación que tiene nuestro personaje protagonista en su etapa adulta (interpretado por la propia Elena Martín) con su pareja. Es el "legado" de esa iniciación, el resultado. No tiene mucho sentido en muchos momentos, ni por parte de él ni por parte de ella. Se entiende lo que pretende la directora, pero la cosa tiene un fallo básico, y es que nos muestra una pareja abrumadoramente condicionada y ahogada por el sexo, como si no hubiera nada más en la vida. Pasa a menudo encontrar películas que se tuercen cuando sus personajes solo dan vueltas alrededor de lo mismo. Eso ocurre en esta peli, y cuesta entenderlo. Los personajes merecen una vida más amplia. Lo que pasa es que eso exige sub-tramas, personajes y temas adicionales, cohesionar y apuntalar la película desde varios ángulos, y aquello que trata con más elementos. Hay que currar más los guiones, joder. Me parece que eso de que "con una cámara y cuatro actores hacemos una pequeña obra maestra" está reservado a mentes privilegiadas como Polansky o Kieslowsky, por decir a algunos cineastas que tuvieron que empezar con presupuestos muy bajos e hicieron con ellos verdaderas maravillas de una grandísima amplitud vital. En esta película todo es de corto recorrido, aunque se exhiba en tres fases de la vida del personaje para hacerlo más duradero cinematográficamente. Pero todo es lo mismo, y por eso le falta sustancia. Es esta, pues, una película intrascendente en su contenido, más allá de exponer que lo raro, tiene poca cabida en nuestras sociedades, y genera rechazo, aunque sea en forma de sarpullido. Quizá se genere un debate en el futuro sobre el tema (un amor muy extraño que no menciono para no hacer spoiler), quizá haya asociaciones en el futuro de afectados por ese problema que luchen contra la incomprensión del mundo. Parece que siempre hay horizontes por descubrir, siempre hay conquistas por hacer. Lo que pasa es que cada vez afectan a colectivos más minúsculos, tanto que no llegan a colectivos. Hay que vigilar un poco con esas exhibiciones reivindicativas. Cada vez nos acercamos más al ridículo. No debemos olvidar que hay cosas que acaso deben ventilarse a pequeña escala y no convertirse en una bandera tras la que no van más que cuatro gatos.
Al margen de todo eso (se me ha ido un poco la pinza), subyuga su visionado, y se disfruta, la sutilidad es una técnica que aquí funciona como un cebo. Además hay talento visual en Elena Martín (no lo hay tanto actoral: su interpretación es muy justita, debería buscarse una buena actriz, que ya tiene mucho con todo lo demás), y tiene un buen sentido del ritmo, y buenas aptitudes para las conexiones que genera la película, por dentro y por fuera de los propios personajes. Y eso es sin duda un tesoro que Martín posee.
Me quedo con ese maravilloso plano nocturno de una mujer desnuda en el agua.

7,7
21.501
7
14 de diciembre de 2020
14 de diciembre de 2020
38 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo recomendar que para el visionado de esta película se opte por desconocer totalmente su argumento. Adentrarse en el misterio. El efecto emocional se redobla, la angustia se multiplica, la empatía..., y con ello el miedo, verdadero terror. Pocas veces me ha aterrado tanto una película.
La fuerza de sugestión en el espectador, el buen aprovechamiento de la capacidad de la imagen y del montaje para manipular los sentidos del receptor, es el gran elemento efectista de la película. No nos engañemos, esta película es un truco. Y funciona muy bien, y perturba. Bergman nos lo contaba en "Persona": todo lo que veis es mentira, es un juego de engaños, es ilusionismo para que el espectador viva la experiencia emocional por la que ha pagado. Ese es el vehículo, pero el cine es mucho más que un truco, en tanto trasciende. ¿Qué hay en The Father debajo del truco?
Afortunadamente, lo que subyace es pura humanidad, son personajes, seres de carne y hueso, con lo que el ilusionismo tiene una razón de ser, es el vehículo útil de un drama que quizá nunca ha percutido tanto como en esta película. El propósito, la humanidad y la honestidad convierten esta función en una buena película.
No puedo dejar de elogiar a los actores. A todos ellos, aunque destaco la interpretación de Anthony Hopkins (que la verdad no me gusta demasiado y que desde que hizo de Lecter se quedó con tics que ya no se saca de encima), que me ha desgarrado. Por favor, escuchen un último consejo: véanla en versión original subtitulada.
La fuerza de sugestión en el espectador, el buen aprovechamiento de la capacidad de la imagen y del montaje para manipular los sentidos del receptor, es el gran elemento efectista de la película. No nos engañemos, esta película es un truco. Y funciona muy bien, y perturba. Bergman nos lo contaba en "Persona": todo lo que veis es mentira, es un juego de engaños, es ilusionismo para que el espectador viva la experiencia emocional por la que ha pagado. Ese es el vehículo, pero el cine es mucho más que un truco, en tanto trasciende. ¿Qué hay en The Father debajo del truco?
Afortunadamente, lo que subyace es pura humanidad, son personajes, seres de carne y hueso, con lo que el ilusionismo tiene una razón de ser, es el vehículo útil de un drama que quizá nunca ha percutido tanto como en esta película. El propósito, la humanidad y la honestidad convierten esta función en una buena película.
No puedo dejar de elogiar a los actores. A todos ellos, aunque destaco la interpretación de Anthony Hopkins (que la verdad no me gusta demasiado y que desde que hizo de Lecter se quedó con tics que ya no se saca de encima), que me ha desgarrado. Por favor, escuchen un último consejo: véanla en versión original subtitulada.
22 de abril de 2010
22 de abril de 2010
56 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué es lo que deseas? ¿Qué quieres leer? ¿Qué estás dispuesto a creerte? Vamos al cine para que nos engañen, para que nos hagan creer mentiras que nos remuevan, que nos exciten. Por lo mismo leémos un libro, o escuchamos música o observamos una fotografía. Aunque en realidad no hace falta nada de eso. Cada día, al caminar cabizbajos al trabajo, nos cruzamos con caras, con hechos que nos cuentan historias, las que nos da la gana créernos. La imagen es una arma poderosa para explorar esa idea: la capacidad que tenemos para imaginar, y lo importante que es eso en nuestra minúscula existencia. Es de hecho lo que nos amplifica mucho más allá del contorno de nuestro pequeño cuerpo. Blow Up explora eso.
Esta es una película que se pone al servicio de lo que quiere provocar. Utiliza elementos muy sencillos. El silencio. El ruido del viento en los árboles. Un parque. Las horas del día. Una mujer. Una cámara de fotos y el click sonando sin descanso. Un pez espada. Un hombre que apenas ha dormido. Las carcajadas de unos cómicos locos que corren por la ciudad. Un partido de tenis. El cuerpo de Jane Birkin. De todo eso, ¿qué sacas? Y, leyendo esta crítica, ¿qué imaginas? Las críticas también son un engaño, vienen directamente de la fantasía de quien las escribe. Si vas a ver Blow Up y lees esto, estudiate antes un par de críticas de esta misma web que la puntuen con un 1, para compensar. Luego, ponte cómodo, apaga las luces, y deja volar la imaginación.
Esta es una película que se pone al servicio de lo que quiere provocar. Utiliza elementos muy sencillos. El silencio. El ruido del viento en los árboles. Un parque. Las horas del día. Una mujer. Una cámara de fotos y el click sonando sin descanso. Un pez espada. Un hombre que apenas ha dormido. Las carcajadas de unos cómicos locos que corren por la ciudad. Un partido de tenis. El cuerpo de Jane Birkin. De todo eso, ¿qué sacas? Y, leyendo esta crítica, ¿qué imaginas? Las críticas también son un engaño, vienen directamente de la fantasía de quien las escribe. Si vas a ver Blow Up y lees esto, estudiate antes un par de críticas de esta misma web que la puntuen con un 1, para compensar. Luego, ponte cómodo, apaga las luces, y deja volar la imaginación.
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