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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
3
21 de mayo de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos colegas errantes, competidores de carreras, ganan un mini bólido en una competición, con tan mala suerte, que sin tiempo para disfrutarlo desaparece calcinado a manos de unos mafiosos que intentaban intimidar a unos feriantes para hacerse con su negocio. Lo que los mafiosos ignoran es que nuestros dos protagonistas (los insuperables Bud Spencer y Terence Hill) son auténticos eruditos en el sesudo arte de dispensar mamporros y que piensan batirse el cobre con todo el hampa con el fin de recuperar su preciado bólido. Eso sí, rojo porque “sí no, nos enfadamos”.
Argumento simplón y desarrollo lineal, simpático y a veces inocentón para esta película que es todo un recital de tortas, mamporros, yoyas, tundas, collejas, sopapos y soplamocos al más puro estilo “todos los públicos” en el que una victima mortal se antoja inverosímil ni existen las lesiones de médula ni los poli traumatismos encefálicos.
Es un filme de 1974 dirigido por Marcello Fondato cuyo título, tan clásico como estúpido en la traducción, es un icono de un tipo de cine ya extinto, “las comedias de ostias”, con música delirante y simpática, con un protagonista guapo con otro feo pero bonachón, chica guapa, causa justa y malos malosos. Si bien esta peli esta catalogada como infantil por lo que creo que ya no tengo 10 años sino 20 más asi que mejor donde fui no volver... recuerdo que cuando tenia diez años estábamos de obra en casa y habíamos alquilado el piso de arriba pues siempre estaba vacío y mis padres me dejaron un domingo encerrado en la habitación viendo la tele mientras bajaban a nuestra casa a echar un vistazo como estaban yendo las obras pero subieron corriendo alertados por mis carcajadas al visionar esta película.
21 de mayo de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pienso que lo estaba deseando. John Frankenheimer, uno de los mejores realizadores de la llamada “generación de la televisión” estaba esperando el momento propicio para pegarle una sonora bofetada a la sociedad americana de finales de los setenta. Y es que su trayectoria asi lo dice. Desde críticas directas a la guerra fría hasta películas donde se ponían en entredicho las buenas intenciones de los políticos. Así fue allanando el camino hasta el estreno de ésta, para muchos, su mejor obra.
La peli desmonta, en casi noventa minutos, muchos de los íconos sagrados para el cine estadounidense. No se libran ni el final feliz, ni el héroe inmaculado, en una peli donde todos sus personajes carecen de la más mínima moralidad. Y lo hace desde el principio al presentar en pantalla a su propio público, los habitantes de la América profunda. Sus rostros inexpresivos acompañan a los créditos (tanto al principio como al final) y se convierten en testigos de excepción de la historia pero también forman parte de la particular denuncia del director hacía el resto de los espectadores. Estos planos me recuerdan mucho a los que usó John Boorman en otro clásico legendario “Delivarance” (1972).
A simple vista, esta peli podría parecer un western. No solo por su protagonista (Gregory Peck), un sheriff de un pequeño pueblo de Tennesse. Si no por la excelente banda sonora (compuesta por Johny Cash). Las canciones del “Rey del country” conducen perfectamente la estructura lineal de la peli. El realizador, utiliza con eficacia la misma técnica que Fritz Lang en “Encubridora” (Rancho Notorious 1952) o King Vidor en “La pradera sin ley” (Man Without Star, 1955).
Pero no os engañéis. Esta película rezuma cine negro por los cuatro costados. Y es que la honestidad del sheriff dura minutos. Los que tarda el bueno de Peck en ver a Tuesday Weld. El realizador coloca en ese preciso instante al protagonista en medio de una crisis provocada por una mujer mucho más joven que él, casi una adolescente. Una “Lolita” que lo situara al otro lado de la ley. Si he de ser sincero no culpo al sheriff para nada ya que la chica en cuestión esta muy bien. Con un rostro permanentemente iluminado y una sonrisa sensual, muy pocos se resistirían.
La elección de Gregory Peck como representante de la ley que cae en el deshonor y la humillación es muy acertada. Nadie podría imaginar al por entonces galán en tan insultante situación. Cierto es que el director le avisa de lo inconveniente de esa relación cuando repite de forma recurrente planos y contraplanos de distintos niveles (el que avisa no es traidor) y generalmente, alternando con contrapicados para Peck y para Weld queriendo subrayar la pertenencia de ambos a diferentes mundos.
La propuesta de Frankenheimer se adecua perfectamente al momento por el que atravesaba Estados Unidos. La figura desmitificada, del hasta entonces intachable Peck, puede simbolizar la falta de credibilidad que tenia la administración estadounidense en 1970 con una guerra del Vietnam que nadie quería. De echo (y hay que estar muy atentos para poder verlo) el director inserta de forma subliminal propaganda del ejercito americano.
Esta película hay que verla con los ojos de los espectadores americanos de principios de los setenta. Para ellos y para sus dirigentes la concebio Frankenheimer.
Zeitgeist: The Movie
Documental
Estados Unidos2007
7,3
22.132
Documental
9
16 de mayo de 2013
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece ser, aunque no lo investigue mucho, un documental hecho sin fines de lucro que circula por Internet. Si bien el asunto empieza flojo, con un mensaje anticuado de “te vamos a decir toda la verdad” y sigue anunciando como una tremenda revelación algo tan obvio como “Dios no existe, te lo vamos a probar (como si fuera lo más fácil del mundo vamos)” y mete todo eso con imágenes ochenteras de una estética, cuanto menos, cuestionable. Si tenéis paciencia Zeitgeist se pone de pu... madre.
La primera parte hace una historización del cristianismo, la segunda, rearma los atentados de las Torres Gemelas con muchas pruebas a favor de la hipótesis de que fueron los Estados Unidos los que organizaron el ataque. Y la tercera y última parte es la que se proyecta hacía el futuro en la que saca conclusiones atroces a partir, entre otras cosas, de este atentado y otros productos en los Estados Unidos y el sistema bancario mundial.
Si a este final desolador y desesperante sumamos la imaginación de la catástrofe como armazón general del filme, la peli genera un poco de paranoia.
Ha sido producido por Peter Joseph para inspirar a que la gente comience a mirar el mundo desde una perspectiva más crítica y entienda que las cosas no son como la mayoría se cree. La información que nos da es fruto de la investigación de un largo año. Tanto la investigación como las fuentes básicas usadas y referidas en el filme asi como la trascripción interactiva se incluye en la web oficial.
Después de esto nuestro trabajo es conseguir hacer o gestar una revolución pues ese es el mensaje del filme. Revelaos, creed en vosotros mismos, mientras creáis en ellos seréis suyos. Sed libres.
Esta revolución cultural e ideológica ya se vio antes en una serie de películas con las que este documental se siente íntimamente unido:
1) “Alguien voló sobre el nido del cuco”. Esta peli de Milos Forman (1975) era una visión deprimente que denunciaba la jaula de pensamiento único en la que vive el hombre de la que es imposible escapar y termina convirtiéndose en un sonámbulo más.
2) “Safe”. Esta peli desconocida y rodada en 1995 por Todd Haynes plantea la muerte del hombre por alergia al mundo corrompido y sus habitantes.
3) “El club de la lucha”. Rodada en 1999. es la obra maestra de David Fincher y un llamamiento a la desobediencia civil y al terrorismo en busca de un giro radical que de verdad nos convierta en humanos.
4) “Matriz”. Rodada el mismo año que la anterior por los hermanos Wachowski, detrás de ella existe una denuncia definitiva del control que ejercen las corporaciones, el gobierno y los medios de comunicación en nuestra mente manteniéndonos incubando huevos y sin acabar de ponerlos.
5) “Wall-e” (2008). Tras la demostración de la constante estupidez del hombre, la táctica cambia de formato en busca del homosapiens y lo intenta con la animación digital. Esta peli se convierte en una obra maestra desde su estreno pero el ser humano continua con su ceguera.
6) “A ciegas” (2008). Saramago, por desgracia, solo hay uno, pero la obra del hombre más sabio del mundo cala hondo y de esa simiente nacerá la ansiada revolución que devore el dinero y a la madre que lo parió.
21 de mayo de 2013 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es lo que podríamos llamar un “retrato generacional” de los chavales de extrarradio (lo entrecomillo porque las cosas son muy relativas). Juani es una chica atrevida y deslenguada que vive en un barrio de los suburbios de algún lugar de España junto a sus amigos y a su novio Jonah. Juani curra de cajera mientras espera una oportunidad para ser actriz aunque el posesivo de su novio no quiere dejarla ir a Madrid a hacer un casting. Entre medias, se entretiene con el tuning y la ruta del bacalao (o lo que Bigas Luna entiende por ella). La repentina ruptura con Jonah llevará a Juani a rebelarse e intentar conseguir su sueño en la capital donde descubre que no todo es tan fácil como ella espera.
Si algo me sorprendió de esta película es que tiene dos partes bien diferenciadas, tanto que parecen universos diferentes. La primera parte es la que se basa en los jóvenes del suburbio y su cultura (tuning, carreras, bacalao, hip hop, graffitis, tatuajes, lentejuelas...) un batiburrillo de cosas tan explotadas hoy en día que no aporta nada nuevo bajo el sol. Parece que los productores hayan visto la saga “Fast and The Furious y quisieran haber hecho una versión castiza que le guste a los jóvenes. Pues sin querer ponerme clasista solo hay una clase de jóvenes que se sienta identificada con lo que nos muestra la peli y todos sabemos quienes son. Son esos que llegan tarde al cine, se sientan siempre en las últimas filas y hacen todo el rato comentarios estúpidos en voz alta enfrentándose con quien intente hacerles callar. Pues si Bigas pretende llenar la sala con esta clase de muchachos que se prepare para perder al resto de espectadores. Aún así no estoy convencido de que nuestros Jonathanes y Jessicas quedasen del todo satisfechos pues la acción no es gran cosa (hay una surrealista carreras de novias con sus parejas atadas al capo del coche pero las imágenes reales se sustituyen por las de un videojuego). Y la música tampoco destaca, aunque el hip hop es decente el realizador se empeña en resucitar el bacalao cada vez que puede. Eso sí, hay sexo y gente “guapa” (aunque que mal le sientan los primeros planos a Dani Martín).
La segunda parte de la peli es aquella en la que la Juani y su amiga Vane llegan a Madrid y que cambia de tono por completo. Después de haberse dado un buen atracón consumista a los pretty woman Juani se lía la manta a la cabeza para poder conseguir su sueño. Y aquí viene la sorpresa. La peli no es el cuento de hadas macarra que parecía. Tras el subidón de adrenalina llega el realismo. La Juani lo tiene difícil para encontrar curro pues conoce la cola del paro, los trabajos basura, le piden inglés, conoce a los directores pretenciosos, al publicista chuleador, el futbolista putero. Y es aquí donde se nos revela la verdadera Juani despojada ya de toda su agresividad bravucona y vulgar. En su determinación por llegar hasta el final pero también en sus principios y dignidad, en que no esta dispuesta a cualquier cosa y que, al contrario que su amiga Vane que solo soñaba con ponerse tetas y sacarles partido, es alguien por quien se puede sentir ternura y simpatía y que desde luego es mejor que el mundo que la rodea.
Verónica Echegui, es todo un descubrimiento, con una belleza particular que me recuerda, salvando las distancias, a Natalie Portman. Aunque al igual que el resto de los personajes sufre el síndrome Al salir de clase. Parece que los guionistas se hayan metido con una grabadora en una discoteca y luego lo han remezclado todo para que intente sonar juvenil. Por eso perlas como “tú a mi no me comes la cabeza” o “tú a mi me comes el coño” suena todo lo impostado que se pueda imaginar. Solo en la segunda parte, una vez despojada de la artificialidad que exige la primera Juani, resulta conmovedora. Dani Martín, aunque cumple sobradamente bien como el capullo de Jonah (un autentico niño grande bobalicón) canta mejor que actúa eso desde luego. El resto de actores ni destacan ni tienen ocasión de hacerlo.
Tal vez esta sea una de las películas menos personales de Bigas Luna, la más declaradamente comercial. Este director siempre ha sido un buen fotografiador de ese mundo de extrarradio. De todos modos diré para acabar que la telepromoción que hace esta película me parece vergonzosa. No solo de la propia película (la Juani sueña en sus delirios epilépticos con la página web de la peli. Sí, así, literal). Sino de todo tipo de marcas e incluso de unos grandes almacenes madrileños que son prácticamente el marco de la película.
15 de mayo de 2013 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lucio Fulci era un director italiano muy cansado ya de las comedias y golpeado por la vida que decidió explotar su vena más sádica y ganar asi el máximo dinero posible. Dio muestras de alarma con su primer spagueti westem (“Tiempo de masacre” 1966) donde las balas no impedían que la muerte fuese un asunto gráficamente detallado pero su imaginario de acuchillamientos, violaciones y mutilaciones se encontró más a gusto con el giallo, aunque sus obras excedían lo usual en este subgénero italiano del horror. En 1979, en vista del éxito de “Dawn of the dead” (¡978) que en Italia se conoció como “Zombi”, los productores decidieron usar ese mismo título para promocionar su propia película de zombies y crear así una falsa secuela (aunque nadie pidió que le devolvieran el dinero de la entrada del cine por ello). Pero con Fulci a la cabeza, esta “Zombi 2” resultó ser, con mérito propio, otra obra cumbre del gore.
A principios de los ochenta Fulci era un director con muchos admiradores con películas como “Pánico en la ciudad de los muertos vivientes”, 1980) o (“El más allá”, 1981)., las cuales, convencerían que el ser humano no es más que carne, tripas y sangre. También llegarían apasionados opositores escandalizados por sus delirios cinematográficos. Una parte de la sociedad compararía el cine de Fulci con un basurero de repugnancias. En los años venideros, el realizador llevará una carrera errática, con aislados éxitos, pero cada cual más lejos en la búsqueda de mayor crueldad visual. Su obsesión con lo sórdido quizás responda a una vida llena de amarguras como fue el suicidio de su primera esposas, sus apuros económicos y una salud siempre precaria. Pero estos tampoco me parecen sufrimientos de otro mundo. Fulci confesó en más de una ocasión que mucha sangre se derramo con el único objetivo de cobrar un cheque. En 1996 murió al olvidar inyectarse su dosis de insulina (suicidio, suponen muchos).
Centrándome en esta peli, en lugar de imitar a quien supuestamente precede (como ya he dicho “Dawn of the dead) esta inspirada más en las primeras películas sobre el tema como “White Zombie” (1932) y “I Walked with a Zombie” (1943), igual que en estas, la acción trascurre principalmente en una isla del Caribe, preferiblemente Haití, donde los hechizos vudú de los nativos sería la causa por la que los muertos se reaniman con apetito caníbal. La ciencia del hombre blanco no es capaz de explicar semejante prodigio. Aunque tampoco tendrían mucho tiempo para investigar pues pronto los aventureros científicos serían mordisqueados por los zombies locales.
En la isla Matool, el Dr. Menard es un científico que vive obsesionado por explicar el porque los muertos resucitan con tan pésimo ánimo. Todos aquellos pacientes que fallecen en su hospital deben recibir un tiro en el cráneo para asegurar su viaje sin retorno. Mientras, en New York, el velero del doctor navega abandonado cerca de la costa. En la inspección del mismo un agente muere de forma violenta y un zombi intenta introducirse ilegalmente. La hija del científico (interpretada por Tisa Farrow, la hermana de Mia es clavadita) y un periodista parten en busca del ya mencionado doctor. Aquí podéis relajaos y olvidar la trama pues la pareja llega a Matool cuando la situación ya es inenarrable. La población de zombies se esmera en dar la bienvenida a los recién llegados.
Gracias a unos mejores efectos especiales, los muertos de este filme superan a los de “Dawn of the dead” en furia carnicera. Putrefactos, agusanados y emergiendo de la tierra nos encontramos con unos muertos de antología, quizás entre los más terroríficos del cine.
El cine de este realizador se interesa más por los espectáculos sangrientos que por contar historias. En esta peli, al igual que en muchas otras, las líneas del diálogo suelen ser simples instantes de respiro para el espectador, uno de esos momentos en los que un desnudo gratuito nunca viene mal. La expectativa esta en el grado de retorcimiento de la próxima escena. Y así, al servicio del morbo, Fulci hace un uso agresivo de la cámara, con acercamientos veloces al centro mismo de la repugnancia.
De este filme me quedo con dos imágenes para el recuerdo. La primera es la de un tiburón luchando contra un zombi y con una mujer nadando en topless por allí cerca. Y la segunda, más infame aún, la del ojo reventado (horrible momento cumbre del cine de lo horrible).
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