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Críticas ordenadas por utilidad
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10
16 de julio de 2010
16 de julio de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se terminó. Iba a pasar y por eso creo que llevaba toda la quinta temporada preparándome. El domingo la acabé y llegó el tan temido vacío. Me veo tan hermanado con algunas de las críticas de esta página que no sería capaz de añadir nada nuevo ni de expresar con más sensibilidad lo que ya otros han escrito.
Al espoiler, destripamiento absoluto.
Al espoiler, destripamiento absoluto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y es que a tipos como Mcnulty, Lester, Bubles, Bunk, Omar… ufff Omar… Marlo, Sobotka… no los voy a olvidar fácilmente.
Por poner un poco de orden a todo lo que me viene a la cabeza, recuerdo el primer momento que me hizo pensar que ésto era diferente. Al principio, en el sótano, cuando arranca la investigación contra los Barksdale, Lester tras conocer a Mcnulty (y reconocerse en él) y le suelta algo así como: “ cuando ésto acabe y los jefes te pregunten a donde no quieres ir… no digas la verdad”
Luego vino el puerto, el sindicato, vinieron los Sobokta. El friki de Ziggy, su primo Nick y sobretodo su tío Frank, ese hombre agriado por años dedicados a luchar por su trabajo y por el de sus compañeros, sabiendo que para sobrevivir allí es necesario saltarse reglas. Me encanta la comparación con su hermano, tan correcto, tan legal…tan inútil. También aparece Bedie la policia hogareña que consigue tranquilizar por un tiempo a McNulty y sentarlo en el banquillo una temporada entera.
Y cuando Stringer, Avon, Prez empiezan a perder protagonismo aparecen otros nuevos. Tipos encantadores como el yonki Bubles o como Colvin y su utópia de Hamsterdam, desalmados como Marlo, ambiciosos hasta la náusea como Royce, como Carcetti , asesores inteligentes como Norman o como el zorrón de theresa (grande McNulty levantándose de la mesa)… y también Haynes el periodista con oficio de que demuestra tampoco ahí al éxito profesional no se llega a través del trabajo.
Y siempre de entre todos ellos emerge Omar, el pistolero generoso. Desde que aparece sabes que éste no es normal. “The wire” es, una serie colectiva donde no hay estrellas y el protagonismo y los minutos se lo reparten entre muchos. Como en el futbol de España! Pues Omar es el Iniesta de la serie. Cada vez que aparece sabes que va a pasar algo. El juicio contra Bird, el cara a cara contra Levy, ese abogado maligno y viscoso que es (con Valchek y Clay Davis) lo más repugnante de la serie. El encuentro con el Hermano Mouzon, la muerte de Stringer (inolvidable McNulty arrinconado junto al cadáver.
–y cómo se lo ha tomado Jimmy?
– como si fuera un familiar.),
la desesperada persecución a Marlo … su reencarnación final en Michael. “We are all in the game, Omar”
En fin…
Por poner un poco de orden a todo lo que me viene a la cabeza, recuerdo el primer momento que me hizo pensar que ésto era diferente. Al principio, en el sótano, cuando arranca la investigación contra los Barksdale, Lester tras conocer a Mcnulty (y reconocerse en él) y le suelta algo así como: “ cuando ésto acabe y los jefes te pregunten a donde no quieres ir… no digas la verdad”
Luego vino el puerto, el sindicato, vinieron los Sobokta. El friki de Ziggy, su primo Nick y sobretodo su tío Frank, ese hombre agriado por años dedicados a luchar por su trabajo y por el de sus compañeros, sabiendo que para sobrevivir allí es necesario saltarse reglas. Me encanta la comparación con su hermano, tan correcto, tan legal…tan inútil. También aparece Bedie la policia hogareña que consigue tranquilizar por un tiempo a McNulty y sentarlo en el banquillo una temporada entera.
Y cuando Stringer, Avon, Prez empiezan a perder protagonismo aparecen otros nuevos. Tipos encantadores como el yonki Bubles o como Colvin y su utópia de Hamsterdam, desalmados como Marlo, ambiciosos hasta la náusea como Royce, como Carcetti , asesores inteligentes como Norman o como el zorrón de theresa (grande McNulty levantándose de la mesa)… y también Haynes el periodista con oficio de que demuestra tampoco ahí al éxito profesional no se llega a través del trabajo.
Y siempre de entre todos ellos emerge Omar, el pistolero generoso. Desde que aparece sabes que éste no es normal. “The wire” es, una serie colectiva donde no hay estrellas y el protagonismo y los minutos se lo reparten entre muchos. Como en el futbol de España! Pues Omar es el Iniesta de la serie. Cada vez que aparece sabes que va a pasar algo. El juicio contra Bird, el cara a cara contra Levy, ese abogado maligno y viscoso que es (con Valchek y Clay Davis) lo más repugnante de la serie. El encuentro con el Hermano Mouzon, la muerte de Stringer (inolvidable McNulty arrinconado junto al cadáver.
–y cómo se lo ha tomado Jimmy?
– como si fuera un familiar.),
la desesperada persecución a Marlo … su reencarnación final en Michael. “We are all in the game, Omar”
En fin…

7,6
12.896
7
22 de octubre de 2006
22 de octubre de 2006
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
ufff peli sobre lo mezclados que están a veces los sentimientos y sobre la fragilidad de nuestras defensas ante ataques emocionales. Va de miedos, de inquietudes, de huídas hacia adelante, de infidelidades... de amores pasionales y de sueños. Es elegante y valiente... aunque a mí me dejó muy triste.

8,2
31.973
10
13 de enero de 2011
13 de enero de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Gordo de Minnesota
El gordo es un hombre elegante. Buena vestimenta, buena dentadura, huele bien… lo que se dice un tipo con clase. Además es un maestro del billar (con lo gordo que está!).
Todas las tardes, a las 8, se deja caer por los billares Ames. Lee la prensa, echa unas partidas y si se tercia, despluma al primer pichón que se le acerca. No le ha ganado nadie en 10 años. Es el rey de los billares. Al menos lo era, hasta que apareció por allí un tipo arrogante con un estuche de piel bajo el brazo
Eddie
Eddie es joven, guapo, impulsivo... le gusta hablar, reír, el J T S Brown y jugar al billar. Se emociona. Cuando coge el taco lo siente como una prolongación de su brazo. La madera se hace carne, se vuelve nerviosa y siente que ya no hay quien lo pare. Alguien le ha dicho que con su talento y más carácter podría hacer mucho dinero. Pero no sabe bien cómo.
Bert
Bert sí sabe cómo hacer dinero. En realidad es lo único que sabe hacer. A falta de talento propio se dedica aprovecharse del de los demás. Bert mira mucho, habla poco y bebe leche y no whiskey. Como las malas personas.
Sarah
Sarah sí bebe whiskey. Quizá demasiado. Pasa las tardes sola leyendo y bebiendo en el bar de la estación. Como si esperara algo. A veces va a la universidad. Incluso escribe poesía. Poesía cruel, claro.
No sabe nada de billar. No distinguiría el estuche de un taco del de una ametralladora. Sin embargo mira a Eddie y le cae la baba. Lo que le emociona a ella es Eddie.
Y a mi lo que me emociona es haberme metido tan adentro en la vida de estos tipos. Soñar como Eddie y amar como Sarah. Ir por la calle y preguntarme cómo le irá al Gordo seguramente en los “Ames”, en su silla leyendo el periódico con la deseo de que por la puerta aparezca un rival de su nivel.
El gordo es un hombre elegante. Buena vestimenta, buena dentadura, huele bien… lo que se dice un tipo con clase. Además es un maestro del billar (con lo gordo que está!).
Todas las tardes, a las 8, se deja caer por los billares Ames. Lee la prensa, echa unas partidas y si se tercia, despluma al primer pichón que se le acerca. No le ha ganado nadie en 10 años. Es el rey de los billares. Al menos lo era, hasta que apareció por allí un tipo arrogante con un estuche de piel bajo el brazo
Eddie
Eddie es joven, guapo, impulsivo... le gusta hablar, reír, el J T S Brown y jugar al billar. Se emociona. Cuando coge el taco lo siente como una prolongación de su brazo. La madera se hace carne, se vuelve nerviosa y siente que ya no hay quien lo pare. Alguien le ha dicho que con su talento y más carácter podría hacer mucho dinero. Pero no sabe bien cómo.
Bert
Bert sí sabe cómo hacer dinero. En realidad es lo único que sabe hacer. A falta de talento propio se dedica aprovecharse del de los demás. Bert mira mucho, habla poco y bebe leche y no whiskey. Como las malas personas.
Sarah
Sarah sí bebe whiskey. Quizá demasiado. Pasa las tardes sola leyendo y bebiendo en el bar de la estación. Como si esperara algo. A veces va a la universidad. Incluso escribe poesía. Poesía cruel, claro.
No sabe nada de billar. No distinguiría el estuche de un taco del de una ametralladora. Sin embargo mira a Eddie y le cae la baba. Lo que le emociona a ella es Eddie.
Y a mi lo que me emociona es haberme metido tan adentro en la vida de estos tipos. Soñar como Eddie y amar como Sarah. Ir por la calle y preguntarme cómo le irá al Gordo seguramente en los “Ames”, en su silla leyendo el periódico con la deseo de que por la puerta aparezca un rival de su nivel.

8,5
36.620
9
28 de octubre de 2015
28 de octubre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando te enfrentas a una peli unánimemente reconocida como muy buena, ocurre a veces, que despues de haberla visto no sabes si te ha gustado mucho o es que venías predispuesto ya de casa.
No es el caso. "Ser o no Ser" la vi hace tres días y aún me dura la sonrisa. Hasta creo que soy un hormbre más feliz. Y eso que, como dice una compañera aquí mismo, algunos gags son de lo más tontorron... pero es que da igual, el estado anímico al que te va llevando la película es tan alegre que la cosa más tonta te hace gracia. A mí, al menos.
No es más que una comedia de enredo en la que los actores de una compañía de teatro, se ven envueltos en la resistencia polaca contra la ocupación Nazi. Como buenos actores, se hacen pasar por unos y por otros creando equívocos muy divertidos.
De entre toda esta panda, destaca María Tura, actriz principal, casquivana y patriótica a partes iguales, y su marido, ese gran gran actor polaco llamado JosephTura.
Y es que no puedo dejar de sentir admiración, respeto y hasta un poquito de envidia, por un tipo al que lo que más le duele de que su mujer se lo monte con otro mientras él actúa, es que ese otro se marche sin haber terminado la función.
No es el caso. "Ser o no Ser" la vi hace tres días y aún me dura la sonrisa. Hasta creo que soy un hormbre más feliz. Y eso que, como dice una compañera aquí mismo, algunos gags son de lo más tontorron... pero es que da igual, el estado anímico al que te va llevando la película es tan alegre que la cosa más tonta te hace gracia. A mí, al menos.
No es más que una comedia de enredo en la que los actores de una compañía de teatro, se ven envueltos en la resistencia polaca contra la ocupación Nazi. Como buenos actores, se hacen pasar por unos y por otros creando equívocos muy divertidos.
De entre toda esta panda, destaca María Tura, actriz principal, casquivana y patriótica a partes iguales, y su marido, ese gran gran actor polaco llamado JosephTura.
Y es que no puedo dejar de sentir admiración, respeto y hasta un poquito de envidia, por un tipo al que lo que más le duele de que su mujer se lo monte con otro mientras él actúa, es que ese otro se marche sin haber terminado la función.
7 de enero de 2007
7 de enero de 2007
14 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué maravilla! qué ambientaciones, qué vestuario, qué fotografía, qué música, qué zapatillas!!! pero ¿quién era esa tal Maria Antonieta? ¿fue reina no? ¿francesa? ¿...en el s XVIII quizá? por entonces hubo una revolución creo...
Pero tío qué más da!!! han pinchado a los strokes! y qué chulas las converse... nos mola Sofía.
Pero tío qué más da!!! han pinchado a los strokes! y qué chulas las converse... nos mola Sofía.
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