Es una película triste y melodramática, pero no por ello deja de ser una gran película, una magnífica película. Sorprende que un Director pudiera sacar una interpretación tan buena como la de Bjork, siendo ella una cantante tan excéntrica pero claro, dirigiéndola otro personaje tan controvertido o más que la protagonista, como es Lars Von Trier.
La película grabada como puro cine, te adentra como espectador directo en la desgraciada historia de una pobre mujer que pierde progresivamente la visión, solo en los momentos musicales salimos del interior del film, el cual gracias a la maestría con la que esta grabada nos hace vivir en su interior, es la mismísima realidad.

La historia, es muy cruel e injusta la cual genera múltiples sensaciones en el espectador, es un prodigio de la simplicidad unida a la magia oscura y dolorosa, las desgracias que nos presenta Von Trier crean un nudo en nuestro estomago donde se empieza a sentir rabia e impotencia por la maldad de los secundarios que contrasta con la bondad e ingenuidad de la protagonista.

Este es un profundo largometraje, nos hace reflexionar sobre algo tan inevitable como la muerte desde distintos puntos de vista, donde nos da a entender qué la vida no termina, sino que nos dirigimos hacía algo nuevo. En cuanto al argumento, muestra un nuevo tipo de cine distinto a cualquier otro.
La transición de la vida a la muerte, representada con el agua, y en el crematorio con el fuego, evidencian un muy buen análisis de lo que supondríamos que pasará después de la muerte.