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4,6
583
3
16 de octubre de 2014
16 de octubre de 2014
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amadeo I de Saboya pasó a la historia de España por ser un rey efímero e incomprendido en su mandato. Entre la Gloriosa de 1868 y la Primera República, su reinado podría pasar casi desapercibido de no ser por los tremebundos achaques con el que la historia le ha rodeado. El asesinato de su único valedor, los carlistas, Cuba, sublevaciones populares, distensiones entre los partidos políticos (básicamente, tener el enemigo dentro de casa)... Quizá hubiera pensado antes de embarcarse en Italia, la odisea que sería su viaje. "Con lo joven que era y lo que prometía", que diría mi madre. Llegó a España con la motivación del primer día, de comerse el mundo y llevar a cabo los cambios necesarios para que España avanzara. Pero este país es el que es, en la historia, el del postergar todo, el del "vuelva usted mañana" de M.J. de Larra; el de retrasar las oportunidades importantes. Con él se dio este caso, presionado por una lista de políticos de distinto palo que no parecía buscar el apoyo del monarca.
Si esta película hubiera querido mostrar el drama de este episodio corto, hubiera tenido más interés. Lo que ha acabado siendo ha sido un batiburrillo, una pájara mental de Miñarro que es imposible coger por donde sea. Muy chanante, eso sí, cuando en pleno realismo del siglo XIX mezcla canciones pop de la década de los 60. Una remezcla harta y nada consistente. Así mismo, Àlex Brendemühl no transmite sino aburrimiento y cansancio. Un actor con tablas, pero que aquí no demuestra nada. Triste es ver a un Amadeo de Saboya con fuerte acento italiano parlando català, como si lo conociera desde la época de la teta. Tampoco acompaña ni el efímero paso de Bárbara Lennie ni Lola Dueñas. Es para visionar, pero después de terminar, olvidarlo y a otra cosa.
Si esta película hubiera querido mostrar el drama de este episodio corto, hubiera tenido más interés. Lo que ha acabado siendo ha sido un batiburrillo, una pájara mental de Miñarro que es imposible coger por donde sea. Muy chanante, eso sí, cuando en pleno realismo del siglo XIX mezcla canciones pop de la década de los 60. Una remezcla harta y nada consistente. Así mismo, Àlex Brendemühl no transmite sino aburrimiento y cansancio. Un actor con tablas, pero que aquí no demuestra nada. Triste es ver a un Amadeo de Saboya con fuerte acento italiano parlando català, como si lo conociera desde la época de la teta. Tampoco acompaña ni el efímero paso de Bárbara Lennie ni Lola Dueñas. Es para visionar, pero después de terminar, olvidarlo y a otra cosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Detalle absurdo para muchos, pero que para quien le guste la historia habrá soltado un chasquido al pronunciar País Vasco en lugar de Vascongadas, término por el que se le seguía conociendo en la época.

4,7
38.508
5
7 de agosto de 2016
7 de agosto de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las expectativas estaban sobre la mesa. Una rocambolesca máquina desplegada en torno a la industria de DC con la que nos intentaron vender la moto de que ahora sí o sí iban a plantar cara a la todopoderosa Marvel. Incluso en ese alarde de chulería, el cineasta David Ayer se jactaba ante Stan Lee de haberles ganado el pulso cinematográfico. Y no ha sido así. Lamentablemente, DC Comics ha vuelto a sumirse en el caos de sus propios errores, el de verse solo el ombligo y olvidarse del fondo (unos increíbles cómics con grandes personajes) que sustenta su plataforma. Escuadrón suicida no ha pasado la prueba. Una ristra de errores sobre errores han hecho que la película, que prometía un lavado de cara para la firma, de malos malísimos haciendo algo bueno, quedase como una reunión descafeinada de superhéroes en la que no se exprimió al máximo sus virtudes, que las tenían y pedían. Y aunque DC Comics y Warner Bros. trabajan sobre seguro en su secuela, así como en La liga de la justicia, germen lógico por otra parte, la experiencia ha hecho que cojamos estos futuribles proyectos con pinzas. Pero también que los veamos con miedo a nuevos pinchazos que hagan que dudemos de si es bueno o no llevar grandes historias del cómic al cine para que acaben olvidadas, criticadas y renegadas de su origen.
El gobierno de los Estados Unidos tiene que responder ante la amenaza de una posible visita alienígena a la Tierra. Para conseguir ganar esta nueva batalla, Amanda Waller (Viola David, Cómo defender a un asesino) recluta a los peores villanos del panorama: Deadshot (Will Smith, Focus), Harley Quinn (Margot Robbie, El lobo de Wall Street), June Moone, aka Encantadora (Cara Delevingne, Ciudades de papel), Diablo (Jay Hernández, Nashville), Capitán Boomerang (Jay Courtney, Divergente), Slipknot (Adam Beach) y Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje, Perdidos), que bajo el mando del oficial Rick Flag (Joel Kinnaman, The Killing) y su guardaespaldas Katana (Karen Fukuhara), han de hacer frente a un poderoso enemigo que amenaza con destruir Midway City. Una misión suicida en pantalla con la que poder limpiar sus expedientes pero que no han hecho sino emborronar más. Unas pizcas de locura, que debiera ser más, algunos momentos hilarantes, una increíble selección musical (Queen, AC/DC, Sweet, Eminem, Creedence Clearwater Revival o Animals, entre otros) y un intento de aliciente en manos de un villano como el Joker (Jared Leto, Dallas Buyers Club), que busca recuperar a su querida Harley Quinn a costa de lo que sea, pero que se ha olvidado de la esencia de su personaje y que no ha borrado la huella que dejaron Nicholson y Ledger.
David Ayer tuvo ante sí la oportunidad de hacer algo grande, y más que seguro que su intención era buena, pero las decisiones de recortar metraje y realizar un montaje distinto al previsto al que le falta el clásico inicio-nudo-desenlace que se entienda y ponga en situación al espectador han hecho que todo se fuera al traste, inclusive la imagen del propio Ayer, al que matamos sin cometer crimen de envergadura. Queda claro que es una película de superhéroes con sus momentos, como todas, pero que no deja satisfecha del todo. El peso de Marvel se nota tanto como la esencia perdida de los cómics de DC. Salvando los muebles, como pasa tantas veces, están las acciones del elenco, como Will Smith, a quien el papel de malo parece rejuvenecerle, Cara Delevingne, que se muestra como una actriz en ciernes que, sin embargo, debe darle más a su doble personalidad, y Margot Robbie, con cierta importancia en la trama, dejando la impronta de su personaje del cómic en la cinta. No así Jared Leto, cuyo Joker parece tener más filón en las apariciones de dos minutos en los tráilers que en las dos horas de Escuadrón suicida. DC Comics no se puede permitir estas fugas de material e ideas a costa de querer competir al nivel de Marvel, y menos si para intentarlo hay que romper los moldes que cimientan los cómics. Ayer ha conseguido romper el dique, como amenazaba Led Zeppelin, y ya no tiene sitio donde quedarse dentro del mundo de los superhéroes.
El gobierno de los Estados Unidos tiene que responder ante la amenaza de una posible visita alienígena a la Tierra. Para conseguir ganar esta nueva batalla, Amanda Waller (Viola David, Cómo defender a un asesino) recluta a los peores villanos del panorama: Deadshot (Will Smith, Focus), Harley Quinn (Margot Robbie, El lobo de Wall Street), June Moone, aka Encantadora (Cara Delevingne, Ciudades de papel), Diablo (Jay Hernández, Nashville), Capitán Boomerang (Jay Courtney, Divergente), Slipknot (Adam Beach) y Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje, Perdidos), que bajo el mando del oficial Rick Flag (Joel Kinnaman, The Killing) y su guardaespaldas Katana (Karen Fukuhara), han de hacer frente a un poderoso enemigo que amenaza con destruir Midway City. Una misión suicida en pantalla con la que poder limpiar sus expedientes pero que no han hecho sino emborronar más. Unas pizcas de locura, que debiera ser más, algunos momentos hilarantes, una increíble selección musical (Queen, AC/DC, Sweet, Eminem, Creedence Clearwater Revival o Animals, entre otros) y un intento de aliciente en manos de un villano como el Joker (Jared Leto, Dallas Buyers Club), que busca recuperar a su querida Harley Quinn a costa de lo que sea, pero que se ha olvidado de la esencia de su personaje y que no ha borrado la huella que dejaron Nicholson y Ledger.
David Ayer tuvo ante sí la oportunidad de hacer algo grande, y más que seguro que su intención era buena, pero las decisiones de recortar metraje y realizar un montaje distinto al previsto al que le falta el clásico inicio-nudo-desenlace que se entienda y ponga en situación al espectador han hecho que todo se fuera al traste, inclusive la imagen del propio Ayer, al que matamos sin cometer crimen de envergadura. Queda claro que es una película de superhéroes con sus momentos, como todas, pero que no deja satisfecha del todo. El peso de Marvel se nota tanto como la esencia perdida de los cómics de DC. Salvando los muebles, como pasa tantas veces, están las acciones del elenco, como Will Smith, a quien el papel de malo parece rejuvenecerle, Cara Delevingne, que se muestra como una actriz en ciernes que, sin embargo, debe darle más a su doble personalidad, y Margot Robbie, con cierta importancia en la trama, dejando la impronta de su personaje del cómic en la cinta. No así Jared Leto, cuyo Joker parece tener más filón en las apariciones de dos minutos en los tráilers que en las dos horas de Escuadrón suicida. DC Comics no se puede permitir estas fugas de material e ideas a costa de querer competir al nivel de Marvel, y menos si para intentarlo hay que romper los moldes que cimientan los cómics. Ayer ha conseguido romper el dique, como amenazaba Led Zeppelin, y ya no tiene sitio donde quedarse dentro del mundo de los superhéroes.

4,8
14.591
5
9 de octubre de 2014
9 de octubre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ofrece bastante acción, y no riñe con incorporar puntazos de reírse (como la escena del ascensor o las referencias cinéfilas y seriéfilas), pero se nota quien es la mano que mece la película. Bajo el producto Michael Bay, la cinta hace un uso indebido del slow motion, lo que le resta ritmo, sin olvidar que el sello Bay indica un mínimo de explosiones y destrucción. Megan Fox, en el papel protagonista de April O'Neil no convence. Tenía una imagen idealizada con la serie animada, y en este reboot me parece que no da la talla. Para verla una vez y no ir más allá de unos meros comentarios tras su visionado.

7,9
139.485
9
28 de agosto de 2014
28 de agosto de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asombrosa fábula reconvertida por otro "special one" de la factoría americana como es Martin Scorsese. Bien ambientada, con unos personajes a los que no se les pueden negar nada, desde Martin Sheen a Jack Nicholson, pasando por un altivo Leo DiCaprio, al que sabe explotar artísticamente Scorsese, y un notable Mark Wahlberg, Su metáfora de las ratas es una de los pequeños guiños a los que siempre atiendo en las revisiones a esta cinta, tan potente como jodidamente intrigante. ¿Algún pero para que no llegue al cinco? Que sigo sin entender cómo Martin Scorsese llegó a alzarse con el Oscar por 'Infiltrados', y no por 'Goodfellas' o 'Toro salvaje', por ejemplo.
10
28 de agosto de 2014
28 de agosto de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunas de las grandes historias surgen de la nada, de una coincidencia o de la más absoluta de las casualidades. Nadie pensaba en un atentado de tales magnitudes, nadie imaginaba que cuatro aviones iban no solo a colapsar los Estados Unidos, sino a hacer temblar los cimientos de Occidente. Aquella mañana en NY (mediatarde para los que lo vivimos pegados a nuestras pantallas en España) tuvo que ser dantesca, horrible hasta más no poder. Y desde nuestras pantallas, no imaginábamos qué pasaba dentro. No se nos pasó por la cabeza las caras de los que estaban en los pisos por encima de los choques, la angustia y la sangre fría (con perdón) de las personas que decidieron saltar al vacío, los bomberos que, cargados con material por más de 15/20 kg se afanaban en llegar hasta arriba.
Llegué a este documental allá por 2002, gracias a un reportaje que Informativos Telecinco, (con Angels Barceló en aquellos momentos) hizo. Un especial en directo desde NY, por los seis meses, con los directores y protagonistas Gédéon y Jules Naudet. Obviamente, no buscaban esta apocalíptica historia, sino la del aprendizaje y formación de un bombero novato. ¿Recuerdan la imagen a pie de calle enfocando un avión que iba hacia la Torre 1? Todo el mundo la ha visto, es una de las imagenes más recreadas de esa mañana, fruto de la casualidad y de un escape de gas que llevó a uno de los hermanos (no recuerdo quién fue) a grabarlo.
Un documento único que todo aquel que quiera conocer una perspectiva distinta de aquella jornada trágica debería ver. Un documento audiovisual imprescindible.
Llegué a este documental allá por 2002, gracias a un reportaje que Informativos Telecinco, (con Angels Barceló en aquellos momentos) hizo. Un especial en directo desde NY, por los seis meses, con los directores y protagonistas Gédéon y Jules Naudet. Obviamente, no buscaban esta apocalíptica historia, sino la del aprendizaje y formación de un bombero novato. ¿Recuerdan la imagen a pie de calle enfocando un avión que iba hacia la Torre 1? Todo el mundo la ha visto, es una de las imagenes más recreadas de esa mañana, fruto de la casualidad y de un escape de gas que llevó a uno de los hermanos (no recuerdo quién fue) a grabarlo.
Un documento único que todo aquel que quiera conocer una perspectiva distinta de aquella jornada trágica debería ver. Un documento audiovisual imprescindible.
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