Este dorama es sin duda tierno y muy nostálgico. Las actuaciones de los chicos son muy buenas, la de ella tengo que admitir que me sacó un poco de quicio. Al interpretar a dos mujeres diferentes exagera mucho cada una para que la distinción entre ellas sea obvia, pero dios mío, a veces la habría matado para insuflarle un poco de espíritu.

Aparte de eso, la historia es conmovedora y te engancha, porque hasta más de la mitad de los capítulos no sabes muy bien qué está pasando, y luego todo hace "clic". No es una obra maestra, pero es entretenida y está bien hecha. Y, aunque me gusta el final, también habría preferido que lo elaborasen un poco más, a pesar de que entiendo que realmente no era necesario.

Creo que con decir que Rowoon es el protagonista no haría falta decir más. La historia es bonita y a veces impredecible. Pero lo mejor es la química de los protagonistas, que traspasa la pantalla.

Rowoon interpreta estupendamente a un abogado chulo, frío y prepotente, como si hubiera nacido para ello. Y cuando se va transformando es tan cómico que no puedes parar de reír.

No es una gran producción, ni una historia totalmente original, pero se disfruta mucho. Sobre todo las interpretaciones, todos los actores son increíbles.