You must be a loged user to know your affinity with HOPE
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

6,9
52.219
9
22 de abril de 2011
22 de abril de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay hoy un lugar que haya servido hasta la saciedad, para ser filmado, esa es la ciudad de Nueva York. Directores enamorados de esta megalópolis han sido por citar a tres: Sidney Lumet, Martin Scorsese o el mismísimo Woody Allen.
Una de mis comedias favoritas, con un guión, e inteligentes diálogos es “Cuando Harry encontró a Sally” película de 1989 y ambientada cuando los árboles de la ciudad se tornaban de doradas hojas rojas. Aun teniendo un preámbulo, desde la salida desde la universidad de Chicago, donde Billy Cristal en el papel de Harry y como un patricio mas de Roma, no hace mas que comer de un racimo de uvas. Cuando por fin, los protagonistas llegan a Nueva York, la primera escena de Manhattan es aparcar en el Washington Square Park. Mítico espacio abierto y verde donde se yergue un conocido arco de triunfo. Mucho mas escueto y fino que el archiconocido de Paris, pero no por ello menos bello y elegante. Está dedicado al primer presidente norteamericano y hoy en día, con ceremonia de desfile, es paso casi obligado por su arco, de los licenciados neoyorquinos. También este arco cerraría la historia, en las escenas finales, de esta película.
El barrio Greenwhich Village, donde se sitúa el Arco de Triunfo, no fue de muy buena reputación por los años 80 y en el remake de 2007 “Soy Leyenda” el protagonista que interpreta Will Smith vive en frente de este famoso parque. Desde su espacio abierto ve llegar, o mejor dicho invadir su casa, de muertos vivientes mutados por una enfermedad futura. Estas escenas de los alrededores de su casa, están siempre presididas del imponente Arco. Parece que el parque vuelve a traer en el futuro, mala gente al barrio.
Pero si volvemos a la década de los 60, estos exteriores son el escenario final (y en cierta manera principal), de la comedia romántica “Descalzos en el parque” de 1967 y protagonizados por la excelente pareja de actores Robert Redfort y Jane Fonda.
El final de esta película se desarrolla en este emblemático parque neoyorquino siempre presidido por su níveo arco. Corie busca a su marido que despechado, deambula descalzo y borracho por el Washington Square Park. La noche anterior, solo había cenado una libra de uvas, igual racimo de violáceos frutos, denominados por los viticultores “Napoleón”, que tomaba Harry en la anterior película.
Han tenido que pasar 22 años desde una comedia a otra. No sé, si su director Rob Reiner, cuando decidió buscar las localizaciones, se inspiró en la película de “Descalzos por la ciudad”. En las dos, si hay unos inteligentes diálogos y un buen y cuidado guión, pero yo siempre me quedaría con “Cuando Harry encontró a Sally”.
Javier Navarta
Una de mis comedias favoritas, con un guión, e inteligentes diálogos es “Cuando Harry encontró a Sally” película de 1989 y ambientada cuando los árboles de la ciudad se tornaban de doradas hojas rojas. Aun teniendo un preámbulo, desde la salida desde la universidad de Chicago, donde Billy Cristal en el papel de Harry y como un patricio mas de Roma, no hace mas que comer de un racimo de uvas. Cuando por fin, los protagonistas llegan a Nueva York, la primera escena de Manhattan es aparcar en el Washington Square Park. Mítico espacio abierto y verde donde se yergue un conocido arco de triunfo. Mucho mas escueto y fino que el archiconocido de Paris, pero no por ello menos bello y elegante. Está dedicado al primer presidente norteamericano y hoy en día, con ceremonia de desfile, es paso casi obligado por su arco, de los licenciados neoyorquinos. También este arco cerraría la historia, en las escenas finales, de esta película.
El barrio Greenwhich Village, donde se sitúa el Arco de Triunfo, no fue de muy buena reputación por los años 80 y en el remake de 2007 “Soy Leyenda” el protagonista que interpreta Will Smith vive en frente de este famoso parque. Desde su espacio abierto ve llegar, o mejor dicho invadir su casa, de muertos vivientes mutados por una enfermedad futura. Estas escenas de los alrededores de su casa, están siempre presididas del imponente Arco. Parece que el parque vuelve a traer en el futuro, mala gente al barrio.
Pero si volvemos a la década de los 60, estos exteriores son el escenario final (y en cierta manera principal), de la comedia romántica “Descalzos en el parque” de 1967 y protagonizados por la excelente pareja de actores Robert Redfort y Jane Fonda.
El final de esta película se desarrolla en este emblemático parque neoyorquino siempre presidido por su níveo arco. Corie busca a su marido que despechado, deambula descalzo y borracho por el Washington Square Park. La noche anterior, solo había cenado una libra de uvas, igual racimo de violáceos frutos, denominados por los viticultores “Napoleón”, que tomaba Harry en la anterior película.
Han tenido que pasar 22 años desde una comedia a otra. No sé, si su director Rob Reiner, cuando decidió buscar las localizaciones, se inspiró en la película de “Descalzos por la ciudad”. En las dos, si hay unos inteligentes diálogos y un buen y cuidado guión, pero yo siempre me quedaría con “Cuando Harry encontró a Sally”.
Javier Navarta
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Imágenes de las escenas citadas:
http://javiernavarta.blogspot.com/2011/04/vistas-desde-el-arco.html
http://javiernavarta.blogspot.com/2011/04/vistas-desde-el-arco.html
7
31 de enero de 2013
31 de enero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es cierto que el ritmo que imprime Hiroyuki Okiura es de otra cultura distinta a la nuestra. Aunque si que es verdad que han hecho todo lo posible por mimetizarse también a nuestros gustos occidentales. Nuestra narrativa literaria, ya sea desde el italiano Marco a la suiza Heidi, pasando por los galos mosqueperros o los británicos Sherlock Holmes, es sencillamente una estrategia comercial de vender sus productos en nuestros mercados. Hoy ya no, Nobita de Doraemon o el propio Shin-Chan, aun siendo completamente comerciales, nos a ilustrado sobre el urbanismo o las singularidades de los japoneses. Pero cuando una obra es buena, hable o no de una cultura u otra, trasciende y deja de tener esa etiqueta comercial para brillar con luz propia como arte. Atrás en la historia de los anime, podemos recordar como ejemplo a “La Princesa Mononoke” de 1997 o mas recientemente como ejemplo de ese ritmo tan peculiar japonés “5 centímetros por segundos” de 2007.
Una Carta para Nomo no deja de ser una historia de una familia de Tokio en una geografía japonesa que nos transporta y nos sumerge en sus costumbres y su mundo. Sus delicadas reverencias al saludar, el descalzo de sus sandalias al entrar en casa, las bolitas de arroz, como doblan el futón para hacer sus camas, los ferrys que enlazan una islas con otras, los altares en el aparador o las mandarinas verdes. Por ello, desde el primer fotograma cuando desde el cielo caen tres gotas, consigue sumergirnos en una verdad que se refleja en el cuidado y en lo esmerado de cómo esta facturada la película. No se acomodan en presentarnos una fauna de nuestra mitología europea con ninfas, gnomos y demás hada y almas errantes; nos sorprende con toda una iconografía de dioses duendes del periodo Edo, autóctonos de su país, ¡faltaría mas!. Al final, no sabemos si el tiempo se había parado en primavera, como aquel viejo reloj de pared o si Momo solo quería ver, una vez mas, unas pocas palabras escritas de su padre. Y es ahí, en esos sentimientos, donde oriente y occidente somos iguales y donde nos sentimos identificados aunque todo lo demás nos sea exótico.
Una Carta para Nomo no deja de ser una historia de una familia de Tokio en una geografía japonesa que nos transporta y nos sumerge en sus costumbres y su mundo. Sus delicadas reverencias al saludar, el descalzo de sus sandalias al entrar en casa, las bolitas de arroz, como doblan el futón para hacer sus camas, los ferrys que enlazan una islas con otras, los altares en el aparador o las mandarinas verdes. Por ello, desde el primer fotograma cuando desde el cielo caen tres gotas, consigue sumergirnos en una verdad que se refleja en el cuidado y en lo esmerado de cómo esta facturada la película. No se acomodan en presentarnos una fauna de nuestra mitología europea con ninfas, gnomos y demás hada y almas errantes; nos sorprende con toda una iconografía de dioses duendes del periodo Edo, autóctonos de su país, ¡faltaría mas!. Al final, no sabemos si el tiempo se había parado en primavera, como aquel viejo reloj de pared o si Momo solo quería ver, una vez mas, unas pocas palabras escritas de su padre. Y es ahí, en esos sentimientos, donde oriente y occidente somos iguales y donde nos sentimos identificados aunque todo lo demás nos sea exótico.
7 de julio de 2011
7 de julio de 2011
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy he visionado la nueva película de Woody Allen, “Medianoche en Paris”, donde recrea los personajes que conformaron el marco artístico y cultural de la Ciudad de la Luz: Buñuel, Picasso. Hemingway o Gertrude Stein…. Me ha recordado la película de Carlos Saura que rodó en Toledo en el 2001, titulada “Buñuel, y la mesa del rey Salomón”
En esta, no tenemos a la guapa modelo Carla Bruni de artista invitada y tenemos que conformarnos con El Gran Wyoming.
Paradójicamente, este, caracterizado de Buñuel mayor, nos habla a la cámara directamente al espectador y será el narrador con sus recuerdos, de la película. También en la película anterior de Woody, utiliza este recurso narrativo donde el personaje protagonista de “Si la cosa funciona”, nos habla a la cámara, ante la perplejidad de los otros personajes que le rodean. Recuérdese este recurso narrativo en la clásica película “El violinista en el Tejado”. Con ello, Carlos Saura quiere dar veracidad a lo fantástico o justificar de que sueña con los sueños prestados e su paisano Buñuel.
Carlos Saura, inmortaliza y hace mito a los personajes reales de Salvador Dalí, Federico García Lorca y Luis Buñuel que se conocieron en la realidad de una España de los años 20. A diferencia de la película de 2008 “Sin límites” (Little Ashes) que obviando las licencias artísticas, pretende un recorrido por la juventud de estos tres artistas que coincidieron el la residencia de estudiantes de Madrid.
El director aragonés, cuida de las caracterizaciones y de la elección de actores que encarnaran al trío. Desde entonces, no puedo dejar de ver al gran Wyoming en el famoso retrato de Salvador Dalí que le hizo a su amigo en 1924.
Hace uso de nuevas tecnologías para ilustrar el surrealismo tanto de su maestro mentor Buñuel, como la inspirativa de un joven Dalí o la prosa convertida en flamenco de Lorca, con lo que se impregna las imágenes de algunos versos de buena música.
Si bien, el espíritu del guión prometiendo una epopéyica aventura, poco a poco se deshincha en muros de telas transparentes que ya nos mostró en “Goya en Burdeos”
En esta, no tenemos a la guapa modelo Carla Bruni de artista invitada y tenemos que conformarnos con El Gran Wyoming.
Paradójicamente, este, caracterizado de Buñuel mayor, nos habla a la cámara directamente al espectador y será el narrador con sus recuerdos, de la película. También en la película anterior de Woody, utiliza este recurso narrativo donde el personaje protagonista de “Si la cosa funciona”, nos habla a la cámara, ante la perplejidad de los otros personajes que le rodean. Recuérdese este recurso narrativo en la clásica película “El violinista en el Tejado”. Con ello, Carlos Saura quiere dar veracidad a lo fantástico o justificar de que sueña con los sueños prestados e su paisano Buñuel.
Carlos Saura, inmortaliza y hace mito a los personajes reales de Salvador Dalí, Federico García Lorca y Luis Buñuel que se conocieron en la realidad de una España de los años 20. A diferencia de la película de 2008 “Sin límites” (Little Ashes) que obviando las licencias artísticas, pretende un recorrido por la juventud de estos tres artistas que coincidieron el la residencia de estudiantes de Madrid.
El director aragonés, cuida de las caracterizaciones y de la elección de actores que encarnaran al trío. Desde entonces, no puedo dejar de ver al gran Wyoming en el famoso retrato de Salvador Dalí que le hizo a su amigo en 1924.
Hace uso de nuevas tecnologías para ilustrar el surrealismo tanto de su maestro mentor Buñuel, como la inspirativa de un joven Dalí o la prosa convertida en flamenco de Lorca, con lo que se impregna las imágenes de algunos versos de buena música.
Si bien, el espíritu del guión prometiendo una epopéyica aventura, poco a poco se deshincha en muros de telas transparentes que ya nos mostró en “Goya en Burdeos”
24 de julio de 2011
24 de julio de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un pasado muy fantástico, sin llegar al retrofuturismo de SKY CAPTAIN (2004), concretamente en los años 40, con el reclutamiento para la 2º Guerra Mundial, se escribe la historia de Steve Rogers un enclenque joven neoyorquino, pero que alberga el espíritu del mas valeroso soldado.
Puede parecer un pasado paralelo, como ocurre en WATCHMEN (2009) pero la recreación artística de los años 40 en America está muy cuidada y solo cubos de energía azul y diseños de la ingeniería militar que se quedaron solo en papel de la historia, aquí están solventemente materializados como tanques, aviones y demás prototipos copiados de las viñetas añejas y hacen recordarte que estas viendo un cómics.
Lo mejor: Su diseño artístico. La recreación de Nueva York en los años 40. El vestuario tanto de los esbirros como el definitivo uniforme del protagonista. Y su ágil trama.
Lo peor. El patriotismo anexo a este personaje vinculado y alineado a un solo país y a uno sola ideología ya carente se sentido y de época, que le resta universalidad y lo descontextualiza de su concepto puntual de cuando nació.
Espero que su afiliación próxima en el 2012 en The Avengers y su adaptación a un mundo sin nazis invadiendo Europa y más globalizado, lo modernice y actualice un poco mas.
Puede parecer un pasado paralelo, como ocurre en WATCHMEN (2009) pero la recreación artística de los años 40 en America está muy cuidada y solo cubos de energía azul y diseños de la ingeniería militar que se quedaron solo en papel de la historia, aquí están solventemente materializados como tanques, aviones y demás prototipos copiados de las viñetas añejas y hacen recordarte que estas viendo un cómics.
Lo mejor: Su diseño artístico. La recreación de Nueva York en los años 40. El vestuario tanto de los esbirros como el definitivo uniforme del protagonista. Y su ágil trama.
Lo peor. El patriotismo anexo a este personaje vinculado y alineado a un solo país y a uno sola ideología ya carente se sentido y de época, que le resta universalidad y lo descontextualiza de su concepto puntual de cuando nació.
Espero que su afiliación próxima en el 2012 en The Avengers y su adaptación a un mundo sin nazis invadiendo Europa y más globalizado, lo modernice y actualice un poco mas.
17 de agosto de 2009
17 de agosto de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo. Y tú has brillado con mucha intensidad, Roy." -Cree consolar con estas palabras Tyrell al replicante Nexus 6. El director Julian Schnabel parece también consolarse en como apreciar la vida ante una muerte temprana con filmografías de artistas como Basquiat que brillan con tanta intensidad en su juventud que gasta su combustible vital antes de prolongar sus vidas en una fútil vejez cuesta abajo.
Pero, ¿nos habla aquí del eclosionar la creatividad artística en un último intento de despedirse al otro mundo? De hecho la única manera de dejar huella póstuma en este mundo, es dejar un legado ya sea en la construcción de un edificio, hallar una medicina contra una enfermedad, las esculturas talladas o esculpidas, el desarrollo o la innovación técnica en algún campo de ingeniería, las obras pictóricas plasmadas en una galería, la realización de una película o la realización de una obra literaria, e incluso el amor que hay entre los cacharros de cocina en una ama de casa, entre otra muchas actividades, no solo artísticas, sino de todos los campos del conocimiento humano. Incluso plantar un árbol será un recuerdo que mantendrá la memoria de nuestros descendientes en el futuro (recuérdese el árbol que plantó María Antonieta en Versalles, hoy todavía se menciona en las visitas guiadas o en las guías de turismo.)
Bauby, protagonista objetivo y subjetivo, ve que ha sido atrapado en su escafandra, he intenta no desanimarse. Con lo único que le queda, el aleteo de su párpado. Agotará todo el combustible de su extinta estrella y dejara una póstuma reflexión, una última huella de su persona para ser recordado.
La referencia filmográfica mas similar a esta película “La escafandra y la mariposa” de 2007, es la de “Jhonny cogió su fusil” película de 1971 dirigida por Dalton Trumbo. Un soldado queda mutilado sin brazos ni piernas, solo su tronco. Su mandíbula destrozada, de la explosión que casi lo mata lo deja sordo y ciego. Solo siente en su piel cuando la enfermera abre la ventana o el sol irradia su luz sobre su cuerpo. Solo llega a comunicarse con los golpes de cabeza a modo de alfabeto Morse. También en esta película, el protagonista se sumerge en sus pensamientos y sueños que es lo único que lo reconforta.
(continua en el "spolier" sin desvelar nada de la película)
Pero, ¿nos habla aquí del eclosionar la creatividad artística en un último intento de despedirse al otro mundo? De hecho la única manera de dejar huella póstuma en este mundo, es dejar un legado ya sea en la construcción de un edificio, hallar una medicina contra una enfermedad, las esculturas talladas o esculpidas, el desarrollo o la innovación técnica en algún campo de ingeniería, las obras pictóricas plasmadas en una galería, la realización de una película o la realización de una obra literaria, e incluso el amor que hay entre los cacharros de cocina en una ama de casa, entre otra muchas actividades, no solo artísticas, sino de todos los campos del conocimiento humano. Incluso plantar un árbol será un recuerdo que mantendrá la memoria de nuestros descendientes en el futuro (recuérdese el árbol que plantó María Antonieta en Versalles, hoy todavía se menciona en las visitas guiadas o en las guías de turismo.)
Bauby, protagonista objetivo y subjetivo, ve que ha sido atrapado en su escafandra, he intenta no desanimarse. Con lo único que le queda, el aleteo de su párpado. Agotará todo el combustible de su extinta estrella y dejara una póstuma reflexión, una última huella de su persona para ser recordado.
La referencia filmográfica mas similar a esta película “La escafandra y la mariposa” de 2007, es la de “Jhonny cogió su fusil” película de 1971 dirigida por Dalton Trumbo. Un soldado queda mutilado sin brazos ni piernas, solo su tronco. Su mandíbula destrozada, de la explosión que casi lo mata lo deja sordo y ciego. Solo siente en su piel cuando la enfermera abre la ventana o el sol irradia su luz sobre su cuerpo. Solo llega a comunicarse con los golpes de cabeza a modo de alfabeto Morse. También en esta película, el protagonista se sumerge en sus pensamientos y sueños que es lo único que lo reconforta.
(continua en el "spolier" sin desvelar nada de la película)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero,¿qué somos, cuerpo o pensamientos? David Lynch, recuerda con otra obra, una desgracia histórica como la de “El Hombre Elefante” (1980). Dentro de un amorfo cuerpo donde habita el más sensible de los seres humanos. También aquí el protagonista sueña como liberación de su cuerpo. Cuando el destino nos arrebata nuestro cuerpo, nuestra familia, nuestros hijos, nuestra amante, nuestros amigos, nuestro nuevo coche… ¿Qué nos queda?
Solo nos damos cuenta de nuestra identidad y nuestra finalidad en este mundo, cuando estamos al borde al precipicio de nuestra existencia. Recuérdese la frase que el ex - Monty Pythons en el papel de Premio Nobel en la reciente película “Ultimátum a la Tierra” (2008) argumenta para convencer a Keanu Reeves. “Solo cuando nos encontrarnos en el límite, al borde del precipicio, podemos cambiar”
Solo cuando estamos convalecientes de alguna enfermedad es cuando se han realizado las mas sinceras obras como la del escritor J.D. Salinger “El Guardián entre el Centeno”, la película “Persona” de Ingmar Berman creada desde su cama de hospital o la iniciativa de dedicarse a la pintura después de salir de una grave enfermedad Henri Matisse.
Javier Navarta
Solo nos damos cuenta de nuestra identidad y nuestra finalidad en este mundo, cuando estamos al borde al precipicio de nuestra existencia. Recuérdese la frase que el ex - Monty Pythons en el papel de Premio Nobel en la reciente película “Ultimátum a la Tierra” (2008) argumenta para convencer a Keanu Reeves. “Solo cuando nos encontrarnos en el límite, al borde del precipicio, podemos cambiar”
Solo cuando estamos convalecientes de alguna enfermedad es cuando se han realizado las mas sinceras obras como la del escritor J.D. Salinger “El Guardián entre el Centeno”, la película “Persona” de Ingmar Berman creada desde su cama de hospital o la iniciativa de dedicarse a la pintura después de salir de una grave enfermedad Henri Matisse.
Javier Navarta
Más sobre HOPE
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here