Perros de paja narra la historia de Amy y David Summers, matrimonio formado por un profesor de matemáticas norteamericano (Dustin Hoffman), enfrascado en sus cálculos, y una jovencita y alegre inglesa (Susan George) que, huyendo de la crispada situación social en los USA, van a una campiña inglesa en la que David podrá investigar aprovechando la concesión de una beca.

Pronto, la presencia de los extraños no será muy bien recibida por los lugareños, sobre todo aquellos con poca masa cerebral, llenos de prejuicios. Amy, que había crecido en el lugar, es el centro de las miradas obscenas de los machos que rondan a la pareja. Un acto extremadamente violento será el detonante de unos hechos aún más violentos.

La cinta se estrenó en 1971, después de la consagración del director con Grupo salvaje y sin lugar a dudas supuso la película más polémica del director Sam Peckinpah.

A grosso modo, perros de paja es un debate sobre el crepúsculo del macho, pero también sobre el enfrentamiento entre civilización y barbarie... con la ironía de que, esta vez, la civilización viene de Norteamérica, y la barbarie está agazapada en la profunda Inglaterra. Así, como muchas obras magistrales, nos hace pensar y recapacitar al asquearnos por ver lo bajo que el hombre puede caer si se deja llevar por sus instintos primarios.

Respecto a la relación existente con las matemáticas, que también suelen caracterizar mis críticas, en el film se pueden encontrar esporádicos momentos matemáticos, pizarras y cálculos binarios, pero en definitiva se trata de un ejemplo más que agudiza el tópico sobre los matemáticos, según el cual son personas dominadas por sus obsesiones intelectuales. Unas veces se les presenta como distraídos o ausentes, como es el caso de esta peli, y otras veces incluso con serios problemas mentales como Pi, Una mente maravillosa o Proof.

Woody Allen ha conseguido en Match Point una gran película, elegante y excelente, su puesta en escena está medida al detalle, la naturalidad es lo que se resalta en esta historia acerca de las relaciones de pareja e infidelidades. Tratándose de Woody Allen no es extraño que nos demos cuenta que la película está llena de pequeñas pinceladas, de pequeños detalles, es decir de pequeños matices que también contribuyen, con dicha naturalidad, al toque brillante de la película.

Destacar también de la película la excelente interpretación y sus buenos diálogos. Se nos presenta un sutil discurso acerca de la ética, con la que el espectador realiza sus cábalas acerca de cuál sería su decisión, y colocándose en la piel del protagonista.

Sinceramente, el cineasta neoyorquino, ha conseguido con esta película no perder su sello y a la vez conseguir una película de carácter más comercial a lo que él nos tiene acostumbrados. Podríamos decir, con objeto de resumir, que Match Point es una muy buena película a pesar de no ser lo que el espectador esperaría de Woody Allen.

En muchos aspectos me recuerda al viaje de Chihiro, la peli nos hace volver a aquel estado de ingravidez tan sutil y melancólico al mismo tiempo.

Está claro que la realización de un film de animación necesita de mucha dedicación y tiempo, y evidentemente de mucho dinero. En la mayoría de los casos, para hacer frente a estos problemas de producción y financiación, los títulos más interesantes dentro de la animación han tenido que reducirse al formato del cortometraje, y a moverse en el muy poco recompensado mundo del cine amateur. El castillo ambulante se puede considerar la excepción que rompe la regla: hay libertad creativa, producción profesional y un gran éxito. Aunque quizás esto es posible debido a que Miyazaki tiene el respaldo de la cultura japonesa y la etiqueta del cine manga.

Particularmente, el viaje de Shihiro me gustó más, realmente cuando vi aquella película me produjo una sensación más placentera de lo que me ha producido esta, pero he de reconocer que también ésta lleva su sello, y por lo tanto es garantía de lucidez.

Lo mejor:

-La primera parte

-El encuentro entre Howl y Sophie en el pueblo.

-Una obra quizás no tan espectacular en los aspectos técnicos, pero que vuelve a reincidir en una serie de temas muy característicos de su autor, temas humanos: el amor, la paz, la justicia, la dignidad... lo que hace que sus films tengan una gran candidez y atracción, la misma que hizo que yo mismo fuera al cine a visionar este film.

-Como es propio de su director, el estado de tensión por no saber exactamente qué sucede se mantiene a lo largo de buena parte de la película, dejando al espectador que se mantenga alerta ante cualquier detalle.

Lo peor:

-La última parte quizás se hace un poco extensa, es decir, no me pasó como en el viaje de Chihiro donde la película se me hizo corta, y eso que era muy larga de duración.

-Quizás también nos hace falta un repaso (o un estudio) de la cultura japonese para poder profundizar mucho más en la película, en su transfondo, en su climax,...

Para aficionados como yo a este tipo de películas esperábamos con ansías una nueva entrega del dichoso Cubo. Dudábamos al principio sobre cuál sería el enfoque que se daría a este nuevo film (el tercero ya, de este extraño lugar repleto de habitáculos), pero la actitud adoptada ha sido la esperada.

Como era de imaginar, en esta tercera parte ya no se entra en el mundo de esos personajes que, como vimos en "Cube", despiertan en un laberinto formado por cubos del que parece imposible escapar. Ese fue el argumento de la primera entrega que básicamente se mantuvo en el "Hipercubo" pero en ésta añadiéndole además un toque original y comercial como el concepto fascinante de la cuarta dimensión. Pues bien, en "Cube Zero", además de meternos dentro de ese laberinto, se responde, en parte, a varias de las cuestiones sin respuesta que sugerían un excelente misterio: ¿quién ha construido todo y les mete allí? ¿y por qué? ¿cuál es el objetivo?...

El escenario de la película ya no se centra exclusivamente en esos habitáculos, ahora tenemos además un centro de mandos en el cuál se controla parte del cubo y de los personajes (sus recuerdos, sus sueños...). Al control de ellos, un grupo de secuaces, a las órdenes de sus jefes, que ejecutan sin ningún tipo de explicación las órdenes superiores. Uno de ellos, intentando dar respuesta a sus preguntas y temores, y con afán heroico, se llega a meter en el cubo intentando salvar a parte de las cobayas que se encuentran allí involucradas.

A diferencia quizás de las anteriores, "Cube Zero" es, digámoslo así, más entendible al público, el espectador no va a encontrar problemas para seguir el hilo de la historia como quizás ocurría en las anteriores.

Por cierto, el “terminator” ese del final sobra, no pinta mucho, la verdad.

En resumen, la saga de El Cubo tiene el mérito de ofrecer un concepto original en un mercado saturado de producciones genéricas, donde los productores creen que los fans de la ciencia ficción aceptarán cualquier historia ubicada en el espacio o que incluya robots. Pero lo malo es que los aficionados a este tipo de films, nos tendremos que conformar en verlos en DVD, pues está claro que a pesar de que como vemos en este film se le puede considerar una secuela aceptable y un ejemplo de cómo las limitaciones en cuanto a presupuesto y producción pueden ponerse al servicio de la historia, nunca podremos verlos en la gran pantalla, o al menos en nuestras ciudades.

Lo mejor:

-La película no cae en tópicos, a pesar de que la situación que acontece en el orfanato pudiese sonar de otros films, la forma en que se tratan los hechos y la historia es muy aceptable. La ambientación es sobresaliente.

-Belén Rueda lo hace genial a lo largo de toda la película.

-Es a la vez una película intensa, sofocante, angistiosa, intrigante, dramática y deslumbrante.

-Hay varios aspectos y detalles que el director ha cuidado minuciosamente que son los que hacen que la película no caiga en tópicos y que el espectador vaya descubriéndolos en el transcurso de la misma. Al final, pensándolo un poco, todo acaba encontrando su sitio y su explicación.

Lo peor:

-El desenlace final hubiese podido ser más claro y entendible al público general que asiste a la sala, al menos para mi gusto hay alguna que otra escena que sobra para que los hechos sean más explícitos y claros.

-El niño protagonista no es de lo mejor.