Nolan lo ha vuelto a hacer. Después de alcanzar un máximo absoluto en su carrera con “El Caballero Oscuro”, nos sorprende con una nueva obra total, inmensa, como mínimo al nivel de la anterior, llamada “Origen”.´

Estamos hablando de una historia de ciencia ficción que huele a clásico del género. Desde el principio hasta el final, tras más de dos horas de metraje, el espectador no puede hacer otra cosa más que dejarse llevar. No existe el mundo fuera de esa sala de cine. En un par de momentos puntuales se sentirá algo inquieto, ya que el ritmo del film es atípico (aunque típico de Nolan) ocasionalmente, pero no podrá reparar en ello hasta más tarde, pues cada minuto de metraje es una delicia visual y una muestra de la inmensa imaginación del director. El actor de moda, Di Caprio, aunque no hace su mejor papel (porque el personaje no tiene mucha más chicha, de sobra es sabido que Leo es uno de los mejores intérpretes del momento), vuelve a liderar una de las películas más importantes del curso (y ya van…).

Por supuesto, se pueden señalar un par de cosas en contra de este onírico producto: la falta de profundidad y personalidad sobre un tema tan complejo como el que trata (me acuerdo de Lynch en estos momentos), y la dudable eficacia de ese truco que es darle otra vuelta de tuerca al guión en el punto máximo de tensión dramática (después de “El Caballero Oscuro” estoy convencido de que Nolan es consciente de ello, y está orgulloso).

Pero minucias a parte y siendo justos, caballeros, “Origen” es una casi perfecta locura. Así que prepárense para abrir sus mentes a una nueva dimensión, al mejor entretenimiento del verano, y a la que es presumiblemente la mejor película de lo que llevamos de año.

Si “Luna Nueva” no es la peor película que has visto este año, poco le faltará. Es absurda, pesada (pesadísima), falta de ritmo… El director, Chris Weitz, no sabe aprovechar los pocos caminos interesantes que le brinda la aburrida –y prácticamente inexistente- trama. El guión, cargado de cursilería quinceañera y boba, pone la guinda a una sucesión de ridículas escenas que atemorizan al sorprendido espectador durante la primera hora de metraje.

Pero no todo es tan terrible. La música que acompaña a la atrocidad, sin embargo, es muy buena. Grupos como Muse, The Killers, Bon Iver, o el propio Thom York, nos hacen más llevadera la condena. Por otra parte la fotografía es interesante, el maquillaje trascendente, y las escenas de acción (escasas, por desgracia), tienen cierta fuerza…

¿Una nota? Cinco raspadito, por buen comportamiento durante el curso.

“Elfen Lied” es una perfecta máquina artística, la joya más preciada de la animación, una obra maestra que te atraviesa la piel y perturba el mismísimo alma. Es, pues, “Elfen Lied”, una historia de violencia, sangrienta y cruel; una historia sobre el mal y sus cambiantes rostros; y, por encima de todo, es una historia sobre el amor y la amistad, narrada con sinceridad, sin tapujos, y con una sutileza y una esencia tan pura que derrocha litros de emoción en cada plano. Si a esto le añadimos la inmensa calidad de los dibujos, la profundidad –y la complejidad implícita a ella- de cada personaje, el cuidado guión, y una banda sonora de muy alto nivel, apreciamos, efectivamente, que “Elfen Lied” es una de las mejores obras de animación hasta la fecha, y una muy importante del cine en general.

La cultura popular asegura que segundas partes nunca fueron buenas, si bien esta afirmación suele aplicar a casos en que las obras originales son de alta calidad. Y no nos llevemos a engaño: no es que ‘Spider-man: Homecoming’ fuera una obra ejemplar, y por tanto, nada hacía pensar que la continuación de las aventuras de Peter Parker fueran a serlo. Sin embargo, al menos, el espectador mínimamente exigente esperaría que esta secuela tuviera ‘algo más’ que la cinta anterior. Y ese es el principal problema de ‘Far from home’: es igual de simple y olvidable que su predecesora, pero ya ni siquiera cumple el papel de aquella en presentar al nuevo super héroe de la factoría. Es decir, lo que otrora pudiese ser aceptable en pos de dotar de ritmo y frescura a una narración cuyo principal objetivo era conocer a Spider-Man, en esta película se torna repetitivo y demasiado superficial. Uno tiene la sensación de que podría no haberla visto, y las cosas seguirían prácticamente igual tanto para el espectador como para todos los personajes de la película misma.
Con todo, es entretenida. Tom Holland sigue teniendo el mismo gancho, y el rollo fresco juvenil continúa presente y goza de buena salud. ‘Misterio’, interpretado por Jake Gyllenhaal, es conceptualmente un gran villano y creo que su puesta en escena es de lo más atractivo de la película (más allá de algún agujero de guión muy grueso, incluso en un producto de este tipo). Y poco más. El guión es tremendamente simplón, apresurado e infantiloide, los personajes secundarios de nuevo son meros acompañantes sin demasiada importancia, y en fin, la película es aún más olvidable que su predecesora. A estas alturas, creo que a Marvel se le puede (y debe) exigir más nivel.

Nota: 6

El caso Bourne es una de esas películas de las que no esperas nada, y después de verlas y limpiar el sudor de tu frente, te das cuenta del gran error que cometes al menospreciarla de ante mano. Todo esta bien hecho aquí. De las mejores películas de acción que recuerdo haber visto… y una obra importante en todos los sentidos.